Desayuno, almuerzo y sena... son las tres comidas habituales. A nadie le gusta comer lo mismo tres veces al dia... es decir en la variedad está el placer. Y esto fue lo que me sucedió a mis 19 años de edad. Recuerdo que había regresado de prestar el servicio militar y tuve que esperar 6 meses para empezar mis estudios universitarios, en ese entonces estaba hecho todo un rebelde y andaba de novio de una mamasita de mi edad, de ojos claros, cabellos dorados, baja de estatura y con una figura excepcional... sus piernas eran de ensueño, su nombre era Lizbeth... creo que ya les había hablado de ella en un relato anterior. Teníamos 8 meses de amores y ya sosteníamos relaciones sexuales, yo había sido su primer hombre y estabamos en esa etapa en la que con solo vernos queríamos arrancarnos la ropa y coger.
No les voy a mentir, en esa epoca bebía demasiado y tenía una aventura con alguien que en cierto momento me había ayudado a salir de cierta crisis familiar que no vale la pena detallar, ella era una mujer mayor, de 30 años, ya tenía un niño y era separada, ella era esteticista y especialista en dar masajes de todo tipo, bueno por lo menos a mi me los daba todos, su nombre era Zaida y había rentado un apartamento en un barrio vecino, en mi casa no podían ni oirla mencionar porque se formaba una batalla campal y todo eso que ocurre en los hogares por querer manipular las personas que se acercan a sus miembros mas jovenes... en verdad, yo había terminado con ella, pero ella de vez en cuando me invitaba a cenar, me ofrecía un masaje y siempre terminabamos cogiendo en su apartamento... ella sabía que ya tenía novia, igual no le importaba y seguía buscandome de manera cautelosa.
Ese día, recuerdo que había regresado de clases y estaba tomando una siesta en casa a eso de las 3 de la tarde y sonó mi telefono, al tomarlo reconocí la voz... era Edna, de ella no les he contado nada, ella había sido mi primer amor y terminamos tragicamente cuando yo estaba lejos en a armada, en fin ella ya tenía novio por lo que había escuchado comentar en mi casa y que pués no era tampoco bienvenida porque me había hecho sufrir y no sé que cosas más... en definitiva nadie sabía lo que en realidad había pasado. Más que novios Edna y yo habíamos sostenido un estrecho lazo de amistad y me había hablado ese día para encontrarnos y charlar un poco ya que se sentía triste, sola y desorientada por algo que le había ocurrido y que sólo se animaría a decirmelo personalmente.
-Quiero verte, nene. Pero debe ser en un lugar bien privado porque no quiero que nadie nos vea juntos.
Después de tanto divagar concluimos que lo mejor sería que nos encontraramos en un punto clave donde pudieramos tomar un taxi inmediatamente y quedarnos en un motel para charlar sin temor a ser vistos. En esos momentos no había analizado lo peligroso de la situación y es que no se me ocurrió nada más y ella sonaba desesperada. Salí de casa y me encontré con ella, beso en la mejilla y tomamos un taxi de una, ya en la habitación del motel. Me contó que había terminado su relación con quién solía salir y que era una persona mucho mayor que ella, que se sentía sola y desorientada.
-Después de todo lo que pasó entre nosotros tú que piensas de mi, todavía me aprecias, nene?
Estabamos arrecostados en la cama y no vacilé en acariciar su mejilla y decirle que siempre iba a recordarla por los buenos momentos y que estaba muy linda. Me acerqué y le di un ligero beso en los labios, ella correspondió e introdujo su lengua profundamente en mi boca mostrando excitación. Nos acariciamos tiernamente y me levanté de la cama. Apagué las luces y encendí la tele... inmediatamente la habitación quedó con una luz tenue que permitía ver todo pero con un toque sensual y misterioso. Mientras yo hacía esto ella se quitó sus jeans y vi que llevaba una tanguita de algodón y pequeños encajes, me quité la ropa y me acerqué. Ella de rodillas en la cama y yo de pie. Sentía que ella besaba mi pecho y acariciaba mi espalda. Le quité su blusa y ella se dejó caer quitandose inmediatamente su tanguita. Pasé mi lengua por su entrepierna hasta llegar a su chuchita. Estaba humeda y calientita.
-Mete tu lengua, papi! Asi, asi...
Introducía toda mi lengua en su rajita y acariciaba sus senos firmes como rocas con mis manos. Subí y la besaba. Ella recogía el sabor de su jugos de mi boca y con su mano me masturbaba.
-Como tienes de dura esta picha doblada rica... como me hizo falta... ven acá, bebé...
Le pasaba la lengua desde las pelotas y se comía mi verga como si fuera una paleta de chocolate. Lo chupaba rico. Ya no la podía tener mas dura y me incliné para alcanzar su rajita, me posicioné en un 69 espectacular y nos quedamos así un rato. Me coloqué sobre ella y la ensarté de un solo empujón, ella gimió de placer y se movía al ritmo de mis arremetidas. Sentía su fuego interno en mi tranca y un excitante sonido de chapoteo con sus jugos, estaba muy excitada y lubricaba a chorros. Se contorsionaba mostrandome sus orgasmos. La tomé en peso y la puse sobre mi, me cabalgaba como toda una experta y se clavaba toda mi verga, sentía como apretaba mi palo con su rajita. Tuvo un orgasmo bien fuerte y se hizo a un lado casi sin aliento, diciendome:
-Nene, tu fuiste el primero por delante y quiero que seas el primero por detrás, metemela por ahi, ven...
No sabía que decir, así es que no dije nada... la coloqué a medio lado y lubricando su agujerito con sus jugos vaginales y con mi verga bien erecta se la introduje poquito a poco hasta el fondo, primero sin hacer movimientos bruscos, la acomodé en posición de misionero sin sacarselo del culo y empecé a cogerla rico. Asi ella sentía el roce de mi pubis en su rajita y se estimulaba el doble, hacía gestos de dolor y luego fue cambiando a gemidos placenteros. Tenía eso muy caliente y apretadito que no pude contener mi eyaculación por mucho tiempo y le inunde es culito de leche. Tomamos una ducha juntos y nos fuimos en un taxi, este iba a dejarme cerca de casa y la iba a llevar luego a ella.
Justo al bajarme del auto y caminar hasta mi casa me encontré con Lizbeth.
-Hola, papi...
Me abrazó y me dió un beso bien rico. Observé que llevaba una mini falda de esas estilo colegiala y una blusita sin mangas, llevaba el cabello humedo, muetra de haber tomado una ducha reciente y un brillo en los ojos que delataba sus firmes intenciones de cogerme. Me tomó de la mano y nos fuimos hasta mi casa. En esa epoca mis padres no me permitían hacer de las mías en casa asi es que creí poder salvarme, pero no estaban asi es que subimos a mi habitación y ella se veía muy entusiasmada.
-Ay, papi... me la he pasado todo el día con ganas.
Luego de esas palabras, no podía hacer nada más, mi verga ya había reaccionado. Ya que ella mostraba sus espectaculares piernas y su tanguita se veía insinuando su chochito caliente y divino, debo confesarles que ese chochito de Lizbeth es uno de los mas lindos que me he cogido, cubierto de un ligera capa de cabellos dorados y rozadito... Ella en ese entonces era un poco mas timida ya en el acto asi es que ella me insinuaba, pero no se atrevía a hacerme cosas de una... así es que le desnudé la parte superior, dejando ver sus senos redonditos y sus pezones rozaditos y le quité su tanguita. Yo estaba completamente desnudo ya y lamía sus pechos. Estaban ricos y ella se mostraba excitada de sobremanera. Ella se puso a cuatro patas. Le encantaba que me la cogiera así. Le enterré mi tranca en su chuchita rica y luego de unas ricas arremetidas se dejó caer sin permitir que mi mondá se le saliera y quedó acostada boca abajo sobre la cama conmigo encima. Le pasé mi mano por debajo para alcanzar su clitoris y así la seguí cogiendo. En eso apretó sus nalgas y alcanzó mis labios para besarme rico.
-Como me comes de rico, papi!!!
La volteé y volví a meter mi tranca hasta el fondo. Ella abrió sus piernas al maximo y me dejaba penetarla con todas mis fuerzas.
-Ay, asi papi, que rico, asi, asi...
Su calentura me volvía loco y no pude evitar arder junto con ella. Sentía que su chuchita succionaba mi tranca.
-Dame tu lechita, papi... tu lechita rica...
La abracé fuertemente y eyaculé a chorros dentro de ella, ella me agarraba de las nalgas y me halaba hacía ella para que la siguiera clavando. Ahi nos quedamos un rato hasta que sentimos que alguien llegaba, nos repusimos y bajamos a la sala. Me dijo que debía estudiar algo para mañana y le acompañé hasta su casa. Ella vivía cerca asi es que no demoré nada. Estaba hambriento y noté que no me dejaron nada para cenar asi es que me fui en bicicleta al barrio vecino al lugar de venta de comida rápida al cual me invitaba a cada rato Zaida, a todas estas y quedaba a solo una cuadra de su casa.
Al llegar me encontré con ella ahí que acababa de llegar de trabajar y se disponía a comer igual que yo. Charlamos un rato y comimos juntos. Todo por cuenta de ella... qué más vida... me platicó que había comprado un stereo y que no entendía algo de las instrucciones ya que estaban en inglés y me convenció de ir a su apartamento a ayudarla. En verdad estaba un poco cansado y con la barriga llena y le dije que no me demoraría ahí ya que debía madrugar para clases. Logré poner a andar su stereo, mientrás ella tomaba una ducha y puse música suave y me dejé caer sobre su cama, el cansancio me venció y me quedé dormido. No me di cuenta en que momento me quitaron la ropa, el hecho es que me desperté al sentir una sensación bien rica y relajante. Era Zaida que me tenía como quería y completamente desnuda me estaba propinando tremenda mamada. Tenía una fijación oral evidentemente y lo chupaba muy rico. Mi verga, por supuesto había reaccionado antes que yo y la tenía bien erecta. Yo no hacía nada, sino disfrutar. Se puso sobre mi y se masturbaba usando la cabeza de mi verga para rozarla por su raja. Luego se la introdujo por completo y me cabalgaba bien delicioso. Lo hacía con fuerza, hasta que explotó en un orgasmo multiple. Se dejó caer sobre mi y luego se acostó a mi lado. El cansanció me volvió a vencer y ya en la madrugada volví a sentirla chupando me garrote. Ya había tomado un descanso, por lo tanto llevé mi mano a su rajita y la noté empapada. Zaida era calientisima. Me fui tras ella y la clavé... le daba como un condenado y ella se echaba para atrás para dejarla entrar toda.
-Que rico, que ricooo...
-La leche nena, la leche...
Estaba a punto de eyacular, en eso ella se sacó mi verga de golpe y vacié toda mi leche sobre sus pechos, ella me masturbaba y luego me dió una mamada para recoger hasta la ultima gota de mi semen. Eran como las tres de la madrugada. Asi es que tomé mi bicicleta y me fui hasta mi casa para seguir durmiendo. Luego de ese día tuve que organizarme mejor para que no se cruzaran todas el mismo dia ya que el que mucho abarca poco aprieta y no quería pasar por mal polvo ante ninguna de ellas, les seguiría contando, pero ya será en la proxima. Ahi nos leemos. Bye.
P.D. Agradezco sus votos, sus comentarios y sus mails. Gracias
Esta es el mejor relato que he leido, sigue así, eres lo máximo, soy tu fan número uno!