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Mujer vieja, baja de estatura, de culo enorme y tetas descomunales. De rostro no muy agraciado, un lunar de carne en su rostro, tez morena, pelo negro y corto, un buen rollo en su vientre, sus piernas gordas, de vestimenta siempre casual, vestidos holgados que dejaban entrever su particular físico. De no muy buena situación económica, 56 años, casada y con 3 hijas. Esta es la protagonista de mi historia, una mujer para nada agraciada, pero lo que si tiene, es ser muy simpática, extrovertida, alegre, cariñosa, con un sentido del humor excelente y lo mas importante, madre de mi novia.
La conozco hace unos 3 años, cuando me coloque de novio con una de sus hijas. Desde el primer día me trato muy bien, siempre muy alegre y cariñosa, una mujer de piel, de esas que te tocan mientras hablan contigo. A veces me hacía colocar incomodo, eran muchas las atenciones que tenía conmigo. Su forma de mirarme, su forma de atenderme, sirviéndome primero que a su marido, el plato más grande etc. Por lo mismo, se produjo una muy buena relación entre ambos y también un cierto cariño hacia esa mujer. También reconozco que siempre me gustaron sus atributos. A mi edad, era una fantasía oculta que tenía yo , de estar con alguien como mi suegra. Una mujer mayor, de carnes abundantes imaginándome siempre como seria tener esas tremendas tetas a mi disposición.
Mi novia igual las tenía tetas grandes, herencia de su madre, no me puedo quejar, pero nada comparadas con las tremendas ubres de su progenitora , tetas maduras, obviamente caídas por el gran volumen, tetas que alimentaron a 3 bebes , tetas imposibles de no mirar , tremendas y para qué hablar de su culo, una montaña de carne, de nalgas prominentes que se bamboleaban de lado a lado cuando caminaba. Siempre que podía, trataba de echarles un buen vistazo a esas tetas fabulosas, de la forma más disimuladamente posible, pero también varias veces mi suegra se dio cuenta de ello, aunque nunca hizo ningún comentario al respecto.
Su marido, ya estaba por los 65 años, flaco, chico, con más de 40 años de casado, ya era seguro que no le hacía nada a su voluminosa mujer. Me imaginaba a mi suegro tan flaco, tratando de hacerle algo al tremendo mujerón que tenia al lado … ja ja ja. Yo en ese tiempo, recién había salido de estudiar, con 24 años y trabajaba en la capital, donde arrendaba un pequeño departamento de una sola habitación, mientras mi novia aun estudiaba en un instituto de nuestra ciudad.
Fue así, como luego de un tiempo, la hermana de mi suegra cayó al hospital y mi suegra tuvo que viajar a la capital a cuidarla. Por obligación, ya que no me gustaba nada la idea de tener a mi suegra en mi departamento ( ya que me cortaba mi otra vida, con amigas ocasionales ), le ofrecí que se quedara en mi departamento en caso que necesitara. A todos les pareció una muy buena idea y fue a si, como el domingo en la noche, viajé en bus nuevamente a la capital, pero ahora acompañado de la madre de mi novia.
Mi departamento estaba a pocas cuadras de la terminal, llegamos y mi suegra alabo mi orden y aseo, diciéndome que su hija tenía mucha suerte de haber encontrado un joven tan atractivo y a la vez ordenado.
Preparamos algo de comer, vimos una película y luego nos fuimos a acostar. Como no me quedaba otra, le ofrecí mi cama a mi suegra, quedándome yo en el sofá. Ella no quería aceptar, pero luego accedió. Nos dimos unas cuantas vueltas antes de acostarnos, hasta que entre al baño y salí con unos bocker holgados, ya que no uso pijama , duermo en pelotas y era lo más acorde para recibir a mi visita.
Me acomode en el sofá, mientras mi suegra se daba su última vuelta. En eso aparece en el living, con una camisa de dormir, no muy sensual, pero que apenas cubría sus enormes tetas y que poco alcanzaba a tapar su enorme culo. Casi me da un infarto al verla así, parada a mi lado y diciéndome nuevamente que ella se sentía mal de ocupar mi cuarto y que yo tuviese que dormir ahí. Le dije que no se preocupara, que el sofá era muy cómodo y doblándose hacia mí, me da un beso en la mejilla dándome las gracias por mi hospitalidad. Al hacerlo todas sus tetas se vinieron encima de mí y me dejó empalmado, viendo el voluminoso cuerpo de mi suegra alejarse, dándome la espalda, bamboleando su enorme culo de lado a lado, entrando en mi habitación.
Al otro día, cuando salgo de la ducha mi suegra se había levantado a prepararme el desayuno, en la misma camisa de dormir de la noche anterior. Ver su cuerpo y sus tetas gigantescas dar vuelta por toda la cocina, casi me quita el hambre. Era imposible dejar de mirar esas enormes tetas, sentada frente a mí. Vez que levantaba mi mirada, esas enormes chiches ahí ante mis ojos … ufffffff , un suplicio, ya que al estar sin brasier, mas grandes se veían aun. Ya estaba listo para marcharme, le pase un juego de llaves del departamento y al despedirme, ella me abraza nuevamente, apoyándome sus enormes tetas y dándome las gracias por mi hospitalidad.
Con la verga dura como una roca, me marche a mi trabajo. Le dije que yo no llegaba hasta las 20:00 hrs por lo que no se preocupara por mí. En el trabajo no podía quitarme la imagen de mi suegra, esas enormes tetas, ese descomunal culo ahí, esa camisa de dormir que poco dejaba a la imaginación…
Ya en la tarde volví a mi departamento y lo encontré completamente aseado. MI suegra haba preparado una exquisita cena y me pregunto por mi día. Ella había estado todo el día con su hermana y que se encontraba en recuperación. Que en dos días más pensaba que le podrían dar el alta, por lo que me decía que no me incomodaría más. Le dije, como caballero, que no me molestaba, que se quedara todo el tiempo que quisiera.
Luego de cenar, nos colocamos a ver televisión. Termino la película, nuevamente entre al baño a cambiarme de ropa, y me topo a la salida con mi suegra y su camisa de dormir, que me tenía enfermo. Me insiste nuevamente que duerma yo en el cuarto, que se sentía mal estar incomodándome, y al recibir mi negativa, nuevamente me abraza y me da las gracias, quedándose abrazada a mí, diciéndome lo mucho que valoraba mi buena voluntad. Sentirla así, me prendió de inmediato y luego de soltarla, tuve que darme vuelta de inmediato para que no se diera cuenta de mi erección.
Al otro día nuevamente mi suegra me prepara el desayuno con su corta camisa de dormir, provocándome un sin fin de malos pensamientos. No sabía si eran Ideas mías , pero mi suegra estaba mucho más atenta que de costumbre , atendiéndome como un rey, Me sirve mas y se acerca a mi casi colocándome casi las tetas en la cara, luego se sienta frente a mí y a ratos se rascaba el comienzo de sus pechos.. Nuevamente se despide dándome un fuerte abrazo y un fuerte beso en la mejilla, que esta vez, fue muy cerca de los labios. Estaba más que convencido que la veterana estaba seduciéndome. Pero ¿ CON MI SUEGRA? …….. y si le contaba a su hija? … no, mejor hacerse el tonto, aunque la vieja me tenia completamente prendido, ENFERMO DE CALIENTE ¡ .. no , debo estar equivocado , no lo creo , mejor pensar en otra cosa.
Llego en la tarde al departamento y este nuevamente este flamante. Un olor delicioso saliendo de la cocina y mi suegra recibiéndome muy amorosamente. Me sirve un trago mientras la cena esta lista. Me comenta de su día, de su hermana, mientras yo , bebiendo mi trago, admiraba la enormes nalgas de esa mujer que estaba alojando conmigo.
Luego de cenar deliciosamente, mi suegra me dice que quería ducharse antes de colocarse a ver tele, ya que había caminado mucho ese día y estaba toda sudorosa. Me quedo sentado en el sofá mirando las noticias, cuando aparece esa madura mujer, nuevamente en su camisa de dormir que casi me cortaba la respiración, acomodándose a mi lado, diciéndome que por la hora, y por el calor, había decidido ponerse mejor de una vez el pijama que era más fresco. Con las luces apagadas, casi no me podía concentrar con mi suegra al lado en esa delgada vestimenta. Me pregunta si quiero otro trago, trae dos vasos y la botella. Las sirve delante de mí doblándose para hacerlo, mostrándome su enorme culo. Era imposible que ella no se diera cuenta que al hacerlo, todo su culo quedaba expuesto.
Ya no cabía ninguna duda, la madre de mi novía quería acción y me la ofrecía en bandeja. Se apoyaba en mí, movía sus piernas rozándome, faltaba solo que me las subiera encima, su forma de hablar, demasiado contacto con mi hombro, mi mano, mis piernas. Termino la película y mi suegra me dijo que esa noche, no aceptaría una negativa y que dormiría ella en el sofá. Tuvimos una pequeña lucha por el cobertor, que casi hace salir afuera una de sus tetas, hasta que me obligo a irme a mi cuarto.
Apague la luz y me acosté, deseando que mi suegra entrase a mi cuarto y que terminara todo de una vez. La seducción por parte de mi suegra era más que descarada y me moría de ganas por estar con ella, sacarme el gusto y cumplir mi fantasía, pero no podía dar yo el primer paso, no me atrevía. Pasaron 20 minutos, escucho la puerta del baño que se abre y a los cinco minutos, nuevamente. Suplicaba que se abriera la puerta de mi cuarto, y apareciera ella ahí, con cualquiera excusa, pero no pasó. Me quede en vela, deseando a esa mujer que me había estado coqueteando descaradamente toda esa noche, recriminándome por no haber hecho algo, hasta que me levante y entre ahora yo al baño. Esperaba que me dijera algo, pero nada. Volví a mi cuarto y me acosté, pensando en que ninguno de los dos se atrevería.
Pasaron 10 minutos más, cuando escucho abrirse lentamente la puerta de mi cuarto. Mi corazón palpitaba a 1000 por hora, dándole yo la espalda a la puerta, siento que mi suegra entra. Me doy vuelta y la observo, ahí parada a mi lado. Suavemente, como si alguien nos fuera a escuchar, me dice si me molesta que duerma ahí conmigo, que estaba incómoda en el sofá. Casi no me salió la voz. Le dije que no me molestaba. Se metió muy despacio a la cama y me queda mirando, preguntándome si de verdad no me molestaba.
No alcanzo a finalizar su frase, cuando ya sin poder aguantarme más, me abalancé sobre ese voluminoso cuerpo, sin importarme nada, que fuera mayor, que fuera mi suegra, que fuese gorda, nada la deseaba y bese con todas mis ganas. Nos fundimos en una encarnizada muestra de pasión y lujuria, al fin ese cuerpo, para mi completamente deseable era mío, completamente mío. Tocándola por todos lados, apretándole las nalgas, las tetas, todo su cuerpo.
Mi suegra completamente entregada a la pasión, me toma de la cabeza , se la mete entre las sus generosas tetas , restregándomela entre ellas, diciéndome entre gemidos lo mucho que me deseaba. Sin perder tiempo le saque una de esas tremendas sus tetas y se la chupe con todas mis fuerzas. Esas tetas que no me las podían sacar de mi mente, ahora estaban en mis manos, en mi boca y la chupé sin contemplación. Eran gigantes, exquisitas, mucho mejor de cómo yo las imaginaba, con un pezón oscuro muy grande y puntiagudo, apenas tomaba una con mis dos manos, el paraíso de las tetas. Era un sueño, no podía ni quería dejar de tocarla, ni dejar de chuparle la teta, mientras ella gemía de placer. Me corrí mis bocker sacando mi verga por un costado, montándome sobre ella y corriéndole rápidamente los calzones , se la metí hasta el fondo , sin mayor preámbulo, directo, hasta el fondo de su peluda concha mojada que no colocó ningún obstáculo para recibírmela por completo.
De ahí, todo fue una locura. Mi suegra con las piernas abiertas y yo dándole con todo, sacándole alaridos de placer. Su concha estilaba de jugos y mis manos se aferraban fuertemente a su enorme culo, atrayéndolo con fuerza hacia mí , mientras ella hacía lo mismo con el mío.
Fue un sexo violento, salvaje, fuerte, ambos nos deseábamos hacía mucho tiempo y esa noche volcamos todas nuestras ganas uno contra el otro. En un momento, ella me detiene y me pide que por favor pare un poco, que la tenía a punto de hacerla acabar y no quería hacerlo aun, quería que ese encuentro durara mucho rato. Me calme un poco, ella tenía razón, nos desnudamos completamente sin dejar de tocarnos ni un solo momento. Ya con más calma , prendí la luz de la lámpara del velador, para poder verla. Ella sentía algo de vergüenza al mostrarme su gordo cuerpo desnudo, pero accedió y teniéndola a mi suegra completamente desnuda, me acosté a su lado y me harte de chuparle las tetas por mucho rato, jugando con ellas , metiendo mi cabeza entre ellas y aprisionándomelas con las mismas, mientras ella no me soltaba la verga , restregándosela por sus piernas , su concha.
Todo lo que quise hacer esa noche , lo hice .. todo , mi suegra no tuvo reparo en darme el gusto en todo … era increíble lo caliente que me salió esa mujer, como se entregaba con todo en cada posición, en cada acto …
Nos masturbamos uno al otro suavemente por un buen rato, luego me dijo que me la quería chupar, me paré al lado de la cama, ella se sentó, le acerque mi verga a su boca y mi suegra se la engullo inmediatamente, dándome una chupada de campeonato, metiéndosela por completo a la boca. Sentía sus manos en mi culo apretándomelo y atrayéndome hacia ella, oooohhh como lo chupaba esa mujer era impresiónate. Se la sacaba de la boca y se la restregaba por su cara , me masturbe yo mismo, con la punta de mi verga en su boca, mientras ella , con sus gordas y pequeñas manos, me agarraba las bolas apretándomelas mientras yo lo hacía.
Luego fue mi turno de devolverle el favor y acostándola de espaldas le abrí las piernas a mi exquisita suegra y toda su peluda concha fue a parar a mi boca , dándole placer oral extremo, alternando mi lengua con mis dedos que entraban sin dificultad dentro de su mojado sexo. Era increíble tener a esa mujer con sus piernas abiertas, jamás lo imagine, todo su sexo expuesto, rojo , jugoso, muy peludo, recibiendo las caricias de mi lengua. A veces me aventuraba a llegar más abajo y meter mi lengua entremedio de sus grandes nalgas , lo que le causaba mayor placer aun, por lo que luego ya descaradamente le abría las nalgas con mis mano y le pasaba la lengua por su ano, haciéndola gozar como nunca.
También me pidió luego de un rato que me detuviera, que no estaba acostumbrada a tanto placer y que si seguía dándole sexo oral, inevitablemente la haría acabar.
La coloque en cuatro patas, dejando ese gigantesco culo ahí, todo mío, para hacerle lo que quisiera y aferrado a las caderas más grandes de mi vida, le di con todas mis fuerzas a la madre de mi novia, la que se quejaba y gemía de placer, casi como dándole un ataque. Le mordí las nalgas, se las chupe, hasta un beso negro me dejo darle la vieja con tal de recibir placer, a veces le daba unos palmazos en sus grandes nalgas, cosa que no hacia más que excitarla aun mas.
Mientras me la follaba en esta posición, le confesé lo mucho que me gustaba su enorme culo, como me gustaba tenerla así, con el culo levantado, viendo como mi verga se sumergía entre sus carnes, a lo que ella me respondía que todo lo que quisiera hacerle, que se lo hiciera, era nuestra noche y todo estaba permitido.
Me dieron ganas de intentar metérsela por el culo, pero preferí que no , al menos por el momento, para que no fuera a pensar que era un degenerado, aunque al estar con mi suegra así, era más que obvio.
La follé y la folle, fuerte, lento, de todas formas. No me cansaba de mirar y de tocar esas nalgas blandas que se movían a los compas de mis embestidas. La solté y me acosté en la cama , mientras ella no desaprovecho la oportunidad de metérsela nuevamente a la boca un rato, esta vez dedicándole más atención a mis bolas, para luego montarse sobre mí , dejándome caer sus enormes tetas sobre mi cara, enterrándose ella misma en mi verga , mientras yo me deleitaba chupándole las tetas que colgaban y chocaban contra mi cara . Lo hicimos suavemente, sus movimientos eran muy suaves , moviéndose de atrás a delante, haciendo que sus tetas chocaran contra mis rostro, mientras yo me dejaba montar , sin siquiera tocarla , con mis manos hacia atrás, sintiendo el peso de mi suegra sobre mi moviéndose deliciosamente.
Ya llevábamos mucho rato follando, completamente transpirados, el cuarto hediondo a sexo, y los movimientos suaves de mi suegra, junto con sus suaves ronroneos, fueron cambiando, poco a poco, cada vez más fuerte, excitándose a más no poder, hasta moverse violentamente metiéndose toda mi verga, agarrándose ella misma sus tetas y su culo, diciéndome que la sentía toda, la sentía completamente dentro de ella , que ya estaba por acabar. Yo estaba duro como una roca y hubiese podido durar más , pero verla tocarse ella misma , sus tetas su culo, su sexo, su cara arrugada aguantando el orgasmos me desconcentró. A pesar de su edad y su físico , mi suegra era una mujer muy sensual, sus movimientos sus quejidos, su forma de tocarse sabiendo que eso me excitaba, disfrutó al máximo sin importarle nada . Sentí como mi semen luchaba por salir. Le dije que ya no aguataba, ella me pidió solo un minuto más, ambos aguantando con todas nuestras fuerzas, hasta que comenzó a gritar como una loca, muy fuertemente , moviéndose frenéticamente gritando que estaba acabando , ya no aguanté mas y también entre fuertes alaridos, comencé a llenarle el coño a mi suegra con mi leche caliente, sintiendo como salía expulsada, dándome un placer indescriptible, sintiendo mis piernas mojadas, mesclas de traspiración , los jugos de mi suegra y mis propios jugos.
El cuarto se llenó de gritos y gemidos de ambos, acabando al mismo tiempo. Fue exquisito, hacia mucho que no tenía un sexo tan bueno como ese. Ella continuó un buen rato sobre mi, apretándome con su coño mi verga sacándome las últimas gotas de semana.
Cayó rendida a mi lado, tratando de recuperar la respiración, completamente agitada, completamente sudada, con sus piernas abiertas para que le entrara algo de de aire a su caliente concha. Nos quedamos conversando desnudos sobre la cama , por largo rato. Ella me decía que se sentía mal por su hija, pero que no se arrepentía. Que hacía mucho tiempo que su marido no la tocaba, que se excitaba al ver como yo le miraba los pechos disimuladamente y que siempre había sido una fantasía estar así conmigo. Por mi parte también le confesé que yo amaba a su hija, pero que de todas formas eso no me obligaba a no mirarla y que lo quiera o no, era hombre y me calentaban sus tetas , su culo y que desde que estaba alojada en mi departamento, esa atracción había aumentado muchísimo. Mientras conversábamos calmadamente, yo no dejaba de acariciar una de sus tetas que caía hacia el lado, y ella me tocaba la pierna y mi verga ya muerta, haciéndome cariño sobre ella.
Conversamos largo rato así, hasta que nuevamente nos fuimos calentando y terminamos follando nuevamente como animales, dejándome esta vez acabar entre sus tetas, un sueño cumplido. Me confesó que ella era de un solo orgasmo, pero que algo le pasaba conmigo que no quería dejar de follar. Ya cansados, apagamos la luz y dormimos. Al otro día escuche el despertador, lo apague y trate de dormir solo unos minutos más, minutos que se transformaron en más de una hora y ya no me quedo más remedio que llamar al trabajo y reportarme como enfermo.
Enfermo de caliente, porque al poco rato, al estar con esa voluminosa y caliente mujer desnuda a mi lado, nuevamente me follé a mi suegra en la mañana …..
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