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A merced de un sádico 4 (con un pepino)

A merced de un sádico 4 (con un pepino)

Entonces aquella noche, Asdrúbal no se conformó con la buena mamada de verga que le estaba dando, el quería, que yo mamará sin usar las manos. Finalmente, quedé de rodillas ante él nuevamente, asustado por lo que podría suceder.

Allí de rodillas y esposado, tenía que buscar la pinga de Asdrúbal, la mamaba lo mejor que podía sin usar las manos. El malintencionadamente hundía, de cuando en cuando, su pinga hasta mis amígdalas. Yo sentía desesperación, porque estaba totalmente indefenso, me hacía atragantar, me ahogaba. También golpeaba mi rostro con su pesada verga. En una oportunidad me atragantó tanto, que me ahogué, terminé tosiendo y totalmente sofocado.

Luego me llevó caminando de rodillas hasta una banca forrada en cuero, parecido a un banco de ejercicios. Allí me soltó las esposas tan sólo para volverlas a cerrar, ahora con las manos al frente, quedé como si estuviera en 4 patas, pero con el cuerpo sobre el banco, las manos al frente esposadas a una de las patas del banco y el culo parado.

Teniéndome allí sometido, Asdrúbal fue hasta la nevera, regresó con un pepino enorme, largo y muy grueso. Luego, trató de colocar un condón al pepino, pero era tan grueso que el condón se rompió mientras lo estiraba. Sin exagerar, calculo que el pepino mediría cuando menos unos 4 ó 5 centímetros de diámetro en su parte más gruesa.

Entonces me atreví a hablar, le dije, por favor, no me vayas a meter eso. El no dijo palabra alguna, siguió como si nada forrando nuevamente el pepino con otro condón. Esta vez el preservativo estiró suficiente y no se rompió. Colocó el pepino en el piso, frente a mi cara, era obvio que quería que lo viera, que supiera lo que vendría.

Asdrúbal se situó detrás de mí, untó mi ano con un lubricante espeso, tipo gel y me penetró con su verga, lenta pero firmemente. Dolió un poco, porque la tenía gruesa, pero en realidad la sentí deliciosa. Estuvo follándome lentamente unos minutos, shh, rico, uff, así se expresaba mientras gozaba mi culo. En un momento pensé que él iba a acabar, pero se aguantó y luego me sacó la pinga. Me propinó unas tres nalgadas con mucha fuerza, tanto que me quedaron las nalgas ardiendo.

Entonces fue por el pepino, le dije, no, por fa, no. El continuó sin inmutarse, volví y dije, es en serio eso no. Entonces el dijo, puta glotona, te lo vas a tener que tragar (por el culo) enterito.

El apoyó el pepino con más fuerza, sentí como poco a poco se abría paso en mi ano, a pesar que tenía el culo semi abierto por la penetración anterior y muy bien lubricado, mi esfínter oponía cierta resistencia a aquella cosa. Resistencia inútil en aquellas condiciones, sentía el culo ardiendo además de sumamente caliente, de pronto, se abrió más y finalmente entró un buen trozo de pepino. Argg, un quejido ahogado escapó de mí, argg, argg. Sentí que me partía el culo, igual que me había pasado en ocasiones anteriores, sólo que esta vez ensanchaban más mi culo. Definitivamente el pepino ya estaba a medio camino, con su parte más gruesa justo en mi esfínter.

Yo resoplaba para tratar de relajarme, pero era inútil, lo sentía inmenso. Asdrúbal lo empujó más adentro, el vegetal se abría camino en mis entrañas. Luego, sentí un alivió en la entrada, justo en el ano, una vez el pepino estuvo más adentro, digamos que el diámetro del mismo era menor hacía la punta, respecto al centro, lo que alivió esa sensación de fricción y tan apretado justo en el ano. Pero en lo profundo, experimenté entonces un dolorcillo agudo, como si el pepino había ocupado todo mi recto.

Asdrúbal, implacable, empujó aún más, yo gemí de dolor pero ya en las entrañas, de pronto, el pepino estaba totalmente dentro de mí, el esfínter se cerró tras la punta final del pepino. Sentía dolor y una sensación de llenura desesperante. Me asusté pues pensé aquello podía quedarse dentro. Le dije por favor, sácamelo, no sea que se quede dentro. El respondió, no te preocupes, es tan grande que lo vas a expulsar solito. Siguió, relájate, aguanta un poco, si aguantas un rato sin protestar, después te lo saco.

Dijo, te lo comiste completico, vez que eres una puta glotona. Apretó mis nalgas, una contra la otra como para que mi ano cerrara totalmente tras el pepino. Entonces me mostró el condón, se había roto con la fricción. Me preguntó, cuánto crees que puedes aguantar y luego te lo saco. Yo dije, jadeando y quejándome, no sé un minuto, un ratico, pero es que me duele. El respondió, un minuto es muy poco, dime algo más sensato, dime algo, o yo decido. Entonces le dije, está bien 3 minutos. El dijo bueno, tres minutos, es poco pero está bien. Colocó su reloj frente a mí, en el piso, para que viera como avanzaba el tiempo.

Colocó sus dedos índice y anular justo en mi ano, para evitar que el pepino se saliera. Acercó entonces su verga a mi boca, la cual comencé a lamer como una perra, tal y como se esperaba de mi. Sentí una presión dentro de mí, como si me fuera a reventar, mi recto, mi ano querían expulsar aquello, era algo desesperante.

Miraba el reloj de reojo, con la pinga en la boca. Se completaron los dos minutos, aquel último minuto parecía durar una eternidad. Asdrúbal quitó sus dedos de mi culo, para tomar su pene y restregarlo por mi cara.

Unos segundos después, sentí como mi culo se abría a toda prisa, el pepino salió disparado de mi culo, argg si que dolió. La presión interna de mi recto expulsó a aquel invasor. El culo me quedó ardiendo terriblemente, pero ya aliviado, liberado de aquella tortura.

Asdrúbal retiro su pene de mi boca y se fue atrás, a mirar mi culo, mientras me lo examinaba morbosamente, dijo con tono de verdugo, no aguantaste los tres minutos, tengo que volvértelo a meter. Me quedé desconsolado, me sentí impotente, hasta tuve deseos de llorar.

Sonó el timbre del intercomunicador sorprendiéndonos a ambos. Asdrúbal tomó el auricular, entonces saludo y dijo, dame unos minutos y ya bajo a abrir la puerta.

Entonces se acercó y me vendo los ojos. Me dijo irónicamente, no te vayas (desnudo y esposado a un banco como podría irme) en fin, dijo, no te vayas, ya vengo, voy a buscar un amigo para trabajarte entre los dos.

Bueno, hasta aquí lo dejo en este momento, dime si te gusta mi relato y si quieres que siga contando otras cosas que sucedieron.

JP
Datos del Relato
  • Categoría: Gays
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Comentarios


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1 comentarios. Página 1 de 1
mario
invitado-mario 08-07-2015 19:01:13

a mi me pudes meter los pepinos ke kieras un pepino y tu pene juntos ohhh ke placer soy de elda

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