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Categoría: Infidelidad

Llamada inesperada

Hace tiempo les conté mi aventura con una mujer divorciada de nombre Rosa, una mujer risueña, alegre y más que todo gozaba de mucha simpatía.

Salimos varias veces, pero jamás pensé en pedirla que fuera mi esposa, era mayor que yo y tenía a sus hijos por los que se preocupaba bastante; un día me dijo que ya teniamos buen tiempo saliendo y que sería bueno que yo conciera a sus hijos, un varon y mujer, para presentarme como su novio pues élla quería una relación estable y no solo sexo. La contesté que por el momento no estaba dispuesto que quizas más adelante; no le gustó mi reacción y se alejó sin mayores explicaciones, dejamos de vernos y cuando la llamaba me decía que andaba ocupada y no podía salir.

Pasó el tiempo, algunos años, conocí a mi esposa y nos vinimos a vivir acá en su bello país, pero cada año voy a mi querido e inigualable Perú y me quedo con mi familia unos 2 o 3 meses; conservo siempre el mismo número de movil de mi país desde que apareció la telefonía celular, en una de esas estadías en Trujillo, a los dos días que llegué me sorprendí que sonó el movil, porque después de tanto tiempo fuera y estando con la familia, no sabía quién llamaba, mi mujer llamaría a la casa; me retiré de la mesa para contestar y me sorprendí al escuchar la voz de Rosa, conversamos unos minutos y me dijo que el próximo sábado saldría a Cachicadán, un pueblo serrano que tiene aguas termales y que le gustaría que la acompañara, la dije que lo pensaría y la llamaría; llámame pero solo hasta las 5 de la tarde me replicó.

Pensé que sería bueno tomarse unos 3 días fuera de Trujillo acompañando a Rosa en su viaje de negocios,al siguiente día temprano volvió a llamar para preguntar si iba con élla; la dije que si,
-compraré los pasajes en La emp. Agrega para salir a las 9 de la noche, cuando llegues al terminal si me ves con alguién desconocido no me saludes, después te cuento lo que pasa- me dijo.

El día sábado por la mañana me volvió a llamar para recordarme que saliamos a las nueve de la noche, llegué al terminal faltando unos 5 minutos, Rosa estaba aún fuera del bus conversando con un hombre un poco mayor que élla de aspecto moreno, subí al bus y al encontrar los únicos dos asientos desocupados supuse que eran los nuestros y me senté en el de junto al pasillo, en unos instantes subió Rosa y se sentó a mi lado, estaba lozana, no había perdido su belleza a pesar de los años, me pareció un poco gordita pero genial.

- Buenas noches Señor que a sido de su vida- me dijo con su sonriza encantadora
- Como siempre pensando en tí y extrañandote- la contesté.

Soltó una carcajada en tono de incredulidad.

En el trayecto me fue contando que se había casado hace un año con el señor que la encontré antes de abordar el bus, que vivían en la casa de él pero que élla había dejado de quererlo, que era un tipo dominante, machista, que se preocupaba mucho por los hijos de su matrimonio anterior y que era muy celoso con élla.

Me dijo que me había llamado en varias oportunidades y que entraba a buzón, que quizo invitarme a su matrimonio pero que ahora quería separarse porque estaba segura que su esposo visitaba a su anterior mujer porque a veces llegaba a casa pasada la media noche.

-Si él me hace eso porque yo no puedo hacerle igual?, reflexionó.

Nuestra conversación estaba muy amena, contándonos de nuestras vidas después que dejamos de vernos varios años, cuando en eso paró el bus para bajar a merendar, eran como las 11 de la noche; después de comer subimos al bus, ya estabamos en la puna y hacía frío, sacó de su mochila una manta para cubrirnos, nos tapamos, nos abrazamos y se acercaron nuestros labios espontaneamente, abrí su chompa, luego su bluza, la abracé y solté su brazier, luego lo subí, quedaron a mi merced sus grandes tetas, empecé a chuparlas delicadamente, primero con la lengua solamente, después con los labios cambiando de pezones esporadicamente; élla,empezó a calentarse y a estremecerse,la acerqué a mi pecho y me aflojé la correa de los pantalones, comprendió lo que tenía que hacer, cogió mi pinga erecta y me empezó a masturbar suavemente, después de un rato se la llevó a su boca y empezó a chuparme delicadamente, yo acariciaba su espalda y cabeza con suaves masajes, tratando de empujar su cabeza hasta el fondo de mi pinga, cuando la sentía atragantada la soltaba para que se recupere, me chupó como media hora cuando la sentí cansada porque ya no succionaba solo la metía y sacaba de su boca; entonces la pedí, muy despacito, que me masturbara; me masturbó unos minutos y fuí poco a poco sintiendo un placer que me hacía estremecer, la cogí de su cabeza y la acerque a que chupara y tragara todo el semen que salía de mis testículos.

Se tragó toda la leche que pudo, luego sacó un pañuelo que tenía en el bolsillo, envolvió mi pinga y subió mis calzoncillos. Nos acomodamos en los asientos, me abrazó y la pregunté:

- ¿estuvo rico el postre?
me contestó con un beso en la boca con sabor a semen.

El resto del viaje les contaré en otro relato.
Datos del Relato
  • Autor: Hebab
  • Código: 24322
  • Fecha: 24-06-2011
  • Categoría: Infidelidad
  • Media: 3.41
  • Votos: 29
  • Envios: 0
  • Lecturas: 4879
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