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Categoría: Incestos

A mi prima se la vuelvo a arrimar

¡Súbeme la radio, que esta es mi canción! ¡Siente el bajo que va subiendo! Sonaba en la radio una calurosa tarde de verano un año después de mi encuentro con mi prima. Estábamos en una casa grande que habíamos cogido todos juntos. Ya no querían saber nada de camping después de la experiencia del año pasado. La casa era grande, donde cabíamos los 6 de sobra, mis padres, mis tíos, mi prima y yo. 



Mi prima me había anunciado por whatsapp que quería un verano de “sexo y lujuria” conmigo. Cuando le dije que porque no se buscaba un novio me dijo que ¿para qué? Que era joven para novios y que ahora solo quería pasarlo bien con su primito. ¿Y tú no quieres novia? me pregunta. Yo la verdad es que tampoco quería, le contesté. Para mis padres, novia era sinónimo de compromiso y yo con 22 años solo quería pasarlo bien como mi prima, aunque en poco tiempo iba a cambiar de opinión.



Días antes de salir de viaje, me compré dos cajas de condones extrafinos que escondí en mi equipaje para poder follar siempre que quisiéramos mi prima y yo. El problema era encontrar el momento justo para estar solos y hacerlo. Como lo de las excursiones quedaba descartado, tendríamos que bajar a la playa o buscarnos alguna excusa para estar solos. 



Después de una semana no habíamos podido quedarnos solos y no hicimos nada. Mi prima debía andar muy caliente, porque en varios momentos que nos cruzábamos, me tocó el culo o el paquete. Esa noche en la cena mi prima, siempre a mi lado, me tocó el paquete como aquella vez en el camping y me masturbó. En el postre se ausentó para ir al baño, éramos muy educados y como en las pelis nos disculpábamos al dejar la mesa. Tardó un rato en volver. 



-¿Todo bien hija? Le preguntó mi tío.



-Si papá, es que he cenado mucho y después salí un poco a tomar el fresco. 



Más tarde mi prima me escribió un whatsapp y me dijo que se había masturbado en el baño pensando en mi de tan caliente que estaba. Esto elevó mi temperatura y tuvimos sexo por whatsapp. Acabé en calzoncillos y con mi semen cubriendo mi tripa. 



Al día siguiente nos levantamos pronto y al cruzarnos al bajar a desayunar, Esther me dio un beso en la boca sin que nos vieran y me dijo: de hoy no pasa. 



Terminamos el desayuno y el día acabó poniéndose feo, nublado y con algo de lluvia que empezaba a caer, lo que echó para atrás a nuestros padres y tíos de bajar a la playa, pero no a nosotros. Mis padres nos dijeron que si llovía mucho nos volviéramos a casa. 



Bajamos cogidos de la mano como dos novios y nos fuimos a la playa.



-Primito, me dijo, aquí cerca tenemos una playa tranquila con una calita. Plantemos la sombrilla y bañémonos. 



Nos metimos en el agua con el frío que hacía y la lluvia que caía. Mi prima se quitó la parte de arriba del bikini, enseñándome sus tetas. Ningún otro atrevido estaba en el agua en ese momento, así que teníamos la cala para nosotros solos. No pensaba que quisiera hacerlo en el agua y menos sin condón. 



-¿Quieres hacerlo así? Le pregunté.



-Estoy muy salida primo. Si, algo rápido, tranquilo que no me quedaré preñada.



Nos apoyamos contra una roca y tras el calentamiento previo, me la follé en el agua. Me agarré a su culo y ya no la solté durante todo el polvo. Con la calentura nos corrimos enseguida. Nos quedamos abrazados flotando en el agua. 



-¡Qué calentura primo! Me he quedado tan a gusto. Ahora nos toca hacerlo más lento. 



La lluvia empezó a apretar entonces y decidimos salir del agua.



-¿Y ahora qué hacemos? Si nuestros padres ven la que está cayendo son capaces de venir a buscarnos si no volvemos. 



-No problemo, me dice, les mando un whatsapp y les digo que estamos en la cafetería que hay aquí al lado, tomando algo y solucionado. Y tu y yo seguimos dándole al tema.



-Uy que viciosilla, yo me apunto al plan. 



-¿Dónde quieres que lo hagamos?



-He pensado en una caseta que hay debajo de la del vigilante, para recordar donde perdí la virginidad.



-Vale, vamos allí.



Recogimos las toallas y la sombrilla y nos dirigimos a la caseta. El socorrista estaba justo encima de nosotros, cubierto con un chubasquero y vigilando con unos anteojos.



-Mira que ocupado está, me dijo mi prima y me guiñó un ojo. 



Se bajó de la caseta y se fue a cambiar la bandera amarilla por una roja. Al volver a la caseta nos fijamos en que había una socorrista muy guapa con un chubasquero también, que estaba esperándole. Se metieron dentro, aunque podíamos verlos besándose. Se quitaron el chubasquero y el bañador y se pusieron a follar. 



Mi prima empezó a masturbarse bajo ellos y yo me uní a ella masturbándome también. En eso estábamos cuando sonó el walkie del vigilante. La parejita se sobresaltó y dejaron de hacerlo. 



Nosotros seguíamos a lo nuestro, pero cada uno individualmente, mirándonos a los ojos como dos viciosos, eso nos excitaba aún más. 



El vigilante bajó corriendo y salió a la playa y la chica nos descubrió masturbándonos.



-¿Qué hacéis ahí? ¡Guarros!



Salimos por patas y fuimos a escondernos a otro lado. Encontramos refugio donde guardaban las barcas y patines de alquiler. 



Esther pasó a la acción de inmediato y chupó mi pene, que se volvió a poner erecto al momento, había perdido la erección al ser descubiertos por la socorrista. Se puso encima de mí y se la clavó con ardor. Estaba muy húmeda y entró muy suave.



Me cabalgaba con fuerza, primo, primo, gemía, ah, ah, ah, qué bien me follas, aunque era ella la que me estaba follando. Me daba que pensar que nunca dijera mí nombre, solo primo, pero al ver sus tetas botando frente a mí y su cara de placer, me olvidé de esta tontería. 



-Me corro prima, me voy



-¿Adonde? je, je, anda aguanta un poco, espera. Se paró un poco y esperó. ¿Mejor así?



-Sí, uf, ya puedes seguir. 



Siguió follándome y en unos minutos más nos corrimos los dos, agarrados de las manos. 



-Mi primo, uf que gusto por dios, como has aprendido, siempre voy a querer hacerlo contigo. 



-Oye, nuestros padres, ¿no nos echaran de menos?



-No, que va, ni se enteran. A estas horas seguro que están haciendo lo mismo que nosotros.



Justo en ese momento sonó el teléfono de Esther. Era su madre. 



-¿Dónde estáis? Estamos en la cafetería y no estáis ¿Dónde os habéis metido?



-Mamá, tranquila. Hemos salido de la cafetería e íbamos para casa, pero no te pude enviar un mensaje.



-Pues volved ya, que mira que tormenta está cayendo.



-Vale, ahora vamos y colgó.



-Me mira y me dice: No se me ha quitado la calentura todavía, quiero otro polvo, guarro, salvaje. ¿Qué me dices?



-Estás loca y me encanta, pero tu madre nos mata si no volvemos pronto.



-Vale, está bien, como quieras, pero a ver quién me quita la calentura primo.



-Esta noche prometo visitarte prima y te daré lo tuyo. 



Salimos a la carrera y llegamos a casa. Mi tía nos plantó sendos besos y nos mandó a la ducha para entrar en calor. Nos miramos cómplices, ya que aunque la casa tenía dos cuartos de baño con sus duchas, nos íbamos a duchar juntos. 



Nos metimos en el baño de arriba, que había sido designado por mi madre y mi tía como “el baño de las chicas”.



-Uy, que morbo, vamos a hacerlo en la ducha. Espero que sigan abajo, le dije. 



-Están con la cena ocupados. Vamos rápido. 



Abrí la ducha y cuando vi que el agua salía caliente, desnude a mi prima y ella a mí y nos metimos en la ducha. Nos enjabonamos mutuamente bien, para estar limpitos y con el tocamiento mutuo, enseguida nos pusimos a tono. Mi pene erguido rozaba el chocho de mi prima, y esta, tan caliente como yo, me la chupó un poco y tras ponerme un condón, la penetré duro.



Ella se agarró a la ducha mientras me la follaba y el agua caía sobre nosotros. El agua caliente subía nuestra temperatura aún más. 



Cerraba los ojos y se mordía el labio mientras se lo había. Empezó a gemir y yo con ella. El agua de la ducha apagaba nuestros gemidos que iban aumentando, ah, ah, ah, ah. Esther se agarró más fuerte a la ducha y supe que se iba a correr. Lo hizo con un grito: ¡Aaaaaaah! Parecía una actriz porno. Se salió de mí y me tumbó en el suelo de la ducha.



-Ahora te poseo yo a ti, me dice. 



Se montó sobre mí y me empezó a cabalgar. Yo aún aguantaba. Seguimos así un rato más y después nos giramos de lado y lo hicimos así, hasta que yo me corrí y ella se fue por tercera vez. 



Nos aclaramos bien nuestros fluidos y salimos juntos cogidos de la mano, con nuestras batas puestas y nos vestimos en nuestras habitaciones. 



Bajamos a cenar cuando terminaban de prepararlo todo. No se enteraron de nada. Al sentarnos juntos me dijo al oído mi prima: Esta noche me debes una visita.



Terminamos de cenar y nos dividimos en dos grupos, mi prima y yo viendo la tele, y mis padres y tíos jugando a las cartas. Bebieron algo más de la cuenta y más tarde nos retiramos a dormir. 



A las 3 de la mañana oí un golpe seguido de otros. Me asomé a la puerta y en la habitación de mis tíos, estos estaban follando como animales. Mi tío enculaba a mi tía, que se sujetaba al cabecero de la cama y gemía como una perra. Estaban muy borrachos y aun así follaban con energía, haciendo temblar la cama como si hubiera un terremoto. En la habitación de mis padres el espectáculo era igual. Mi padre estaba penetrando a mi madre por el culo y ella gemía como loca. No sabía que mis padres tuvieran esos gustos sexuales. 



Mi prima salió de la habitación con los dedos en los oídos. ¿Qué escándalo es este? dice.



-Nada, nuestros padres que andan salidos y están follando como animales.



Me cogió de la mano, como se había convertido en habitual y me dijo que tenía pendiente una visita a su habitación. Allí se desnudó delante de mí y me incitó a follármela, porque no podía dormir y ahora se había puesto muy cachonda. Se puso en cuclillas de culo a mí y me dijo que se la metiera por el culo como hacían mis padres.



-¿Qué dices? Me duele a mí solo de pensarlo. 



-Anda primito, dame por el culito, jeje. 



-Que no prima, te doy por la vagina, jeje. 



-Tú te lo pierdes, pero anda, dame por algún lado, estoy que chorreo. 



Según estaba en esa postura, la comí todo el potorro y sus jugos mojaron la sabana, no me importó. Tomando un condón me lo puse y la penetre despacio, saboreando su humedad.



-Quítate la goma, primo, me dice. Fóllame sin nada. 



-¿Sin nada?



-Sí, quiero sentirte, estoy muy húmeda.



Me quite la goma y se la metí sin nada, mi polla entró de un golpe. Me moví despacio, haciéndola sufrir, pese a que yo estaba también muy excitado.



-Uff primo más rápido, te siento, pero muévete más rápido.



-No, prima, ahora espera, siente que mi polla recorra tu vagina y olvídate de todo. 



Me la seguí follando así, hasta que no pude aguantar más y tuve que acelerar porque estaba muy salido y quería acabar. 



Mis padres y mis tíos seguían follando. Vaya aguante que tenían. Después de un rato, creo que las 3 parejas nos corrimos a la vez, por nuestros gemidos. 



Mi prima está hecha polvo y su coño chorreaba mi semen. 



-Uff, estoy súper cansada, se cogió un poco de semen y se lo restregó por la cara. Uy, tu leche ha acabado en mi cara, jiji.



-Que cochina, anda vamos a dormir. 



Dormimos juntos, desnudos y abrazados y a la mañana siguiente, nuestros padres nos descubrieron juntos. Se dieron cuenta de que habíamos follado, porque las sabanas estaban mojadas, pero no nos dijeron nada en ese momento y me enteré porque mi padre hablo conmigo y mi tía con mi prima, por separado. 



Mi padre me abordó en el baño y me dijo: ¿Tú quieres a tu prima?



-¿Quererla? Sí, es mi prima. 



-No, tonto, me refiero a que si estás enamorado de ella. 



-¿Enamorado? No creo, me gusta físicamente, pero amarla, no. 



-Y oye, entre tú y yo, ¿qué tal folla tu prima?



-¡Papá!



-¡Anda dímelo!



-Puf, folla como una fiera. 



Más tarde mi prima me contó lo que le había dicho su tía y así me enteré un poco más de sus gustos sexuales. La verdad, no se tomaron a mal que como primos folláramos. Lo que no podía saber es lo que pasaría una semana después. 



Mi prima y yo seguimos follando a escondidas aunque supieran que lo hacíamos. Una noche mi prima bajó a la cocina después de follar para tomarse un vaso de leche y volvió a mi cuarto. Me dijo que la acompañara.



Al bajar, vi que mis padres y tíos, veían un video. Al principio no podía creer lo que veía. Éramos nosotros follando y ellos lo habían grabado. ¿Pero qué? Una cosa es que sepan lo que hacemos y otra que nos espíen y nos graben. Vamos a hacerles lo mismo, pensamos. Acordamos quedar una noche y los grabamos haciéndolo, con una cámara pequeñita que tenía. 



Grabamos sin saberlo en la misma cinta en la que nos habían grabado y al acabar nuestro video, salió el suyo.



-¡Anda, mira! Si somos nosotros. Oye, no se me ve bien la cara. Seguro que ha sido tu hijo el que nos ha grabado. No tiene buen pulso y se mueve la imagen, jajaja. 



Salimos de donde estábamos escondidos y les dijimos que porque nos habían grabado. 



-Hijos, nos dijeron, somos unas parejas liberales y para nosotros el sexo es algo normal. Grabaros ha sido parte de una iniciación. 



-¿Iniciación? pregunté. ¿A qué?



-Haremos un intercambio de parejas, dijo mi tío. Siempre heterosexuales, eso sí. Así que podemos follar con cualquiera. Somos 6 y jugaremos a un juego, una ruleta del sexo. 



Mi prima y yo nos quedamos a cuadros, pero me hizo un gesto para que esperara. Mis tíos y mis padres sacaron una ruleta con nuestros nombres. Lo tenían todo preparado. La giraron y la flecha cayo en mi prima. Sacaron una segunda ruleta y la giraron también. Cayó en mi padre. 



Según su juego mi padre se follaría a mi prima. Pero, ¿debíamos consentirlo?



-El juego ha determinado esto. Tenéis que acatarlo. 



Mi prima se adelantó y dijo: De acuerdo tío, follaré contigo.



-Que bien, dijo, voy a probar a mi sobrina. 



Yo la miré y le dije: ¿consientes esto? dijiste que solo follarías conmigo. Tranquilo primo, vivimos en una familia liberal y tú siempre serás el primero. 



Mi prima y mi padre se metieron en su habitación. Nos dijeron que observáramos. Yo me sentí raro al principio, pero luego me acostumbré a verlos follar y me excité. Mi madre los grababa y mi tía al verme empalmado, me bajó el calzoncillo y empezó a masturbarme. 



Mi padre y mi prima follaban de cara a nosotros y ella me miraba con cara de viciosa y se mordía el labio inferior. Cuando estaba a punto de correrme, mi tía me acercó a mi prima y me corrí en su cara, mientras mi padre seguía follándosela. Ella lamió mi semen y mi padre me dijo: acércate, tú prima está a punto. 



Me agarró de la mano y se corrió con un grito diciendo el nombre de mi padre:



-¡Cabrón! ¡qué bien me follaís el padre y el hijo!. ¡Aaaaaaah! 



Mi padre se sacudió, él también se corría en mi prima y acabaron los dos. Se tumbaron mientras mi madre terminaba de grabarlos y terminó grabando mi pene, ya perdiendo su erección. 



Mi madre que había sido también testigo me sonrió y me dio un abrazo: ¡Bienvenido a la familia! Siempre fuiste parte de ella, pero ahora eres parte de nuestra familia liberal.



Mi padre se levantó y pasó mi lado, dándome en el hombro. Vamos campeón, me dijo, tenemos otro reto. Desnudó como estaba, giró la ruleta y salió mi nombre. Mi prima giró la otra y salió mi tía. Ahora tenía que follármela a ella. Mi tía no tenía un cuerpazo como mi prima, pero me miró con cara de viciosa y me llevó a la cama con ella. Ahora mi madre, mi prima y mis padres, nos miraban follando. 



Habíamos acordado que lo haríamos en la postura del perrito, de forma que todos nos viéramos las caras al hacerlo. Tal era el morbo que tenían ellos.



Yo miraba a mi prima mientras me follaba a su madre y me relamía de gusto. Mi padre dio un cachete en el culo a mi prima para que fuera a mí. Nos besamos mientras seguía tirándome a su madre. 



Después Esther besó a su madre apasionadamente y luego mi tía masturbó a su hija con ardor. Al poco tiempo me corrí dentro de mi tía, uffff tíaaaa, me voy, y esta gritó en su orgasmo: ¡Ay dios!¡Que gustoooooooo!



Lo dejamos ahí y después de ducharnos, nos fuimos a dormir. Yo dormía como siempre con mi prima y mis padres y mis tíos por parejas. A la manada siguiente desayunamos juntos y desnudos, tal era como había empezado en esto del incesto y no nos importaba estar desnudos.



Nos tomamos una semana de descanso para empezar de nuevo la ruleta. Había empezado a gustarme esto del incesto, aunque me preocupaba pensar cuando tuviera que hacerlo con mi madre. 



Unos días después, mi prima y yo bajamos a la playa, nuestros padres no se oponían a que folláramos los dos, mientras luego aceptáramos jugar a la ruleta. 



Habíamos descubierto una playa nudista y decidimos ir allí. Nos propusimos, como no, follar allí e ideamos hacerlo con solo una toalla encima. La playa se encontraba desierta a esas horas y tras desnudarnos, mi prima nos tapó con la toalla y empezó a chupármela. 



Nos pusimos a hacerlo con la toalla por encima, cuando oímos unas voces, eran unos mirones. Mi prima que estaba encima de mí levantó la toalla y les dijo que nos dejaran seguir a lo nuestro, que no nos iban los intercambios. ¿Quién lo diría no? 



Seguimos haciéndolo sin la toalla encima, mi prima me cabalgaba con pasión y se vez en cuando agarraba mis manos. No le importaba que nos viera alguien, pese a ser una playa nudista, aquello no era un picadero y nos podían echar si nos veían.



Al parecer a mi prima no le importaba, ya que no paraba de gemir. Yo quería acabar pronto, pero como estaba nervioso por terminar, no me corría. Media hora más tarde terminamos y tras limpiarnos fuimos a darnos un baño. 



Estuvimos fuera un par de horas y volvimos a casa. La semana pasó rápido y pasó lo que temía, la ruleta cayo en mi madre. Mi tío se acercó a mí y me dijo que estuviera tranquilo y que por ser mi primera vez con madre, me daría dos horas de margen para que me tranquilizara y hablara con ella si quería. No sabía qué hacer, me puse a hablar con mi madre, que me llevó a la habitación y me sentó en la cama. 



No sabía que decirle, ella muy comprensiva, habló conmigo y me dijo como le gustaba hacerlo, como se lo hacia mi padre y después se desnudó delante de mí. Tenía un buen cuerpo, aunque sus pechos habían empezado a caerse un poco y tenía celulitis en los muslos y en el culo. Pese a ello, era muy hermosa y la deseaba. 



Le dije que una cosa era hacerlo con mi prima y otra con ella. Me dijo que no pasaba nada, que el incesto era algo que habíamos elegido y que yo era nuevo en esto y entendía mi temor. 



Al poco abrió la puerta y les dijo a todos que estaba preparado para hacerlo. 



Mi padre preparó la cámara para grabar como siempre el encuentro. Yo estaba todavía algo nervioso. Mi madre y yo nos subimos a la cama y empezamos a sobarnos mutuamente. Mi pene no se enderezaba, yo seguía nervioso. Todos me animaron y consecutivamente, mi madre, mi tía y mi prima me hicieron una rica felación que me hizo perder definitivamente los nervios. Cogí a mi madre y después de abrazarla la comí las tetas y el coño, justo como me contó que se lo comía mi padre y la hice gemir como loca. Ya muy excitados, la penetré con cariño, mientras ella mi miraba con amor, viendo como su hijo entraba dentro de ella. Una vez me acoplé bien, empecé a bombearla despacio. Yo la besaba en la boca, mientras ella me agarraba la espalda y cruzaba sus piernas sobre mí, haciendo que el sexo fuera fantástico. Esta vez estábamos haciéndolo en otra postura, pero no pareció importarle a nadie. Nuestros movimientos se acompasaron y entonces ella empezó a gemir con fuerza. Mi padre me miraba con orgullo y mi prima y mis tíos me animaban. 



No podía creer cuando empezó el verano que acabaría follando con mi madre. Seguía bombeándola saboreando cada embestida, mi madre tuvo su primer orgasmo. Mi padre y mi tío estaban empalmados y como las reglas no decían nada en contra, mi tía se la chupó a mi padre y mi prima al suyo. Al terminar, los dos se corrieron en ellas y reservaron algo para mi madre, un poco de semen que untaron en su cara. 



Después de un rato mi madre se moría de gusto, llegaba al segundo orgasmo y gemía mi nombre, me gusta hijo, me gusta muchooo, me voy, me voy otra vez, siiiii. Yo llegaba también, pero no quería terminar, quería seguir dentro de ella para siempre. Al poco, no pude aguantar más y me corrí, ugggggghh, aaaaaahhhh. Mi tía, mi prima y mi madre, seguían con la cara cubierta de semen y nos miraban al terminar de follar. Yo salí de mi madre y después de limpiarse la cara con un clínex que le di, me besó con fuerza. Gracias hijo, me dijo, me has hecho muy feliz y me has follado tan bien como tu padre. 



El día me reservaba una nueva sorpresa. Tras la cena, habían decidido tener nuestra primera orgía, sexo en grupo, siempre eso sí, sin contacto homosexual. Yo tengo amigos gays, pero nunca probaría sexo anal, ni siquiera con una mujer, a ver, no penséis mal de mí, pero eso no me va, así que en principio no tenía problema en tener sexo en grupo, aunque puse una pequeña condición. Primero empezaríamos mi prima y yo. Lo aceptaron y comenzamos. La orgía se grabaría como siempre. 



Yo abierto como estaba, me atrevía a penetrar anualmente a mi prima como me pidió (no quería que me penetrara por el culo con cualquier vibrador, pero yo si podía hacérselo a ella) 



Mi prima se preparó y me indicó como prepararla para dilatarla el ano. Tenía aceite lubricante y un condón extrafuerte. Al principio me costó penetrarla, pero luego entró hasta el fondo. Aquello iba muy bien y mi prima gozaba mucho, yo me corrí pronto y luego ella me pidió que se lo hiciera por delante y sin condón. 



La giré y me dispuse a penetrarla, pero antes me echó un chorro de aceite en mi pene y el resto se lo echó por su cuerpo. Su cuerpo aceitoso resultaba más apetecible aun. Entré fácilmente en ella y empezamos el mete saca, entonces mis padres y tíos se unieron a nosotros primero por separado y luego todos juntos. Así yo follé con mi prima, mi tía, mi madre y mi padre cató a mi tía, mi prima, mi madre y mi tío con su hija, su mujer y mi madre. 



Las palabras se quedan cortas para describir lo que vivimos esa noche. Todos juntos, follando unos con otros, aquello fue maravilloso. El sexo con las mujeres de mi familia, mi tía, mi prima y mi madre fue excepcional. El cuerpo de mi prima y el de mi madre, me tenían loco, no es el que cuerpo de mi tía fuera peor, porque disfruté también mucho con ella, pero no sé, la pasión de estar dentro de mi madre y mi prima fueron lo más. 



Terminamos a altas horas de la noche. Estábamos cansados, aunque extasiados. El año anterior era virgen y este ya lo había hecho con las 3 mujeres de mi familia y más de una vez. 



El verano acabó y volvimos a la ciudad. Mis padres no volvieron a tener relaciones incestuosas durante el resto del año y yo aunque seguía follando con mi prima, me eché una novia, aunque nunca experimenté con ella lo mismo que con mi prima. Un día decidí hablar con mi madre. 



-Hola mamá. Ella estaba cocinando. Quería preguntarte una cosa.



-Dime. 



-¿De verdad disfrutaste cuando lo hicimos?



-Claro hijo, mucho. 



-Yo me sentía cortado, ya sabes.



-Claro, lo sé.



-Una cosa, ¿por qué no me dijisteis nada?



-Tú prima tampoco lo sabía y tampoco llevábamos mucho tiempo haciéndolo. Cuanto tus tíos nos lo propusieron, nos sorprendimos mucho, pero luego nos decidimos y hemos sido muy felices. También nos dimos cuenta de que tu prima se sentía atraída por ti. Tus tíos la habían visto una vez masturbándose con una foto tuya.



-Anda, no lo sabía. 



-Pues si hijo. 



En eso llegó mi padre a casa y nos saludó. Nos pusimos a hablar de nuestra relación. Entonces mi padre nos propuso algo. Lo haríamos los 3 juntos, o sea un trio. Mi madre se puso muy contenta al saber que tendría a sus dos hombres dentro de ella. 



Muy excitados los 3, nos desnudamos pronto. Mi padre se puso detrás de mi madre y yo delante. Mi padre se agachó y separó los muslos de mi madre, abrió un poco sus nalgas y tras humedecerse el dedo, se lo introdujo en el coño masturbándola. Me animó a que le chupara los pechos y yo lo hice. Me recreé en sus tetas. Chupé luego sus pezones mientras mi padre la masturbaba. En pocos minutos llegó al orgasmo y derramó sus jugos por sus muslos. Entonces me agaché y procedí a comer su chocho húmedo y chupar sus jugos. 



-¡Aaaah hijo, que gusto! 



Mientras tanto mi padre se agachaba y estaba dilatando el ano de mi madre. Se giró a mí y me dijo que cuando estés listo haremos gozar a tu madre. Yo me incorporé y mi madre agarró ambos penes y comenzó a masturbarnos, nos echamos aceite lubricante ambos y la masturbación era cada vez más excitante. Nuestros penes al cabo de un rato estaban como mástiles. Mi padre volvió a separar las nalgas de mi madre y la penetró por el ano. Yo la penetre vaginalmente y ella se estremeció. 



A un gesto de mi padre comenzamos a bombearla a la vez, mientras mi padre le daba por el culo, yo me la follaba por el coño. 



Mi madre se agarraba a mis hombros y me miraba con mucho amor. Mi padre gruñía y gruñía al follársela por el culo. Yo gemía más alto, más que él y me disponía a correrme al poco rato. Mi madre se moría de gusto y su coño volvía a chorrear jugos. Al cabo de unos minutos me corrí abrazado a mi madre. Mi padre aun aguantaba. 



Luego le dijo a mi madre que se echara hacia delante, con lo que yo me tumbé boca arriba y mientras yo seguía dentro de ella, mi padre terminaba de bombearla en esa postura. 



Era curioso vernos así, yo tumbado con mi madre encima y mi padre detrás. Mi padre estaba en los últimos empujones y me aplastaba, no tardó mucho en correrse. Sacó su pene que chorreaba el semen que no se quedó dentro de mi madre y mi madre se salió de mí. 



Nos tumbamos juntos y mi madre dijo: Que feliz me habéis hecho. Mis dos hombres dentro de mí. 



Así transcurrieron los días follando. 



Después de esos días recordé lo que mi madre me dijo sobre mi prima y me emocioné, ella realmente sentía algo por mí. Así que hablé con mi novia y la dejé, a ella no pareció importarle. Me fui corriendo a ver a Esther a decirla que la quería. Íbamos a ser novios.


Datos del Relato
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