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Hola, ¿qué tal? Me llamo Juan y desde siempre me he sentido atraído por mi prima Esther. Mi prima tiene un año menos que yo y siempre ha tenido un cuerpo precioso. Durante mucho tiempo le dirigía miradas picaronas cuando estábamos juntos, pero ella no se daba cuenta de nada.
En la fiesta de mi 21 cumpleaños decidimos ir todos juntos a la piscina, mis padres, mis tíos, mi prima y yo. Ahora iba a aprovechar a ver a mi prima en bañador.
Al llegar a la piscina, nos separamos cada uno por vestuario, los chicos por un lado y las chicas por otro. Nos volvimos a reunir junto a las tumbonas y mi tía y mi prima se habían puesto una toalla por encima, vaya por dios, pensé, tendré que esperar a que nos metamos en el agua para verla en bañador.
Transcurrió un tiempo hasta que nos metimos en el agua, mis padres charlaban animadamente con mis tíos y yo un poco tímido, no me atrevía a hablar con mi prima.
Fue mi prima la que tomó la iniciativa y quitándose la toalla, me tomó de la mano y me llevó al agua con ella.
Como entramos rápido, no me dio tiempo a fijarme en su cuerpo y nos quedamos flotando, esperando a los demás.
Ella se acercó a mi un poco y me dice al oído: que guapo estás, que bien te queda ese bañador. Yo me sentía un poco cortado. y ella se acercaba más a mi. Estábamos muy pegados, con lo que mi pene se puso duro y ella lo notó.
-Tranquilo, relájate, ellos ni se dan cuenta.
Mis padres y mis tíos seguían a lo suyo y no se enteraban de nada. Mi prima me llevó a una esquina de la piscina donde no había nadie y se pego del todo a mi cuerpo.
-Siempre supe que me mirabas con deseo, primito.
-Yo, no sé a que te refieres.
-Si lo sabes, me dice, y se pone a frotarse contra mi. ¿Te gusta esto?
Dios que gusto, mi prima me estaba masturbando rozándome con su bañador y era como hacérselo. Afortunadamente estábamos solos y nadie nos veía. Mi prima me miraba a los ojos y notaba su excitación, ella también lo estaba pasando bien y después unos cinco minutos me corrí en el bañador, el semen salió fuera y me corté un poco, no quería que se viera en el agua. Me salí de la piscina y corrí a los vestuarios para darme una ducha.
Oí a mi madre decir: ¿Qué le pasa a tu primo?
-Creo que no ha hecho bien la digestión. Contestó mi prima.
Vaya lío en que me había metido, mi prima se sentía tan atraída por mi, como yo por ella. Que jodía y yo pensando todo el rato que ella no se había fijado nunca en mi.
Al cabo de un rato salí de la ducha y me sequé pensando en la excusa que debía dar con lo que había dicho mi prima. Si, les diré que el desayuno no me ha sentado bien.
Volví con todos y vi que se habían metido en el agua. Ahí los tenia, mis padres, mis tíos y mi prima en la piscina y yo con cara de idiota sentado en la hamaca ya que no podía meterme en el agua, si no estropeaba la excusa de mi prima. Ella mi miró picarona y me guiñó un ojo, nadie se enteró.
El día siguió su curso y acabamos el día de piscina. Nunca imaginé lo que iba a pasar con mi prima. Nos despedimos y al darme dos besos me dijo al oído: Hasta pronto primo, lo he pasado muy bien.
Llegó Agosto y nos fuimos de camping, mis padres, mis tíos, y claro, mi prima. Nos llevamos tiendas de campaña y dormimos todos en ellas. Mis padres y tíos en las suyas y mi prima y yo llevábamos las nuestras.
Una tarde una cigarra no me dejaba dormir. Voy a la tienda de mis padres donde tengo una botella de agua y me los encuentro follando como conejos en celo. Salgo de allí por patas y voy a la tienda de mis tíos, que también están follando. Así que me voy a la piscina donde está mi primita tomando el sol.
-¿Tu tampoco puedes dormir la siesta? Me pregunta. Yo con este calor no puedo dormir y mis padres se han puesto a follar y me he venido aquí.
-Los míos también estaban haciéndolo
-Vaya hombre, entonces somos los únicos que no lo están haciendo. ¿Te apetecería hacerlo con tu prima? ¿Qué dices?
Puse una cara rara.
-¿No me digas que eres virgen?
-¿Virgen yo? No, que va.
-Si tienes una cara de virgen que no puedes ocultar.
-¿Y tu qué? Tu también lo eres.
-¿Yo? No, hace 3 meses lo hice con un compi de natación. Ya no soy virgen.
Me quedé mirándola con cara de asombro. ¿En serio quería hacerlo con su primo? Realmente no era incesto como tal, los primos se podían casar.
-¿A que esperas?
-Vale, le dije, vamos a hacerlo.
-Claro, yo llevaré la iniciativa, no te preocupes.
Se levantó y me dijo: espera un momento. Volvió con un preservativo que se guardó en el bolsillo de su pantalón corto.
-Se lo he robado a mis padres, me dijo picara.
-¿Y qué hacemos? ¿No querrás que lo hagamos aquí?
-No tonto, lo tengo previsto. Vamos a la caseta donde guardan todo el material de limpieza y demás cosas. A estas horas nadie estará allí. No es hora de que trabaje nadie del camping y la gente está durmiendo la siesta.
Me cogió la mano, como en la piscina y me llevó a la caseta al otro lado del camping. La caseta no estaba cerrada. Eso quería decir que no creían que nadie entrara a robar allí, o eran muy confiados.
Esther entró primero y se aseguró de que no hubiera nadie. Me hizo un gesto para que entrara.
-Todo despejado primo.
Yo entré y la seguí hasta el fondo de la caseta. Allí se sentó en el suelo y yo la imité.
-Ahora quítate la camiseta, me dijo.
Yo obedecí un poco nervioso. Ella se quitó la camiseta y se quedó en sujetador. Yo me ruboricé.
-No seas tímido, volvió a decirme, y se quitó el sujetador mostrándome sus pechos, eran normales, ni muy grandes, ni muy pequeños con unos pezones redondítos, muy sensuales.
-Anda tócalos.
Yo se los toqué y acaricié sus pezones.
-Ahora chúpamelos.
Obedecí.
-Despacio, hazlo lento. Ella empezó a gemir. Uf, uf, uf. Cuando paré, ella chupó mis pezones igual. Yo estaba muy excitado y mi pene empezaba a enderezarse haciendo que mi pantalón creciera.
-Ahora fuera todo, ordenó.
Nos desnudamos los dos y ella contempló mi pene erecto, apuntando alto. Me lo acarició y masturbó un poco.
-Ahora tu, mira, te diré como. Se abrió sus labios, llevaba el coño depilado, y me indicó como proceder. Yo obedecí y lentamente se lo comí como me pidió.
-Oh, mi primo, sigue así, sigue. Me sujetaba la cabeza mientras se lo hacía. Ahora el clítoris, es ese botoncito de ahí. Se lo chupé como me pidió y dio un respingo. Su coño se humedeció y chorreo sus jugos.
-Ahora estoy lista. Cogió el preservativo y me lo puso despacio, deslizándolo hasta la base del pene. -Métemela primito, yo te guiaré. Se lo introdujo con cuidado y yo me quedé parado.
-Ahora tienes que moverte, me dijo. ¿Ya sabes como?
-Si, dentro y fuera.
Comencé a bombearla como había visto en las películas, pero me aceleré y ella me dijo que aflojara el ritmo.
-Debes hacerlo despacio, las chicas tardamos más en excitarnos, tienes que ir despacio y acelerar cuanto te lo diga. Así lo hice. Me estaba cansando un poco y la apoyé contra la pared. Ella gemía más fuerte y me arañaba la espalda. Ah, ah, ah, primo sigue así, así, ahora mas rápido. Yo aceleré, aunque cansado, estaba disfrutando mucho, esto era mejor que hacerse una paja.
Al rato noté que me apretaba el pene con más fuerza.
-Mira como te aprieto con mi coño, dijo y sonrió.
A los pocos minutos me dijo: Me corro, primo, me corro, aaaaaaaah. Dió un espasmo y aguantó un gemido, pero me clavó las uñas aún mas fuerte, me quedaría marca. Entonces me hizo salirme y me tumbó boca arriba, yo aun no me había corrido.
-Ahora te lo haré yo. Se puso a horcajadas sobre mi y se metió mi pene dentro. Yo la miraba mientras ella botaba sobre mi, me recordaba a la actriz de una peli porno que vi una vez. Sudaba mucho y notaba que me iba a correr.
-Me corro Esther, me corro.
-Así me gusta primo, correte.
Me corrí con otro espasmo y al ver que iba a gritar me tapó la boca.
-Pufff, que a gusto me he quedado.
-¿Te gustó primo?
-Si, mucho.
-El sexo es lo más. Mi prima se sentó a mi lado y me quitó el condón. Cogió papel de la caseta y me limpió el pene.
-Guapetón ya te has estrenado. Y con tu prima. Pero esto no se lo puedes contar a nadie ¿eh?
-Claro, claro, ¿a quien se lo iba a contar?
-A alguno de tus amigotes, para presumir.
-Que no hombre, que no.
-Vale, confio en ti.
Nos vestimos y salimos de allí. Cuando llegamos a las tiendas, mis padres y mis tíos seguían durmiendo. Habían tirado los condones en el suelo, vaya, que guarros, pensé. Mi prima me miró y se rió, parecía haberme leído el pensamiento. Nos sentamos en el escalón de una casa de madera que estaba al lado de nuestras tiendas a esperar a que se levantaran.
Después de media hora por fin se despertaron. Abrieron la tienda casi al unísono y no esperaban vernos allí. Mi padre hizo un gesto para que mi madre cerrara la tienda, no pensaban que les veríamos y por eso tiraron los condones por ahí. Mis tíos hicieron lo mismo.
-¡Mírales, los chicos están aquí! Dijo mi tío, ¿Qué, os habéis echado la siesta?
-Si, papá, dijo mi prima, cada uno en su tienda, claro. (Mi prima y yo llevábamos nuestras propias tiendas)
Si tu supieras que siesta nos habíamos echado, pensé.
A las 9:00 nos reunimos todos para cenar, teníamos un comedor en el camping para que estuviéramos más cómodos a la hora de desayunar, comer o cenar. Mi prima se sentó a mi lado y al cabo de un rato noté su pierna en mi paquete. La cena siguió igual, con mis padres y tíos hablando de cosas triviales. En el postre mi prima comió un trozo de helado y se relamió la boca provocativamente, aunque nadie se dio cuenta, mis padres y mis tíos seguían con su parloteo.
La cena terminó y mientras llegábamos a las tiendas quedaron en hacer una excursión al día siguiente. Yo me acosté a las 11 y mientras pensaba en lo que había pasado esa tarde, me quedé dormido. Me desperté sobresaltado por un ruido y no sabia que era. Una linterna apuntaba a mi cara.
-Soy yo primito. No podía dormirme y he pensado en hacerte una visita. Mira lo que traigo.
En la otra mano llevaba una caja de condones.
-La he robado de mis padres, tenían muchos.
¿Muchos? Solo íbamos a estar 15 días de vacaciones, ¿qué, iban a hacerlo todos los días? ¿varias veces? Seguro que los echaban en falta.
-Vamos a follar otra vez.
-Anda, baja la voz, le dije, nos van a oír. Sus tiendas estaban al lado de las nuestras y aunque roncaban, no estaba tranquilo.
Mi primita dormía en ropa interior y así vino a verme. Yo dormía en calzoncillos, la verdad, así que poco teníamos que quitarnos.
-Venga anímate primo, ahora te dejaré hacerlo en la postura que quieras.
-Bueno, pensé, me gustaría hacerlo en la postura de la vaquera invertida.
¿Vaquera invertida? ¿Y qué es eso?
-Lo vi en una peli porno. Te pones encima de mi y de espaldas, yo veo tu espalda y tu culo y tu puedes estimularte el clítoris.
-¡Vaya, que primo más salido tengo!
-Pues anda que tú, prima.
Nos calentamos mutuamente los dos y nos pusimos a hacerlo, solo que la tienda no era lo suficientemente alta y Esther se daba con la cabeza en el techo cada vez que subía al cabalgarme, y quien estuviera fuera podía ver el movimiento “ascendente” de esta. No dolía, claro, pero era incomodo.
Al cabo de un rato me dijo: me inclino un poco hacia delante, me doy con el techo y no mola.
Así mejor, pensé, podré verle mejor el culo. Ahora tenia un vista fantástica de su trasero subiendo y bajando sobre mi. ¡Qué culo tiene mi prima! Mi prima y yo, follando en una postura un poco rara, seguíamos despiertos mientras, seguro, todo el camping dormía.
Llevabamos mucho rato así y ninguno de los dos nos corríamos, menudo aguante teníamos los dos. Al cabo de un tiempo mi prima me había agarrado de las muñecas para darse los últimos impulsos y correrse.
-Aaaaaah, me corro, lo dijo en voz baja.
Yo me fui después y tras corrernos, me quité el preservativo y lo enterré en el suelo. Mi prima se tumbó a mi lado, pensé que luego se iría a su tienda, pero al día siguiente mis tíos descubrieron que habíamos dormido juntos. Yo solo me di cuenta al despertarme. Estábamos con la ropa interior puesta y la verdad es que no sé porqué, no sospecharon nada o no quisieron darse cuenta de nada.
-¡Vamos chicos! Animó mi tío frente una humeante taza de café. ¡Hoy tendremos un gran día! ¡Nos espera una gran excursión! Yo tenia sueño, estaba cansado y apenas le escuchaba.
Sobre las 10:30 salimos todos juntos rumbo a una senda de montaña donde acabaríamos perdiéndonos. Pero para eso todavía faltaba un buen rato. Ibamos en fila india en una zona muy estrecha, mi tío, mi tía, seguidos de mis padres y cerrábamos la fila yo y mi prima. Subimos una pendiente y yo me caía hacia atrás, mi prima me empujo del culo.
-Ay gracias Esther.
-De nada, me guiño un ojo.
Llegamos a lo alto de la montaña y nos sentamos un rato, estábamos agotados. Mis tíos dijeron algo a mis padres y se fueron por otro lado.
-Tus padres se han ido a explorar otra ruta Esther, le dijeron a mi prima. Yo me extrañé, pero conociendo lo “freakies” que eran mis tíos no sospeche nada. Mis padres estaban llenando sus cantimploras de agua y haciendo un fuego y mis tíos aun no habían vuelto.
Llamé a un aparte a mi prima: ¿Oye no te parece raro que tus padres no hayan vuelto aun?
-Bueno ya sabes como son, me dijo.
-Si, un poco “raros” pero hace tiempo que se fueron ¿no se habrán perdido?
-Qué va, yo se donde están.
-¿Qué lo sabes?
-Si, es que... mis padres llevan un tiempo, un poco... salidos.
-¿Salidos?
-Si, les ha dado por hacerlo en cualquier parte y la naturaleza es tan buen sitio como cualquiera para dar rienda suelta a su lujuria.
Yo me quedé a cuadros, pero más aun cuando mi prima me dijo: Y tus padres lo saben.
-¿Qué mis padres lo saben?
-Si, les escuché decírselo la mañana que llegamos y por eso se pusieron a hacerlo en la tienda las dos parejas. Recuerda que mi madre y la tuya son hermanas y puede que a la tuya se le haya pegado algo de ella, jeje. Mira ven, que te enseño donde están.
Me llevó a un sitio algo escondido, con una pequeña cueva donde un poco mas adentro se veian dos formas.
-Míralos, allí están, me dijo ella en voz baja.
Acostumbrando la vista a la oscuridad pude ver a mis tíos por segunda vez en unos días haciéndolo. No era un espectáculo agradable, aunque mi prima se reía por lo bajo.
-Mira como le agarra mi padre a mi madre las tetas, las tiene grandes ¿eh? y le gustan mucho. Recuerdo cuando los pillé haciéndolo por primera vez hace dos años.
-Pues a mi no me gusta ver a los míos dale que te pego.
-Ji,ji, primo, dale que te pego, ¡qué gracia! Bueno anda, vámonos, que parece que están terminando.
Volvimos donde estaban mis padres y al cabo de un rato también lo hicieron mis tíos, con una excusa tonta. Se les veía jadeando, aunque parecía normal si no sabias que era lo que habían estado haciendo.
Después de comer algo, decidimos seguir la ruta que seguía durante 5 km más. Mi prima me agarraba de la mano, mis padres y mis tíos, también se cogían de la mano, con lo que parecíamos la típica familia feliz.
Nubes negras empezaban a cubrirlo todo, se avecinaba una tormenta.
-Ahora sigamos por aquí, dijeron mis tíos, pero yo noté que ya me sonaba esa zona. Al poco rato nos dimos cuenta de que estábamos dando vueltas en circulo y la tormenta empezó, por lo que buscamos refugio. Acabamos en la misma cueva donde vimos a mis tíos follando. Mi tía torció el gesto al reconocer la cueva.
Un tremendo chaparrón caía sobre todo el bosque. Mi tía se hecho a llorar, los móviles no tenían cobertura. ¿Y ahora como nos van a encontrar? Decía. ¡Nos hemos perdido!
Tardaron 3 horas en encontrarnos porque mi móvil cogió cobertura un momento y puede llamar a emergencias.
Cuando volvimos al camping, decidieron dar por terminadas las vacaciones, demasiadas emociones.
Agosto no había terminado y el contacto con mi prima se hizo mas grande. Una tarde leyendo en mi cuarto, la oí trepar por la enredadera que teníamos en el lateral de nuestra casa. De un salto entro en mi habitación.
-¡Hola primito! Que estaba acordándome del frío que pasamos en la cueva y quería saber si podías darme un poco de calor. Venia con un bikini rosa, con que mucho frío, no creo que tuviera. Me tumbó en mi cama y me beso apasionadamente. Yo le sobe el culo y le baje la braguita del bikini. Me desabrocho el pantalón y bajando el calzoncillo, chupó mi miembro. Yo después le quite el sujetador del bikini y me recree en sus pechos.
Al momento estábamos los dos muy excitados.
-Primito, no me hagas esperar mas, me dijo. Te quiero dentro.
Al decirme eso me excite mucho y le metí un dedo en su coñito, ella gimió. Salte de la cama y me agache y levante un trozo de madera del suelo donde guardaba condones. Miré con deseo a mi prima y sin mirar mi pene me puse el condón, me acerque a ella y cogiéndola a pulso, la subí a mi mesilla y allí lo hicimos.
Las enseñanzas de mi prima fueron buenas y yo me había convertido en un experto en el arte de follar. Enseguida lleve a mi prima al orgasmo y los golpes de la mesilla se incrementaron más y más, pero como estábamos solos, no nos importaban los golpes de esta, ni nuestros gemidos.
Esther tuvo un nuevo orgasmo y yo seguía aguantando, entonces mis piernas flojearon y terminamos escurriéndonos en el suelo. Respiramos jadeantes, y cogiéndome de la mano como siempre, nos subimos a la cama y allí me cabalgó bien fuerte.
-Primo, gemía, primo, que buen alumno has sido, que bien me follas, ah, ah, ah, sigue así, así, me voy otra vez, me voy, aaaaaah.
La verdad, yo mismo me sorprendía, ya que mi pene era de un tamaño normal, ni muy pequeño, ni muy grande, pero la jodía ya se había corrido tres veces, y yo aun aguantaba. Entonces oímos el coche de mis padres y paramos en seco. Me empujó al suelo y nos metimos debajo de la cama.
-Oye, le dije, que tu te has corrido y yo nada.
-Tranquilo, tengo un plan. Estírate del todo.
Hice lo que me pedía y ella se puso encima de mi toda estirada y se metió mi pene y me folló ella literalmente y así acabamos mientras mis padres sacaban la compra del coche. Me corrí con un urgggg y luego ella se salió rápido de mi, me quitó el condón y no se adonde fue.
Yo salí, me vestí y cuando mis padres subieron, nos encontraron leyendo, yo sobre la cama y mi prima estaba sentada en mi silla.
-Mira que formalitos los dos, leyendo y sin hacer ruido. Dijo mi madre.
Si tu supieras, pensé.
Mi prima se despidió después de una hora.
-Nos vemos cuando quieras, primo, y me guiñó un ojo. Bajó las escaleras y tras despedirse de mis padres salió a la carrera.
Durante lo quedó de verano mi prima y yo nos vimos muchas veces y follamos como amantes. Estábamos empezando una historia, que un año después tomaría un curso que nunca imaginé.
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