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Aconsejada para la primera vez

Hola lectores, ante todo me voy a presentar me llamo Susana. Os estoy muy agradecida a todas y a todos aquellos que me leéis, y aun más a aquellos que me habéis escrito.

Soy una ardiente chica del sur de Andalucía, de 22 años, recién cumpliditos. Soy una morena, con los ojos castaños, y bisexual. Me definiría como extrovertida, una sin vergüenza integral, simpática, muy buena gente, bastante loca... Vamos una chica con la que se puede pasar un buen rato (para algo más, de 15 minutos). Me gusta conocer gente, descubrir cosas nuevas, divertirme, lo típico (tengo una manera especial de ver la vida creo, que os habéis dado cuenta). Soy conciente que mi forma de vestir, me hace ser más destacable para ser manoseada, aunque no soy ni fetichista, ni exhibicionista, simplemente me gusta vestir de forma que realce mi cuerpo.

Como he comentado, en más de una vez, no es por pecar de pesada, pero os agradecería que en la calle no me digáis nada, por fa. Me gusta mucho mi intimidad, creo que tanto como a vosotros la vuestra. Como sabéis soy una chica muy morbosa, me atraen los sitios públicos, me gusta dejarme hacer, tanto a los chico como a las chica. Aunque procuró que mis experiencias sean solo buscadas por mí. Si queréis dirigiros conmigo, os recomiendo que sea a través del Messenger, por email, sino atento a las consecuencias, pues mi libertad la considero muy preciada.

Actualmente estoy saliendo con un chico, el cual me da la libertad que tanto pido, pues tanto el como yo, somos bisexuales, eso me hace estar mas tranquila, a la hora de poder disfrutar de mi sexualidad, de mi cuerpo y del que no es el mió (os tengo que advertir, que "NO", por acusarme de que soy un "tío", antes acabare "follando" con uno de vosotros, una ya esta un poquito harta, de repetirlo).

Muchas veces, he estado pensando en mis relaciones, más bien he estado reflexionando sobre ellas, pues he hecho cosas que han ruborizado a más de uno, pero pienso que del pasado no debo avergonzarme, aunque eso si he gozado plenamente haciéndolas, de todas ellas y de cada una. De mi, dicen que tengo un hermoso cuerpo y muy ardiente, pues como sabéis no solo soy de mente abierta, sino en general soy muy abierta (en todos los sentidos) para seguir probando cosas, para seguir ampliando mis conocimientos, y ampliar mis experiencias, pues soy todavía muy joven, para dejar de probar cosas.

He de explicaros, que mis gustos en general, es la morbosidad que me produce ser manoseada en publico, el sentirme acariciada, sobre todo en transporte urbanos o lugares públicos. El sentir como entre la multitud, se atreven a manosearme, e incluso me excita que me observen mientras me tocan y aun más cuando lo hacen contra mi voluntad (la excitación que siento es extraordinario, es un morbazo que os lo recomiendo), sentir como me humillan, y notar sus miradas lascivas en mi, como entre tanto silencio me observan y no hacen nada para remediarlo solo mas que disfrutar de la visión (estos son tan culpables o incluso aun mas, de los que me vejan y me manosean

Solo de recordarlo siento mis braguitas húmedas, sintiendo la necesidad de poderme satisfacerme, por lo que no tengo mas remedio de buscar remedio sea donde sea, o donde me encuentre, en mas de una ocasión, me he tenido de ir al aseo para poderme introducir la funda de mi escalímetro o llegando mas lejos pidiendo a algún chico que me pueda hacer un "favor", pasándome incluso hasta en mi lugar de trabajo me gusta dejarme hacer (hasta mi jefe lo ha logrado, con el pretexto de recorte de personal).

Esta nueva confesión, va en torno, a una experiencia la cual me ocurrió, por aquella época salía con un chico, el cual no me satisfacía totalmente. Creo, que lo que ocurre, es que los chicos siempre van con prisas, van a lo suyo, solo besos y se olvidan de los juegos preliminares, ni siquiera se paran en acariciarnos, en fin solo le pedía un poco tacto y algo de dulzura (por eso siempre comento, que los chicos tienen mucho que aprender, sobre todo de nosotras). En otras palabras, no me llena, se que soy ardiente, pues no dejan de comentarme, que tengo un cuerpo, que provocar a cualquier hombre. Y en verdad, soy una victima mas, pues sin buscarlo, he acabado en brazos de otros hombres, en su gran mayoría maduros (sobre todo en mis viajes, los cuales me han manoseado sin poder evitarlo).

No se la causa, pero por los hombres maduros, siempre me he visto atraída, son hombres con muchas experiencias, saben como hacerme disfrutar sin buscar su propia satisfacción, me instruyen y enseñan a disfrutar de mi sexualidad. Os puedo asegurar, que me excita que se aprovechen de mí, de mi cuerpo, dejarme hacer, que hagan lo que quieran, y si a veces, si tienen que usar la fuerza aun mas (sin que me hagan daño), aunque os debo asegurar que no soy masoquista.

Mis padres, son los verdaderos culpables de mi forma de ser, por su educación, su moral, su forma de ver la vida y querer reflejarla en mí. Siempre me han inculcado, que la mujer es ante todo fiel a su pareja, la educación, la casa y la familia es ante todo (aunque el matrimonio, no va conmigo ya que soy infiel por naturaleza, aunque no por eso soy una zorra, aunque a veces me comporte como tal, solamente me gusta sentirme deseada y poder satisfacer mis instintos, y los de los hijos, eso si que no va conmigo). He mantenido una serie de relaciones, las cuales han sido todas totalmente satisfactorias, e incluso os puedo asegurar, que muchas de ellas, las he mantenido cuando ni todavía había cumplido ni los 18 años.

Esta me ocurrió, con tan solo 17 años, aunque había dejado de ser virgen (hace un par de años), sentía la necesidad de contárselo a mi madre, pero no sabía como comenzar la conversación, por lo que echándole como diría mis amigas "échale huevos", o para ser en mi caso ovarios, me lo plantee, para preguntarle sobre el sexo. Dios, como se me ocurrió hablar de aquello con mi madre. Creí que me iban a meter en un correccional, un internado o algo parecido, lo primero que pensaron es que, ¿quien me había dejado embarazada?, la verdad es que hablar de sexo con mis padres era bastante complicado, por no decir inútil. Después de asegurarle, que solo pretendía tener una charla de madre a hija sobre todo respecto a sexo, pues quería estar informada y quien mejor que mi propia madre para que me lo cuente (la muy zorra, me llamo hasta degenerada y buscona, que una chica de mi edad y mi posición, no debía de haber preguntado sobre ese tema y menos mencionarlo, que ya en su momento mi futuro marido era quien debía de enseñarme, por lo que me castigo).

La verdad, me encontraba bastante reprimida, mi moral estaba por los suelo, pues me sentía sola y aun mas por no saber ni con quien hablar, con quien poder desahogarme o incluso resolver mis dudas. Lo ocurrido, no sabría explicar como comenzó, aunque fue en días sucesivos a la discusión con mi madre. Desde mi habitación, escuchaba como mis padres hablaban con alguien, llegando incluso a levantar la voz, hasta que se escucho un portazo y se quedo en silencio. Yo como he comentado antes, estaba en mi habitación castigada, como decía mi madre por mi actitud y descaro (después habla con sus amigas, que entre nosotras hay dialogo). Estaba echada sobre la cama, con el uniforme todavía puesto, es eso estaba, cuando sonó un ruido, como si alguien llamara a la puerta, nada mas girarme, vi una silueta, era Cesar mi padrino (sinceramente no lo esperaba, mi padrino es un intimo amigo de mis padres, se conocen desde niños, e incluso a veces he llegado a pensar que se habrá "cepillado" a la puta de mi madre. Mas de una vez, he pensado como el llego a ser mi padrino, es algo que no comprendo).

Bueno sigamos, según parece, había llegado a casa encontrándose a mis padres discutiendo, le habían comentado, que habíamos discutidos y por mi rebeldía me habían castigado, comentándome el, que mis padres habían salido a dar una vuelta, a ver si se calmaban un poco. Y de paso, yo he subido, para ver si de alguna manera, podría conseguir que hicieras las paces con tus padres. Mi padrino se acerco hasta donde yo estaba, sentándose junto a mi, me indico que le contara desde mi punto de vista lo ocurrido. Le comente entre lagrimas, nuestra discusión, le expuse, que solo pretendía hablar de "cosas de mujeres" con mi madre, que me diera algunos consejos.

Era la persona que necesitaba en ese momento, escucha atento a lo que le explicaba, comprendía cada palabra, cada frase y mis dudas. Se mostraba atento a mi conversación, e incluso aunque parecía ilógico, pues siendo hombre entendía mis miedos. Se mostraba bastante comunicativo, pues no me interrumpió en ningún momento, pero nada mas finalizar. Comenzó a comentarme, que como padrino que era también era su obligación, el poderme ayudar en todo lo que pudiera, y se ofrecía, siempre que yo quisiera a resolver mis dudas, a poder explicarme, ayudarme e instruirme en todo lo que deseara, y lo que en su mano pudiera.

Su ofrecimiento, en un primer momento no sabia ni como reaccionar, pero me sentía halagada que como padrino que era me pudiera ayudar (aunque pensaba, como un tío como era el, como me podría ayudar, como me lo pudiera explicar). Me comento, que el fue quien explico a su hija, quien le dio la charla sobre sexo y chicos, que aunque fuera mentira fue idea de su esposa, ya que esta se corta demasiado y para que no siempre, recale ese peso sobre la madre.

Comenzó a explicarme, que hay dos versiones, la primera la típica "la abeja, las flores y la cigüeña que va a Francia", y la segunda algo mas personal. Ante todo, comenzó quiero darte un primer consejo, que la primera vez que hiciera el amor, debería ser con el chico al cual quisiera de verdad (pensé, incluso hasta en decirle, que ha llegado un poco tarde, pues he dejado de ser virgen, como seria su cara, que expresión pondría), aunque sinceramente el es inocente y no se lo merecía, pues se ha ofrecido a ayudarme. Por lo que comenzó a hablarme, no dejaba en ningún momento de repetir que la decisión tomada fuera de corazón y siempre por amor.

Comencé a sentarme mejor sobre la cama, de manera que estuviera mas cómoda (me dio la sensación que la charla iba para largo, y eso que el chaval que me desvirgo, no llego ni a 15 minutos), por lo que al mover la pierna, para cruzarla y sentarme sobre esta, se me subió algo la falda, dándome cuenta, que aunque este hizo, como sino se había fijado, habría visto mis braguitas (se notaba que era un hombre, pues al muy cabron, le debía de gustar la visión y aun mas las explicaciones, pues note al fijarme sobre el pernil de su pantalón, como algo comenzó a hincharse, y sobre todo como enrojeció al momento su rostro).

Pero su charla continuaba, me explico que buscara intimidad, que siempre fuera con buenos pensamientos, que allá armonía entre ambos. Note, como se estaba excitando conmigo, me hacia sentirme bastante alagada (aunque me recordaba que era mi padrino, y que ante todo era intimo amigo de mis padres), pero sus explicaciones, cada vez eran mas detalladas, mas minuciosas y mas explicitas.

Sin dejar de mirarme, se fue acercando mas hacia a mi, cada vez estaba mas cerca. Me observaba, sus manos las movía con cada explicación, dirigiendo una de ellas, hasta colocarla sobre mi muslo (fue su mano derecha, todavía me recuerdo, el calor que desprendía sobre mi piel), sin dejar de hablar, su mano ascendía hasta donde llegaba el volante de la falda de colegial y volvía a descender hasta mi rodilla, notaba como comencé a calentarme, como mi entrepierna se humedecía, y de nuevo su mano comenzó a ascender por mi muslo, pero esta vez no se detuvo, sino que siguió subiendo hasta perderse por debajo de mi falda, hasta llegar a mi entre piernas. Conversaba como si no estaba ocurriendo nada, notaba su mano acariciando mi ingle.

En eso se detuvo, comentándome que lo que estaba haciendo, seria lo que me hiciera el chico, por lo que siempre que no quisiera o podría estar molesta, dejaría de hacérmelo o seguiría con la práctica. Por mi parte, sabéis que no pondría ninguna objeción, por lo que con un gesto de aprobación, pues apenas podría emitir sonido alguno, este prosiguió. Con su otra mano, la dirigió hacia mi falda, la cogio y levanto hacia arriba, hasta mi hombrigo, comenzó a detallarme las partes de mi pubis (que iluso, pensar que los chicos piensen, en nuestras zonas sensibles, o incluso donde van a tocar, cuando solo les importa y les interesa, que haya una entrada donde meter su miembro).

Comenzó a indicarme los pasos a seguir, poso uno de los dedos de la mano que me acariciaba mi ingle, a posarla sobre mi pubis (tubo que notar la humedad de mis braguitas), comenzó a descender hasta mi clítoris, y de esta hacia mi vulva, siempre de momento por encima de mis braguitas. Me comento, que cuando llegara el momento, el chico sabría que hacer (con las prisas, me ocurrió lo de siempre, no elegí al chico adecuado, no tuve suerte ni mi primera, tubo que ser, su mejor amigo quien me hiciera gozar de verdad), este presionando la yema de su dedo sobre mi orificio vaginal a modo de indicación, que el chico cogería su miembro colocándolo y me lo introduciría, pero siempre con cuidado, con ternura, colocarla sobre la entrada mi vagina, pero sobre todo sin prisas, para evitar daño alguno mas el inevitable, e ir introduciendo poco a poco con cuidado, hasta que se encontrara con un impedimento, mi virginidad (creo que me tomaba por tonta, ya que estamos, podría decir que era el himen, ya que estaba con tanto tecnicismo), el cual sentiría algo de dolor y mancharía algo de sangre.

Cesar, no dejaba de insistir una y otra vez, que debía de estar muy segura, pues es un paso muy importante en mi vida, y no hay marcha atrás, e incluso podría hasta marcarme o influir en mi vida. No habría una segunda oportunidad (cuanta razón tenia, pero elegir al chico es tan difícil, como hoy día de mantenerlo). Notaba como tanto su mirada como sus manos, mostraba nerviosismo, pero no retiro su mano de mi pelvis. Su dedo, seguía presionando mi vagina, e incluso comenzó a moverlos en círculos, sobre mis labios vaginales superiores sobre mis braguitas, notaba como mi cuerpo se convulsionaba, un temblor y no precisamente de frió, recorría mi columna vertebral, pues comencé a tener sudores e incluso una serie de calambres, y un picor entre mis piernas.

Su mirada se fue convirtiéndose en picara, sus palabras me embriagaba, comenzó a ascender su dedo hacia mi pubis, y de hay hasta mi vulva, la cual ya la tenía bastante sensible. Tubo que notarlo, pues comenzó a frotar, a jugar con dos de sus dedos, presionando, y pellizcarme (hasta deje escapar un grito, no de dolor sino de placer), me miraba a los ojos directamente, sabia perfectamente lo que me ocurría, me comentaba a modo de pregunta con trampa, la causa de mis ojos entre cerrados que si de algún modo le aburría sus explicaciones (el muy cabron, sabia perfectamente que no). Seguía, con sus practicas sobre mi, moviendo muy suavemente de un lado hacia el otro la yema de sus dedos (uummm, en este momento, la vergüenza me atrapa y me envuelve, pues noto como el preludio de un orgasmo, no puedo evitarlo por mas que lo intento, pero ooohhh es demasiado para mi, un calor muy intenso, noto como comienza a diluir por mi, hasta humedecer no solo mis braguitas, sino aun peor las yemas de sus dedos).

Avergonzada le mire, asustada como si hubiera echo algo mal. Pero ni se inmuto, haciendo una pausa, comento que si lo había entendido, prosiguió con sus comentarios ahora dirigidos a la satisfacción del chico, ese comentario me dejo algo fuera de juego. Alego, que me explicaría como debía de excitar a este en cuestión. Diciendo esto, se incorporo poniéndose de pie delante mía, dirigió sus manos a su entrepierna, exactamente a la bragueta de su pantalón, bajando esta e introduciendo su mano dentro, con algo de dificultad saco algo de su interior, su miembro. Mi primera expresión, fue de asombro, con cara boba miraba ese miembro (pues coño, no me lo esperaba, no creí que llegara a tanto, esa era grande, venosa y bastante gruesa, el chico no llegaba ni a la mitad). Me indico señalando su miembro, que el chico tendría una parecida, o igual ya sea de tamaño o grosor, esta en cuestión sería la que me haría perder la virginidad.

Se mostraba cauteloso, aunque en esta acción se había envalentonado. Me comento que al chico, lo primero que debía de decirle, era que ante todo, se colocara un preservativo, para evitar posibles infecciones o embarazos no deseados. Cogio su miembro con dos dedos levantándolo, explicando que debía de tratarlo con suavidad, pues aunque parezca fuerte es un órgano bastante sensible. Como se lo hagas, influirá luego a la hora de tu propia satisfacción (si este hubiera conocido al chico, creo que no opinaría lo mismo). Me atreví a preguntarle, como sabría en que momento, tocarle sin arriesgarme a ser una descarada o una salida; me contesto que en el momento debido, sabríamos como actuar, pues todo lo que me ha explicado, va con las caricias de ambos, todo lo demás vendrá solo, los cuerpos desearan unirse, el te acariciara en zonas, que hasta ese momento ignoraba, que te me produciría tanto placer, y que me gustaría tanto ser manoseada. Mientras me hablaba, se fue acercando cada vez más cerca de mí, y con ese miembro apuntando hacia a mi, sujetado (no se que me ocurría, estaba como hipnotizada, por que no dejaba de mirar ese pedazo de carne).

Mirándome de nuevo, comenzó a animarme a que se lo tocará, que no debía de asustarme, que podría palpar el miembro, que notara como era, para que cuando llegara el momento no me asustará (si supiera, lo asustada que me mostraba ya, sobre todo por el picor que tenia por eso). Me tendió su mano cogiendo la mía, no me lo podía explicar seria un espejismo, pero nada más sujetarme la mano, la dirigió hacia su miembro. Cerrando su mano sobre la mía, note como mi mano estaba presa entre su mano y su miembro, le mostré cierto miedo (joder, es mi padrino, nunca pensé que el llegaría a tanto, se estaría propasando de una chica tan pura como yo, aunque otros dirían puta), nada mas tenerla en la mano, mi primera sensación fue extraña, aunque a medida que pasaba los segundos, pude notar como eso se hinchaba, y desprendía un calor bastante agradable.

No dejaba de hablar, sus palabras me embriagaba, sonaban en mi cabeza como una deliciosa melodía, estaba casi hipnotizada, se que me repito, pero puedo explicar mi comportamiento, se que si yo hubiera querido, habría podido pararlo en cualquier momento, haber detenido aquello, pero algo dentro de mi, me lo impedía, quizás sería, el saber hasta donde llegaríamos o quizás el morbo de la situación.

En verdad sabía como actuar, por lo que como, comencé a acariciársela primero, a recorrer con la palma de la mano por toda su longitud, note ese calor que emanaba de su piel, e incluso durante un momento, subí mi vista hacia arriba, hasta clavarla en sus ojos, los cuales se mostraban cerrados (me gusto saber, por su cara que aquello le gustaba). Volviendo a bajar la vista, mis caricias se hacían mas expertas, note como mi padrino, levantaba el brazo por encima de mi cabeza, hasta colocar su mano sobre mi nuca, acercándome hacia el, a modo de dirigirme, mientras me acariciaba.

Sus modales eran ejemplar, no como los chicos los cuales e estado, no me obligaba a nada que yo no quería e incluso mas de una vez, me pedía si en algún momento, me veía presionada o molestaba por algo, lo dejaba. Pero la verdad, ni tan siquiera, se me había pasado por la cabeza, ni tan siquiera en ese momento dejarlo (estaba demasiado caliente, sentía la necesidad de aprender y aun mas de esta manera). Llego un momento, que aunque mi padrino, no me pidiera a hacerlo ni me lo indico, pero sabia de alguna manera que deseaba que yo diera el paso, por lo que incline mi cabeza hacia su cuerpo, mi rostro estaba casi tocaba ese miembro (sentí, que no me podía parar ahora, que debía de seguir), me acerque aun mas hacia el, hasta tenerlo delante de boca, mis labios rozaba la cabeza de ese miembro (ignoro, como pude hacer eso, mi actitud en ese momento era de "calientapollas" o incluso de "guarra").

En ese momento, no se que pensamientos recorría por mi mente, con mi rostro delante de esa cosa, alce la vista hacia su ojos, mirándole fijamente. Mientras le miraba, comencé a entre abrí mis labios, notando como me rozaba la cabeza de su miembro, saque la lengua, dirigiéndola hacia su miembro. Con una sonrisa picarona, comencé a pasarle la punta de la lengua, por esa cabeza enrojecida, la cual recorrí haciéndole soltar esta vez a el algunos gestos de placer (se me ocurrió, ser mala, o en otras palabras una golfilla). Al igual que el me enseño, sujete su miembro con dos dedos, alzando hacia arriba, comencé a pasarle la lengua, desde la parte de debajo de su miembro, hasta el final de este para volver a bajar (me gustaba, escuchar como emitía sonido "gemidos", como murmuraba, incluso hacia gestos de placer). Después de varias lamida, comenzó a salirle, un liquido transparente de su miembro (sin perder la compostura, el muy cachondo y pervertido, me indico, que a eso que salía era un néctar muy natural, bueno y dulce, como cambian los tíos cuando pretenden algo).

Pero no se como me deje llevar, sin apenas saber que estaba haciendo (coño, me refiero que nunca había echo una mamada, y menos de esa forma, incluso yo misma me sorprendía), sin darme cuenta me deleite con su miembro, se lo chupaba, se lo besaba, me lo metía en la boca muy despacio, succionándolo hasta tragármelo, y sentir como la mitad de ese tronco estaba dentro de mi boca. Notaba como el sabor de su fluido, de su "jugo" como le llamo (no se por que razón, me gusto mucho su sabor, aunque no me supo a nada, lo note como insípido e inocuo). El rostro sorprendido de mi padrino, era tan evidente como mi comportamiento, pero me detuvo, se tubo que contener, pues note como aquello se le empezaba a hinchar, notaba sus venas sobre el cielo de mi boca, e incluso ya me costaba hasta respirar. Me comento, que me detuviera, pues podría pasar que en ese momento no querría y menos de esa manera, me comento, que lo que estaba haciendo, era el mejor regalo que todo hombre desea, que es la fantasía de todo chico.

Es uno de los placeres de esta vida, e incluso es una pena, que muchas chicas (incluido su mujer, me decía, no sepan apreciar), te puedo asegurar que eres la envidia de todo macho, la verdad es que no comprendía lo que pretendía decirme, pero me sentí algo enojada, al sacarme eso que ahora le colgaba entre las piernas y deseaba tanto tener en mi boca. Me explico, que si hubiera seguido, le hubiera ocurrido lo que previamente me ocurrió a mí, pero en mi caso sería dentro de tu boca, aunque es un premio a tu manera de hacerlo, a tu constancia y de cierta manera sería el final de las prácticas. También te debo de decir, que si no lo haces bien, el miembro puede perder la forma, que no se endurece, e incluso el chico nota que falla y no puede cumplir, y la chica siente que falla (no creo, que sepa mucho de eso, si el chico fallo la primera vez, no fue por culpa mía, no tengo la culpa que el gilipollas, se "corriera" con solo verme desnuda, o incluso la segunda vez, por equivocarse de agujero donde introducir esa minucia).

Mientras hablaba, comencé a acercarme hacia el, como si fuera una babosa y no mejor dicho, poco a poco cada vez mas cerca, subiendo el brazo y alargando la mano hacia eso que cuelga, se lo agarre con fuerza llevándomela a la boca rápidamente, la visión que le estaba dando, note que no iba a dar mucho mas, pero el lo noto como yo, mientras me dejo deleitarme con ese rabo, se inclino hacia a mi, llevando sus manos hacia mi camisa, desabitando los botones, y abriéndola, dejando a la vista mis pechos dentro de mi blanco sujetador, introdujo sus manos por dentro del sujetador, entre las copas y mis pechos.

Me indico, que para mayor satisfacción para ambos, que introdujera una de mis manos entre mis piernas, que comenzara a masturbarme, que me frotara, con varios de mis dedos por mi vulva, que recorriera mi clítoris en busca de mis labios vaginales, hasta poder introducir mi dedo corazón, y lograr mi placer (que cabron, como me estaba poniendo, tan salida como una perra encelo, que imagen era la nuestra, yo de rodilla ante sus pies, con su miembro entre mis manos, desapareciendo del interior de mi boca, una y otra vez, y con una mano introducida, por debajo de mi falda de colegial satisfaciéndome. Bueno, la imagen de el, no se quedaba atrás, la imagen de estar inclinado sobre mi, acariciándome con ambas manos mis pechos, alternando las caricias, hacia mi espalda recorriéndola, hasta donde la longitud de sus brazos le dejaba, y esta era el comienzo de mis nalgas).

De esta manera seguimos, hasta que conseguí mi premio, note como algo, golpeo el fondo de mi garganta, su primera reacción el querer apartarme, pero no le deje, quise probar mi premio, poder saborear ese jugo, hasta tragármelo si era de mi agrado. De cierta forma, pensaba que me pertenecía, y como tal, debía de catarlo (en ese momento, deje de considerarlo mi padrino, a ser algo mas). Nada mas saborearlo, su sabor me gusto, e incluso intentaba tragármelo en su totalidad, pero entre la fuerza que salía, la cantidad e incluso el tamaño de su miembro dentro de mi boca, me era imposible tragar, e incluso tuve algunas arcadas, y comenzó a salirme entre mis labios, recorriendo mi barbilla hasta caer sobre mis pechos (os debo reconocer, que era una sensación, que de cierta forma, me embriago. Joder, y por que no, me dije a mi misma, que la siguiente oportunidad que tenga lo volvería a hacer, si me deja algo mas).

Mientras, comenzábamos a incorporarnos, comentaba, que no tiene importancia el lugar, siempre que estemos cómodos y a gusto, que puede ser en la cama, el baño, etc., el lugar es lo de menos, pero busca ante todo la intimidad, tienes que sentirte relajada y excitada. Le observaba, como después de haberse venido, su miembro, seguía casi igual de tamaño como antes, Cesar se giro hacia mi, se quedo observándome, mientras comencé a arreglar mis ropas. Me subí las tirantas, colocándome bien el sujetador, me puse la camisa comenzando, subiéndola por mis brazos, hasta que abotonaba los botones.

Introduje las manos por debajo de mi falda, colocándome bien las bragas, e incline mi cuerpo hacia adelante, agachándome, hasta sujetar los bordes de mis calcetines azul marino, los cuales los tenia caídos a la altura de mis tobillos, para poco a poco, como si tratara de acariciar mis espinillas, me las fui subiendo hasta dejarlos por encima de mis rodillas (como suelo llevarlos, me resultan mas sexy, que tenerlos por debajo de las rodillas). En ese momento, con voz de autoridad, me indico que me detuviera, que dejara mis calcetines, y que esperara un momento. Dicho esto desapareció por la puerta, fijándome como entraba en el dormitorio de mis padres, para volver de nuevo con algo entre las manos. Una vez de nuevo en mi habitación, me indico, que me colocara unas prendas que tenia sujeta en las manos, que confiara en el. Que una de esa prendas (las medias de ligas), podría cambiar mi figura, que la reluciría aun mas mi cuerpo, haciéndome mas deseable a los hombres. Mi primera impresión, era referente al lugar, donde había cogido esas prendas, pues era extraño, que supiera donde guardaba mi madre su ropa interior.

Me pareció algo extraño, pero accedí (me resultaba excitante), girándome hasta llegar al borde de la cama, me senté sobre esta. Comenzando primero, por quitarme los calcetines, y ante su atenta mirada (que yo por cierto, me fije en su entre piernas, como de nuevo su miembro, iba cogiendo unas dimensiones, mas que apetecible). Coji las medias, y alzando la pierna, comencé a colocarme esas medias de color negras, muy suavemente desde mis pies hasta llegara a mis muslos, apreciando como esta se adaptaba perfectamente a mi piel, el final de la media un bordado con una cinta adhesiva. Os debo de decir que me sentía bastante sexy, e intruso estaba humedecida, aunque mirándome al espejo, parecía una "golfilla" (con esto, no quiero decir, ni siquiera insinuar, que mi madre, seguramente parezca una "putilla").

Creo, que fue ese momento, el cual se me quedo marcado como el comienzo por llevar esa prenda, me gusto tanto, que a día de hoy, sigo colocándomela, como prenda indispensable en mi forma de vestir. Pero en ese momento, cuando Cesar, me ofreció un par de prendas mas, escuchamos la puerta, y mis padres, llamando a mi padrino, a gritos. Preguntando que donde "coño", se había metido, que bajara de una vez y dejara en paz a la niñata (ojala, se cayera por las escaleras, fue mi pensamiento en ese momento, y pensar que era mi padre), que han descubierto un sitio buenísimo. Cesar, me sugería que me metiera rápidamente, en el cuarto de baño, a quitarme las medias y asearme. Nada mas cerrar, la puerta tras de mi, escuche la voz de mi padrino abajo, unas risas, unos comentarios y de nuevo la puerta, me habían dejado de nuevo sola.

Hoy día sigo recordando ese momento, cada vez que me coloco las medias, tenia razón en lo que sin ser fetichista, soy la atención mas de una vez. Respecto a mi padrino, os debo de decir, que le he tenido que pedir, más de una vez, que me explicara ciertas cosas, pues yo las ignoro y el las explica muy bien, sobre todo con todo detalles.

También, reconozco que e intimado (si a eso se llama intimar, pues dicen me "follo", a todo aquello que cuelga). Algunos de estas relaciones, e incluso fueron en casa, pues no solo, me lié con el Informático de papa (trabaja en su empresa, pero a veces hace algún "trabajito" en casa, y de paso me da alguna que otra "clases", ya explicaré en otro momento), también tuve algún que otra lió, con un intimo amigo de mi padre (casualmente, compañero de trabajo), y con su compadre o sea mi padrino (os habréis dado cuenta, que da la sensación que va todo, en torno del cabron de mi padre), y dejemos de contar de momento vale, sino no acabo mis confesiones.

Ante todo, debo deciros referente a los comentarios de mi forma de explicaros mis historias. Que si mi escritura, no esta bien redactada, que apenas es legible, que tiene dificultad a la hora de leer o incluso que da mal sentido, a la hora de explicar los placeres obtenidos o sentidos. Lo siento enormemente, pero intentare redactaros lo mejor que pueda mis experiencias, me cuesta a veces escribir todos mis sensaciones, pues el plasmarlas creo que es lo mas difícil.
Datos del Relato
  • Autor: navajo38
  • Código: 18875
  • Fecha: 23-07-2007
  • Categoría: Varios
  • Media: 5.71
  • Votos: 111
  • Envios: 0
  • Lecturas: 4210
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