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Categoría: Dominación

Ahora soy yo la que quiere atar a una mujer (1º parte)

Un día pensando lo mucho que me gusta que me aten y amordacen pensé en que por qué no podía ser yo la que aprendiera a atar… además yo soy bisexual y me gusta ver mis vídeos atada y amordazada, así que pensé en lo mucho que me excitaría ver vídeos de otras mujeres en tal situación, mmmmmm, solo de pensarlo ya empezaba a notar un calor interno bastante importante jajaja.



Pero yo quería atar a una chica como me ataron a mí la primera vez, sin su total consentimiento… ver su cara de miedo y su cara de pena cuando esté bien atada y amordazada pidiéndome con la mirada que se lo quite… ppfffff mmmmm.



Se lo comenté a mi marido y él me dijo varias veces que se negaba que nos íbamos a meter en un lío pero yo soy muy persuasiva y sé que tarde o temprano le acabaría convenciendo.



Estuve pensando que la mejor manera era contratar una niñera, aunque nosotros no tenemos niños… jajajaa y según entrara por la puerta, reducirla hasta hacerla nuestra.



Convencí a mi marido para hacer mi plan a base de ponerle cachondo contándole lo morboso que sería ver a una joven bien atadita a nuestra disposición para hacerla lo que queramos, de la cantidad de posturas que podríamos atarla, podríamos probarla con varias mordazas diferentes y después de varios intentos le convencí, me decía que le ponía muy cachondo imaginarse la situación… pero antes me tenía que enseñar a atar tan bien como ya lo hacía él, yo también quería poder atarla y amordazarla, así que me apunté a los talleres de bondage que se había apuntado él con anterioridad y me vi todos los vídeos que tenía donde enseñaban a hacer bien perfectas todas las ataduras, después de mucho practicar creía que estaba preparada para el gran día.



Al día siguiente después de mucho buscar por internet acabamos ingresando a una web de alquiler de niñeras, nos fijamos en una joven de 18 años que se anunciaba en la página súper guapa, rubia, con un buen escote, 165 de altura y sabíamos que ella iba a ser nuestra víctima en cuanto vimos sus fotos. La llamamos y tenía una voz súper dulce y quedamos con ella a las 17 de la tarde del día siguiente. Debíamos de tener todo preparado así que nos fuimos corriendo a comprar todo lo que nos faltaba para la ocasión…



Fuimos a comprar cuerdas nuevas. Una marrones claritas de unos 6 mm de grosor de nylon, otras negras del mismo grosor y también de nylon ya que eran las que más nos gustaban para dejar a una mujer bien atada y con las blancas que ya teníamos, eran suficientes. También fuimos a una ferretería y compramos una cinta blanca de electricista para taparla las manos y los pies y otras dos para taparla la boca, una cinta ancha transparente y otra igual pero en color plata. Nos acercamos a un sex-shop y en la zona de sumisión tenían varios tipos de mordazas y compramos una de una mordaza bola súper grande que nos encantó a las dos y unas esposas para poder inmovilizarla rápidamente. Nos acercamos a una tienda de ropa interior de mujer y compramos un par de conjuntos de encaje con tanga, sujetador, liguero y medias y más o menos eran de su talla, uno negro y otro blanco, así que esperemos que le valgan porque le obligaríamos a que se los pusiera para hacerla todos los vídeos y fotos que quisiéramos.



Al día siguiente estaba súper entusiasmada. Esperamos un buen rato cuando por fin llamaron al telefonillo y ya teníamos todo preparado para dejarla a nuestra merced. Llamaron al timbre y por fin ahí estaba nuestra nueva esclava, una joven que era preciosa, se la veía muy infantil y eso me ponía mucho más. En lo primero que me fijé es que tenía los brazos muy delgaditos y eso era perfecto para poder atarla mucho mejor…



- ¡Hola! ¿Sois los que habéis pedido la niñera? -nos preguntó



- Sí claro, pasa por favor -la dije



Y según cerramos la puerta mi marido la cogió del cuello por la espalda, tapándola la boca con la mano para que no pudiera gritar y la empezó a ahogar hasta que la dejó inconsciente…



La llevamos al salón donde ya teníamos todo preparado y debíamos darnos prisa antes de que se despertara. La desnudamos, tenía un cuerpo precioso, unas tetas bastante grandes y un abdomen muy liso como me a mí me gustan las mujeres. La empezamos a poner uno de los conjuntos, para más detalle, el negro, que la compramos al día anterior y dimos en el clavo con la talla porque la quedaba perfecto. Por fin era el momento de dejarla bien atada y bien amordazada y poner en práctica todo lo que había practicado y aprendido las semanas que me he preparado para este momento.



La primera vez que la ataría sería con las cuerdas marrones claritas. Empecé poniéndola una cuerda en las muñecas dándola bien de vueltas y dejándola bien apretada, seguido la puse otra en los antebrazos igual de apretada que la de las muñecas y la puse otra en los codos y se los junté todo lo que pude, estaban tan juntos que incluso me costaba pasar la cuerda entre ellos para poder apretárselos… qué morbo me estaba dando todo aquello, notaba el coñito a mil grados y aquello nada más acababa de empezar.



Seguí atándola los tobillos con otra cuerda, otra cuerda por debajo de las rodillas, otra por encima de las rodillas y otra en los muslos y las cuatro bien apretadas.



De repente se empezó a despertar y antes de que pudiera gritar mi marido la tapó rápidamente la boca con la mano, apretándola todo lo pudo, no me puedo olvidar de la cara de miedo que puso, cuando se despertó y se vio súper atada…. mmmmm, qué morbazo.



Corriendo fui a mi mesilla de noche y cogí las dos bragas más grandes que tenía, volví al salón y antes de nada la dije:



- Tú veras si te portas bien o mal y quieres salir de aquí con vida, yo que tú, no gritaría… yo creo que si nos haces caso a todo lo que te pidamos, te lo pasarás bien, avisada estás



Ella asintió con la cabeza y la dije:



- Ahora vas a abrir la boca todo lo que puedas sin rechistar lo más mínimo



En cuanto mi marido la quitó la mano de la boca, la muy hija de puta pegó un grito que me reventó los tímpanos:



- Socorrooo!!! Ayudaaaa!!!



Y rápidamente la metí una de las bragas en la boca y de seguido la metí la otra y de los grandes que eran, casi ni podía introducírselas, tuve que apretar mucho para poder meterlas y en cuanto fui capaz, mi marido cogió la cinta ancha transparente y empezó a taparla la boca con muchas vueltas por detrás de la nuca y muy muy apretada. La dije:



- ¿No te dije que no gritarás, cacho de zorra? ¡Ahora vas a estar amordazada por horas… grita ahora sí puedes, campeona!



No paraba de moverse como una serpiente, estaba totalmente histérica, así que la llevamos a nuestra cama y la tumbamos boca abajo mientras no paraba de intentar gritar:



- Mmmmhhh… Mmmmmhhhhh… Mmmmmmhhhhh



Cogí otra cuerda y la junté los tobillos y las piernas poniéndola en posición hogtied, la tapé las manos y los pies con cinta de electricista blanca y ya por fin la tuvimos totalmente inmovilizada y totalmente amordazada, era nuestra para lo que quisiéramos y durante el tiempo que quisiéramos. Fui a por la cámara y la hice decenas de fotos, como miraba a la cámara con cara de penita, pensaba:



- Dios, qué cachonda me está poniendo verla así… mmmm.



La hice tres vídeos de unos dos minutos cada uno y volví a dejar la cámara grabando pero esta vez sola. Me empecé a tocar el chochito viendo aquella escena, estuve un buen rato tocándome y os podéis imaginar lo humedito que estaba aquello… Le pedí a mi marido que se sacara la polla que me apetecía empezar a chupársela mirando a los ojos a la joven, mi marido tiene una buena polla y casi no me entra ni en la boca, y ese día la noté especialmente dura, era totalmente normal, teniendo una joven totalmente amordazada y atada para nosotros solos delante de nuestros ojos…



Le estuve comiendo la polla durante un buen rato, de repente, me puso a cuatro patas y me puso cara con cara con la joven y me empezó a follar un buen rato gimiendo en la cara de la joven como una guarra… no parábamos de mirarnos fijamente y creo que en su mirada me estaba diciendo que le estaba gustando lo que veía.



Después de un rato la dije con voz bajita y súper sensual:



- ¿Te gustaría comerme el coño? -y ella asintió



- Pero no grites o si no te volveremos a amordazar -me volvió a decir que sí con la cabeza.



La quité la mordaza y sin que pudiera decir nada la puse el coño corriendo en su boca… no veas lo bien que lo comía… empecé a volar pero de verdad. Mi marido me volvió a meter la polla en la boca y así estuvimos como diez minutos, después la pregunté:



- ¿Te gustaría comerle la polla a mi novio? -y ella asintió con la cabeza de nuevo



Así que la pusimos de rodilla y empezó a comerle la polla a mi marido y no paraba de mirarle fijamente a los ojos hasta que se corrió en su boca, no veas como la gustaba a la puta chupar pollas y comer coños…



Se nos hizo bastante tarde, así que la volvimos a dejar bien amordazada y la llevamos a la habitación de invitados hasta el día siguiente:



- Buenas noches -la dije y ella solo podía hacer:



- Mmmmmhhhh



- Tranquila que para mañana tendrás más y mejor, espero que te guste estar atada y amordazada tanto como a mí.



De momento dejaré aquí esta parte y pronto subiré la segunda parte, espero opiniones. Muuuaaaaakkk.


Datos del Relato
  • Categoría: Dominación
  • Media: 0
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Comentarios


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1 comentarios. Página 1 de 1
Juan
invitado-Juan 19-12-2019 15:31:24

Muy Intenso... Un relato muy erótico y perverso.... Me pregunto si en la vida real se darán estos casos

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