Bueno, la historia que quiero compartir con ustedes es una historia real y que fue realmente muy buena para mi, espero poder contarla de la mejor manera posible.
Resulta que me encontrava en el último curso del colegio, y tenía una compañera la cual se llama Daniela, que es una muchacha realmente muy linda, con ese cuerpo que cualquier hombre desearia tenerlo en sus manos. Bueno, la verdad que ella me exitava mucho con el solo hecho de mirarla, mas yo no tenía el coraje de avanzar, la verdad que me daba un poco de miedo el rechazo. Una noche salimos un grupo de amigos y amigas compañeros de curso, Daniela solo conversó con migo toda la noche, al regreso yo le dije que la acompañaba a su casa y nos fuimos caminando ya que su casa quedaba a poca distancia del lugar, nos sentamos en un parque a seguir charlando cuando nos quedamos mirando fijamente y yo instintivamente me acerqué y la bese, primero fue un beso suave, pero después el beso se tornó bastante apasionado, derrepente sentí que ella agarraba mi mano y la metia dentro de su polera, así que yo continué hasta llegar a sus pechos, los cuales estaban realmente muy buenos, empecé a escuchar que ella estaba bastante exitada y sus gemidos a cada instante se hacían mas fuertes y su respiración cada ves más entrecortada, ni que decir con migo ya que mi pene quería a toda costa salir del pantalón. Sin decir nada nos fuimos a un motel, ahí empecé a besarle todo el cuerpo, y a quitarle la ropa lentamente, hasta que llegué a sus bragas, ella hacía lo mismo con migo, me bajó el pantalón me quitó el calsoncillo y con una suabidad única empezó a masturbarme, luego empezó a chuparla con una habilidad fenomenal, a decir verdad creo que nunca tube mi pene tan erecto como esa ves. Desùés fue mi turno he hice lo mismo, vece sus piernas, sus nalgas hasta que llegué a su vagina y la besé enterita, después chupé su clítoris y ella me agarraba de los cabellos y me empujaba hacia su vagina gritando que se la chupara mas y mas. Luego la penetré y empezamos a movernos sincronizadamente, primero yo encima, luego ella se puso encima mio y cabalgó como toda una amazonas, que exitante hera ver el movimiento de su cintura y como ella se acariciava el clítoris mientras se movia, posteriormente la puse de espaldas y seguí metiendosela lo más adentro posible, derrepente ella empezó a gritar y a pedirme que me moviera más rápido, se puso como loca, solo decía cojeme, cojeme, con todo, y así lo hice hasta que terminó como tres veces seguidas y cada orgasmo estaba acompañado de un grito de placer, al poco rato fue mi turno y tube la eyaculación más potente de mi vida, fue como estar en el cielo.
No se cuantas veces más tuvimos sexo, ya que nos seguimos viendo por el resto del año, pero cada ves no deseavamos más, y en cada ocación que teníamos sexo era mejor a la anterior.