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a punto de perder mis sentidos

La ciudad de Valparaíso se encuentra a 118 Km. al noroeste de Santiago de Chile. Se accede por vía terrestre y en automóvil se puede hacer en menos de una hora.
Hacia mucho tiempo que no me reencontraba con esta encantadora ciudad, llena de recuerdos y de una historia dolorosa. Solía alojarme en el hotel Brighton al mas puro estilo victoriano y el mas antiguo. A muy pocas cuadras el restaurante Turri me había atrapado con su ambiente confortable, calido y su no menos famosa cocina mas una vista espectacular de la bahía. Recorrer la avenida Errazuriz hasta el Púb La Cueva del Chivato formaba parte de mis diarios recorridos.
Hoy me encuentro nuevamente en la ciudad pero esta vez para encontrarme contigo, mi adorable y lejana amada que durante tanto tiempo nos comunicamos vía el correo electrónico. No podía evitar el nerviosismo ni me excitación. Sé como eres porque he visto tu foto, y de repente te veo. Tú aún no me has visto, y te contemplo por un instante. He estado esperando este momento por mucho tiempo, y por fin ha llegado. Te tengo dentro de mi vista, y eres real. Entonces tus ojos se fijan en mí, y siento que salta mi corazón en mi pecho. Empiezas a acercarte y me envuelves en un abrazo muy fuerte y cálido.
"No puedo creer que realmente estas aquí. Es como un sueño," me dices al oído. Entonces me alejo de ti un poco para que puedas mirarme. Me miras profundamente a los ojos y sonríes. En ese momento siento el deseo que tengo por ti y te vuelvo abrazar. Siento tu cuerpo duro junto al mío, y mi sexo se empieza a endurecer. Me doy cuenta de que el aeropuerto no es el lugar correcto para seguir contigo así, y empezamos a caminar hacia el automóvil hablando de mi viaje, de lo alegre que estamos por estar juntos por fin, de todo y de nada. Tienes mi mano entre la tuya, y no puedo dejar de mirarte. ¡Eres real, siento tanto cariño por ti!
El automóvil se deslizaba suavemente por la carretera y no podíamos dejar de mirarnos, lentamente estacionaste en la banquina y nos empezamos a besar, suavemente al principio, y luego con más y más fervor y pasión. Sintiendo tu lengua recorrer mis labios y entrar en mi boca. Chupo tu labio inferior y te escucho gemir muy bajo. Estamos abrazados y los deseos están aumentando. Fijamente y en silencio mi mano se deslizó debajo de tu falda. Sin palabras, simplemente mirándote, te rozaba delicadamente la matriz sólo protegida por una pequeña bikini de seda. Tus manos acariciaron mi cabeza y murmuraste: ¡Te deseo! Oírte y sentir tu sexo entre mis dedos basto para que buscara un motel para tenerte entera para mi. A pocos kilómetros y a la vera de la carretera un Hotel nos invitaba con sus florecientes luces de colores a estacionar en el. Nos registramos y rápidamente entramos a nuestra habitación devorándonos a besos. Sentía tu lengua explorando en mi boca, tu aliento de hembra excitada susurrar a mi oído ¡hazme tuya! Dime que me quieres, cogeme sin compasión, quiero sentirte dentro de mí, revolcarme en tu semen y chuparte la noche entera esa pija que estoy acariciando y moja mi mano con sus flujos calientes. Cuanta pasión sentía al devolverte los besos, al mordisquearte, al prenderme a tus pechos con delirante deseo.
Comenzaste a desnudarme y en ese momento comprendí que en cada prenda que soltabas, caía una barrera que atravesaría más allá de esos momentos de lujuria. Tú eras mi amante y yo tuyo, tú eras mía igual que yo. ¡Adoro tu pija! susurraste a mis oídos, mientras con mis labios chupaba tus pechos como un bebe con hambre que busca a su madre... La punta de mi lengua golpeaba tus erectos pezones que combinaban con tus enloquecedores gemidos, como si con cada chupada estuviera comiendo esos senos. Perdido en tus brazos y atento a tus besos, tus caricias y a tus jadeos, imaginando que tu boca era tu vagina quise chuparla ahí mismo. No hubo recodo que no explorara; comencé a excitar tu clítoris con mi lengua humedecida previamente por los fluidos que desbordaban de tu concha. Con dos dedos separaba los labios para que mi lengua tuviera un acceso más fácil a ese punto tan especial, con la otra mano acariciaba la puerta de entrada a su interior, muy suavemente, sin prisas; me lo tomaba con la calma precisa para hacer de ese momento largo y duradero. Lamía tus labios mayores suavemente o tragaba los flujos que se escurrían por tus piernas abiertas mojando las sabanas. Con tus manos acariciabas mi pecho bajando lentamente hacia la ingle, con una caricia atrevida y retadora. ¿Cómo olvidar tus dedos buscando mi sexo con gemidos de placer? Allí estremeciéndome, sintiendo deslizarse tu mano sin obstáculos lentamente hasta que tu palma rodeo por completo atrapando mi pija que como lágrimas, mis flujos derramaban con deseos desatados. Grite de placer, no resistía el tacto de tu mano apretándola y a la vez mordiendo mis tetas de hombre, mientras que tus dedos se desplazaban a lo largo del tronco como si fueran de seda. Ella respondía a tus caricias poniéndose cada vez más dura y erecta. Tus labios habían llegado al fin del camino que deseabas, tu lengua se acercó a mi pija y con la punta recogió las primeras gotas de semen que asomaban y querían desatarse con furia en una contenida descarga que me era dolorosa, cubriste con un manto de saliva mi glande y comenzaste a lamerlo por completo. Tus labios oprimieron la base mientras la lengua lo recorría milímetro a milímetro. Lentamente, muy suavemente comenzaste a mamarla. Al principio solo tragabas la mitad y posteriormente desapareció cuan grande era en esa boca que maravillosa apretaba los labios a veces a un ritmo lento y otras rápido, alternando para impedir que me acostumbrara a él. Con tus manos acariciabas mis testículos, empapados éstos con la saliva que caía por las comisuras de tus labios y por la que escapaban también mis fluidos que aprovechabas para meterme y sacarme el dedo índice en mi culo aumentando mi gozo. Tus labios seguían aprisionando mi pija, tu boca se la tragaba con deleite y tu lengua y paladar me transportaban a exquisitos placeres que jamás ninguna mujer nunca antes había conseguido.
La habías tragado tan profundamente que notaba el calor y la humedad de tu lengua juguetona y tus labios deliciosos. La mamada que me estabas dando era increíble, me absorbía, hacía que gimiera y que disfrutara de tu entrega.
Presentiste la inminencia de la descarga y retiraste tu boca de mi sexo, pero continuando masturbándome con tus manos, hasta que salió una tremenda eyaculación que fue a derramarse contra tu cara, pechos y vientre. Repartiste el semen por todo tu cuerpo para luego llevarte las manos a la boca limpiándolas cuidadosamente. Te volcaste sobre mí besándome muy dulcemente y así recostada, abiertas las piernas de par en par, admire tu cuerpo con calida pasión. Tus senos redondos y hermosos, tus caderas bien contorneadas, tu sexo apenas sombreado por un vello suave empapado aun por el deseo y tus piernas, poderosas y tersas descansaban al compás de unos movimientos de tus pies, cual si estuvieran escuchando una canción mientras con tu voz ronca y ahogada de éxtasis, me pedías como una suplica ¡Hazme tuya! ¡Te necesito dentro de mí!
¡Te mire! Una enorme ternura lleno mi corazón y bese tus ojos, tus labios, la punta de la nariz y contemple tu rostro anhelante sumido de amor.
Deteniéndome en las pupilas ambas humedecidas de amor, baje mi mano y tomando mi pija la deposite suavemente sobre tu vagina para jugar con tu clítoris. Mi mano la dirigía recorriendo los labios interiores golpeando el botón amado embriagado ya por el olor a sexo que desprendían nuestros genitales haciéndote temblar de excitación. Te miro profundamente a los ojos y te digo “Te amo”… me miras y comienzas a moverte con tus piernas alrededor de mi cuerpo atrapado; muy lentamente la fui metiendo, haciendo una pausa para gozar el placer de estar en tu cuerpo. Mi pija abre tus labios, roza el clítoris y apretando mis músculos sobre ti te penetro bruscamente logrando arrancarte un grito de placer, mientras tu cuerpo temblaba y jadeaba mordiendo mis labios, respirando hondo y gimiendo mucho. Te mueves mas rápidamente pidiéndome que empujara con fuerza para que se introdujera totalmente, masturbándote acariciando tus labios y apretando mi pija que entraba y salía. ¡Más, empuja más! Repetías… ¡así, así, cogeme, cogeme…!adoro como me coges. ¡No doy más! ¡Estoy por acabar! Acaba conmigo...
No aguantaba mas había llegado al éxtasis, un calor subía por mis muslos recorriendo todo el cuerpo haciendo que mis sentidos se anularan del tremendo placer que estremecía mi cuerpo. Tú seguías gritando cada vez mas fuerte pidiéndome que acabara.
Y acabe a punto de perder mis sentidos. Solo recuerdo como puteabas y maldecías, como me clavabas las uñas en la espalda y el grito final que retumbo como un trueno mientras tu cuerpo vibraba entre convulsiones de placer…después el silencio.
Datos del Relato
  • Categoría: Primera Vez
  • Media: 6.1
  • Votos: 41
  • Envios: 5
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Comentarios


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4 comentarios. Página 1 de 1
Duendecilla
invitado-Duendecilla 06-04-2005 00:00:00

Llevo cierto tiempo leyendo diversos cuentos y debo decirte que aún me sorprendes. Otorgas un nivel de sensibilidad, que va más allá del simple placer, es la persona con todas su humanidad la que está ahí, en ese momento, preciso y dulce. Sigue adelante, tus relatos conmueven y me hacen creer que el amor aún existe.

Marian Polet
invitado-Marian Polet 29-03-2005 00:00:00

Todos tus relatos los he leido porque me encanta la forma en que los redactas, me encantaria que me escribieras a mi correo PLEACE Te mando un beso enorme y sigue a si nunca falles en los relatos y por favor escribe nuevos

FERNANDO
invitado-FERNANDO 28-03-2005 00:00:00

genial Mateo, siempre leo estos cuentos porque me gusta mucho lo erotico, lo sexual, el sexo en si, pero nunca lei algo con tanta simplesa pero a la vez tan bien narrado, es cuento bastante detallado como paso a paso, me transporto a ese lugar como si lo estuviera viendo en vivo, yo estoy a punto de vivir algo asi aqui en mi pais, con una rubia de 45 años , espero me ocurra tal cual tu narrativa, tal vez te escriba y te comente al respecto, pero te reitero "genial Mateo" un abrazo ...vecino.-

Izabel Silveira
invitado-Izabel Silveira 25-03-2005 00:00:00

Olá querido amigo... Quanto tempo, hem? Vi teu conto na primmeira página e vim ler-te. Como sou apaixonada por escrever eróticos, me apaixonei por suas declarações de amor! Bem caliente e apetitosa! Realmente muito bem detalhado... Beijos, Izabel. PS: Estou sentindo falta de seus e-mails!

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