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Ahora yo soy una puta

~~Después de las experiencias de que les conté en los relatos anteriores me convertí en una experta en el sexo y más en mi caso que lo practicaba casi a diario.
 Pasado un tiempo, y cuando tenía 18 años vi un anuncio clasificado en donde se necesitaba una profesora de piano para dictar clases en un conservatorio, y como yo era profesora como les conté antes envié mi curriculum como se solicitaba en el anuncio y a los pocos días recibí una carta en la que se me comunicaba que concurriera para tener una entrevista con el director del mismo.
 El día fijado me vestí provocativamente como lo hacía siempre y llegué a la hora convenida. Luego de anunciarme no tuve que esperar mucho para ser atendida por el director. Se trataba de un hombre un poco mayor un poco canoso pero que todavía se conservaba bastante bien. Ni bien entré me ofreció asiento, yo me senté cruzándome de piernas y él enseguida dirigió su mirada hacia ellas y haciendo un esfuerzo quitó la mirada de las mismas para explicarme los requisitos para el cargo y cuáles serían mis funciones. A mi me interesaba el puesto, más que por razones económicas (pues no pagaban mucho) por la razón de que me gustaba la docencia y como también disfrutaba de la música podría combinar ambas cosas. A pesar de ello no le presté mucha atención a lo que me decía aunque si trataba de mostrar mis atributos físicos desabrochando mi blusa y levantando mi falda de tal forma que lo vi excitarse porque en su pantalón se notaba un bulto cada vez más grande. Entre los requisitos para el cargo existían algunos que yo no tenía pero iba a tratar de compensarlos de otra manera. Por lo tanto me levanté de mi asiento y diciendo que tenía calor me terminé de desabrochar la blusa dejando al desnudo mis senos (nunca usaba sostén) lo que aún excitó más al director y acercándome a él le bajé el cierre del pantalón y al hacerlo saltó hacia delante su polla ya libre de su encierro, y yo la empiezo a acariciar con mis manos para luego metérmela en la boca y mamarla suavemente, cosa que se notaba que estaba disfrutando por sus gemidos y porque me pedía Si, no pares, seguí así que me encanta Yo le hice caso hasta que se corrió en mi boca Yo no sé si antes se la habían mamado pero quedó tan contento con lo que hice que terminó por darme el puesto comenzando en pocos días el inicio de las clases.
 Llegó finalmente el día en que empezaría como profesora de piano a dictar clases por lo que fui presentada al equipo de profesores y luego a quienes serían mis alumnos y alumnas (la clase era mixta) los que eran bastante jóvenes pues ninguno pasaría de los 17 años.
 Los chicos de la clase estaban contentos de tener una profesora tan joven y aunque quede mal que yo lo diga también tan linda y las chicas eran de su misma opinión por lo que enseguida congeniamos y se formó un grupo muy lindo y ellos me tenían confianza como para contarme sus cosas, y pedirme en algunos casos, consejo.
 Había un chico sin embargo con el que no había logrado tener una relación muy estrecha, tal vez por su timidez, por lo que un día le pedí que se quedara después de clase para poder hablar con él, se llamaba Pablo.
 Luego de la clase Pablo se quedó, y entonces pude conversar con él y aunque al principio no me quería decir nada, después me contó que como había comenzado el curso tarde no alcanzaba a tocar el piano como sus compañeros lo que lo apenaba. Eso era cierto pero yo le dije que no se preocupara que ya se iba a equiparar a los demás. Luego al entrar más en confianza me dijo que no sabía como tratar a las chicas y por eso ellas no le hacían caso y no podía hacerse amigo de ellas cuando todos los demás chicos incluso salían con las chicas del grupo. Yo entonces le propuse que se quedara algunos días después de clase que yo le iba a dar lecciones particulares y aunque él no lo sabía las lecciones no iban a ser solo de piano.
 El día previsto Pablo se quedó después de hora para tomar su primera clase particular. Yo empecé por explicarle algunas cosas sobre el piano y como debía hacer para corregir sus errores cosa que entendió perfectamente y enseguida pudo ejecutar las piezas en las que tenía más dificultad mejor de cómo lo estaba haciendo. Yo lo felicité por su progreso y le dije que teníamos que descansar un poco y que le iba a dar un premio. Dicho esto me senté a su lado frente al piano y me quité la blusa sorprendiéndolo por lo que le dije que no se pusiera nervioso. Luego tomando sus manos entre las mías se las llevé a mis senos para que me los acariciara cosa que hizo un poco rudamente por lo que tuve que guiarlo para que lo hiciera más suave. Al ratito de este juego le pregunté ¿Te gustaría chuparlas? Él se sorprendió de mi pregunta pero tartamudeando respondió que sí y empezó a chuparlas como si en ello le fuera la vida. Yo me divertía con su inexperiencia pero estaba dispuesta a que con unas pocas clases se convirtiera en un buen amante. Por lo tanto lo detuve y lo desnudé completamente haciendo yo lo mismo, Pablo estaba excitadísimo lo que se podía notar viendo su polla que parecía a punto de reventar. Yo me arrodillé delante de él y le chupé la polla suavemente pero él sin poderse contener enseguida se corrió en mi boca tragando yo toda su rica leche. Nuevamente se la empecé a chupar para que se empinara lo que no me costó mucho trabajo y enseguida estuvo nuevamente a tono. Entonces yo le dije que quería que me la metiera y como nunca lo había hecho antes me acosté en el piso y le dije que se acostara sobre mí después tomé su polla y la metí en mi concha empezando a movernos mientras yo le decía Vamos nene, métemela toda y dame toda tu lechita Haceme gozar bebé con estas palabras Pablo se excitó más y al poco rato descargó dentro de mis entrañas toda la leche acumulada en sus cojones y pese a su inexperiencia me hizo gozar.
 Por supuesto que la clase todavía no iba a terminar hasta que me la metiera por el culo cosa que a mi me encantaba y no me quería quedar sin poder probar esa polla en mi agujero por lo que dejé que descansara para que se repusiera y cuando vi que su polla estaba nuevamente parada lo hice acostar en el suelo y yo me puse sobre él y fui bajando lentamente sobre su polla y ésta iba entrando en mi cuerpo haciéndome disfrutar con esa tranca que aunque inexperta era lo bastante grande como para hacer gozar a una mujer y más siendo tan caliente como yo.
 Esta fue la primera pero no la última clase y antes de terminar el curso de piano ya Pablo se había convertido en un muy buen amante y de eso estoy segura pues así como pienso yo pensaban sus compañeras de grupo con las que después de mis clases logró conquistar e incluso follar con algunas de ellas.

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