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Categoría: Maduras

Amante en la casa de mis sueños

Era amante del arte de la pintura digital, siempre que me dirigía a la escuela me quedaba atónito contemplando las edificaciones y casas de hogar que había en un barrio de estrato cuatro que me tocaba atravesar. Observe una que tenía una fachada en cemento pero con la apariencia de estar construida en tablas superpuestas que se disponían una casi sobre la otra, la forma de las ventanas era ovalada arriba, pero el resto era rectangular, incluían un protector en hierro, cada una de estas, sin duda era una casa espectacular, el techo estaba formado con piezas hechas en barro, que era característico en las casas campestres, sobresalían, además, árboles que se encontraban en el patio, algunos de mango, palmeras.



 



Había un jardín poblado de pasto en el frente, con unas hermosas materas que marcaban el camino de la entrada.



 



Siendo una mañana lluviosa de esas que uno anhela tener en una cama bien calientita para compensar el frío adyacente en el exterior, veía la humedad de las calles y mi mente me llevo a una fantasía que no paraba de erguir mi pene de una forma casi monstruosa, ay,...cuanto anhelaba estar con una chica caliente en una de aquellas habitaciones de la casa blanca que ya había contemplado,...supuse entonces, que mi maestra de escuela, una que se llama Rossana, paseaba con una bata de ceda por los pasillos solitarios de aquella mansión campestre, con la complicidad del rocío exterior, todo fue indicando que había que llegar al lugar de encuentro, yo me veía en un short blanco que utilice en una de mis participaciones de deportista en los torneos internos de la escuela, por lo suave que es, y además una franelilla blanca me cubría la parte superior del cuerpo.



 



En mi mente veía como, cuando escribía unas líneas de texto en mi computadora, se acercaba Rossana por detrás y con sus manos tibias escurría unas caricias sobre mi pecho velludo, que pensé que engordaban aun más mi pene de lo que antes estaba, yo al estar sentado estaba mayormente expuesto a que ella hiciera con mi pecho lo que se le antojará, a pesar de mi edad de 21 años mantenía una virilidad envidiable al de cualquier hombre de treinta, conjugo luego diestramente sus caricias con unos susurros en mi oido que me hicieron expulsar pequeñas gotas de lubricante de mi pene, sentía que ya era difícil de ocultar los efectos de mi erección que se hacían notar a través de mi pantaleta pues no había posición en la tratara de disimularlo dentro de mi ropa.



 



Luego de unos instantes me vi levantando mis brazos para que ella me despojara de mi suave franelilla blanca, y note como esta magnifica mujer de piel trigueña y caliente, que tenía aproximadamente treinta y seis años, y que al parecer era la edad donde podía dar lo mejor su sexo, gozaba con el calor que desprendía mi cuerpo note como jadeaba con profundos suspiros que no me podía contener más dentro de mí, luego gire y me encontré de frente con mi maestra, estábamos en la sala estudio aún, y en ese lugar empecé a frotarle por encima de su bata sus duros pezones que los sentía como melones redondos, ella aumentaba su jadeo que cada vez se escuchaban más fuertes, y yo al seguir masajeando sus pechos me dirigí con mi mano izquierda a acariciar su gluteo, los cuales me hicieron llegar muy alto en mi fantasía, pues eran bien duros pero con una suavidad que permitía el movimiento en circulo de mi mano por toda la magnitud de aquello. Ya sin poder aguantar más aquella deseada mujer hizo un trabajo por mi pues levantó su bata para que yo hiciera mi anterior trabajo sobre su propia piel lo cual hice acompañando mi experiencia con unos fuertes latidos en mi corazón, que eran el reflejo de los nervios que sentía por lo nunca antes vividos. Ella además de ser mi maestra de lenguaje en la escuela se empezaba a convertir mi maestra en la materia del sexo. Esa mano que tenía de tras de ella a duras penas alcanzaba a tornear la ovulación que tenía en parte, pero debí agacharme un poco para desprenderme momentáneamente del masaje que le aportaba pectoralmente, para con las dos manitas tratar de darle placer por detrás, veía que esa suave piel que presentaba no tenía nada que envidiarle a su bata de ceda. Alcanza a notar en su entrepierna como unos flujos húmedos y espesos se notaban a través de mis dedos.



 



Le dije a Rossana que ya no apuntaba más, que estaba incontenible detrás de mis calzoncillos, y ella al estampar con sus dos palmas de la mano una larga caricia desde arriba hasta abajo, sacó con cuidado mi pantaleta y luego mi calzoncillo de una forma sensual y magistral que parecía gozar como nunca antes me había sucedido, vi como la humedad del momento se confundía con el roce de sus labios entorno a mi pene, que aportaban una grado de insalivación que era muy pasional para mí, veía como eso labios de ella se apegaban a la piel de mi miembro de forma tal que cuando hacía el movimiento de vaivén, en el sacar se notaba la parte del interior de que no tenia labial, tal era el esfuerzo de mi maestra para conservar el movimiento. Se notaba además que a pesar de su esfuerzo a duras penas alcanzaba a gozar de mi glande. Lo cual era majestuoso para mí, pues esa es la parte más sensible del miembro.



 



Luego de unos cinco minutos de que ella jugara con la jugosidad de mi miembro vi como ella se paraba nuevamente con mi ayuda, había que hacerlo para cargar con su trasero que pensé, era donde radicaba el peso de su cuerpo pues era muy grande y duro. Lo hice y finalmente paramos en la cama de una manera genial, pues ella se despojo, ahora de su enterizo, dejándome contemplar un grandioso cuerpo de madurez extraordinaria, ella me invito a que hiciera una degustación de su vulva, mientras ella ya estaba en cuatro y al abrir sus piernas entendí su ofrecimiento, me dirigí a esculcarle con mi lengua, con mi cabeza puesta boca arriba y estrellaba mis labios contra su vulva y su clítoris, mientras tuve que utilizar una almohada para mantenerme cerca sin forzar mucho mi nuca, y así fue luego de tres minutos de mantener un movimiento en círculos de mi lengua entorno a su clítoris vi como retorcía su cuello de abajo a hacía arriba mientras sus pechos bailaban por encima de mi, era una cuca inmensa, pensé que era la adecuada para mi miembro, quien se calentó aun más de lo que ya estaba para el momento en tocara estallar dentro de ella. Luego de varios minutos ella, fue bajando, mientras veía como se alejaba su sexo de mi cara para acomodarse por encima de mi miembro y buscar alojamiento en su interior, así fue, pero esta vez ella en la primera introducción lanzaba un aullido que iba creciendo en la exploración inicial que ejercía mi pene, la deje posarse con el ritmo que deseara sobre mi, pero mantenía mis manos ocupadas sobre su cuerpo y esta vez se posaron por la silueta de su cadera que vista desde mi posición era magnifica, la vi así pues sus largas blusas usadas en la escuela nunca me habían ayudado a notarlo antes, luego de la penetración total sentía como impactaban sus duros glúteos con la base de mi pene y se sentía un calor corporal estupendo que quisimos demorar por unos instantes mientras empezábamos a bombear el movimiento tradicional, ella mientras llegaba el momento se abalanzó sobre mi pecho y realizó unos chupitos espectaculares que me enloquecían de una manera genial, observaba el jugueteo que tenía con mis bellos, y ella parecía disfrutarlo.



 



Luego de varios segundos empecé a notar cierta humedad en mi miembro y en la base de este y ella había empezado su movimiento, y mientras le garraba la cadera yo era testigo de lo espumoso que se veía al ritmo de su movimiento, ella gemía de una forma de placer autentica que me permitía tener la seguridad de ser alguien muy importante para ella luego de este encuentro.



 



Luego de notar tanta pasión con ella llegamos a un momento en que no podía más con la furia de la salida de mi semen que era incontenible para mi, le tuve que decir que ya no podía parar lo que ella había causado, que me venía amor, ella solo dijo con placer que siiiii, y sentí como la fuerza de mis tiros se ensartaban en su interior y ella aullaba con una fuerza increíble, hasta que finalmente se vieron las consecuencias cuando Rosana cayó sobre mi pecho...acompaño con su mano, un momento después un tierno frote por sobre mi pecho.



 



Cuando desperté de aquella aventura imaginaria, faltaban 1 minuto para que el portero del colegio cerrara la puerta afortunadamente corrí y atravesé con mi morral la entrada, Buenos días Don Luis fueron mis palabras al portero,...tenía mi cabeza hacía abajo como muestra de respeto a los adultos, y sin querer me tropecé con alguien por llevar mi cabeza agachada, y me disculpe sin ver aun a la persona, cual será la sorpresa al toparme con Rossana, mi maestra de castellano quien me saludo como nunca antes lo había hecho, Hola cariño, y un deshabitual guiño de ojo asomo en su rostro, y mientras me quede perplejo y caminaba abobado mientras se escabullía por mi mente una nueva aventura fantasial.


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