Mi nombre es Nancy, ya me conocen algo inquieta y adicta a las relaciones prohibida. Más después de haber conocido a un maduro que era experto en relaciones y aventuras de todo tipo muy open mind.
Ernesto un amante que tengo temporalmente en la planta donde trabajo; mi jefe me coge, pero muy consiente de que tengo otras aventuras.
Esa noche, la planta casi vacía y yo alistándome para irme ya que tenía una vuelta pendiente con un chico que trabajaba de mecánico en la planta y habíamos quedado ya para vernos, Ernesto me llama para que fuera al cuarto de empacados, al entrar allí estaba oscuro Ernesto me salió por detrás cogiéndome del culo empujándome su polla para rozarmela en mis nalgas, eso me puso calenturienta haciéndome mojar mi coñito.
Intuí que quería comerme o que se había enterado que tendría alguna aventura hoy, me susurró al oído ¡He deseado follarte todo el día Nancy; y quiero follarte toda -abrí mis piernas y le dije pero aquí Ernesto, el me apretaba y me empujaba caminando conmigo acercándose al filo de una mesa de trabajo.
Me di vuelta empujándolo a una silla junto a la mesa me le senté encima y comencé a besarlo mientras sus manos me levantaban la falda hasta la cintura y comenzaban a jugar con mi culo. Me lo apretaba con fuerza haciéndolo cambiar a rojo, abriéndomelo, cerrándomelo, jugando con mis cachetes y con la tira del tanga. Queríendo ponerme cachonda, y lo estaba consiguiendo- ¡Ummmh! Que culito tienes pequeña...- yo empujaba hacia abajo, notando como su polla bien dura ya se incrustaba en mi coñito. Deseaba que me follara. Ernesto metió sus manos bajo mi camisa de uniforme y me sacó las tetas, una a una, por encima del brassier de encaje, luego desabotono la camisa y mis tetas quedaron expuestas erizándose mis pezones enseguida del frío de la habitación. No dije nada, sólo gemí antes de que el se las llevara a la boca para mamarlas.
¡Oh Dios!! ¡Que tetas tienes! Ummmh... mamandolas mientras que una de sus manos me tiraba de la tirilla del tanga de arriba abajo, mojándome de gusto. Luego metió su mano y me puso el tanguita a un lado, paseando sus dedos por mi coñito caliente.
Sentir como se hundían en mí me hacía enloquecer, me abría a él para sentirle más dentro, gemía. Me moví un poco hacia atrás y con esfuerzo logré bajarle la cremallera para encontrar su polla. Cuándo la tuve en mi mano. Ya estaba muy dura. Sólo de imaginarla en mi coño me hacía gemir de placer- ¿Te gusta cariño?-me dijo-
-¡Si!-contesté acariciándola- ¡papi! Fóllame... quiero que me la metas enterita...
-¡Será toda para ti pequeña! Me gusta cogerme tu coñito tan pálido y ver como se pone rojo de tanto darte... eres, tan calientita y tan rica... ummmh... te voy a follar por todos lados cariño...
-¡Ummmh siii!! Fóllame ricooo...-gemí entre movimientos exhaustos de placer al notar como su polla se iba abriendo paso en mi coño. Ernesto me cogió por la cintura y comenzó a moverme a su antojo, provocándome un placer descontrolado. Sus manos las pasaba hábilmente por mi cuerpo- ¡Si, eso es papi!! Sigueee... métela entera... ohhh diossss...me gusta como me la metes me encanta como sólo tu sabes metérmela-
Ernesto me la metía suave. Yo me abría al máximo en cada metida suya. Con una mano me empujaba hacia él y con la otra comenzó a abrirme el culo, mojando sus dedos en mi coñito y restregándomelos por todo mi ano. Noté como su dedo se abrió paso en mi agujero, metiéndolo entero, dilatándomelo... yo estaba tan caliente y tan excitada que ni dolor sentía. Sólo quería más. Me sacó su polla y apretó mi culo con sus manos, para acto seguido, volver a metérmela en el coño de un sólo golpe. No pude evitar gritar de placer.
¡Eso es cariño! Muévete... grita así me gusta oírte gritar de placer...
-¡Siii! siii... dame mass... siii... ohh diosss... siii... no pares.... ummmmh....-jadeé agitándole más exageradamente. Sus brazos en mi espalda llegaron hasta mis hombros y una vez allí comenzó a empujarme hacia abajo, clavándomela entera, consiguiendo que mi cuerpo se abriera como una flor a su antojo- ¡Ummmh me gustaaa! siii... sigueee...-
-¡Siii! Se que te gusta... tómala entera mami... es toda para ti pequeñaaa...-jadeó él bastante excitado y a punto de correrse-
Ambos estábamos a punto de corrernos de gusto, pero yo me corrí primero no aguante mas, asi que comencé a comerle la boca mientras me le movía frenética por estarme viniendo.
Aún con su polla adentro comencé a moverme más despacio, a lo que el me dijo ya te viniste pequeña, ahora sácamela, seguí moviéndome pero lento ya q quede muy sensible Pero logre que se viniera. Sus manos aferradas a mis hombros aun, me apretaban contra el, -¡cariño.. si.. como me gusta eso... si.. no pares... oh diosss... siiii- me decía gimiendo alcanzando el orgasmo en segundos, yo volví a venirme, gritando llenos de excitación ambos, extenuados de placer.
El movimiento fué bajando de intensidad mientras él se derramaba dentro de mí. Ernesto me miró y me besó con lentitud, saboreando mis labios.
-¡como me encanta venirme en ti!-susurró-¡ -le besé y le sonreí orgullosa de mi-
-¡Si!-admití moviéndome sobre él-¡Ha sido realmente bueno! Me gusta sentirte...-su mano se posó sobre mi teta y comenzó a masajearla-
- Ernesto me apretó un poco más el pezón haciéndome gemir de placer-
-¡Tengo mucha mina en mi lápiz pequeña! Aguantaras otro hoy; muy hambriento le conteste, lamí sus labios ¡Tengo ganas de follarte otra vez! le comí la boca ardiendo de deseos, enserio otra vez, le pregunte; yo sabia que me esperaba otra cogida de un hombre mas joven y que no podía quedarle mal-
No estaría mal le conteste... -él sonrió y movió su polla dentro de mí- ¡No quiero que sea lujoso! ya se me está poniendo dura me dijo- yo sonreí rozándole con mis tetas- Ernesto me acarició los labios con su dedo y me lo introdujo en la boca. Lo lamí con suavidad, deleitándome, saboreándolo, chupándolo y metiéndomelo entero como si de su polla se tratara-
-¡Ummmh, me la estás poniendo muy dura pequeña! Voy a follarte de nuevo...-seguí lamiéndole el dedo mientras él con su otra mano se sacaba la polla de mi coño para sobarla y mostrármela. De nuevo se centró en mis tetas, comiéndomelas, babeándolas dejandolas rojas y jugando con mis pezones y luego pasó a mi boca-¡Ven aquí!-repuso cogiéndome en brazos y agarrándome bien fuerte el culo- ¡Quiero cogerte!-me llevó hasta la mesa del viejo cuarto de empacados, que era lo suficientemente grande como para tendernos los dos, y me sentó-¡Quiero desnudarte!-susurró-¡Tú túmbate!-
Obedecí ante la ídea y me tumbé totalmente en la mesa, cerrando los ojos y recostando mis manos bajo mi cabeza. Ernesto comenzó bajándome la falda, besándome cada cm de piel, y luego pasó a la camisa. La cuál me sacó por arriba sin problema alguno. Paseó su lengua por medio de mis tetas evitandome el brassier y fué bajando asi hasta llegar a mis muslos. Una vez allí, Ernesto me acarició el coñito por encima del tanga, haciéndome retorcerme de excitación. Cogió el mismo con sus manos unas y me lo rompió, deshaciéndose de él.
Cuándo abrí los ojos Ernesto estaba ya desnudo y me miraba con deseos de follarme de nuevo. Le miré mientras me tomaba de las piernas acercandome hacia el subiéndoselas en sus hombros abriéndome las piernas y examinando con detenimiento mi mojado coño.
-¡Ummmh!Qué coñito más rico tienes pequeña, tan rosado y tan mojadito... así tan gordo...-susurró acariciándomelo con sus grandes dedos-... así peladito, me gusta mucho tu coño así, peladito, con ese rojo que me indica lo duro que te he dado...-gemí de gusto al notar como sus dedos se hundían en mi mojado coño. Estaba cachonda aún-
-¡oh Dios!-gemí-¡oh... siii... eso es Ernesto!! Dame más... siii... cogemeee...-
-¡Si mami! yo te voy a coger...-repuso empujando sus dedos un poco más adentro-
Le miré mientras mis manos apretaban mis tetas acentuando mi placer y sonreí. Me abrió más las piernas dejándose caer en mi conchita, él me la empezó a comer con su boca. Le cogí su cabeza en mis manos y mientras yo acariciaba su cabello
-¡Oh si!Eso es pequeña... siii, me deci mientras se comía mi coñito, mojo mis labios vaginales con saliba jugueteando con su lengua en mi rajita, haciéndome gemir- ¡Ummmh! Que coñito tienes mami... ummm sabe tan ricooo... siiii-gimió entre chupadas a mi coño-
-¡Oh papii, sii... cómetelo entero...- Ernesto aceleró sus movimientos al notar como su polla yentrabaa estaba muy dura de nuevo la comenzó a meter entera en mí concha. Noté como sus manos se aferraban a mis rodilllas para empujarmela hacia adentro con todo y así poderme partir bien toda mi chuchita.
Yo gemia de dolor devido a las envestidas y el seguía metiendomela de forma brusca, salvaje y acelerada, dándose placer al cogerme de tal forma; me gritaba siii- ¡Cómetelaaa! Siii... trágatela enteraaa... eso es... ummmh me gusta mucho tu coño pequeña... - Ernesto me la sacó y me lamió toda la raja hasta llegar al culo, en el cuál hundió su lengua apretándome los cachetes con locura al notar mis gritos ¡oh Dios! Como me gustas, siii... eso es... no pares pequeña grita así me gusta... y volvió a envestirme...-
-¡No pares! exclamé excitadísima- ¡Siiii!!! Vamos, metemela bien, así duro parteme todo el coñoooo.siiii...
¡Ummmh, voy a correrme!! Me grito, Pero quiero follarte tu culo antes....
-¡Si, si, si! fóllame el culooo siiii...- me puse a cuatro patas bajando mis piernas de la mesa; acostada de frente a los mesa y relajándo mi culo.
Ernesto se colocó tras de mí y golpeó
mis cachetes un par de veces para ponerme más cachonda. Luego mojó sus dedos en mi coño y me mojó el culo, abriéndomelo y metiendo la punta de su polla- ¡oh Dioss! siiii... que gustoooo... siiii...
-¡Abre bien tu culito pequeña!!! Porque te voy a meter mi polla entera de un solo envion...
-¡Siiii! Siiii... cógeme. -supliqué-
Ernesto me metió la polla tal y como me había dicho, haciéndome gritar un poco de dolor pero seguidamente de placer. Me gustaba esa forma tan salvaje y tan sádica. Sus manos apretaban mis hombros empujandome hacia el mientras yo gemía al notar como sus huevos se estrellaban en mi coño.
Aceleró sus movimientos haciendo sonar sus estacadas en mi culo, No podía dejar de gemir, estaba corriéndome, ambos alcanzamos el orgasmo...
-¡Ohhh siii! Eso es... -gemí casi en un susurro-
-¡Ummmmh!!! Ernesto se corrió dentro de mi culo por completo. Me giré tumbándome y le miré abriéndome de piernas.
-¡Ha sido... maravilloso!-susurré aún casi sin aliento- ¡Ven! Ernesto se tumbó encima de mí, acoplándose a mi cuerpo y rozándome con la polla-
-¿te gustó pequeña?-preguntó Ernesto apretando su polla en mi insaciable coñito-
-¡ohh siii!!-jadeé- Me ha encantado, me he corrido un par de veces... ummmh... ha sido muy rico- se levantó y se marcho dejándome allí. Me vestí como pude y me fui a cerrar oficina y tratar de arreglarme para mi otra cita.
Tomé mi celular, hice correr la pantalla de contactos, puse el dedo y Le llamé.
Hola Miguel, ya voy en camino disculpa el retraso por favor, ingeniera tranquila sólo venga aquí te espero.
Al llegar a su apartamento el me tomo y nos dimos un largo beso, el de un hombre joven y yo estaba clara que me quería hacer suya, me desnudo y yo me agaché para mamarle la verga, y así poder reponerse aún estaba agotada de la cogida que me había dado Ernesto, lo hice con muchas ganas, mi lengua pasaba por todo su tronco, el gemía muy excitado.
–Que rica verga tienes le decía. Mámamela, lo haces muy rico. Seguí mamando, mi lengua seguía pasando por todos lados, el no aguanto mucho, me llenó la boca de leche, yo me la tragué toda. Me acosté y el comenzó a chuparme las tetas, iba de una a otra, me gustaba como usaba su lengua en mis pezones, les daba unos jalones suaves que me hacía mojarme toda.
Yo le agarré la verga y se la empecé a acariciar, esta comenzó a ponerse dura, a crecer, él me sonrió y me dijo.
Que bueno que te guste tanto el sexo. No puedo vivir sin él. Me abrí de piernas y le dije Métemela, métemela toda, dame duro con esa verga tan rica.
Él me la metió toda, yo gemí apenas la enterró hasta el fondo y comenzamos a movernos. Nuestros movimientos eran rápidos, Me estaba cogiendo con fuerza, eso me gustaba mucho, me estaba haciendo sentir como su puta, que mi cuerpo era para que él tuviera donde desahogarse y venirse. Era la primera vez que cogiamos.–Así, cógeme duro, dame verga fuerte.
Él me seguía cogiendo muy rápido, mi cuerpo estaba muy caliente, ese joven me estaba dando una deliciosa cogida, su pene estaba hirviendo, me quemaba la vagina, nuestros gemidos eran muy fuertes, el placer era mucho, me hizo llegar al orgasmo, mi cuerpo temblaba mientras mis líquidos salían de mi vagina. Él me saco su verga y se vino sobre mi estómago y mis tetas. Se acostó a mi lado, estuvimos un rato así, mientras nos recuperábamos.
Yo le preguntaba por sus cosas, él por las mías. Empecé a besarle el pecho, fui bajando hasta mamarle la verga, cuando se le puso dura le dije.
–Métemela
Muy bien putita, ponte en cuatro.
Obedecí, fóllame, fóllame más! ¡Me quiero volver a venir!
– ¿Otra vez? ¡Wow, no tienes llenadera! ¡Es tu culpa, por cogerme tan delicioso! El se la agarró y la apuntó a mi coño, la metió lentamente, mi coñito se iba abriendo, el placer era riquísimo.
–Dámela toda, la siento tan rico puta, te voy a llenar de verga.
–Sí lléname, cógeme rico.
Sentía como mi coñito se abría cada vez más, su verga, estaba muy caliente, me gustaba. Yo me movía hacía atrás, tratando de que su verga entrara más.
Que rico aprietas puta.
¿Te gusta como aprieta mi coñito? Te gusta. Sí Nancy, que rico coges muy rico. Me encanta tu culito.
Nuestros movimientos era rápidos, la cama crujía, me encantaba el olor a sexo que llenaba el cuarto. Él comenzó a nalguearme, las nalgadas eran fuertes, me gustaba como me usaba, que me hiciera sentir una puta.
–Así cógeme duro, reviéntame con esa vergota. Así estuvimos un rato hasta que se vino.