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Categoría: Incestos

Al inicio fue duro

Primero que nada les cuento mi rutina diaria para que sepan mas o menos de mi vida.

Todos los días despertaba temprano y papá nos llevaba a mi hermano y a mi al colegio y luego en la tarde cada uno se iba a casa, cuando yo llegaba almorzaba y luego me encargaba de buscar el material necesario para realizar la tarea y mas tarde mamá llamaba para cenar, después hacia la tarea, muchas veces duraba hasta la madrugada y me acostaba tarde para luego despertar a las 6 de la mañana, les parecerá forzado pero yo estaba acostumbrada a un horario tan apretado.

Una tarde como todas llegue a casa y almorcé fijandome en mi hermano que veía TV en la sala, el era de altura promedio, con cuerpo bien formado de ojos verdes grisáceos y cabello marrón casi negro; casi siempre llegaba directo a ver TV así que no era raro.

Luego me dirigí a mi habitación y me dispuse a marcar las líneas que necesitaba estudiar para el examen de historia que tendría al día siguiente, pero la puerta se abrió y entro mi hermano Diego, no le di importancia, pues de vez en cuando venia a fastidiar, era muy seco y me trataba como todo hermano mayor que no le da importancia a nadie mas que a el.

Yo estaba acostada boca abajo en mi cama y jugaba con mis piernas al aire.

-se te perdió algo?-le pregunte, pues el solo caminaba por mi habitación como buscando algo que no se le había perdido.

-no.- susurro-mamá salió a hacer unas compras para la cena-me anuncio.

-ajam- seguí haciendo mi trabajo pero al notar que el aun seguía aquí y simplemente me miraba desde detrás me daba algo de bronca. 

-no te da pena?- que me daría pena? No tenia ropa sucia fuera de la cesta ni nada! A que se refería? Gire mi cabeza hacia el y me di cuenta que el miraba mis bragas blancas bajo mi falda. 

Me sonroje, pues recordé todas las veces que mamá le había dado sermones sobre intimidad pero de seguro el ya no era virgen, tenia una gran fila de chicas esperando por el; así como también que ya nos habíamos visto mutuamente en ropa interior producto de vivir en la misma casa.

-no, además de seguro ya tu no eres virgen.- arriesgue a decir y el simplemente se quedo callado, me aseguro lo que yo ya sabía.

-y tu?- me pregunto y yo quede en shock no solo por eso sino también por sentir su mano caliente en mis nalgas y como acariciaba toda la piel por encima de ellas, su mano cubría  completamente mi vagina la cual también toco.

Me decidí a voltearme y me fije en que no llevaba camisa (cosa que también era normal) 

-si y quiero seguirlo siendo- dije seria pero a la vez asombrada por su nueva actitud. 

El solo se inclino, me tomo de los muslos y me halo hacia el, quedando  justo entre mis piernas; coloco una mano justo al lado de mi cintura en la cama y me hablo al oído.

-dejame desahogarme- lo dijo muy bajo pero lo logre escuchar por la GRAN cercanía.

-para que? Muchas chicas esperan por ti, tan solo sal de casa y fijate.- estaba algo nerviosa por su comportamiento pero a la ves las cosas que hacia me ponían la piel de gallina; trataba de controlarme.

-desahogar lo que siento por ti.- y seguido de eso se bajo la liga de los pantalones de pijama que traía junto con su interior. En mi no cabía el asombro de lo que el hacia y simplemente me llene de miedo. El lo noto.

-tranquila, no haré lo que estas pensando, pero tan solo no hagas nada si?- en el momento no me quedaba de otra que aceptar lo que el decía, es mas fuerte que yo y si hubiera querido me violaba y ya así de simple.  

Subió mi falda hasta mi cintura y yo aun seguía confiando en sus palabras; se acerco y lamió mi cuello yo simplemente no dejaba de pensar en su pene; era grande, y lo que el hacia.

Se empezó a masturbar justo con su pene en mi intimidad, lo sentía mas no lo suficiente como para decir que me podría penetrar, pero igualmente estaba aun en shock. 

Besaba mi cuello y lamia todo, incluso con la mano que se apoyaba se elevo un poco a la vez que se separaba de mi cuello, sentí la necesidad de el, y también sentía como me mojaba  por tan solo ver lo que hacia, el sonrió ante mi quejido mudo y sin dejar de masturbarse abrió los primeros botones de mi camisa y volvió de nuevo a mi cuello a besar y lamer entre mis senos. Sin querer y sin poderlo evitar salió un gemido de mi garganta y apreté las sabanas de la cama.

El al poco tiempo subió a mi cara y me beso suavemente los labios y lo sentí vibrar un poco mientras con ambas manos me levantaba la espalda y me pegaba a el, pecho con pecho, mientras sentía como toda mi entrepierna se llenaba de su semen. A los pocos segundos se separo y me sonrió agradeciendome con solo una palabra y salió de la habitación, por su espalda caían gotas de sudor y su cabello se pegaba a su nuca. 

Mi mente no emitía una sola idea de que hacer ahora y mi cuerpo no ayudaba, me levante justo antes de que el liquido en mis piernas chorreara a la  sabana y mi mamá se pudiera dar cuenta, y tome la falda en mi cintura sin dejarla caer sobre mi piel y corrí al baño me quite todo y me duche. Ese día en la cena actúe lo mejor que pude al igual que Diego. 
Dos días pasaron igual, estaba atenta a que mamá necesitara salir, por un lado me asustaba que el pudiera volver a comportarse así y por otro recordaba lo sucedido y se me erizaban los vellos del cuerpo. 

El viernes había escuchado decir a mamá algo sobre una salida con papá en la noche, una fiesta de un cliente, normalmente llegaban a las 4 de la madrugada en situaciones así. Estuve toda la tarde sentada en mi cama con las manos en mi regazo y de frente a la puerta. Ya había escuchado la ducha del baño de mamá y el teléfono sonar, estaba nerviosa ante lo que pudiera suceder, y tal como lo predije mamá entro a mi habitación vestida para salir a un festejo elegante y diciendo que llegaría tarde con papá que ella cerraría la puerta y que estuviera al pendiente del teléfono, seguido de una corneta que anuncio a mi padre y salió casi corriendo, escuche las puertas principales cerrarse y el motor del auto alejandose.

Estaba frita, Diego podría volver a hacer lo que quisiera conmigo y una parte de  mi se emocionaba y  otra estaba nerviosa, realmente nerviosa. 

No se en que momento me dormí, solo se que no pasaba de la media noche y debo confesar también que tengo muy mal dormir así que cuando desperté; no estaba en una posición buena para mi. 

Diego estaba sobre mi y apoyaba todo su paquete sobre mis nalgas, pues estaba boca abajo con la cabeza apoyada sobre un cojín.

-dejame hacerlo, por favor-me pidió al oído mientras yo intente quitarmelo de encima, consiguiendo que su erección se pegara aun mas entre mis nalgas y una pequeña sonrisa salió de su boca.

-no, no.-susurraba muy bajito, quejandome, pensando en lo doloroso que debía ser y yo no estaba preparada.

-por detrás, solo.- me susurro a la vez que metía la mano por debajo de la falda hasta mi ropa interior y me la bajo lentamente hasta sacarla de una pierna, dejando guindada en la otra; luego subió con su mano de nuevo y metió un dedo en mi intimidad, en mi no cabía el asombro y el dolor, una punzada que no dañaba pero los nervios me dejaban muy sensible; lo restregaba por toda mi raja   a  la par de que se masturbaba, yo mordía  la almohada para evitar quejarme. Cuando termino emitió un largo jadeo y chorreo su semen por todo mi ano, preparando mi orificio para lo que se avecinaba, supongo que el prefirio hacerlo así, ya que los nervios me dejaban tensa y así nunca me mojaría lo suficiente como para que me pudiera penetrar el ano sin que me doliera tanto. Con ambas manos me nalgueo un par de veces y me separo las nalgas colocando su pene en mi ano y mientras me tomo de la mano, como tratando de tranquilizarme, hubiera servido de no ser porque toda esa situación era confusa y yo no sabia que esperar ni que sentía exactamente. Me empezó a penetrar mientras hacia movimientos circulares y yo mordía aun mas fuere la almohada, yo no se exactamente de cuantos centímetros lo tiene ni cuanto es el limite para que estuviera dentro completamente pero no me quedo de otra que emitir un gemido justo antes de que sus teticulos tocaran mis nalgas, no había entrado completo y ya sentía un fuerte desgarro.

-aun falta.- me explico, el pretendía seguir.

-no, no lo hagas.- un par de lagrimas corrieron por mis mejillas y el lo noto. Paso una mano por debajo mío justo hasta mi clictoris  y empezó a tocaroo como un botón, lo rodeaba y lo pellizcaba entre su dedo medio e indice, un cosquilleo me llego a todo el cuerpo y empece a sentir un poco de placer, no quería que el siguiera pero mi cuerpo de nuevo como por acto reflejo justo cuando otra onda de placer me iba a recorrer empuje hacia atrás y me penetro por completo, grite por el dolor, tan solo un par de segundo en los que el no dejaba de gemir, y luego empezó a dar estocadas suaves a la vez que las combinaba con sus manos en mi clictoris. Una oleada de placer me recorrió al minuto y sentí como su semen entraba en mi, mientras el separaba mis nalgas masajeandolas y salía lentamente. 

Cuando termino de salir se quedo atrás un momento aun con mis nalgas separadas y sentía como salía su liquido por mi orificio irritado. El termino de ver y se tumbo a mi lado. Estaba totalmente avergonzada nunca me hubiera imaginado que el llegara a hacer esas cosas conmigo, y menos esto que acababa de hacer, teniendo a todas las chicas del vecindario detrás de el. 

Ya habiendo reunido valor eleve mi cara de la almohada y lo vi a mi lado, el me miraba fijamente, me apoye sobre su pecho dudosa. 

-porque yo?- le pregunte esperando que me respondiera lo mas sincero posible.

-tu eres lo que quiero, eres bonita, virgen y de mi sangre. Me conoces- yo en realidad no me creía bonita y cometí un error al haberle dicho que era virgen, eso pone a los adolescentes a mil. 

-pero te dije que me dolía, y seguiste- le reproche aun adolorida. 

-pues, lo siento, te lo recompensare- se paro colocando la almohada bajo mi cabeza y arrodillandose justo a la orilla de la cama donde quedaban mis piernas, las cuales paso por sus hombros y levanto la falda que de nuevo había caído 

Estaba nerviosa, no sabia que se sentía  sexo oral y por como el estaba eso era lo que iba a hacer. Me sonrió y metió las manos por debajo de mi camisa alzando el sostén y masajeando mis senos y tomado mi duro pezón entre sus dedos, tal como había echo con mi clictoris. Luego metió la cabeza entre mis piernas y en un largo lengüeteo saboreo toda mi raja, absorbiendo mi clictoris ya adolorido y luego abajo penetrando lo poco que podía con su lengua y de vez en cuando también limpiaba con la punta de su lengua el resto de su semen que aun goteaba de mi ano: yo no paraba de gemir ante tal experiencia y me temblaban las piernas; le quite una mano de mi seno y la dirigí a mi boca mordiendo y chupando sus dedos, sabían a sexo, salado pero bien, el mordisqueo levemente mi clictoris provocando que un espasmo me recorriera y gritara bajo. 

-ya te dije que te lo recompensaría- río saboreandose los labios -te quieres dar un baño?- yo solo asentí sin fuerzas y sin poder quitarle la mirada de encima. Fuimos al baño y mientras el abría la regadera y comprobaba la temperatura yo quitaba la ropa que aun tenia. Luego ambos nos metimos y yo trataba de frotar mi intimidad y quitar la incomodidad que tenia, con mi culo no podía hacer nada, me había desvirgado el ano  y aun me ardía.  

Mire Su pene, de nuevo estaba duro, no se cansaba, me tomo de la cadera y me estampo contra una pared fría, mientras me besaba, era la segunda vez que lo hacia, esta vez fue mas pasional y metió su lengua en mi boca, yo lo saboree lo mas que pude mientras el dirigía sus manos a mis nalgas y las separaba metiendo sus dedos acariciando mi orificio. Me pregunto si me dolía en medio de lengueteos que nos dabamos para no separarnos y yo asentía, así que el acariciaba todo mi orificio por completo y metía la mitad de su dedo y lo sacaba como rascando el interior luego dirigió su atención a la parte baja que pedía a gritos sus dedos. 

-no quieres ser llenada?- el sabia mucho de esto mientras que yo era una simple virgen.

-quiero.quiero. Necesito mas que un dedo, mas que  tu lengua.- le sonreí, aceptando su oferta y dejandome a su merced. 

Me cargo sobre su cintura y salimos a la parte del lavamanos, donde me sentó y aun con sus dedos sentía toda mi vagina.

-lo voy a meter aquí- me explico tocando y yo me sostenía de su cuello el tomo su pene y lo paso por toda la extensión de mi raja. Era muy grande y grueso y de nuevo el panico me invadió. 

-sabes, eres muy grueso- le dije, además yo era virgen, se suponía que debía empezar con algo menos violento.

-tus paredes se extenderán a mi anchura- allí esta, yo ponia excusas y el explicandome. 

-eres muy largo- también esperaba que no quisiera. 

Me abrió los labios vaginales de nuevo  y se coloco en mi entrada empujando un poco. 

-solo tienes que desear ser penetrada, no le tengas miedo, o prefieres mi dedo?- me tomaba por las nalgas y las separaba de nuevo, metiendo sus dedos allí. 

Sentía como mis paredes se separaban y absorbían a su miembro, a la vez que sus dedos hurgaban mi ano, cuando la cabeza estuvo dentro solo faltaba su gran cuerpo, un ardor se extendió por mi vagina y cuando el empujaba cada vez mas hasta que sentí una especie de malla que evitaba el paso, el me miro a los ojos y empujo un poco mas fuerte rompiendo la barrera y grite, grite por el dolor momentáneo a la vez que el estimulaba mi ano y me hacia delirar, mordí su hombro y el gimió, supongo que por placer.

Sentí que su miembro topaba con una pared era el extremo natural de mi vagina. 

-ya?- pregunto y yo solo asentí- falta por entrar, creo que puedo. Pon tus piernas en mis nalgas- yo no quise y el las guío por mi, por obligación  lo obedecí y el entro completamente de una estocada y luego se meneo suavemente adelante y atrás luego de un rato ambos no parabamos de gemir y de nuevo mi tercer orgasmo en la noche. 

Su semen chorreo por mi raja y el me pregunto si quería seguir con el baño yo le dije que si y ambos nos duchamos el uno al otro, provocando que su erección volviera y cada vez que el tocaba mi vagina  para lavarme me dolía el orificio que era ahora que ya no era virgen. 
 
Así mismo también me metió tres dolorosos dedos haciendome  daño y grite las primeras veces pero el se encargo de que lo disfrutara. 

Cuando salimos del baño me quito la toalla y me ordeno que me pusiera en cuatro en la cama, me lamió mi vagina y me separo los labios vaginales para meter su pene, mis paredes aun lastimadas enviaban punzadas de dolor y yo me quejaba.

-no, ya. Me duele- el seguía y me apretaba los senos desde atrás.

-ya pasara- no sabia que era esto, yo lo quería seguir, quería seguir teniendo sexo pero me dolía y el no escuchaba mis suplicas. 

Cuando termino me volvió a hacer sexo oral y me llevo a su cuarto, allí saco un pene de goma y me dijo que me lo había comprado para mi. No entendía nada.

Se acosto en su cama y me dijo que me sentara sobre el, dándole la espalda. Que me mantuviera arrodillada y sentí como con su cabeza tocaba mi entrada sensible, me daban cosquillas extrañas y me tomo de la cadera sentadome sobre el. No podía dejarme caer sobre el, el dolor aun seguía allí, peor el me obligo y yo me queje, pero lo de después me asombro, había olvidado por completo el vibrador, lo metió por mi ano y lo encendió, poco a poco lo encajaba mas y mas hasta que grite, era mucho. 

-si quieres que deje de doler muevete- empece a moverme arriba y abajo- mas mas- mi ano me ardía y mi vagina palpitaba. Me nalgueo y me obligo a saltar como loca, a los pocos saltos ya no podía mas.  El saco el vibrador y nos dio vuelta me acostó en la cama el sobre mi saco su pene, yo me iba a sentar para poder irme a mi cama pero no me dejo, me empujo y me penetro por el culo, grite porque lo metió todo de una estocada y luego metió el vibrador por mi vagina. Me dio duro hasta que termino y me restregó todo el semen por mi intimidad y me llevo cargada hasta mi habitación me limpio y vistió, como muestra de afecto por haberme tratado como objeto sexual según el. 

Nos vemos en otra historia con otro encuentro; Y me da igual si me quieren juzgar pero desde mi punto de vista retorcido prefiero haber perdido mi virginidad con mi hermano y no con un amor fallido, y aprendí muchas cosas.
Datos del Relato
  • Autor: Diana
  • Código: 24556
  • Fecha: 01-09-2011
  • Categoría: Incestos
  • Media: 5.93
  • Votos: 41
  • Envios: 4
  • Lecturas: 9080
  • Valoración:
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Comentarios


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1 comentarios. Página 1 de 1
Frank
invitado-Frank 12-12-2012 00:00:00

Que bien relatas tu anecdotas me has excitado mucho.te rom peria el chocho tambien.

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