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~~Era un día cualquiera, una tarde recién levantado de la siesta, y me había despertado algo “juguetón”, había quedado con los amigos del gimnasio a las 8, así que tenía 3 horas por delante para echar un buen polvo. Por lo que abrí una aplicación de mi Smartphone. Allí, además de los de siempre, encontré un perfil de un chico de 22 años que estaba muy cerca, la verdad es que estaba bastante bien y me llamó mucho la atención, pero a decir verdad, buscaba un polvo rápido y algunos de estos chavales tan jóvenes “marean” mucho y yo prefería ir directo al grano. Empecé a hablar con otros que buscaban explícitamente sexo cuando de repente sonó el timbre, supuse que sería el pesado del vecino que siempre me está pidiendo el taladro o cosas por el estilo. Abrí en camiseta de tirantes y pantalón corto, confiado en que al abrir sería “el calvo del bricolaje” que era así como le llamaba, pero no fue así.
Al abrir la puerta, y con traje y corbata estaba el chico que había visto un momento atrás en mi móvil, JDC_22, haciéndome una oferta de móvil, ADSL y fijo. La verdad es que la oferta no me interesaba lo más mínimo, mi interés se centraba en ese joven, que ganaba muchísimo en foto, era un auténtico chulazo.
-Pasa, pasa y me lo cuentas.
Aun no se había sentado cuando le ofrecí algo de beber
-Un poquito de agua. Dijo
Perfecto, así tenía la excusa perfecta para escribirle sin que me viera
-“Parece que estamos muy cerca”
Pero no recibí respuesta. Me senté a su lado y fue desgranando las maravillas que ofrecía su compañía, estaba claro que debía dejarle sólo para que pudiera ver su teléfono.
-¿Te importa si fumo?
-No, claro que no
-Voy por el cenicero
Y tardé, lo suficiente para darle tiempo a contestarme
-“Pues sí, eso parece. ¿Tienes foto de cara?”
-“Mejor en persona. Estoy tan cerca que podría tocarte” jajaja
Y volví al salón. Vi a aquel tiarrón dejando el móvil sobre la mesa, boca abajo para que no viese nada, así que sin dudarlo me senté a su lado en el sofá, ésta vez tan cerca que casi rozábamos nuestras piernas, le miré fijamente a los ojos y le dije:
-Pues sí, JDC_22, estamos tan cerca que puedo tocarte. Y puse mi mano el lado interior de su muslo.
Sus ojos se abrieron, sorprendido, y antes de que reaccionara le cogí de la barbilla y le besé, por supuesto, mi beso fue correspondido y empezamos a morrearnos. No tardé mucho en empezar a acariciar su cuerpo y él en adentrar su mano en mi paquete, subiendo desde la pernera del pantalón deportivo. Mi polla fue cogiendo dureza al notar su joven mano recorriendo mis pelotas y el tronco de mi pene. Me levanté un poco para dejarle más fácil que me bajase el pantalón y así lo hizo, como leyendo mi mente. Ya con todo fuera y sentado de nuevo siguió masturbándome, y la verdad es que era una maravilla el pajote que me estaba regalando. Dejó de besarme por un momento y me miró fijamente. Sus ojos lo decían todo, estaba cachondo perdido e incluso sus mejillas lucían más sonrosadas. Fue en ese momento cuando se inclinó, buscando tener en su boca lo que tenía en la mano. Empezó suavemente, por la punta, dando buenos lametones para dejarla bien lubricada y finalmente hasta el fondo. Notaba esa garganta profunda siendo atravesada por mi polla, eso me ponía a mil. De repente paró, con la mirada fija en el glande y le escupió, para metérsela esta vez toda, notaba su nariz en mi pubis y mis huevos en su barbilla, sin duda estaba ante una auténtica máquina que gozaba como una perra comiéndose mi rabo. Seguía disfrutando de la espectacular mamada que me estaba propinando cuando su mano se fue a su bragueta, abriendo la cremallera poco a poco para meter la mano dentro y sacar su polla y empezar a masturbarse. Poco a poco fui acercando mi mano a la suya para coger su falo y ser yo quien le pajease. Su cuerpo se convulsionaba y aprovechó para quitarse la americana y entonces fui yo quien le quitó el cinturón y le desabroche el pantalón. Esta vez empecé a sobarle los huevos con una mano y mientras con la otra retiraba el cinturón para que no molestase me dijo:
-¿Qué vas a hacer con eso? La verdad es que lo iba a dejar encima de la pequeña mesa que estaba al lado del sofá, pero esa pregunta me dio a entender que quería que hiciese algo, así que le mire fijamente a los ojos y mientras le ataba por las muñecas con su propia correa me acerqué a su oído y le dije “esto”. Una mueca de gratitud se dibujó en su cara, mostrando una tímida sonrisa que le hacía mucho más guapo.
Se recostó, apoyando la cabeza en un brazo del sofá, y dejando caer sus brazos atados hacia atrás, con la camisa y la corbata puesta, porque los pantalones se los estaba bajando hasta quitárselos del todo, dejando sus piernas en alto, apoyadas sobre mis hombros. Lubriqué con mi saliva mis dedos índice y anular y los acerqué a su culito, humedeciéndolo y haciéndolo suspirar. Volví a repetir la acción, dedos a la boca y luego al culo, pero esta vez adentrándome, con movimientos de dentro a afuera y también circulares, tenía a aquel jovencito guapísimo a tope y mi polla aún lo estaba más. Dejé caer un hilo de saliva sobre ella y la acerqué a su culo, penetrándole lenta pero decididamente, de un tirón.
-Ahhhh!!! Ahhhh!!!! Joder qué bueno!!!! Ostia tio!!!! Mmmm!!!
Mis embestidas eran cada vez más potentes, cada vez sacaba más trozo de mi polla para luego volverla a meter, hasta sacarla por completo y volver a la carga, así una y otra vez con sus piernas en mis hombros y cogiéndole de sus torneados muslos ¡menudo polvazo estábamos hechando! Poco a poco fui soltando una de sus piernas, quedando más expuestas aún sus partes. La verdad es que era un deleite para la vista y para los oídos, pues no paraba de gemir, de mordisquearse los labios y de dar muestras de placer que fueron aumentando a medida que mis metidas y sacadas encontraban el camino más despejado, pues se estaba dilatando muy muy bien. La saqué y aprovechó para cambiar de postura, esta vez a cuatro patas, en el mismo lado del sofá. Esta vez mis clavadas eran mucho más fuertes y rápidas y sus gritos de placer se mezclaban con el ruido del chocar sus nalgas contra mi cuerpo. Mientras su polla se balanceaba y sus manos seguían atadas con su propio cinturón.
-Me pongo encima. Me dijo
Me senté a su lado, volviendo a lubricar mi rabo con mi mano, lo notaba tan caliente…
Con un poco de esfuerzo fue haciendo unos movimientos con las manos hasta librarse de su atadura, luego, se desanudó la corbata y ya sentado y cabalgando sobre mi polla la pasó por detrás de mi cabeza, a la altura de mi nuca, para así poder tirar hacia él y seguir comiéndome la boca. Fui bajando por su cuello y desabrochándole la camisa, que era lo único que seguía llevando puesto para seguir chupando, lamiendo y besando ese cuerpazo fibrado y lampiño. Sus gemidos iban de más a más, y los saltos que daba para seguir clavándosela en mi culo cada vez eran más bestiales. De repente, sus ojos se abrieron mucho más, su boca empezó a emitir gemidos más y más intensos y su mano fue hasta su polla. Su excitación era tal que tras apenas tres o cuatro movimientos ya empezó a chorrear su denso y blanquecino esperma sobre mi camiseta a la altura del abdomen.
Se levantó, estaba casi en trance aún debido al orgasmo y se puso de rodillas ante mí, cogiendo mi polla y agitándola muy cerca de su rostro. No tarde mucho en lefar esa carita. Varios chorros impregnaron su mejilla, pómulo, barbilla y la comisura de sus labios. Con todo esto encima, se inclinó un poco hacia atrás y sonriendo preguntó:
-¿El baño?
-Por aquí ven. Y me siguió.
Deje mi camiseta lefada en el bidé y a aquel muchacho limpiándose, mientras me fui a encender otro cigarro.
No lo había terminado aun cuando lo vi aparecer de nuevo en el salón, esta vez completamente desnudo. ¡Qué bueno está! Pensé.
-Ufff!!! Qué morbazo,tio!!
Respondí con una picarona sonrisa y un guiño. Se fue vistiendo y de repente recordó por lo que había venido.
-¿Te interesa entonces lo que te está diciendo?
Puse cara de “perdona pero no”
-Ya si es que es una mierda, pero bueno, de algo hay que currar. Dijo, mientras acababa de ponerse la chaqueta y se acercaba a mí para darme un beso en los labios y decir
-Bueno, pues a ver si quedamos más días, que a mí me ha molado.
-Claro que sí. Cuídate campeón
Y cerré la puerta.
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