Después de ese primer encuentro y lo que siguió por casa, estuvimos alrededor de un par de semanas hablando por teléfono siempre que las circunstancias fueran posibles.

 Ella estaba por un lado muy ilusionada de haberme encontrado y de recibir todo aquello que no le daba su marido, pero por otro lado le pesaba como una losa en la cabeza la sensación de estar engañándole y de poder romper su matrimonio por un calentón.

 Yo le estuve explicando que conmigo no tendría problemas de ningún tipo, me interesaba mucho lo que me daba, quería ponerle las cosas fáciles, ser un apoyo y no un problema añadido a los que ya tenia. Alexia estaba hecha un lío tremendo y no sabia como enfocar esta situación. Llegó a un punto en que le dije:

 Yo: Alexia mira, si tengo que ser un problema para tu vida diaria, me aparto. Me interesa mucho tu amistad y no quiero perderla por cruzar la línea roja y que nos explote en la cara esta situación. Si quieres, quedamos un día tranquilamente y lo hablamos.

Alexia: Sé que no te voy a perder como amigo, pero tampoco quiero perderte como amante, pero no se como encajarlo en mi vida con mi marido sin que mi matrimonio pueda agrietarse. Mejor será vernos esta semana y lo hablamos, a ver si me ayudas a ver una solución.

 Volvimos a quedar un viernes por la tarde en un parque tranquilo que hay cerca de la estación, eran las 3 de la tarde así que tendríamos mínimo 3 horas para hablar largo y tendido.

 Ella estaba espectacular cuando la vi, iba muy elegante, camisa de seda con falda de cuero negro, taconazos y americana. Casi me da un ataque al corazón, me puse rojo como un tomate y no supe qué decirle mas que darle un morreo largo, húmedo y con lengua a lo que ella respondió sin dudarlo un segundo haciendo lo mismo.

 Nos sentamos en un banco a hablar de cara al estanque abrazados y dándole muchas caricias, notaba que estaba tensa y que tenia que relajar la tensión de alguna forma y lo mas importante, no nos podíamos levantar del banco sin encontrar una solución para que ella se sintiera a gusto.

 Previamente ya había estado días preparando esta conversación, tenia muchas ideas, muchas soluciones, pero antes de poder enfocarlo le dije que necesitaba respuestas, necesitaba antes que nada saber qué pasaba en su casa, entender como funcionaba su matrimonio. Porque no podía entender como un hombre casado con semejante mujer pudiera ignorarla de esa forma.

 Pues aquí os cuento como comencé con las preguntas que le hice para poder aclararme, y de paso que ella se pudiera descargar la tensión y la rabia que llevaba dentro, sino conseguía que lo sacara todo, no podríamos avanzar en nada.

 -       Tu marido siempre ha sido así? O en los años que lleváis casados ha cambiado mucho? Pues, a ver … evidentemente no es lo que era al principio ni mucho menos.

-       Pero por qué? Lo habéis hablado? Hay alguna fecha significativa en la que hayas notado un cambio brusco? O a sido paulatino? Lo hemos hablado muchas veces, el dice que es por la monotonía, que tener críos focaliza sus energías en los peques y no en nuestra relación.

-       A ver un momento que me aclare, porque no entiendo nada … me estas diciendo que no te atiende como esposa y mujer porque solo se dedica al trabajo y a los críos? Hombre, tampoco es así de simple.

-       Pues como es? Explícate!! Si te estoy apretando que lo se, es porque quiero que lo saques todo, hoy y ahora es el momento, así que saca todo lo que tengas dentro acumulado durante estos años. Ok, está bien … no es tan fácil, ya sabes que el mundo de las relaciones no es algo sencillo, todo es un cúmulo de temas por ambas partes que al final van sumando y acaban inclinando la balanza de un lado o de otro.

-       Déjate de chorradas filosóficas conmigo, al grano de una vez! Uiiii … está bien, a ver, si que noté cuando tuve a mi primer crío que la relación comenzó a enfriarse y cuando llegó el segundo acabo donde estamos ahora.

-       Y antes de tener críos pero después de casarte como era? Pues el era mas atento conmigo, estaba pendiente siempre de mi, me llamaba, me hacia detalles, salíamos a cenar y esas cosas que hacen las parejas, pero con los críos y cuando se hace una familia todo esto se va apagando y enfocándose a los críos. 

-       Ya veo … bien, bien, bien … creo que hemos encontrado el problema y no me va a hacer falta hacerte mas preguntas.

 Déjame explicarte una teoría surrealista que se me acaba de ocurrir a ver qué te parece, ok? Pongamos que tu y el os conocéis de la siguiente forma … tu te fijas en el, tu mirada la aguantas durante mas segundos de los normales y el se da cuenta, se te acerca y comenzáis a hablar … voy bien? Si, mas o menos fue así … comenzáis a quedar como amigos, os vais conociendo y te dice de salir y aceptas toda ilusionada, mas tarde haceis planes de futuro y le comentas que para ti casarse es un paso muy importante y que es para darlo en serio y para siempre, y os acabáis casando, y luego vienen los críos. Voy bien? Bueno, lo has resumido mucho, pero es aceptable lo que dices.

 Bien, lo que yo veo es:

-       Primero, tú eras la interesada en el. El primer contacto lo hiciste tu.

-       Segundo, el no se creía que una mujer como tu nunca se fijaria en el, e hizo todo lo que estaba en su mano para no perder esa oportunidad y retenerte a su lado como fuera.

-       Tercero, no paró hasta conseguir que te casaras y luego a por los críos.

-       Cuarto, el no te buscaba a ti en concreto, buscaba a una mujer, con tal de poder formar un hogar y una familia.

-       Quinto, si desde que habéis tenido críos se ha enfriado, no hace mas que refutar este enfoque, el problema no eres tu, el problema es el, el ya tiene lo que quiere para no ser un soltero, ya tiene mujer e hijos, ya es uno mas dentro de la sociedad clásica y no un rarito, porque la sociedad todavía no ha evolucionado y no acaba de entender porque un hombre de mas de treinta años siga viviendo solo.

 En ese momento veo que me está mirando con ojos lagrimosos, y está a punto de llorar, paro de hablar, me acerco a ella y la abrazo con todas mis fuerzas, ella me abraza y rompe a llorar desconsoladamente, me asusto de verdad, le doy un pañuelo y me acerco a su oído y le digo en voz muy suave que si me he pasado que me disculpe, hace gestos que no con la cabeza, trata de serenarse para decirme que le acabo de abrir los ojos, que es posible que tenga razón en lo que le estoy diciendo, y sigue llorando y no dejo de abrazarla fuerte.

Le digo que llore todo lo que tenga que llorar, allí estoy y no dejaré de abrazarla. Le sigo hablando bajo diciéndole que he tenido mucha suerte de conocerla y que vale un planeta.

Comienza a tranquilizarse, se recompone y se intenta arreglar la cara de tanto llorar.

Me la quedo mirando y le digo, Alexia, este fin de semana tienes que pensar mucho, te están pasando muchas cosas y estás desbordada así que lo mejor es que pares, pienses y tomes decisiones. Me dice que si a todo, que tengo razón en que su vida debe dar un giro de 180º y me da las gracias por formar parte de la solución y no del problema.

 Yo: Alexia, mira te propongo algo.

Alexia: Dime …

Yo: Este fin de semana, no te digo nada, me quedo en silencio para no interrumpir tus pensamientos, quiero que estés libre de cualquier presión o distracción por mi parte, y la semana que viene, me llamas cuando tengas claro como enfocar el camino a seguir y hablamos.

Alexia: Tengo claras dos cosas, por mis hijos no me voy a separar, ya te dije que les iba a dar un hogar y una familia ordenada, y por otro lado te quiero en mi vida como amigo de verdad y como amante. El único problema que tengo y lo tengo yo, es saber como convivir con una persona que no me atiende como me merezco en casa, y eso y solo eso es lo que tengo que arreglar.

Yo: Está bien, me alegra saber que por fin has encontrado el problema que te tenia mortificada y ahora sabrás como encontrar una solución. Quieres un consejo?

Alexia: Si por favor.

Yo: Te diría que a grandes males grandes soluciones … no intentes encontrar una sola solución para arreglarlo todo. Divide el problema en trozos pequeños y busca soluciones diferentes para cada trozo … que no ayuda lo suficiente en casa, a partir de ahora una semana el y una semana tu os encargais de la compra, tema críos igual, tema papeleo y burocracia de la casa, lo mismo, o que haga el mas de un trozo y tu menos de otro y al revés. Y mientras, yo te espero el tiempo que necesites para retomarlo donde lo dejamos.

Alexia: No, no lo dejamos ni de coña, ese paquete es mío (y me mete mano descaradamente).

Yo: jajajaja, bien, y este paquete te dice que te desea con todas sus fuerzas y que tiene unas ganas locas de hacerte sentir mujer de nuevo.

Alexia: Ummm … noto como se está despertando … 

Yo: No soy de piedra chica, pero hoy no toca, de verdad. Yo y mi paquete te prometemos darte muchas alegrías, así que vete preparando (le guiño el ojo)

 Me alegra haberte ayudado a encontrar el problema y sobretodo como enfocarte a buscar esa solución. Venga, te acompaño a la estación y la semana que viene me llamas y quedamos para vernos de nuevo.

 Nos despedimos tal y como comenzamos, con un morreo aun mas impresionante que al inicio y con un abrazo cuerpo a cuerpo tremendo.