Hola me llamo Carla y cuando tenía 18 empecé a ir a terapia con un psicólogo. Yo era un poquito rellenita, culo gordo y tetas grandes. Pelo largo hasta la cintura de color negro, piel muy blanca y ojos verdes. Roberto, mi psicólogo tendría como 40 años era muy alto y con bigote. Siempre estaba de traje. Después de aproximadamente 3 meses se sesiones una vez a la semana un viernes la charla se puso rara, empezamos a hablar de sexo y de mi cuerpo y me pidió que me tocara, me daba vergüenza hacerlo en frente de él y me dijo que era parte de la terapia, me empezó a leer un capítulo de un libro, una escena de sexo explícito y yo comencé a calentarme y a tocarme como él me había pedido. Yo tenía mis ojos cerrados y estaba disfrutando el momento, me había olvidado donde estaba cuando de repente siento su mano metiéndose entre mis pantalones. Abrí los ojos y ahí lo tenía, frente a mi tocandome la vagina. Me metió dos dedos, los tenía largos y suaves. Me saco el pantalón y la bombacha. Llevo su boca hasta mi concha y me empezó a chupar. Nunca me habían chupado, empecé a sentir muy muy rico. Me la chupo mucho rato y tuve mi primer orgasmo en su cara. Antes había tenido sexo un par de veces con chicos de mi edad que sólo les importaba el placer propio, Roberto me hizo conocer el placer. Después de eso fui al baño a limpiarme, me puse la ropa y me fui. Al siguiente viernes ya no se trataba de una terapia, al rato de entrar me agarró y me beso, recuerdo que cuando era más chica pensaba que besar a alguien con bigotes debía ser asqueroso y la verdad que no lo fue para nada, me encantó su beso, me abrazaba fuerte, me tocaba y apretaba toda, el culo me lo apretaba bien rico. Se sentó en su sillón y me hizo arrodillar para chuparle la pija, la tenía mediana pero bastante gorda, se desprendió la camisa y tenía el pecho bastante peludo. Luego de chuparsela un buen rato me puso sobre el sillón, en 4 escuché que se ponía un preservativo y de pronto sentí su pija entrando en mi concha, me cogió así hasta que se terminó la hora de la terapia. Me dijo que iba a empezar a ir 3 veces por semana, habló con mi papá y le dijo que necesitaba ir más días para que la terapia sea efectiva. Mi papá obvio accedió, literalmente le estaba pagando a Roberto para que me cogiera. Lo habíamos lunes, miércoles y viernes. Roberto me enseñó todo del sexo, me lo cogía en el sillón boca arriba, piernas al hombro, boca abajo, de costado, en 4, contra la pared, sobre el escritorio, en la silla, en el baño, en el piso. Hacíamos el 69. Me hizo la cola varias veces. Fui su amante por casi un año, hasta que conocí un chico, me puse de novia y deje de ver a Roberto.