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Categoría: Infidelidad

A los dos los amo

La conocí cuando estudiábamos el primer año de universidad por su de ser me gustó mucho, pronto nos gustábamos y nos amábamos. Caí en la cuenta que Graciela era fuego puro de ese tipo de mujeres calientes, ardientes, fácilmente excitables que explosionan al mínimo toque de su cuerpo, ella cuando ya estaba lista a tener sus orgasmos se ponía a temblar y temblar mucho, sacudía su cuerpo y movía sus caderas frenéticamente luego se ponía rígida como la piedra por largo rato, no fue difícil llevarla a la cama excitarla y comerme su chochito que lo tuvo muy apretado y duro de romper por mi poca experiencia erótica y como era la primera vez que copulaba con una virgen la hice llorar cuando le metí mi gorda picha hasta el fondo de una sola luego del susto le gustó mucho a los pocos meses nos casamos muy enamorados. Siempre me pregunte: ¿cómo una mujer así caliente llegó virgen hasta cuando la conocí? Cuando se lo pregunté ella no sabía la razón, si me contó lo que hacía con sus novios, en varias ocasiones la besaron y manosearon toda, mamaron sus senos de adolescente, acariciaron todo su cuerpo y por encima de su ropa interior su abultado pubis provisto de muy escaso vello y la hicieron terminar muy rico pero a ella lo que más le gustaba era cuando ponían sus pichas erectas entre sus piernas para serrucharla muy rico es ahí que ella se estremecía del gusto y terminaba, Graciela era de esas mujeres privilegiadas que pueden tener más de un orgasmo, me comentó que una vez estaba con un compañero de clase solos en la aula, empezaron sus caricias y besos pronto su compañero, le quito su panti, la abrió de piernas blandió su picha y cuando estaba a punto de comerse su chochito el guarían del colegio la llama ya que su madre que era profesora la buscaba, esa fue la única vez que por poco se comen su chochito; nunca se entregó a su algunos de sus novios cuando era adolescente ya que su madre le había dicho que el regalo más precioso que una mujer da a su esposo es la conchita virgen pero como era una madre liberal le dijo que puede hacer muchas cosas si es capaz de tener auto control y si lo tuvo en todo caso yo fui a quien entregó su chochito inmaculado por primera vez, Graciela era una mujer se casó conmigo totalmente virgen pero con experiencia en asunto de sexo, ya había tenido sexo oral, era buena para mamar pichas y en masturbar a sus pretendientes, le encantaban que la serruchen y que le mamen sus tetas que es su punto debil; luego de que ella me contó su experiencia me pregunte lo relativo de la virginidad femenina.



Ella me excitaba mucho, me ponía loquito de la arrechera. Tenía un par de ojos azabaches, cabello largo y muy negro, lindo cuerpo del color de la canela. Senos medianos como conos perfectos. Estrecha cintura. Un muy abombado y saliente pubis con escaso bello que me tiene loquito. Preciosa conchita con largos labios vaginales que los chupo rico y dejaba salir olores dignos de ser guardados en frascos de oro. En muchas ocasiones me pasaba largo rato oliendo su ropa interior. ¡Que rico olor! Prominente trasero y esculturales piernas. Era la mujer perfecta. A mi me gustaba mucho besarla por todo lugar por donde podía. Me gustaba mucho besar y lamer su tetitas ahi se encendía de lujuria ir poco a poco besando su vientre hasta llegar a su conchita. Pasar mi lengua por sus valvas, o chupar delicadamente su centro vital. Ella pronto estaba muy excitada, su pecho asesaba cada vez más rápido, movía su cabeza de un lado hacía el otro, cuando ya no podía más respondía a mi acción con movimientos cadenciosos de su cadera. Tomaba mi cabeza y se la incrustaba en su ser generalmente teniendo su primer orgasmo. También me gustaba recorrer con mis manos su conchita. Primero jugueteaba con su monte de Venus luego iba bajando poco a poco para apoderarme del tesoro que contenía su cobre. Abría sus tapas que ya estaban bañadas de fluidos. Toqueteaba su clítoris, lo estrujaba delicadamente. Metía con sutileza, uno, dos y hasta tres de mis dedos gordos que hacían que tenga sus orgasmos. Me gustaba que se ponga boca abajo saque punta y lamer desde su conchita hasta su culito que dejaba salir olores que me cautivaban. Cuando ya no podíamos más y ella había tenido más de orgasmo me decía:



-Métemela hasta el fondo, ya mijito ya. Termina dentro de mí.



-¿Te gusta mi picha, la quieres toda?



-Sí mijito la quiero, sabes que la quiero toda.



-Ya mijita que rica y apretadita la tienes.



-¿Te gusta mi chepita?



-Sí mucho es muy rica.



Se la metía toda de una sola. Su conchita era apretadita. Muy apretadita que pese a que soltaba ríos fluidos la introducción siempre era difícil, no la tengo larga pero si muy gruesa. Así lo fue siempre. Era ella de esas mujeres que la tienen muy apretada. Tanto que sentía que mi falo se ahogaba dentro de su cobre.



-Hay mijito me duele despacito. No la metas toda. Duele papá. Contrólate. No hasta el fondo, sabes que soy estrechechita.



-Así te gusta hasta ahí.



-Si así esta bien. Despacito. Poco a poco. Que rica la tienes Teo. Está más rica que el otro día, pero mucho más gorda. Riiiica muy rica, ¿porque papito está más gorda? Sabes que soy estrecha debes hacerlo despacito Teo como lo haces.



Inicialmente no entendí que ella me había dicho Teo y respondí:



-¿Así?



-Así esta bien. Mi machito lindo que rico que eres Teo, ya, ya… Teo ya, ya termino, yaa.



-¿Qué dices? ¿Qué has dicho puta madre, quién te está tirando? Dímelo ahorita mismo. ¿Con quien andas? ¿Quien es Teo?



-Hay mijito me equivoque no hay nadie en mi vida. Únicamente tú.



- Te enredas más. ¿Te equivocaste? Si lo hay. No creo que lo dijiste por decir. Anda cuenta ya con quien putas andas. ¿Quién es el que te pisa? Anda cuenta ya. ¿Te equivocaste de macho? ¿Te equivocaste de picha, no?



Como tenía mi miembro a medio introducir. Empuje con rabia y alevosía para que todo entre pese a que sabía que eso a ella le dolía. Claro está grito:



¡Ayyy! No así Teo me duele. Hazlo despacito como siempre lo haces. Como a mí me gusta, primero la cabeza luego el resto poco a poco...



Luego calló no dijo nada más como para recuperándose de la dolorosa introducción o para meditar lo que había dicho. Yo la tenía toda adentro empujaba y empujaba con furia por supuesto sin dejar de excitarla tanto que perdió la conciencia de con quien estaba tirando si con su esposo o su amante. Luego como aceptando la acción dijo:



-Teito lindo hazlo como ayer despacito como me gusta que me la metas. Tú lo haces muy rico. Sabes que me gusta como procedes. Eres un experto en eso con cariño amorcito.



-Mierda. ¿Quién es Teo? ¿Quién putas te la mete como experto? ¿Quién te lo hace con cariño, yo no? Dímelo ya.



Sacaba y metía con más furia. Ella se placía de mi acto pero no dejaba de decir:



-Así Teo. Más. Me está doliendo pero quiero más. Hazme rico aunque que me duela.



-¿Quieres que te duela?



-Si amorcito haz que me duela.



Retire mi falo de su concha. Hice que se de la vuelta. Graciela no se opuso ya que a ella le gustaba mucho que le dé besos negros. Se torno. No era la primera vez que lo hacíamos como perritos es más esa es la posición que nos gusta mucho por lo que saco punta y me ofreció todo su parado y grande trasero. Ella pensó que se la metería por su conchita pero no esperó que tome un frasco de aceite que teníamos para el niño embadurne mi falo y antes de que reaccione la sodomice.



-¡Ayyy! Grito. Nooo. Para, paraa Me duele mucho. No, Teo no así como ayer que lo hiciste muy rico con amor y despacito, dándome gusto, si Teito lindo te suplico...Sácala; otro día te doy mi rabito ahora nooooo, basta no más, lo tengo un poco irritado Teo lindo, no.



-No mierda no la saco y no soy Teo soy Urawan sino tu marido. Mierda ya no puedes negar que tienes otro macho que te monta y te tira, contesta carajo.



Se la metí con furia hasta el fondo. Nada quedó por meter. Sabía que la tengo gorda muy gorda para su estrechez y que le iba a doler mucho su trasero y vaya que le dolió tanto que se quejaba mucho por el modo cruel de penetrarla, estaba muy quieta sin moverse dejando que le sodomice a mi gusto. Ese fue siempre nuestro problema erótico. Yo la tenía muy gorda y ella era estrecha. He ahí el dilema de nuestra relación creo que por eso se buscó a otro que se la tira a su gusto.



La tome de los cabellos y le dije:



-¿Quién tiene más rica? ¿Quién hace mejor el amor, él o yo?



Graciela tenía sus ojos inyectados plenos de sangre, lloraba de dolor al haber sido sodomizada de ese modo tan brutal; luego de un silencio con rabia me dijo:



-Ya te dije que no tengo a nadie cariño, únicamente tu amorcito, me hiciste llorar ya sabes que por el culito no se hace.



-No te creo estoy seguro que tienes otro tipo que te da verga como dijiste: ...hiciste muy rico con amor y despacito, dándome gusto...



No dijo nada ni aceptando ni negando su infidelidad en todo caso yo no me convencí, total ya estaba yo satisfecho por lo que la dejé tranquila. Me puse a ver como hacía para encontrarla tirando con su otro macho. Un día le dije que un amigo me había invitado a una fiesta y que al día siguiente vengo, me fui no pasó mucho tiempo que un automóvil se detiene frente a mi casa un tipo cuarentón saluda con besos y abrazos con mi esposa y entran a la casa, espero una media hora y sin que se den cuenta entro ahí veo a mi querida esposa boca abajo con su amate montado encima de ella dándole verga como desquiciado seguramente por su culito, ella algo le contaba como sollozando él le acariciaba y besaba su cuello con mucho amor y le decía:



-¿Porqué le diste a él también quedamos que sería mío únicamente?



-No quise pero me lo hizo a la fuerza, me hizo llorar mucho por más que le rogue no me hizo caso, él la tiene muy gorda… lloré mucho papito pero ya no me hagas hablar más sobre el asunto y dame como me gusta...



-¿Más que la mía?



-Mucho no es larga pero si muy gorda, me gusta más la tuya, te lo juro.



-Y ¿cómo te dio?



-Es que me equivoque de lo arrecha que estaba pensé que estaba contigo no con mi marido y le dije, dame más Teo me gusta mucho...



Él se rió no se que más pasó, salí de mi casa, me fui a un hotel a pasar la noche, al día siguiente llegué como si nada hubiese pasado pero no pude quedarme callado a la noche conté a mi esposa lo que había visto a ella no le quedó más que aceptar su infidelidad, yo le exijo que me cuente detalladamente lo que pasó.



-Bueno bueno si lo tengo y se llama Teodoro él ya me dio por mi trasero antes que tú, Teo supo conquistarme y que lo haga por mi rabito, cosa que nunca pensé hacerlo, lo hizo muy rico mejor que tu con mucho cariño, primero me estimula el rabito, me lo va abriendo con sus dedos, no deja e estimularme mis tetitas y mi cosita, me hace muy rico ya sabes. Él es mejor que tú. Él no termina rápido como tú. Él me la mete y saca como a mi me gusta por mucho rato con él termino miles de veces con su picha metida en mi ser. Él me da gusto. Además no tiene tan gorda como la tuya. No me duele cuando me la introduce. Cuando me dio por mi culito, me preparó y cuando me la metió ya tenía el rabito listo para que me introduzca. Y lo hizo delicioso, me lo fue abriendo poco a poquito mi culito, si me sentía rara al sentir mi culito abierto y sentir su picha entrar y salir, me gusto mucho no lo niego



Nuevo silencio. Ella no me dijo nada por lo que le dije:



-Anda dime como te preparo.



-¿Quieres saberlo?



-¡Sí! Dilo.



-¿No te molestarás? Tengo miedo de cómo reacciones y me vuelvas a dar por mi rabito como el otro día, me dejaste lastimado, eres malo conmigo.



-No tengas miedo. Dímelo, ya.



-Bueno. Habíamos hecho el amor varias veces. Como siempre él me hizo terminar y terminar por varias ocasiones cuando luego de un rato cuando yo estaba recostada encima de él. Comenzó a acariciar mis nalguitas poco a poco fue bajando a mi anito. Jugueteo con él, hizo que me estremezca y me guste mucho lo que hacía; me dice que le de mi culito que ya a esperado mucho tiempo y que siempre le dijo “otro día”, no le contesto nada, ni aceptando ni rechazando, se retiro toma de su chaqueta un frasco, me recostó boca abajo con mis pechos pegados a la alfombra y mi culito bien parado. Llevó su boca a mi anito y lo beso y beso. Lo chupó y chupó. Puso la punta de su lengua en mi huequito tan rico que hizo que tiemble de pasión lo lamió y lamió sin parar; luego embadurno mi anito con un gel, enjugo sus dedos en mis fluidos vaginales y fue metiendo poco a poco sus dedos para irme abriendo poco a poco. Me gustó mucho lo que me hacía ya que era la primera vez que alguien hurgaba mi culito de ese modo tan rico que no podía negarme. Tu únicamente me lo habías besado nunca metido tus dedos. Me acople perfectamente a su acción. No se lo impedí ya que me gustaba lo que hacía. Se dio todo el tiempo del mundo. Hizo que levante mi busto, lo acarició como me gusta eso me puso loquita de arrechera. Se puso detrás de mí. Puso su miembro en mis entrepiernas con la punta de su picha toqueteo mi clítoris. Tocaba y retiraba. Así una y otra vez. Riquísimo. Tanto que deje salir ríos de fluidos vaginales. Estaba muy rico su actuar. Mientras eso me hacía beso en la nuca. Jugueteo con mis senos. Bajo sus manos a mi conchita me excito mucho tanto que perdí la razón. Su picha y sus manos en mi conchita al mismo tiempo haciéndome que arda de arrechera. Yo quería más y él más me daba. Hizo que me abra con mis manos mis nalguitas y es ahí cuando sentí la punta de su picha en mi anito y me la fue metiendo poco a poco sin dejar de decirme al oído lo mucho que le gusto. Primero entró su glande, se quedo quieto un rato luego fue introduciendo el resto de su picha que como no es gorda como la tuya, no me dolió nada, sentí un placer sublime como me abría mi rabito como pidiendo más, no lo puedo negar. Despacio, despacito con sutileza me fue introduciendo hasta que llego a metérmela toda; únicamente sus testículos quedaron afuera, luego se quedó un rato con su picha en mi adentro para nuestras cosas se acoplen. Me gusto su acción; mientras eso hacía no dejaba de estimular mi conchita y como soy muy arrecha me puse a temblar y temblar frenéticamente, movía mis caderas de adelante hacía atrás cada vez más rápido por lo rico del acto tanto que no sentí dolor sino suma lujuria y placer total al ser penetrada por su falo que estaba sacando y metiendo su falo en mi ano riquísimo, me la metía hasta el fondo la sacaba y nueva introducción hasta el fondo fue tal el gusto que tuve una gran cadena de orgasmos que no tenían fin, bien sabes que soy una de las pocas que tengo ese don, soy única en eso luego de un rato sentí que su miembro se engrosaba y enflaquecía. Dejó en mí ser toda su leche dentro de mí pero no paro ahí su acción ya que lamió mi culito bebiéndose todo lo que me había dejado y empezaba a salir. Me gusto mucho cariño. Así debes hacerlo no como un salvaje. Aprende.



No supe que responder, peor que hacer, me sentía mal muy mal por haber actuado como un machista, abusivo.



-Quiero hacerlo nuevamente por tu rabito, me gusto mucho, ¿Si mijita?



-No sé, ya veremos debes conquistarme por ahora no amorcito, sabes que no me gusta el maltrato, me violaste pendejo, si me hubieses tirado como el Teo creo que si te puedo dar ahora no, no me lo pidas, conquistame



-Lo haré amorcito… únicamente falta que le ya hayas mamado su picha. ¿Lo haz hecho? Responde carajo mierda.



Silencio.



No dijo nada. Me miró a los ojos. Me beso apasionadamente como dando largas a su respuesta.



-Dímelo.



-No me hagas que te cuente esas cosas. No vale la pena. Conténtate con haber sido el primero por delante y a quien AMO MUCHO eso no lo dudes.



-No lo dudo… ¿Y él qué papel juega en tu vida?



-Es mi macho a él lo AMO con deseo de hembra.



-¿AMAS a dos hombres?



-Sí no lo niego pero con diferente amor ya te lo dije.



-¿Y por la boca qué haz hecho? Nunca te pedí que lo hagas y cuando lo hiciste. Me mamaste como una experta. Dímelo ¿haz mamado alguna vez?



Dudo en responderme; luego dijo:



-No preguntes cosas que te pueden doler pero si insistes… Sí he mamado muchas veces y me han serruchado y he masturbado a más de un macho. Sabes que soy caliente, ardiente y muy erótica que me gusta mucho el sexo, nunca lo negué, bien me conoces. Siempre lo he sido con suerte llegué intacta al matrimonio.



-¿Qué te han, qué?



-Sí, un primo un poco mayor a mi me hacía que se la mame. Él se sentaba con las piernas muy abiertas; blandía su miembro. Me tomaba por la cabeza y me incrustaba toda por la boca. Se la mamaba y mamaba hasta que depositaba su semen en mi boca en otras veces luego de excitarme se colocaba detrás mió ponía su miembro entre las piernas y me serruchaba. Me acariciaba mi cosita por encima de mi interior con una mano; mientras que la otra manoseaba mi busto; me hacía terminar muy rico; Allí él terminaba creo que también rico. Una vez me la quiso meter, recordé las palabras de mi madre que me decía haga de todo menos dar mi conchita que eso es para el marido y lo fue.



-Si lo sé no puedo olvidar, fue, fue…



-Recuerdas como me hiciste llorar de dolor cuando lo hicimos la primera vez. Y recuerdas que sangre mucho. ¡Ah!



-Como voy a olvidar. Eso nunca se olvida.



-Pues a mí no me gustó nada debiste ser más cariñoso, fue mi prueba de amor. El primer hombre de una mujer no es él primero que lo hace sino el que más te satisface y Teo es mi primer macho te guste o no y no me cuestiones así soy, estoy contenta de ello y no cambiaré, si me aceptas como soy bien sino que le vamos a hacer.



Me quedé silencioso sin saber que responder y asimilando su confesión luego le dije:



-Perdón amor era mi falta de experiencia. Perdón por ello. Me has roto todos los esquemas mentales. No tengo palabras para expresarte lo mal que me siento amor.



-Estás perdonado porque te amo pero no te molestes pero tu nunca me diste todo gusto, yo necesitaba más por eso me busque a otro con los dos estoy feliz.



-Y como hizo tu primito para que la mames, cuéntame tengo mucha curiosidad, no me molestaré, te amo como eres, te acepto mijita linda pero cuéntame por favor, ¿Sí?



-Bueno eso me gusta, fue cuando yo tendría unos doce años. Él vivía cerca de mi casa y como éramos inseparables amigos nos la pasábamos todo el día jugando y correteando. Un día ya cansados de tanto deambular. Nos sentamos bajo un árbol cuando sin saber como nos empezamos a besar -Ahí comenzó nuestros juegos amorosos.- Yo tenía escalofríos ya que él había bajado una de sus manos y me fregaba con sus dedos mi cosita. Me sacudía y sacudía. Él estaba muy contento por tenerme así de caliente. Cuando tomó mi mano y se la llevo a su sexo. Me dijo que se la acaricie como yo estaba tan cachonda. Lo hice. Su cosa estaba grande, bien parada parecía que se iba a salir del pantalón. Acaricia más me dijo eso lo hice en una de esas él se la sacó. Me dijo que le de un beso. Yo me negué pero él me hizo abrir la boca y me la metió toda. Casi me muero del susto por poco vomito. Yo me negaba con movimientos de mi cabeza pero me la tenía incrustada toda en su picha. Sus manos se habían aferrado a mi cabeza.



-Primita no seas malita. Mamámela como su fuese los pechos de tu mamá.



No podía decir nada ya la tenía toda incrustada en mi boca, poco a poco me fue gustando, fui aprendiendo a mamar una picha como la suya. A él le gustaba terminar en mi boca a mi chupársela y succionársela hasta que ya no podía más y se retorcía del placer.



-Por Dios Graciela eso haz hecho.



-Cariño te dije que te ibas a molestar.



Silencio



-No estoy molesto estoy sorprendido. Yo guardándote respeto. Qué tonto he sido. Pensaba que eras como yo principiante. Pensaba que entre los dos aprenderíamos el arte del sexo. Bueno, bueno no me enojo. Total me gusta que me cuentes. Ahora dime invitamos al tuyo a una fiesta a tres.



-No sé tengo vergüenza y si hacemos cosas que no te gustan. Estoy segura que te molestarás como cuando lloro de placer al sentir su picha en mi conchita o en mi trasero y suplico más y más, no sé.



-No diré nada mijita, te prometo.



-Él es un zorro en eso del sexo yo soy una de las tantas que tiene. No sabes como me pongo pierdo el sentido de las cosas. Me hace lo que él quiere. No le puedo decir que “no” soy sumisa con él, me usa y abusa, hasta me ha hecho llorar, gritar de gusto. Me pone en cuatro patas y me la mete como perrito arrecho al oler la concha de una perra callejera en celo o me pone boca abajo, me monta y me somete a su gusto por donde él desea, especialmente por mi rabito que es únicamente de él se lo prometí, si me conquistas puede ser tuyo por ahora “no”



-¿Me darás si te conquisto?



-Si te prometo. Me mama los chuchitos. Me mordisquea los pezones que se ponen duros al sentir sus dientes apretarme delicadamente. Hace que me siente en su picha y me hace que suba y baje. Le doy todo gusto. No puedo decirle no. Él me hace lo que quiere de mí y me hace terminar muchas veces tantas que he perdido la cuenta. Él me satisface completamente tanto que he llorado y suplicado por más pero el muy cruel al verme así de arrecha me hace sufrir hasta cuando yo presa de arrechara le suplico que me dé por donde quiera. Él muy perro se sonríe y por donde más le gustaba me la metía.



-¿Por donde?



-Por mi culito desde que se lo di por primera vez nunca más pude decirle: No, no quiero sino gritar por más picha, le he llorado por más copula, él se sonríe sarcásticamente y me da gusto. Él me hace mujer, tu no, lo siento pero es así.



Silencio



No supe que responder pero ella viendo que me gustaba su relato continuó con su relato diciendo:



-Ayyy! Que rico no sabes como me gusta. Se me monta, me abre de piernas completamente, se las ponen en sus hombros y zas me la va metiendo poco a poquito. Primero me pone la cabecita en mi clítoris. Lo toquetea y toquetea; luego me la da toda su cosa. Mi joya suelta hermosos y olorosos fluidos tantos que parecen orines. ¡Chas! ¡Chas! Suena el golpeteo de nuestros pubis. Se pasa largo rato dándome y dándome su picha tanto que en más de una ocasión he llorado y gritado obscenidades del gusto. Me aloco cuando me la mete. Ya te dije pierdo el sentido de las cosas, mi cuerpo se pone caliente, mi clítoris se esconde ya que no puede más de gusto, mis pezones se ponen duros como la piedra luego de tanto temblar y temblar de moverme frenéticamente cada vez más rápido. Me pongo rígida como la piedra. Dejo de gritar y vienen los orgasmos. Muchos de ellos. Llegan a mí en fila. Uno tras otro mientras él me la saca y me la mete con pasión. ¡Ayyy! Que rica la tiene. No es tan gorda como la tuya. No me duele que me la mete.



-Calla no me digas más por favor.



-Ahora escuchas todo, tu lo pediste



-Bueno continua pero…



-Pero nada, cuando me da por al rabito me prepara poco a poco para metérmela no reacciono mal ya que me lo va abriendo poco a poco, el inicial dolor es superado por el placer, la tengo toda adentro pido más, hasta el final de su picha me la mete. Siento un hermoso gusto al tener su picha en mi anito y abrírmelo todo, lo que más me encanta es cuando deposita su semen en mi culito y luego como me lame. Vaya Macho que es. Él se comió mi culito por primera vez y se lo daré cuando me pida, yo feliz se lo di pese que luego de ello me ardía y dolía, es un dolor placentero que él sabe que lo tengo. Tengo orgasmos que no se de donde salen si de mi conchita o de mi culito. ¡Ayyy! Que rico lo hace, muy rico pero debo reconocer que en lo único que le ganas es cuando me la mamas. Nadie como tu cariñito y tus dedos son deliciosos. Únicos los mejores que he probado. Pero también me gusta que me la metan y me la metan por delante o por detrás y largo rato y eso él lo sabe hacer muy bien tu no. Tu mejor que Teo en darme por el rabito no, si lo quieres ganátelo.



Con esa confesión tan cruda y real. No pude responder nada sabía que no puedo complacerla como Teodoro lo hace, sabía que en plano erótico es el primero yo el segundo eso me llevó a perder interés ya que sabía que no puedo con ella que supo comportarse bien con sus dos amores, yo dejé de preguntar lo que hace con él total eso hacía que sienta mal poco hombre ya que pese a mis intentos no pude conquistarle para que me de su culito como le dio a Teodoro y hacer que se excite como Teodoro lo hace hasta que cansado de ser el segundo encontré una mujer de unos 30 años divorciada con un hijo que se acopló a mi rápidamente ya que la traté como mi reina con arrumacos, mimos y mucho cariño, me dio todo su cuerpo y mente gracias a los consejos que saquemos de literatura sobre erotismo que la leíamos juntos. La sodomicé dándome todo el tiempo del mundo para ella no era su primera vez, ya que su esposo una noche que llegó a casa borracho le dio por su rabito como yo a mi esposa, claro que debí conquistarle para tenga confianza en mi a la larga me dio su rabito, no la hice llorar de dolor sino de lujuria, la hice terminar muy rico, según ella me comentó con su ex esposo fue diferente muy pocas veces tenía sus orgasmos ya que es dura de tenerlos, me gustó mucho su confesión y me dio la seguridad que con mi esposa no la tengo tanto que nos estamos enamorando, nunca la traté mal ni tuvimos sexo salvaje ya que ella por eso se divorció de su esposo. Ella se ponía muy contenta cuando tenía su orgasmo que era muy fuerte, me decía lo buen macho que soy y que no me dejará nunca por supuesto que yo le decía que ella es lo mejor que he tenido en la vida poco a poco nos fuimos involucrando más y más un día le conté a mi esposa la relación que tengo y que estoy muy enamorado de Carmen y que deseo el divorcio, ella aceptó sin problemas ya que desde que ella me confesó su relación con su amante no pude copular con ella como lo hace con Teodoro como yo nunca pude ser mejor que él ya poco intimábamos, ahora somos buenos amigos, ella me contó que ya no ve a Teodoro que ha encontrado otra pareja y piensa casarse.


Datos del Relato
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