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Admirando su gran polla

~~Entro a la casa y no encuentro a nadie, digo tu nombre y no recibo respuesta. Dejo en el sofá lo que traigo en las manos, me dirijo a las escaleras, subiendo sin hacer ningún ruido, abro la puerta de la recamara y te encuentro dormida, únicamente con tu ropa interior cubriendo tu bello y delicioso cuerpo, un conjunto de bra y panty negro, así como un sexy ligero también negro, el cual sujeta las medias negras que cubren tus deliciosas piernas. El bra, apenas cubre lo indispensable de tus generosos pechos, los cuales parecen querer salirse de su sugestiva prisión y quedar libres en toda su extensión, con los pezones completamente erectos semejando una dulce y madura fresa, la cual se antoja devorar en largos y lánguidos lengüetazos; la panty que es transparente, permite ver a través de su vaporosa transparencia, el monte de Venus cubierto con un fino bello, el cual resguarda las puertas del templo del placer supremo.
 Contemplando el bello espectáculo de tu cuerpo, me acerco y con infinita ternura, empiezo a besar ese cuerpo que insita a desbordar la pasión en un encuentro desenfrenado de sexo, pero, conteniendo el impulso de abalanzarme sobre el, continúo besando tu cuerpo, empiezo por los pequeños y delicados pies que son cubiertos por las medias, por lo que al posar los labios en ellos, se tiene la sensación de estar besando una piel liza y suave que cubre a otra, que emite pasión y fuego, y provoca una sensación de calor que va invadiendo mi cuerpo.
 Continuo besando tu cuerpo, empiezo a subir por tus hermosas piernas, las cuales, tienen un olor a fresco, que invitan a olerlas y embriagarse de su olor, las beso lentamente, primero por la parte exterior y después por la parte interior de los muslos. Al llegar a esa parte donde está la frontera de la piel cubierta que irradia calor y fuego cubierto por tus medias, y la piel desnuda que emana pasión sensual. Al posar los labios por primera vez en esta piel suave y tersa, siento una descarga eléctrica que recorre todo mi cuerpo, y tu, al mismo tiempo, te estremeces en un sutil temblor de todo tu cuerpo, lo que indica que en tu sueño percibiste esta caricia. Esto me excita en una forma tremenda, y continúo besando tus muslos desnudos gozando cada centímetro de ellos con mis labios, a los cuales se ha unido mi lengua, la que recorre toda la extensión de carne descubierta de tus piernas.
 Al llegar al punto donde tus muslos se juntan y empiezan ota vez a ser cubiertos por tu delicada panty, hago un esfuerzo sobre humano para no comer el fruto que guardan celosamente, y llego hasta el bajo vientre que no es cubierto por ninguna prenda, inicio el recorrido con una serie de besos y lengüetazos que provocan varios estremecimientos tuyos, y algunos jadeos entrecortados, lo que me impulsa a seguir con mi cachondeo.
 Subo hasta donde esta el nacimiento de tus senos, que están protegidos por el vaporoso bra, lo que hace que mi excitación sea mayor, recorro con mi lengua sobre la tela, los duros pezones que exigen ser devorados ya, pero no lo hago, sigo dándoles lengüetazos, y recorriendo en toda su extensión los dos pechos que son coronados por ellos. Alcanzo tu cuello, besándolo de una manera suave y lenta, sintiendo de nuevo como tu cuerpo tiembla por las sensaciones que esta percibiendo, llego a tu boca, la cual esta siendo humedecida por tu lengua, la cual la recorre en todos sentidos y te muerdes los labios de forma intermitente, dejando un brillo sensual en tus labios, los cuales beso con infinita ternura y pasión, empujando con mi lengua para que se abra paso entre tus labios y alcance tu lengua. Al momento de besarte, abres los ojos y sonríes de una manera que comprendo que nunca estuviste dormida, y te dejaste hacer, sintiendo cada una de mis caricias en tu cuerpo.
 Nos fundimos en un beso lleno de pasión y deseo, abrazándonos de una manera desesperada, me recuesto al lado tuyo y te montas sobre mi. Sin dejar de besarme, empiezas a sacarme la camisa, vas sacando cada botón lentamente, al terminar con la camisa, te separas y comienzas a abrir el cinturón, bajas el cierre de mis pantalones metiendo la mano para sacar mi verga, la cual esta ya parada y dura, y al sentir tu mano da un respingo. Tomas mi verga con las dos manos, cubriéndola, dejando la gran cabeza roja y su boquita descubiertas, te agachas y empiezas a lamer y besar la boquita de la verga, chupas y lengüeteas la cabezota roja, y a cada lenguetazo pareciera que la cabeza crece y se estira. Después de un rato de estar gozando de tu rico y cabezón dulce, te decides a devorarlo, por lo que lo tomas solo con una mano y lo que queda sin cubrir empieza a ser devorado por tu boquita, la cual se va llenando lentamente de verga. Al devorarla lentamente, tu lengua la recorre y la cubre, succionando al mismo tiempo la gran cabeza que parece seguir creciendo con cada caricia bucal que le brindas. Tu boca continua llenándose de verga, por lo que tu mano va cediendo espacio para que sea cubierto por tu boca, la cual esta llena por completo, restando por devorar unos cinco cm. de verga. Al sentir que ya no puedes devorar más, empiezas con un movimiento de arriba abajo lento, recorriendo toda la longitud de verga que tenias dentro, sacándola y dejando únicamente tus labios pegados a la boquita de la cabeza de mi verga, al cual con tu lengua hurgas, esperando encontrar una pequeña lengua, para luego volver a devorar cada milímetro de verga envolviendo con tu lengua el grueso tronco, y metiendo en cada bajada, cada vez más verga, hasta que toda ella está dentro de tu boca.
 Continuas con tu juego por unos 10 minutos, disfrutando cada cm. de verga como si en ello se te fuera la vida, después sacas la verga de tu boca, y queda llena de tu saliva, pero no la sueltas. Despacio bajas mis pantalones, a lo que colaboro levantando las nalgas para facilitar la maniobra. Recorres mi pecho con tu lengua y me comes los pezones, que al toque de tu lengua, se levantan y se ponen duros, como señal de que están listos para la dulce batalla de sexo. Sin soltar mi verga, continuas besándome el pecho, el cuello, la cara, la boca, introduciendo tu lengua, buscando la mía para enredarse e intercambiar nuestro jugo.
 Mientras con una mano masajeo tus nalgas, aún protegidas por tu panty, y con la otra empiezo a liberar lentamente uno a uno tus dos pechos, por sobre el bra, empiezo a masajearlos y sobarlos, te jalo los duros pezones, los estrujo y retuerzo y se te escapa un gemido de placer ¡aaaaah!, lentamente sin soltar mi verga, empiezas a girar sobre mi, de manera que me presentas tu coño cubierto, y tu quedas de frente a mi parada verga, la cual empiezas a lamer de arriba abajo, a succionar la roja cabeza y a darle pequeños besitos a lo largo de todo el tronco, terminando cada recorrido con un beso succionante a la cabezota de la verga, y de nuevo a repetir el tratamiento. En tanto yo empiezo por percibir el aroma de tu sexo, el cual penetra por mi nariz, llenándome de ese aroma dulzón y penetrante que siempre has tenido. Recorro con mi nariz todos y cada uno de los rincones de tu vulva, con las manos empiezo a apartar tu panty, y empiezo a pasar la lengua por tus labios mayores, los cuales voy haciendo a un lado lentamente. Me ayudo con una mano a mantener tus labios mayores separados, y con la lengua empiezo a acariciar los labios menores, que tienen un sabor muy especial, los voy acariciando y separando, para encontrar por fin, el centro de tu pasión y el objeto de mi deseo, ¡tu clítoris!, el cual esta duro y erguido, desafiante y listo para ser besado, chupado, mordido, acariciado, lamido, etc., lo cual hago con un inmenso placer, y a cada una de mis acciones logro arrebatarte largos y sonoros gemidos de placer y gusto
 ¡mmm!, aaaaaaaahh, oooh, ricoooooo, sin que por esto dejes de seguir mamando la dura verga que tienes en la boca. Empiezo a sentir que tu cuerpo se prepara para alcanzar el primer orgasmo y aplico mayor vehemencia a mis caricias vaginales, logrando con esto que al llegar al clímax, la cantidad de jugos que salen de tu vagina me llenen la boca, la cual no deja escapar ni una gota de ellos y los devoro con verdadero deleite, por un buen rato, continuo bebiendo de tus jugos, y al percibir que ya no tiemblas, empiezo nuevamente a acariciar tu clítoris, el cual está aún más sensible y a cada lenguetazo que le doy, tu respondes con una pequeña mordida a mi verga, que aún permanece dentro de tu boca.
 El grado de excitación es tremendo, por lo que aunado a mis chupadas lengüetazos y besos a tu clítoris, voy introduciendo un dedo a tu vagina, lentamente para que sigas sintiendo mi lengua en tu centro de placer, empiezo un mete y saca lento y rítmico, lo cual provoca que reanudes tu mamada otra vez, pero ahora de una manera mas sensual, únicamente pasando la lengua por toda mi verga, recorriéndola lentamente y bajando hasta los huevos, los cuales chupas uno por uno, mordiéndolos suavemente, metiéndolos en tu boca y lengüeteándolos, para luego sacarlos y volver a recorrer la verga con la lengua, y al llegar al glande morderlo suavemente con los labios, mientras que con la lengua lo recorres por todos lados.
 Continuo con las caricias a tu clítoris y atendiendo tu coño, al dedo que estoy metiendo y sacando, voy añadiendo, primero uno, luego otro, y otro, terminando por tener dentro de tu vagina 4 dedos, los cuales provocan que tengas otro orgasmo, este aún mayor que el primero. ¡Ooooooooooh!, ¡mmmmmhhhh!. ¡Aaaaaaahhhhhh!, !ooouuuuggggghhhh¡ Después de tu orgasmo, quedas inmóvil por unos segundos, mientras yo me bebo todos los jugos de tu rico y babeante coño, lo dejo limpio de ellos y listo para continuar nuestro encuentro. Pero tu decides que ya estuvo bueno de lengua y dedos, por lo que levantándote apoyada en tus rodillas, tomas con una de tus manos mi crecida e hinchada verga y la apuntas a la entrada de tu vagina, te pones a horcajadas, quedando tu espalda de frente a mi cara y empiezas a recorrer toda la raja de tu coño y culo con la cabeza de mi verga, restregándola con suavidad, como si les estuvieras mostrando a los dos quien es el causante de la excitación que ha provocado dos orgasmos inmensos.
 Lentamente vas colocando la gran cabeza de mi verga en la entrada de tu coño, el cual esta palpitando, presintiendo que va a recibir todavía mayor placer, al ser el centro de toda la atención por parte de mi falo.
 Colocas la cabeza en posición de entrar en tu coño, lentamente lo sueltas y entonces, comienzas un sutil movimiento, para que poco a poco, milímetro a milímetro, tus labios vaginales vayan abriéndose para permitir la entrada al la cabeza de mi verga, con cada pequeño movimiento tuyo, mi verga va entrando lentamente, sintiendo como es devorada por ese rico coño tuyo, va entrando lentamente la cabeza, hasta que es totalmente devorada por esa boca sin dientes que la empieza a presionar y a succionar con el movimiento de tus músculos, provocándome exclamar unos gemidos de placer, aaaaaaahhhh, mmmmmmmm, aaahh, ooouuugggghhh, dejas de moverte unos segundos, sintiendo como la cabeza llena la entrada de tu coño, deleitándote con su tamaño y con el ligero, pero constante roce que proporciona a tu clítoris, pasados estos segundos, continuas con tu movimiento, devorando con cada pliegue de coño un trozo más de verga, que pareciera crecer aún más con cada uno de tus movimientos. Cuando ya tienes dentro media verga, comienzas un mete y saca lento y rítmico, sacando casi toda la verga, hasta que únicamente queda la cabeza dentro y vuelves a meterla, logrando en cada movimiento de entrada que penetre un poco más mi verga en tu minino, después de algunos minutos el recorrido de tu coño sobre mi verga es total, pues al fin has logrado comerte toda la verga con tu sabroso chumino, el cual cubre y envuelve perfectamente todo mi miembro, amoldándose el uno con el otro en una fusión indescriptible.
 Por un momento ninguno de los dos hacemos ningún movimiento, disfrutando cada quien las sensaciones que provocan cada uno de nuestros sexos, por un lado tu sientes como esta lleno tu coño por toda mi verga, como palpita esta dentro de ti, provocando que la empieces a estrujar con tus músculos vaginales, sin mover tu pelvis, produciendo una sensación maravillosa en mi verga, como si un fino y suave guante la estuviera apretando y acariciando. Por otro lado, al sentir tus movimientos en mi verga sin mover tu pelvis, siento que esta más grande y gorda que nunca, que ese masajeo sin movimiento exterior que le proporciona tu vagina, ha provocado que mi verga alcance su máxima longitud y grosor. ¡Es deliciosa esta sensación! Empezamos lentamente a movernos los dos casi al mismo tiempo, es un movimiento lento y cadencioso, tu lo haces de arriba hacia abajo y yo lo hago en forma circular, con mis dos manos sostengo tus nalgas para ayudarte a subir y bajar, vamos aumentando la velocidad de los movimientos, con lo que tus tetas rebotan alegremente al ritmo de tu sube y baja, se escucha el choque de tus nalgas con mi vientre y el chacualeo de mi verga y tu minino, aceleramos los movimientos y en unos segundos estamos a punto de alcanzar el éxtasis, el movimiento febril de los dos nos provoca un orgasmo largo e intenso, tu continuas moviéndote mientras tus jugos salen de tu vagina y escurren por el tronco de mi verga, yo me muevo un poco más lento y empiezo a dispara mi semen en varios chorros, uno, dos, tres, y hasta cuatro chorros calientes y potentes de semen son depositados dentro de ti, y al mezclarse con tus jugos, son arrastrados, para también resbalar por mi verga.
 Apenas han terminado los últimos espasmos de tu venida y la mía, cuando te safas de mi verga y .

Datos del Relato
  • Categoría: Varios
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