Tengo 19 años, y nunca tuve nada con ninguna chica, pero llevaba mucho tiempo soñando con besar a mi mejor amiga. Ella en varias ocasiones me dijo que eso no le atraía.

Un día, salimos de fiesta, y yo me quedaba a dormir en su casa. Bebimos demasiado, tanto que ella empezó a bailar conmigo de un modo un tanto sensual. Me ponía sus brazos en mi cuello y se iba acercando a mí, besándome el cuello. Yo no podía más, porque eso me pone muchísimo.
Esa noche dormía en su casa y cuando dieron las 4 y algo nos marchamos. El camino a su casa estaba protagonizado por las bobadas que ambas decíamos. Reíamos y se hacía evidente que el alcohol había hecho mucho efecto en nosotras. Estábamos relamente contentas.
Subimos a su casa, y entramos en su cuarto. Ella se quitó la ropa para ponerse el pijama. Cuando se quitó la camiseta, no pude evitar el mirarla y sentí como me excitaba. Quité la vista porque sabía que ella pasaba de tener algo con cualquier chica. Dándome la vuelta comencé a desvestirme para ponerme yo tmbién el pijama.

Nos metimos en la cama, cada una en la suya, pero como estábamos tan así, empezamos a hablar y ella se metió en mi cama. Hasta ahí todo era normal ya que muchas veces lo hace así como abrazarme. Pero de repente se puso a darme besos en el cuello y en la cara. Empecé a tocarla porque no aguantaba más y con un suave movimiento le puse boca arriba en la cama y comencé a besarla el cuello y el pecho, bajando poco a poco hasta sus pechos. Le quité la parte de arriba del pijama y la abracé para sentirla desnuda. No paraba de tocarla. Me estaba volviendo loca. Sus pechos, su tripa... empecé a besarla desde el cuello hasta la tripa. Ella tenías sus manos en mi cabeza. Cuando llegué a la tripa, me detuve dándole suaves besos y segúa besándola mientras con mis manos comenzaba a bajar sus pantaloncitos cortos del pijama y seguía besando. Me qudé un rato besando su pelo púvico mientras la respiración se me aceleraba más y más. La levanté las piernas y comencé a besarle la parte interior de las piernas hasta llegar a su sexo. Comencé a besarlo con fuerza. Ella respiraba con fuerza y sus manos iban y venían por mi cabeza y cuello. Arqueaba la espalda mientraas me decía que me quería. Comenzó a hacer movientos de alante a atrás con su pelvis. Mi boca buscaba por todas las partes de su vagina con mi lengua descontrolada. Mis manos no paranban de tocarla. Sus piernas, sus pechos, su cintura... no podía más, yo estaba enloqueciendo y ella gemía de tal forma que yo necesitaba darla más placer hasta que no pudiera más. Metí un dedo mientras la lamía. Me pidió que lo hiciera con más fuerza y más rápido, así lo hice hasta que ella tuvo un increible orgasmo y me levantó la cabeza para llevarla hacia ella. Su cara estaba justo debajo de la mía, nos miramos a los ojos, y nos besamos cálidamente en la boca. Tanto tiempo esperando eso, y la sensación no fue menos a lo que yo imaginaba. Se dio cuenta de que yo me estaba excitando más y más, ya que sus besos son algo increible y correspondió el placer que yo le había dado. Nunca pensé que fuera a comportarse como aquella noche. Con su dulzura y con la suavidad con la que hacía las cosas fue capaz de hacerme la chica más feliz del mundo.

Después de aquello todo volvió a ser como antes. No hablamos nunca de lo ocurrido, supongo que mejor así ya que tanto ella como yo somos heterosexuales, y así nos va bien. Pero lo ocurrido aquella noche nunca se me olvidará.