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ACHO EN LA PAMPA 3
Habían pasado varios días de que la partida de soldados buscará a Nicasio el desertor. Acho escuchó el carruaje detenerse frente a su puerta y espió por la ventana de frente a la entrada.
Bajaba del carruaje Miguelino, el boyerito, un poco mas joven que el, que trabajaba en la estancia de Moratti, un gringo adinerado y que siempre le daba trabajo con los potros.
Miguelino golpeó la puerta y espero. Acho abrió sonriendo.
__¡Hola patroncito Acho!__ dijo el jovencito trigueño de ojos claros.
__¡Miguelino!¿Qué te trae por acá?__ preguntó el muchacho domador de potros, poniendo una mano en la frente ya que el sol del atardecer de aquel día le daba en el rostro.
__¡Es que el patrón ha recibido unos baguales y quiere ver de contar con sus servicios!
__¿Y quiere que vaya ahora?
__¡Y sí, dice que si no es molestia!__ Acho se rascó la cabeza pensativo
__¡Nos va a agarrar la noche!__ comentó el domador de potros.
__¡Dice que por eso no se preocupe, que puede hacer noche allá si a usted no le disgusta patroncito!__ Acho movió la cabeza, dio media vuelta y busco unas cosas. Pensaba que algo se traía entre manos aquel gringo ladino y sinvergüenza y pervertido.
Salió del casa con un poncho y alguna ropa en su bolsito. Subieron al carruaje y se acomodó al lado de aquel jovencito llamado Miguelino que puso en marcha el carruaje.
__¿Y decime vos viste los potros?__ le pregunto a Miguelino
__¡Si patroncito!
__¡Y te dije alguna vez que no me llames patroncito que tal son?
__¡Son lindos patron…digo son lindos nomás!__ el carruaje marchaba y Acho encendió un chala. El silencio de la Pampa es tan poderoso sobretodo esas horas.
__¡Y contame Miguelino, el patrón no te comentó mas nada!__ hurgo Acho
__¡Algo me dijo de que usted me iba a enseñar…!
__¡Así que te voy a enseñar!__ pensó sonriendo Acho__ ¿Y la patrona como anda?__ consultó al instante intuyendo la respuesta.
__¡Anda de viaje por estos días!__ siguieron andando hasta que se avistó la opulenta entrada de la estancia. Algunos perros salieron a recibirlos. Ya casi el sol estaba muriendo en el horizonte.
Descendieron del carruaje, Acho delante y Miguelino con el bolso del joven.
__¡Acho como estas!__ saludo el gringo patrón y fue a abrazar al muchacho, como al pasar Miguelino observó que las manos del patrón acariciaron las nalgas de Acho como a l pasar, y que este sonreía sin darle importancia.
__¿Cómo anda usted?
__¡Esperándote, tengo unos potros, pero vamos pasa, pasa!__ entraron en la enorme y suntuosa casa de campo.
__¡Miguelino tu ve al cuarto de baño y date un buen baño!
__¡Si patron!__ dijo el jovencito y desapareció de la vista.
El gringo patrón se acercó a las botellas que tenía sobre una mesita, tomo dos vasos pequeños y sirvió la blanca bebida. Giro su corpachón y le extendió el vaso al joven.
__¡Gracias por venir, temí por un momento que no vinieras!
__¡Siempre es …un placer venir a tu casa!__ chocaron los vasos y bebieron.
__¡Bueno debo pedirte un favor!
__¡Dime, si puedo lo hare!
__¡Creo que si, eres un experto!
__¡Bien dime!
__¡Necesito que prepares…que enseñes a Miguelino!
__¿Qué le enseñe que cosa?
__¡Como tratar a los hombres, en este caso a mi!
__¡Agradezco el concepto!__ dijo Acho sonriendo pícaro
__¡Sabes que es cierto…tu eres experto no solo con los potros, sino con los machos!!__ dijo el gringo alzando la copa y bebiendo el trago hasta el fondo.
__¡Bueno…es un halago!
__¡Me quedó corto contigo, siempre, tu sabes hacer gozar a un hombre como no he conocido a nadie…y mira de hablar ya se me pone dura!!__ Acho se sonrió y paso los labios sensualmente por el borde del vaso.
__¡Patrón ya me he bañado!__ dijo el inocente Miguelino apareciendo de repente.
__¡Está bien muchachito, ohh hueles muy rico!__ dijo olfateando los cabellos húmedos del chico. El chico se sonrojo y bajo la cabeza.
__¡Acho quieres hacer lo mismo, puedes pasar al baño!
__¡Oh gracias si ahora voy!__ Acho salió del habitación contoneándose y mirando de reojo el culo respingón y abultado de Miguelino que le sonrió tímidamente al pasar.
Al rato regresó al lugar y el gringo patrón del lugar los invitó a Miguelino y a Acho a comer algo.
Comieron riendo y bebiendo un rico vino. Liviano no querían llenar sus panzas en demasía. Al menos es lo que recomendaba el dueño de casa.
Después de la cena siguieron bebiendo y el gringo convido a Acho con un puro. Salieron al aire de la noche llena de estrellas mientras Miguelino ordenaba algunas cosas que le había ordenado el dueño de casa.
Luego de terminada la fumata, el señor Moratti dijo que debía pasar al baño y que luego iría a su habitación.
__Espera una media hora y luego ven a mi cuarto…tú conoces el camino Acho__ dijo el gringo sonriendo pícaro y ya de semblante alzado y caliente. Se acercó al joven y tomando su barbilla depositó un tibio beso en los labios.
Pasado un tiempo en el que Acho camino un poco a la luz de la luna. Se encaminó nuevamente a la casa y de allí, al cuarto del gringo.
Una tenue luz de velas ensombrecía y agigantaba las sombras. Tendido a lo largo de la cama enorme estaba el gringo, con su ropa de cama, o sea, un tipo pijama de color blanco, el torso ancho y desnudo. Apenas con un hilo de vello en medio de los pectorales hinchados y gruesos.
__¡Ven acércate Achito!__ dijo con dulce voz el maduro hombre. Al cual ya se le notaba la hinchazón del paquete y se notaba grande y poderoso. Miguelino tal cual el patrón estaba semidesnudo en la punta de la cama y en semi penumbras, se podía oír su respiración cálida y agitada.
Acho se quitó su pijama y quedó desnudo, mostró sus formas al patrón que tanto le encantaban.
Se acercó a la cama y arrodillado acarició por sobre la tela el chorizo hinchado y grueso. Se electrizó el patrón gringo lanzando un largo suspiro de calentura.
__¡Ves Miguelino observa, ahhh, así se hace, si, muéstrale Achito, corazón ahhhhh!!!__ gemía el hombrón acostado a los largo de la cama en tanto se acariciaba sus pechos ya con los pezones duritos y alzados. Miguelino crecía en su agitación.
Acho siguió acariciando hora el pedazo de carne que intentaba alzarse pero que el joven lo hacía desear. Se acercó y beso por sobre la tela el pedazo. Gruñó el macho gringo, se sacudió, movió las piernas, se aferró a las sábanas de modo histérico, lanzando brutales gemidos y susurros.
__¡Acércate Miguelino!__ dijo Acho y el gringo en tanto acariciaba el largo cabello de aquel muchachito goloso. Miraba como Miguelino se acercó tímido y ansioso a la vez, muy caliente.
En un momento el joven, tomo del elástico del pijama del patrón y lo corrió hacia abajo, dejando liberada la serpiente y apenas apretando los huevos que saltaron como dos pelotas enormes y llenas de jugo, Acho dejó allí la prenda y pasó la lengua por las bolas y escuchó el grito salvaje del gringo alzado y duro como roca.
Con una mano se aferró al mástil, empezó a subir y bajar mientras tiraba lengüetazos sobre las bolas redondas. Las mojaba, las humedecía, las bañaba lentamente. Las empezó a besar suave, lento, caliente, eran desgarradores los gritos del macho infamado de placer y locura.
__¡Ahhh, observa Migue, angelito, aprende, ahhh!!!__ gritaba el patrón. Acho no dejaba de mover el mástil para luego besar la cabeza gorda y ya con líquido goteando del ojo. Lamió, sin dejar de mover el pedazo.
__¡Hazlo ven, Migue, pasa tu lengua allí!!__ y Acho señaló al aprendiz que pasar la lengua por las bolas, indicando de abajo hacia arriba, el jovencito rápidamente fue al lugar y empezó a lamer las bolas.
__¡Ohhh así, así, ohhh bebe, siii…has visto Acho, aprende rápido!!!__ Migue repasaba las bolas una y otra vez con pasión y devoción, Acho tomo un mano del chico y la coloco en la víbora eléctrica de su patrón, el joven apretó entusiasmado, la boca de Acho se tragaba el pedazo y el otro lo masajeaba, haciendo delirar al patrón. Cuando Acho dejaba el pedazo lo tomaba con la mano Migue.
Las manos del patrón acariciaban el culito presto y firme y hermosos de Acho, busco el anillo y hundió su grueso dedo abriendo el ojete del joven que gemía. Poco a poco el muchacho fue girando su cuerpo hasta quedar sobre la cara del patrón que gemía y resoplaba muy ardiente.
Metió la lengua y chupó frugal el ojete del muchacho, ya ahora Migue seguí a los pasos del maestro y se tragaba el sable del macho compartiendo el bocado con el maestro. A veces también se cruzaban las bocas e intercambiaban besos húmedos y profundos.
A todo esto la colita de Acho ya estaba abierta para recibir el garrote. Acho volvió girar, se colocó a horcajadas haciendo que Migue observara el movimiento, con sus manos se abrió las nalgas, y se fue sentando en la poronga babeante.
La briosa poronga fue entrando, resbalando, mientras Acho gimoteaba como tanto le gustaba al macho que acariciaba las tetillas paraditas y sin pelos del chico que ya cabalgaba salvaje al potro maduro.
Con los deditos finos Acho mostró a Migue otro camino para satisfacer al macho. Comenzó a acariciar el borde el ojete del gringo que palpitaba abriendo y cerrando al tacto de aquellos deditos que tan bien conocía, sus desgarradores gritos le daban la pauta al joven maestro que gozaba a lo perro.
__¡Ahora Migue ve allí y mete tu lengua, juega con ese agujero, chúpalo, bésalo, frótalo, anda ahhh que verga tienes gringo, ohhhh!!!!__ el macho enloqueció cuando el joven Migue metió su virgen lengua en aquel agujero, que se abrió explosivo la vez que su poderosa barra de carne se inflamó al instante ensanchando mucho mas el culito de Acho que apuro las cabalgadas sabiendo que ya venía el jugo del macho.
Grito ensordecedor del patrón y la descarga fue tremenda. Llenando de forma desbordante el ojete del joven Acho que se movía más lento para ordeñar del todo al macho que gemía y bufaba. La lengua voraz de Migue continuaba como si nada hubiese ocurrido.
Acho salió de la montura.
__¡Sube Migue…sube y limpia bien el sable de este macho que te va abrir el culito de un momento a otro…pero mientras tu le limpias el sable, ponte con tu culito respingón en la boca del gringo, anda!!!__ el muchacho obedeció. La lengua del patrón no tardo en escarbar el agujerito apretadito y tan deseado.
Las velas iban haciendo la luz mas tenue. Acho se levantó sin que nadie se diera cuenta, mientras veía la escena se acarició su verga hasta acabar allí mismo sobre las sábanas, mientras los otros dos se retorcían de pasión besando sus vergas, sus bolas, sus ojetes. Observó que el patrón no tardaría en resucitar su hambrienta pija. Salió del cuarto.
Al amanecer Acho ante el silencio del lugar bajaba las escaleras para marcharse de allí.
__¿Donde vas Achito?__ giró y el patrón desnudo le hablaba
__¡Ya me estoy yendo!
__¿Pero no veras los potros?
__¡Pensé que era todo una estrategia para Migue!!
__¡Oh no, fue parte de eso, pero los potros existen y necesito tu talento!
__¡Bien iré a verlos entonces y comenzaré mi trabajo!
__¡Yo te alcanzaré en cuanto le de desayunar a Migue…es un poco insaciable no me ha dejado dormir y le he prometido darle la primer leche del día!
__¡Está bien patrón haga nomás!
__¡Acho…igual quiero decirte que tu eres el mejor, gracias, ya nos volveremos a ver….bah si tu quieres!
__¡Siempre quiero patrón, no va a faltar ocasión!!__ el gringo se acercó desnudo y besó los labios de Acho, luego giró sobre sus pasos y ambos dos se marcharon a sus respectivos lugares, uno al corral y el otro a darle la leche al chico.-
continuara
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