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Íbamos en el coche, lo que conocía de Alicante y nada era lo mismo. A los 20 minutos recorríamos una avenida grande y aminoro la marcha, encendió el intermitente y nos metimos en un aparcamiento. El recorrido se me hizo eterno, porque nadie hablo durante ese tiempo. Aparco el coche y salimos. La luz que había en el aparcamiento no era muy buena que digamos, lo que aprovecho Mónica para tocarme, diciéndome al oído lo bien que lo íbamos a pasar.
Nos metimos en el ascensor y pulsaron el último piso. Entramos en la casa y se veía que era grande, por lo menos la entrada y el salón. Me invitaron a sentarme y Mónica le dijo a su Marido que le fuera preparando una copa, que ahora volvía. Una vez solos Salva y yo, estando yo mirando hacia el exterior, quise romper el silencio tan incómodo que había. Lo intente varias veces con el tema de las vistas, etc. Pero Salva no decía nada, lo notaba más que cortado, avergonzado.
Yo ya no sabía qué hacer ni que decir. Cuando apareció Mónica, llevaba una camiseta hasta un poco más arriba de las rodillas. Se distinguían bien sus pezones, que se marcaban totalmente. Salva cogió la copa que la había preparado y ella se acercó a recogerla, lo hizo y le dio un piquito en los labios. Se sentó y me dijo que me sentara a su lado. El marido se sentó en otro sillón, al lado de su mujer.
La que más hablaba era ella, nosotros nos limitábamos a escuchar. En un momento dado, ella subió sus piernas al sillón y apoyando su espalda sobre el apoyabrazos, sus pies tocaban mi muslo derecho. Cuando me gire un poco para poder verlos a los dos, ella tenía las piernas medio abiertas, se veía claramente que no tenía nada debajo. Era toda una invitación.
Ya se fue rompiendo el hielo, Salva empezó a hablar también. Eso me tranquilizo un poco. Hablábamos de trivialidades. En la posición que yo estaba no tuve que hacer mucho esfuerzo, estire un brazo y mi mano se metió entre sus piernas. Seguíamos hablando como si nada. Estaba mojada, yo tranquilamente fui metiéndola mano, acariciándola. La tocaba el clítoris y la introduje algún dedo.
Ella empezó a hablar menos, le dio la mano a su marido, se fue dejando caer, hasta quedar casi tumbada. Salva la miraba y ella de vez en cuando lo miraba, pero no se decían nada, ella se limitaba a morderse el labio. Se incorporó, se sentó bien y me dio un morreo. La cogí y la senté encima de mí, ella abrió las piernas y quedo frente a mí. Estaba que ardía, se notaba que estaba deseosa, cachonda perdida. La quite la camiseta, sus tetas estaban hinchadas y sus pezones duros. Se las lamí y se las mordisquee. Ella se levantó y una vez de pie, nos tendió una mano a cada uno y agarrándonos nos dijo… vamos a un sitio más cómodo.
Llegamos a su habitación, se tumbó en la cama, boca arriba, abría y cerraba sus piernas, me acerque y metí mi cabeza entre sus piernas, era lo que ella quería, cuando llevaba un rato, lamiéndola en profundidad…
SALVA-Vamos a dejarlo. (Poniéndose de pie)
MONICA-No me puedes hacer esto, ahora.
SALVA-Carlos, discúlpame, pero… no puedo, no sé qué me pasa pero no puedo. Lo mismo ha sido todo muy precipitado.
YO-Salva no hay ningún problema. (Dije todo descolocado)
SALVA-Disculparme, disculparme… (Salió de la habitación)
MONICA-Espérate aquí, que hablo con él.
Salió de la habitación. Al principio los oí hablar en un tono normal. Pero Mónica se aceleró y oía en un tono bastante alto, como le decía, que era una mierda, como la podía hacer eso… Viendo el cariz que tomaba eso, sin decir nada salí de la habitación y sin despedirme me fui.
En la calle no sabía qué hacer en ese momento, si hacer tiempo por ahí o volver al chalet. Justo en ese momento paso un taxi con la luz verde y no me lo pensé, le hice una seña y para el chalet. Cuando llegue mi tía se quedó extrañada, no se esperaba mi regreso.
-¿Ha pasado algo que has llegado tan pronto?
-No, que apareció más gente de la que debía y algunos no me hacían mucha gracia, así que me marche.
-Sí que eres expeditivo.
-A todo esto, ¿Qué haces aquí sola en la terraza? ¿Dónde están los demás?
-Pues Daniel, como su amigo del alma se iba, él ha cogido y ha dicho que también se marchaba. Y aquí me he quedado con toda la paz y tranquilidad del mundo. Que estaba ya nerviosísima.
-¿Y Susana?
-Susana está en su habitación que está hablando con su marido y cuando se ponen tienen para largo.
-Con Natalia que… ¿Ha pasado algo?
-Ni ha pasado ni pasara, ya hable con ella lo ha entendido y todo vuelve a la normalidad. Porque en esta casa ya no pasara nada de nada. ¿Me entiendes? (Dijo en un tono serio)
-¿Entiendo que no quieres nada ya, ni aquí ni fuera?
-Veo que lo has entendido. ¿Te supone algún problema?
-Ninguno. Además como mañana me marcho ya al piso, todo te será más fácil.
-Tampoco quiere decir que te esté diciendo que te vayas, que sabes que por nosotros estarías aquí y tú solo en el piso. Pero si ya tienes tomada la decisión, por lo menos espérate a pasado mañana que llega tu tío.
-Me esperare. Dos días pasan rápido. Ahora voy a ponerme cómodo.
Cuando me iba, vi que su cara ya no era seria, más bien apenada. Tenía claro que me decía lo que creía que tenía que decirme, no lo que pensara o deseara. Pero si ella creía que era lo mejor, yo no la pondría pegas.
Una vez en la habitación, llame a Sofi como todos los días, la dije que en dos días me iba para el piso. Estuvimos hablando de las cosas que haríamos próximamente. Después de tres cuartos de hora más o menos, que duro la conversación, decidí no bajar, no me apetecían más conversaciones cargantes hoy. Que sumadas al calentón no hacían que fueran uno de mis mejores momentos. Me puse música relajante, apague la luz. Me quede dormido sin darme cuenta, porque de pronto abrí los ojos y era de día. Eran las 7,40 de la mañana. Me levante, me vestí, baje a desayunar sin hacer ruido y me fui al piso.
Cuando llegue eren las nueve pasadas. La urbanización ya estaba en plena actividad. Una vez que subí al piso. Vi que estaba todo allí, la cama montada, por fin. Encendí el frigorífico, aunque estuviera vacío. Pensaba ir a comprar cosas para rellenarlo ya mismo. Cuando sonó el timbre de la puerta. Era la vecina, Mª Carmen.
-Hola Mª Carmen, buenos días, me iba a esperar a llamarte para darte la gracias por todo. No quería despertaros.
-Yo soy muy madrugadora. Ah y buenos días.
-Pasa, pasa, no te quedes en la puerta. (Dudo un poco pero paso) ¿Dónde se puede comprar comida y esas cosas, para rellenar el frigo, para que me entiendas?
Ella me explico todo detalladamente y añadió…
-Si no es mucho, me lo dices y yo te lo traigo, que a mí me toca ir todos los días.
-No Mª Carmen que usted (lo dije adrede) ya tiene bastante con traer lo suyo, además tengo que comprar mucho.
-Ya me suena raro que me pongan el María, pero lo de usted me ha matado. Así que llámame simplemente Carmen y de usted para nada, que me hace más vieja de lo que soy.
-¿Vieja tú? Que disparate, más de una ya quisiera… disculpa que casi me paso (Ella se sonrojo)
-Lo que puedes hacer también es un pedido en el súper y te lo traen a casa.
-Ya pero es que no estaré y me imagino que no se podrá elegir la hora.
-Eso no es ningún problema, tú hazlo y nosotros lo recogemos.
-No, muchas gracias me sabe mal abusar de vosotros.
-Que no que da igual.
-Bueno pues otra vez muchas gracias y sobre todo por recibir la cama, que con eso ya me puedo venir aquí. ¿Te gusto la cama?
-No la vi, solo les abrí y estuve pendiente de cuando se fueron, para cerrar bien la puerta.
Volvió a sonar el timbre… Era Antonio el marido.
ANTONIO-Hombre Carlos que bueno verte por aquí. ¿Cuándo te vienes definitivamente?
YO-Si todo va como yo pienso el sábado ya estaré aquí. Me daré mi primer chapuzón en la piscina y dormiré aquí.
ANTONIO-¿Sabes que para la piscina te hace falta un carnet?
YO-No tenía ni idea. ¿Dónde se saca?
ANTONIO-Tu déjame una foto de carnet y ya te lo consigo yo.
YO-Sois muy amables, da gusto.
ANTONIO-Enséñame esa cama, que me ha dicho Carmen que cabe un equipo de futbol.
CARMEN-Antonio no le comprometas. Que lo mismo no le hace gracia. (Dijo poniéndose roja, porque sabía que la había pillado en una mentira)
YO-Pasa ya sabes dónde está la habitación.
El pasó delante y yo mire a Carmen y sonriéndome, hice como si me estirara la nariz, como pinocho, se volvió a poner roja, pero se le escapo una sonrisa.
ANTONIO-Pero cuantos os vais a acostar aquí, jajaja.
CARMEN-Por favor Antonio, no te pases.
Yo no conteste, simplemente me sonreí y cuando salíamos de la habitación, se vio la habitación de estudio que ya había montado yo. Como era tan cotilla, no se cortó y abrió la puerta del todo. Joder si tienes 3 ordenadores y hasta una pizarra. Si trabajo con ordenadores y la pizarra para estudiar. Se me hace más comprensible así, pero tampoco hay que olvidarse de los avances. Me pregunto por lo que iba a estudiar, cuando se lo dije…
ANTONIO-¿Para eso tienes que saber muchas matemáticas?
YO-Y física.
ANTONIO-¿Qué notas sacaste en matemáticas? ¿Y en la selectividad?
CARMEN- ¡ANTONIO! Te estás pasando, deja al muchacho tranquilo.
YO-No te preocupes, me gustan las personas directas, las prefiero a las que van por detrás. Además si me hacen una pregunta y no quiero contestar no lo hago. Pero si contesto que luego no se molesten. (No lo decía por decir)
En matemáticas matrícula de honor y la media de selectividad 9,86.
ANTONIO-Pues mira, como te gusta que sea directo. Nuestra hija ha suspendido valenciano, inglés y las matemáticas. Los idiomas es factible que los apruebe, pero las matemáticas hay una parte que se le ha atragantado.
YO-Es que por las fechas que son, queda poco para los exámenes me imagino.
ANTONIO-16 días.
CARMEN-En que apuro le acabas de meter. Pídele disculpas.
YO-¿Y en que tiene problemas?
ANTONIO-No sé, yo en eso no estoy muy puesto.
YO- Bueno, pues no sé qué decir. Hagamos una cosa el sábado a las 11 que venga vuestra hija, me traiga en lo que tiene problemas y ya veremos…
Una vez que se fueron, nada más pensé en el lio que me metían. Pensé que este me quería emparejar con su hija de 18 años. Y si no era así, aunque ya había dado clase particulares, 16 días según para lo que fuera era muy poco tiempo. Lo que no me hacía mucha gracia, ya que mi intención era dar clases particulares de física y matemáticas, para sacarme algún dinero extra, con un fracaso como el que se avecinaba, mala propaganda era.
Los días hasta la llegada de mi tío transcurrieron en una calma tensa. Llegaron eufóricos porque todo había salido mejor de lo pensado y como no podía ser de otra manera, habían llamado a todos para celebrarlo esa noche. Mi intención era esperarme hasta el día siguiente para irme, pero decidí hacerlo esa misma noche. Mi tía se debió de dar cuenta, porque mientras hablaban sin parar, yo me subí a mi habitación y me puse a terminar de hacer mis maletas. Cuando oigo la puerta y veo que entra mi tía.
-Es que cuando lo ha dicho Manuel, me lo imagine. Espérate a mañana, por favor.
-No aguanto otra noche de borrachera. Porque… ¿Mañana quien tendrá la culpa? ¿Yo, otra vez? Además no pinto nada aquí. Ellos bebiendo como cosacos y vosotras hablando, de yo que sé, que pinto yo, nada.
-Por lo menos cena.
-Y después, que es muy tarde, espérate a mañana… que en eso eres como tú hermana.
-Pero por lo menos déjame que te lleve.
-Tía, que llamo a un taxi y ya está. Que tú estarás muy liada.
-He dicho que te llevo yo, cuando quieras estaré con el coche preparado.
Cuando baje estaba mi tío, le puse mil y una disculpas, porque él no quería que me fuera ni en ese momento ni nunca. Pero puse más disculpas y el riéndose, haciendo una gracia me pregunto… ¿Es rubia o morena? Jajaja. Sonreí y parece que se quedó más calmado.
Pensé que el trayecto seria silencioso, pero nada más montar, empezó a decirme si te pasa algo llama, ven a vernos a menudo, por lo menos por tu tío, etc…
Cuando llegamos y saque todas las maletas, mi tía me abrazo, parecía que me fuera al fin del mundo.
-Ya sabes, si necesitas algo, llama o ven.
-Así lo hare. Y tu cuando me “necesites” ven.
-No lo estropees, no seas así. Como dices tú no te voy a “necesitar”.
Nos dimos dos besos, yo se los di junto a la comisura de sus labios. Para luego decirla en el oído… te esperare. Se fue hacia el coche se montó y se fue.
Una vez en el piso, deshice las maletas y una vez colocado todo, me fui a la habitación de estudio, saque todos los apuntes que tenia de tercero y COU, sobre matemáticas. Prepararía lo que podía flaquear la hija de los vecinos. Mientras lo hacía cogí los sándwich que me preparo Natalia, fui a por agua, cuando abrí la nevera, allí estaba todo súper colocado, como si hubiera estado mi madre. Menuda vecina más maja. Me daban remordimientos de pensar en ella de otra “manera”.
A la mañana siguiente a las 11 en punto, sonó el timbre. Que puntuales. Abrí la puerta. Era el padre y la hija.
YO-Buenos días, pasar.
ANTONIO-No sé si el otro día te presentamos a mi hija, se llama Bárbara.
Cuando me dijo el nombre estuve a punto de soltar una de las mías. Pero es que la niña estaba bárbara.
YO-Antonio me tendréis que disculpar, pero es que solo tengo el sillón de estudio, todavía no me han traído el resto de las cosas.
Fue decirlo y salir hacia su casa, eso sí dejando la puerta abierta de la mía.
YO-Bueno entre tu yo, fue mala la nota de matemáticas.
BARBARA-Mala no lo siguiente.
YO-Pues bien empezamos.
ANTONIO-Problema solucionado. (Traía dos sillas)
YO-Ya sabía que se me olvidaba algo, me hace falta un paquete de folios.
ANTONIO-Abajo hay una papelería, bajo yo y ahora mismo subo.
BARBARA-Bueno lo de ahora mismo será un decir, porque se parara con los amigos que están en el bar.
YO-Nosotros a lo nuestro, pasa a la habitación. (Si por delante tenia buena pinta por detrás era de infarto. He de reconocer que entre la hija y la madre me quedaría con la madre, pero la hija, estaba más que buena y ella lo sabía)
BARBARA-Toma esto es lo que no logro entender.
YO-Veamos. (Una vez que vi todo) ¿Cuántos cursos has repetido?
BARBARA-Ninguno. ¿Por?
YO-Porque esto no es de tercero ni de COU.
BARBARA-Ya ¿Y?
YO-¿Que años tienes tú?
BARBARA-14
YO-Ah ya 14… (Se me debió quedar cara de tonto y la verdad no sé porque, ya que a mí me paso lo mismo, que desarrolle antes de tiempo)
BARBARA-¿Es que no los aparento? (pregunto con sorna y sonriendo)
YO-Bien sabes tú que no los aparentas.
Llego Antonio y una vez que le abrí la puerta. Cogió la silla que quedo en el salón y la llevo al cuarto de estudio. Yo lo llame y en el salón los dos a solas…
YO-Mira Antonio, te seré claro, nunca he dado clases a la gente con los padres. Aquí solo hay 3 opciones, que son, te quedas aquí en el salón, te vas o buscas a otra persona que le de las clases. Lo que decidas por mi parte estará bien.
ANTONIO-Que más te da.
YO-Lo siento pero no es negociable. Tú decides.
ANTONIO-Vale me fiare de ti.
Una vez que se fue, Bárbara me dijo que todavía no se lo creía. Durante los siguientes días, las clases continuaron. Veía avances, podía ser que consiguiera aprobar. Esos días durante las clases, ella venía con todo tipo de indumentaria eso sí, nada de discreta. Estaba loco por terminar, porque era un auténtico peligro. Llego el día del examen, llego muy pletórica, le dijo a los padres que respondió a todo, que los resultados coincidieron con los de otros.
Yo llevaba 17 días sin follar, con la niña calentándome todos los días, estaba “malísimo”, sonó el timbre y era Roció. No dije nada, el agarre cerré la puerta y apoyándola sobre la pared, empecé a besarla con desesperación.
-Que buen recibimiento, si lo llego a saber vengo antes.
-Hoy sí que te voy a follar con ganas y sin que nadie nos moleste.
Estábamos en el mismo recibidor, metiéndonos mano. Yo tenía uno de mis mejores empalmes. Cuando sonó el timbre varias veces seguidas. No sabía quién llamaba así. Le dije a Rocío que se fuera a la habitación.
Abrí la puerta era Bárbara, que venía exultante del examen. Sin esperármelo me abrazo de golpe, muy fuerte. Era imposible que no hubiera notado mi polla. Pero en vez de cortarse y sin parar de hablar, se pegó bien y se refroto más. Yo con delicadeza la aparte, pidiéndola calma y a esperar los resultados. Ella se quedó más calmada, pero no pudo evitar mirar mi paquete. Se le puso cara de orgullosa debía de pensar que lo había logrado ella, la despedí como pude.
Tenía ganas y sobre todo necesidad de una buena sesión de sexo. Cuando fui a mi habitación, la imagen no podía ser mejor. Rocío estaba completamente desnuda, estaba de rodillas con el culo en pompa, como una autentica perrita, meneando el culito de un lado para otro.
-Ya te dije que es putita te querría follar. Olvídala por el momento, mira lo que te espera. Igual que la madre, tienes cara de necesitar un buen revolcón.
-Calla, si solo tiene 14 años.
-Pues joder con el cuerpazo que tiene. Le salieron las tetas antes que los dientes. Pues mucho más peligrosa.
-Para mí no, te lo aseguro.
-Jajaja, ya me lo contaras, jajaja y ahora vamos…
Me desnude, sin dejar de ver el contoneo de ese culito. Me puse detrás y metí mi boca por detrás, la comía y lamia por todos sus huecos. Ella puso su cabeza apoyada en sus manos, dejando el culo totalmente en pompa y abierto.
Como lo necesitaba, mete bien esa lengua. Así, cómetelo todo…. Uuufff
Yo seguía juagando con mi lengua y mis dedos. Me maravillaba que fácilmente se mojaba y cuánto. Se la oía respirar cada vez más fuerte. Como agarraba las sabanas fuertemente. Se notaba que estaba a punto. Cuando la veía más acelerada, aflojaba mis lamidas, me encantaba hacerla “sufrir” un poco, así se correría mejor y con más ganas.
Joder Carlos no seas así, no te pares, que estoy loca por acabar, me cortas justo cuando lo voy a hacer. Al final me correré sin tu lengua.
Volví a comerla bien. Con mis dos manos abrí bien sus nalguitas, metí mi cara y mi lengua la taladro, la daba fuerte, sin parar…
Si, si, si, SIIIIIIIIIIIII, métela más, mas, mas, MAAAASSSSSSS.
Fue relajándose, pero yo seguía con mi lengua lamiendo y saboreando tanta delicia.
Joder como puede ser, me estas poniendo otra vez… menuda lengua.
Se quitó se dio la vuelta y mirando mi polla dijo…
-Te la voy a dejar bien preparada para que me hagas lo que quieras.
-No hables tanto…
Empezó a lamer el tronco, también daba como mordisquitos, se veía que hoy sin estar pendiente de que nos pillaran, se lo tomaba con más tranquilidad. Cosa que mi polla se lo agradecía. También se comía mis huevos, con una delicadez, que hacían que me calentara más. Yo estaba ya deseoso de que se la metiera en la boca, pero ella me devolvía lo que le hice yo antes.
Mientras lo hacía me miraba a los ojos, me encantaba ver la cara de puta que ponía y ella lo sabía. Abrió la boca y después de dar unos pequeños lengüetazos, se la fue metiendo poco a poco, sin quitar su mirada. Yo estaba en la gloria, que bien lo hacía, ni punto de comparación con las otras veces. Cuando de pronto vuelve a sonar el timbre. Pero paso de él y sigo a lo mío. Vuelve a sonar, se me pasa por la cabeza que es la vecinita, que ha sospechado algo y ha dejado pasar más de media hora, para así pillarme en plena faena.
Pero pase de ir a abrir. Pero volvió a sonar y esta vez más seguido.
-La leche, que pesados.
-Tú sigue, pasa, como si nada.
-Joder es que me corta el rollo, ves a abrir y manda a la niña a la mierda, porque seguro que es ella.
-Espera un momento, no te me enfríes.
-Jajaja, pues tu cuando abras disimula el palo de la bandera, jajaja
-Ahora vuelvo. (Me puse un bañador grande)
Abro la puerta todo decidido para dar la bronca a la vecinita. Pero SORPRESON MAYUSCULO, era mi tía.
-¡TIA!… ¿Cómo tu por aquí?
-Pareces como si hubieras visto un fantasma.
-No, es que no te esperaba.
-Como ni llamas, ni pasas a comer ningún día… Bueno, es que no me vas a invitar a pasar.
-Ah, sí, perdona. No te digo de sentarte porque aunque tenía que estar todo aquí, me han dicho que hay un pequeño retraso.
-Sigues… enfadado, lo veo.
-No, en absoluto. Me cambio y bajamos a tomar algo abajo.
Ella se acercó a mí y me beso.
-Tenías razón, al final aquí estoy. Te tengo muchas ganas. (Resonaba en el salón, que había eco por la ausencia de mobiliario)
-No quiero que luego te sientas mal. (Lo dije para salir del embrollo, pero cuando me quise dar cuenta se había quitado la blusa y el sujetador)
-Vamos a la habitación que estaremos mejor.
No me dio tiempo a nada, vi cómo se iba desabrochando el pantalón. Me quede petrificado.
TIA-Serás PUTA, ¿Qué hace tu aquí?
ROCIO-¿Yo puta? Pues mira lo mismo sí. Pero tu venias a lo mismo que te oí y eres su tía.
TIA-Ya puedes ir saliendo de esta casa y no volver.
ROCIO-Eso lo tendrá que decir Carlos, no tú.
TIA-Ahora lo veras… CARLOS
YO-Chicas tranquilidad, mucha tranquilidad, no digáis cosas que luego os arrepintáis. Recordar que sois muy amigas. (Todo esto lo decía yo, estando Rocío desnuda en la cama, tapada con una sábana y mi tía en tetas y con el pantalón medio desabrochado) No tiene por qué irse nadie. Seamos personas civilizadas.
TIA-Pero qué coño estas diciendo. (Dijo en tono áspero)
YO-Digo que no seamos hipócritas y moralistas. Que sobre todo de lo último no podríamos decir mucho ninguno de los presentes. Así que vamos a sentarnos y repito tranquilizarnos. (Yo me senté en el borde de la cama e hice a mi tía sentarse a mi lado, quedando en la cabecera Rocío y más cerca de mi tía)
Yo trataba de que todo se calmara. Hablaba sobre todo para mi tía. Mire a Rocío, la hice una seña de que me ayudara. Yo mientras la hablaba le acariciaba la nuca, como quien no quiere la cosa. Rocío mientras, con mucho tacto, la rozaba con su mano, por el brazo y por su mano, muy suavemente.
ROCIO-Por mí no te preocupes, nadie sabrá nada, yo no se lo contare a nadie. Si me he pasado con lo que te he dicho, perdóname, no nos enfademos. (Se lo decía muy suave y sin dejar de acariciarla el brazo.
TIA-No si no es eso, es que… si yo también te pido perdón, por mis palabras, por mi salida de tono. Pero… pero… no se explicarme.
YO-Es es tu problema Lucia, siempre quieres encontrar una explicación a todo, algunas veces las cosas pasan simplemente porque tenían que pasar.
TIA-Carlos no me enrolles, que te conozco y se lo que piensas y tramas.
YO-No estoy tramando nada. Solo quiero que te calmes, que no te ofusques.
ROCIO-Hazle caso, se trata de que te calmes, de que no haya enfados.
TIA-Joder es te cabrón te ha liado pero bien. Seguro que te hizo alguna seña o algo, para tratar de llevarme al “huerto” entre los dos.
ROCIO-Que va, ¿Por qué eres tan mal pensada?
TIA-Carlos es que no ves lo que pasa. Desde que has llegado te has enrollado además de conmigo, con dos de mis amigas. Tu pregúntale a cualquiera eso no es normal.
ROCIO-¿Cómo supiste lo de Mónica?
TIA-¿MONICA…? Entonces son tres amigas
ROCIO-Jajaja, ¿Quién es la tercera en discordia?
YO-Cambiemos de tema.
TIA-Yo no le veo la gracia.
ROCIO-No me digas que no. A este paso tenemos que pedir numero como en el supermercado.
No me lo pensé más, agarre a mi tía y allí mismo la di un buen beso, al principio se resistió un poco, pero luego se entrelazaron nuestras lengua, cuando ya creía que había roto la barrera, se levantó de golpe, me dio la sensación de que iba a llorar.
TIA-Que no, que me niego a que me manipules. Hacer lo que queráis que yo me voy.
ROCIO-No hay quien te entienda. Venias a lo que venias y ahora estas llena de indignación. Lo dicho no te entiendo.
TIA-Ni falta que hace. (Se fue hacia el salón, cogió la blusa se la puso como el rayo y dio un portazo)
Rocío y yo hablamos un ratito, porque no la habíamos entendido, Rocío dijo además, que verla así la había puesto más a tono, que no la hubiera importado. Estábamos ya otra vez en pleno apogeo, yo estaba tumbado en la cama, Rocío estaba encima de mí, hacíamos un 69 perfecto. Vuelve a sonar el timbre, esta vez todas las maldiciones salieron de los dos. Me disponía yo a salir, cuando Rocío me dijo que me quedara ahí, que esta vez iba ella. Se puso una camiseta mía y salió hacia la puerta. Oí abrir la puerta, pero no oía nada, se oía como un murmullo.
Me levante sin hacer ruido y me asome un poco. Lo que vi me gusto. Estaban Rocío y mi tía, morreándose en la entrada. Me volví a la cama a esperar. Las deje un rato solas. Aparecieron las dos, venían completamente desnudas y agarradas de la mano. Rocío con una sonrisa maliciosa, mi tía con cara de avergonzada y cachonda perdida.
ROCIO-Mira como está tu tiita. (La metió las manos entre sus piernas, tocándola el coño) Esta más mojada que yo.
YO-No puede ser. (Estirando la mano y tocándola yo. Era verdad estaba…)
Como ella no decía nada, solo nos miraba con cara de súplica. La tumbamos en la cama en medio de los dos. La acariciábamos, luego mientras yo la besaba, Rocío se bajó a su coñito, me di cuenta rápido, por la manera de besar de mi tía. Me puse a comerle las tetas, ella se empezaba a retorcer cada vez más. Hasta que medio suplicándome, me pedía que la besara. Cuando lo hacía se arqueo del todo, mordiéndome la boca, se estaba pegando una corrida antológica.
Ahora la puse a cuatro patas, la dije que le comiera el coño a Rocío, que mientras me la iba a follar. Mi tía dijo que Rocío no se había corrido y que ella estaba otra vez a punto, que lo hiciéramos al revés. La coloque como yo quería, no la hice caso. Pero era verdad llevaba solo un momentito follándola, cuando empezó a respirar mas fuerte y solo decía… Os lo dije, os lo dije… AAAHHHHHHHHH
ROCIO-Joder con la que no quería… madre mía.
TIA-Yo lo avise, lo dijo sonriendo.
YO-Es que es muy cabezona, llevaba mucho sin correrse.
Yo me tumbe y Rocío me dijo que me tumbara a lo ancho y con las piernas fuera de la cama. Solo con decirme eso ya sabía lo que quería.
TIA-Que vais a hacer así, dijo extrañada.
ROCIO-Nada tu sobrino, que esta empeñado en darme “forma” a mi culito y yo como soy muy obediente… dijo pícaramente.
TIA-Pues ya le costara, porque con ese culito tan pequeño y ese pollón, no sé, no se…
Rocío muy orgullosa y desafiante, se colocó dándome la espalda a mí…
ROCIO-Lucia ponte delante, mira y aprende. (Se fue sentando sobre mi polla que la entraba en su culito, como si nada) Ahhhh, que a gusto, uuufff, que bien entra como la siento.
Mientras iba metiéndosela, Lucia miraba asombrada y cachonda, porque tenía una mano tocándose. Una vez toda metida Rocío, que se la notaba muy caliente, se recostó sobre mi pecho, abrió las piernas bien y dijo…
ROCIO-Tú putita, ahora cómeme bien y fóllame el coñito, vamos…
Lucia se agacho y empezó a hacer lo que Rocío la dijo. Que bien, muévete más Carlos, rómpeme otra vez, vamos vamos… no paraba de moverse. No paraba de decir que no había nada mejor. Estiro las manos, agarrando la cabeza de Lucia y apretándola bien contra su coño, gritando retorciéndose y corriéndose como si no hubiera un mañana. Después de estar un momento reposando, yo me levante a limpiarme, las deje solas.
ROCIO-Ves como no hay que enfadarse.
TIA-Es que tengo la sensación que todo esto se me escapa de las manos.
ROCIO-Eso se llama remordimientos. A mí me paso, pero ahora no lo pienso. Desde que me follo Carlos, el ánimo, la sonrisa, todo me volvió, hasta me mejoro el cutis jajaja
TIA-Jajaja, que mala que eres.
ROCIO-Se trata de no exigir nada, solo disfrutar los ratitos que se puedan.
YO-¿De qué habláis? (Aunque ya lo había oído todo)
Las dos dijeron que de tonterías. Mi tía dijo que se iba al servicio ahora ella, que tenía que irse. Nos quedamos solos Rocío y yo, empezamos “sin querer” a tocarnos y nos pusimos otra vez a tono. Esta vez se sentó encima de mí metiéndosela por el coño, la verdad que se movía bárbaro. Estando así llego mi tía ya vestida, rio y dijo, sois como conejos. Me dio un beso en la boca tal como estaba y con Rocío hizo lo mismo, diciéndola que esperaba coincidir otro día, Rocío la dijo, solo tienes que llamarme.
Como su marido llegaba tarde, estuvimos de “marcha” todo el tiempo, nunca nadie me dejo tan cansado y agotado, ni en las peores sesiones de gym. Me dejo de tal manera, que una vez que se fue ella, me levante comí algo y no me apeteció salir. Estaba en el salón, solo con el pantalón corto de pijama, con la tele encendida, que eso si tenía, sentado en el suelo, que estaba fresquito y con la bandeja en el suelo con la comida.
Estaba ya atardeciendo, pero todavía había bastante luz. Sonó el timbre, me costó hasta levantarme. Era Bárbara, abrí la puerta y no espero a que la invitase a pasar, se coló de golpe.
-Uy, estabas cenando.
-Ya termine, es que estaba descansando.
-¿Sentado en el suelo?
-Pues sí.
-Siéntate que te cuento (Sentándose ella en el suelo)
-Me senté (No tenías ganas de discutir)
-Tararararannnn… ¡HE APROBADO Y CON NOTA!
-Espérate a que te den los resultados, que luego la caída pude ser peor.
-Que sí, que sí, que he aprobado, se lo han soplado a mi madre, que conoce a la jefa de estudios.
-Pues nada me alegro mucho.
Tal como estaba sentada, se la veía hasta la partida de nacimiento. Deje de mirar, lo evitaba. Ella hablaba sin parar. No podía ser me estaba… me puse a pensar en otras cosas, como irían los muebles…
Nuevamente sonó el timbre, Bárbara pego un brinco, fue a la puerta miro a la mirilla, se dio la vuelta y se acercó, me dijo al oído que ella no había estado allí, que yo no sabía nada, que era su madre. Se metió en dirección a la sala de estudio.
Abrí la puerta y fingiendo total sorpresa…
-Hola Mª Carmen.
-Te dije que solo Carmen.
-Pasa, pasa. Tú dirás.
-La niña ha aprobado.
-¿Tan pronto han dado las notas?
-No, es que la jefa de estudios es amiga mía y me lo ha soplado.
-Pues me alegro un montón. Y discúlpame por recibirte así, es que no esperaba visitas.
-Por mí no hay problema, me has alegrado la vista. Jajaja
-Gracias por el piropo. (Si no estuviera la hija, hubiera aprovechado la ocasión por lo menos de decir algo subidito de tono)
Después de estar hablando un ratito y de ella aguantar mi mirada, no como otras veces, me volvió a reiterar las gracias por ayudar a aprobar a su hija. No me pude aguantar, cuando abría la puerta, la dije muy bajito, que la quedaba mejor el pelo suelto que con coleta, que la próxima vez esperaba tener suerte y verla con el pelo suelto. Esbozo una sonrisa y se marchó.
-Ya puedes salir.
-Si me pilla…
-Estas cosas no me gustan, no quiero problemas. (Ya la pensaba despedir pero…)
-¿Me lo pareció a mi o mi madre te ha tirado los tejos?
-No tengo ninguna duda, te equivocas, con lo sería que parece tu madre no la veo yo tirando los tejos a nadie.
-No, si a mí no me parecería mal.
-¿Cómo? (Me sorprendió)
-Pues muy fácil (Decía mientras se sentaba) Mi padre es un machista integral. Tanto a mi madre y a mí, nos trae a mal traer. A mí me vigila a todas horas, ningún chico se me puede acercar… A mi madre, aunque ellos no saben que los oigo, la tacha siempre de infiel, es un celoso compulsivo.
-Si tú lo dices… (Yo solo escuchaba, en parte me interesaba)
-Y de follar nada de nada. O lo hacen en plan mudo.
-Sera hacer el amor. Lo mismo lo hacen en bajito para que no los oigáis.
-Déjate de tonterías follar. Y que no, las pocas veces que se les oye duran 10 minutos.
De pronto me di cuenta que ella cada vez miraba más, hacia abajo y era que por la entrepierna se me debía de estar viendo más de lo deseable, así que con disimulo, cambie de posición.
-Bueno eso es como tú crees que lo ves.
-No te confundas, que tonta no soy. Mis padres nunca han tenido la cama tan alborotada como tienes tú la tuya.
-Es que he estado toda la tarde durmiendo.
-¿Y el olor, de que es?
-Oye que de mí no hablamos. Y lo mejor que te vayas ya.
-Vale vale, me voy. Si total ahora me harán venir a darte las gracias.
Se fue y no había pasado media hora, cuando sonó el timbre otra vez. Que pesadez. Eran los tres padre, madre e hija. La hija tenía razón, venia la niña a dar las gracias. La conversación se desarrolló en el típico tono de la buena cortesía, bala, bla, bla.
Lo que no me pasó desapercibido era el pelo suelto de la madre, que cuando se iban la guiñe un ojo. El marido se dio la vuelta y me pregunto si me gustaban las croquetas, yo le dije que sí. El como ordenándolo, le dijo a la mujer que me trajera unas ahora.
Otra vez sonaría el timbre, es que no me pensaban dejar descansar. Así fue era Carmen, con un plato con croquetas, aprovechando que vino, recordé una cosa…
-Muchas gracias, pero antes se me olvido decirte una cosa.
-¿El qué? (pregunto ella como con prisa)
-Que si, habías visto la cama.
-Mi marido que es un bocazas. (Poniéndose roja)
-Ves el pelo te queda mejor suelto. (Tocándoselo)
Ella me miro muy seriamente, solo me dijo que no me equivocase. Y se fue. Que cara de enfado. Lo mismo me había pasado, no todo el monte es orégano, dice el dicho. Me quede pensativo, sería cuestión de pedir disculpas.
Aproveche para hablar con Sofi. Le conté la metedura de pata. Y ella me dijo que era raro, que no me solía equivocar, pero que la pidiera disculpas, como si hubiera sido un acto reflejo. También hablamos de la charla con la hija. Hay si me dijo que cuidadito que eran 14 añitos nada más, que además no eran mi tipo.
Luego me dijo que ya había hablado con sus padres, que haría la carrera en Alicante, que ahora estaban buscando un colegio mayor. Yo rápidamente la dije que se dejara de tontería, que se viniera aquí. Ella solo me dijo que si se lo insinuaba a sus padres la carrera en Madrid, así que nos quedaríamos calladitos.
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