~Javier me habia advertido que algún día me iba a entregar a su Gran Danés de dos años para que este debutara sexualmente. Era una fantasia que el tenía de verme debajo del gigantezco animal, tratada por el mismo, como una vulgar perra de su especie, y yo aunque me negaba permanentemente a vivir esa experiencia, ya me habia hecho a la idea que tarde o temprano lograría su objetivo y aparecería yo debajo del animal. Ese día estaba arrodillada en el piso, haciendole una fellatio a Javier, cuando Atila, el Gran Danes de mi novio, irrumpió en la sala. Sentí que el perro olfateaba mi cuerpo sudoroso; pero estaba demasiado ocupada con mi novio como para poder ver que hacia, hasta que senti una pata suya apoyada en mi espalda, y a Javier que dijo algo, ordenándole al perro que se retirara. El perro había intentado montarme torpemente por detras y ahora, pese a las órdenes de Javier, seguía intentándolo, aunque con mayor insistencia ante mi inmovilidad. No podía liberarme de el, estando arrodillada y me quise levantar de inmediato pero Javier fue mas rápido y me sujeto fuerte por el cuello dejándome en esa posición. Comencé a gritar: -¡No! ¡No!.... Pero Javier me puso la mano en la boca y me sujeto, el perro aprovecho la situación para lamer mi ano arrancándome oleadas de placer interminables, no se cuantas veces me vine pero ya estaba casi apunto de desmayarme en esa posición entonces escuche a Javier decir: -¡Muy bien Atila! ya la tienes… El perro como si hubiera estado esperando esa frase se trepó encima mío y sus patas delanteras me aferraron contra su poderodo pecho y Javier lo ayudo a encontrar el camino hacia mi cola con su mano, fue un segundo y Atila cuando sintió el calor de mi ano, embistió y me penetró con fuerza y volví a gritar llena de asco y miedo; pero el sonido quedo ahogado con la mano de Javier. Atila ya estaba firmemente dentro de mí cola y sus zarpas me sujetaban con fuerza mientras su peludo vientre se apoyaba en mis nalgas, me rasguñaba pero eso no me dolía, si no su miembro enorme que se movía veloz y profundamente dentro mio. Me sentí disgustada pero mi sorpresa fue mayor cuando me hizo venir de nuevo una y otra vez, mi cuerpo no podía evitarlo, el miembro de Atila estaba bien dentro de mí y lo sentía como algo estupendo. Javier miraba la escena fascinado, y me soltó sin que yo pudiera hacer nada ya por escapar, por la fuerza con que era retenida por el perro y comencé a sentir como me poseía aquel inmenso animal. Javier que aún estaba arrodillado frente a mí, impulso su miembro dentro de mi boca y lo empecé a chupar con gusto se movió en mi boca como lo hacia el perro, de repente, el perro me sujetó por la cintura con mucha mas fuerza y sentí un dolor muy fuerte en mi culo, Atila me bombeó ahora con mas fuerza aún y sin que yo pudiera hacer nada por impedirlo, la bola se introdujo dolorosamente dentro mío, cumpliendo la finalidad de sujetarme para obligarme a recibir la descarga que asegura la procreación de su especie y cuando Atila estuvo seguro que ya no me podría escapar, paso una para por sobre mis caderas y enseguida chorros de semen del perro comenzaron a depositarse en mi interior, estaba demasiado excitada que termine en un orgasmo mientras Javier me llenaba la boca con su semen. Estaba ya muy agotada y me deje caer hacia delante , ya que perdí fuerza en los brazos por el peso del perro en mi espalda y caí con la cara contra el piso y quedé desmayada con mi culo en pompa a merced de Atila. No supe cuanto tiempo permanecí así, me desperté porque sentía un fuerte dolor en mi culo y el perro aun estaba pegado a mi, cola con cola, llenándome aún de semen ya que sentía su poderoso e inmenso miembro latir muy dentro mio...... Javier me dijo que me relajara y asi seguí quieta esperando que el animal se vacie y saque el miembro de mi interior. Cuando Atila me lo sacó luego de mas de media hora de espera, pude ver en su totalidad el monstruo que me había enterrado con esa enorme bola al final de su miembro, no podía creer que me había entrado todo eso, mientras Javier me puso de pie y me dijo ahora te esperamos el Atila y yo todas las noches mientras duren tus vacaciones, en este mismo lugar para enseñarte mas cosas Alejandra.