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Categoría: Confesiones

La muchacha

Riiiinnngggg!!! Sonó el timbre aquella mañana, al otro día de que mis padres hicieran la solicitud de una limpiadora para la casa.



-"Debe ser la muchacha, temprano se comunicó conmigo...!" -Exclamó mamá comentándole a mi padre, que leía el diario matinal, mientras mamá ya acudía a atender la puerta.



Yo, imaginándome ya una señora mayor como nueva empleada limpiando toda la casa, seguí en mi atención ahí en la compu.



La voz de mamá saludándola, y la respuesta que escuché en un timbre de voz totalmente jóven y de sonoridad tremendamente impactante, al instante me hizo dejar mi atención a lo que estaba atendiendo en el monitor, y, como accionado por un instinto de curiosidad dominante, salí corriendo hasta mi cuarto para, ubicándome escondido tras la persiana, observar a la dueña de aquella voz que era, precisamente... la muchacha que mamá había contratado.



No podía creer yo, aquéllo que estaba viendo..! Era, una inmensa muchacha de unos veinte años, dueña de una exuberancia y belleza tal, que parecía como una de esas soberanas diosas del amor , vestida con una falda corta que mostraba sus gordas y anchas piernazas despampanantes y por demás sensuales, acompañada de una general belleza por donde se la mirara. Tetona... cuerpuda, alta, y con una simpatía y desenvoltura al hablar, que la mostraba como una muchacha completamente segura y seductora.



Mamá hablaba con ella como si se conocieran de mucho tiempo, pero era producto ello, de aquella enorme capacidad comunicativa y confianza que aquella muchacha transmitía.



Rápidamente mamá la hizo pasar, y ya, comenzó a enseñarle, toda la casa.



Cuando me presentó a ella, yo… disimulaba mi despampanante erección, ocultándola con un trapo que ya había agarrado a esos efectos.



Norka -que así se llamaba ella-, me saludó dibujando en su hermoso rostro una simpática morisqueta que ya, me dejó como anonadado mirándola con una expresión que perspicáz, supo ella captar. Sonrió...con disimulo pero anunciándome ya, que me había capturado en el pensamiento.



Debí decir al comienzo, que mi edad entonces, era de 19 años. Modestia aparte, pero mi atractivo varonil, siempre fue motivo de admiración, entre cuanta fémina me veía. Además, dotado de una exagerada genitalidad, la cual era cosa naturalmente intuída por las mujeres que para éso… se pintaron siempre solas.



En mi mente al instante, comenzó a funcionar ese pensamiento hacia aquella muchacha, que resumiéndolo en una frase, sería algo así como un..."Pero cómo voy a cogerte, pedazo de tremenda yeeeeguaaaa!!!"



Norka, comenzando ya su labor y desempeñándose con una soltura impecable, iba y venía por toda la casa, como si allí hubiese nacido.



Su simpatía y naturalidad era cosa desbordante, y, conmigo, rápidamente comenzó en un clima de afinidad amistosa, donde comenzamos a bromear y reírnos, como grandes amigos de toda la vida. Y en un desparpajo que sin dudarlo ni ella ni yo, comenzamos a derivarlo hacia cualquier zafaduría repleta de procacidades totales sin hacerlo -obvio-, delante de mis padres.



-"Pero cómo me gustaría rellenarte de pija, preciosa divina!!!" -Le decía yo sin anestesias, a lo que ella se largaba las carcajadas.



Pronto, y aumentando cada vez más sus osadías, también ella, comenzó a decirme las más excitantes cosas:



-Cuando te tenga en mis manos...vas a conocer la locura en vivo y en directo!!!"



Mis padres, siempre presente en absolutamente todas partes ahí en la casa, nos hacían imposible el poder revolcarnos como desaforadamente lo deseábamos.



Norka, torturándome de manera atróz, hacía todo lo posible para hacer poses y mostrarme sus piernazas o su culo o sus tetazas o todo lo que pudiera hacer, para ir poniéndome cada vez más, como a una fragua.



Yo...hervía en una desesperante calentura cada día mayor. Mamá la acompañaba llevándola cada día hasta su casa en el auto, haciendo un trabajo sutilmente cancerbero adivinando mis intenciones, y adivinando también, la receptividad de Norka hacia mí.



Pero aquella tarde...todos los astros del cielo, se confabularon para alinearse en nuestro favor: No pude creer yo, mientras me bañaba enjabonado y bajo la ducha, aquellas palabras de mis padres al otro lado de la puerta del baño así diciéndome:



-"¡Hijo... sorpresivamente nos surgió la necesidad de hacer un viaje al exterior, y no debemos demorarnos ni un segundo pues de casualidad conseguimos vuelo para dentro de media hora, y ya estamos partiendo... cuídate y pórtate bien, querido, que en pocos días estaremos de regreso! ¡Hasta dentro de unos días, cariño!!!"



Los saludé gritándoles cariñosamente desde la ducha, y los escuchaba alejarse mientras hablaban con Norka que se despedía de ellos saludándolos con su característica simpatía. El sonido del auto partiendo, sonó como música de ángeles en mis oídos... y, enseguida... ¡la carcajada de Norka!!!



Norka, que estaba lavando los pisos y ahí a la salida del baño precisamente lo tenía todo mojado y espumoso en detergente, al salir yo desaforadamente para atraparla y cogerla, mientras le gritaba ya antes de salir que la iba a agarrar para llenarla de pija, y ella se largaba las carcajadas. Cuando salí y ella comenzó a "disparar" a las carcajadas, en mis primeros pasos fuera del baño, completamente desnudo y descalzo, resbalo en el piso mojado y enjabonado, patinando de manera tal que voy a dar con mis dos piernas hacia adelante quedando insólitamente con mis piernas aprisionadas debajo del espacio que hay entre la reja del pasillo que daba a la escalera hacia el piso de abajo, así atrapado de espaldas al piso, y sin poder salir con facilidad de esa insólita prisión, lo que de inmediato Norka aprovechó para venir corriendo a las carcajadas y montándose rápidamente sobre mis brazos extendidos hacia atrás en ésa mi posición, me atrapó de la manera más absoluta, dejándome por completo capturado por ella ahí largándose las más estridentes carcajadas triunfales, conmigo en sus manos... y completamente desnudo!



Mi verga estaba hecha una imponente estaca dura y gruesa y alocadamente dura, y mis huevos parecían casi unos meloncitos de tan excitado y cargados de leche. Norka... largaba las carcajadas más estridentes que jamás había yo escuchado.



Su cara era la muestra de la más sádica felicidad dominante, y me dibujaba las morisquetas más lujuriosamente expresivas anunciándome ya...lo que ahí me esperaba.



Debo decir que mi cuerpo, fue siempre, algo así como un nido de las más atroces cosquillas. Cualquier toquecito, roce o hasta la insinuación de algo que pudiera resultarme cosquilloso, puede llegar a producir en mí... desesperaciones enloquecedoras.



Desesperado y a los gritos, risas y hasta llantos, comencé a implorarle… que no me hiciera cosquillas.



Norka estallaba en carcajadas y alzaba sus brazos y aplaudía eufórica, mientras mil morisquetas me dirigía acercando su cara a la mía, y sacándome la lengua y mirando con unas miradas asquerosamente procaces... mis huevos y mi verga escandalosamente empinada. Riéndose como una diabla, hasta comenzó a babearse de la felicidad, cayendo sus babas sobre mis huevos y mi verga... mi pecho y mi cara... Mientras... mostrándome sus diez dedos ahí prontos a cosquillearme, me enloquecía preparándome para esa atróz tortura que en momentos más... comenzaría.



-"Nooooo, noooo Norka, nooo, por favoooor Norka nooooo!!!" Gritaba yo poseído en una desesperación creciente. Las inmensas y gruesísimas piernazas fuertes de Norka me tenían prensado inmovilizándome los brazos, y todo mi cuerpo completamente desnudo, con mis dos piernas aprisionadas debajo del hierro inferior de la reja, me hacía patalear con mis piernas al aire ahí hacia abajo, sacudiéndolas enloquecido y en una situación que más aún me mostraba ridículamente atrapado, para mayor gozo y festejo de Norka que no paraba de largarse las más sonoras carcajadas.



Cuando las yemas de los diez dedos de Norka comenzarona deslizarse sutilmente cosquilleantes por mi completa desnudéz... creí entrar en un escalofriante infierno de cosquillas endemoniadamente enloquecedoras.



Mi indefensión, era absoluta. Norka era el cepo femenino donde estaba yo sometido a su tortura, y sólo había para mí una posibilidad:



AGUANTAR! Y Norka... precisamente así me lo dijo:



-"¡Aguantá... bichito!!!" reía y las babas se le caían sobre mi cuerpo, mientras sus diez dedos me cosquilleaban torturantes. Y acomodándose de manera tal que apresó mis dos brazos con una sola pierna...comenzó a humillarme...colocando sobre mi cara su pié descalzo sacándose la sandalia que lo calzaba, para hacerme oler su planta olorosamente sudada. Y la tortura ahora, era no sólo de cosquillas, sino de sentir en mi cara... su pié humillándome. Un raro placer fetichista… comenzaba a nacer en mí. Norka, sabiéndolo, soltaba las carcajadas.



Cuando las cosquillas llegaron a mis huevos y toda mi verga empinada, creí sentirme abrazado por una locura que me tomaba entero... entero enterito..! La planta sudada de Norka estaba apoyada en mi cara, y yo respiraba su olor a pié y las avalanchas orgásmicas ya comenzaban a poseerme lujuriosamente.



Norka atrapó mi verga con una mano comenzando una masturbación implacable mientras con la otra cosquilleaba mis huevos, y en medio de sus carcajadas y mis alocados alaridos y gritos de locura... mi descarga de sémen saltando por mi verga, era como un interminable géiser de blanquísima crema que Norka me hacía saltar pajiándome sin lástima ninguna, haciéndome acabar en una acabada contínua que largaba yo un continuo chijetazo cremoso que iba a dar allá abajo luego de hacer por el aire una comba en esa parábola seminífera saltándome verga afuera.



Mis gritos, gemidos, alaridos y suspiros, se entremezclaban con aquellas risotadas de Norka.



Sin que ella me lo ordenase... mi lengua comenzó a lamer su planta sudada...La expresión de placer de esa muchacha... fue total.



Luego de ese inmediato orgasmo y ésa mi acabada bestial, sucedió esa pausa en mi excitación, que creí... iría a ser acompañada por una inmediata "piedad" en ella, que entonces -pansé yo-, iría a dejarme libre.



¡Que equivocado estaba!!!



Norka, con una risita por demás cochina... tenía otros planes.



Continuó así apresándome debajo de ella, y esperó a que mi naturaleza, otra vez volviese a mi estado de excitación imponente. Yo, sintiendo ya lo que podría venir, me desesperaba suplicándole piedad. Sus respuestas: risas, carcajadas, y morisquetas.



Una y otra vez aquéllo se repetía, y poseído me iba dejando, en una rara y desconcertante sensación de loco placer masoquista, disfrutando en aquella cosa, donde era su objeto, juguete y esclavo... insipiente.



Para completar la dominación quitó de su delantal el cinturón que rodeaba su hermosa cintura, y, con él...amarró mis manos a mis espaldas!



Ahora, me tenía también... maniatado!



Entonces... ¡comenzó a follarme! Acomodó mejor mi cuerpo sin sacarlo todavía de debajo de la reja mis piernas, y acomodándose sobre mí, comenzó a cabalgarme follándome a las risas. Yo... gozaba. Sí: ¡gozaba!



Sus inmensas tetazas se bamboleaban viéndolas yo en ese cabalgar follante donde así me tenía, y aquéllo, iba como sumergiéndome en una avasallante caravana de sentires donde iba entregándome como "domado" a ella.



Ya demasiado explícita ésa mi manera de sentir, Norka... decidió, -ahora sí-... "liberarme". Liberarme, cuando, en realidad... me había atrapado...ya por completo.



Comenzó entonces a hacerme llevarla montada sobre mis hombros haciéndome así andar con ella completamente desnudo y por toda la casa paseándola, y era como la muestra ésa, de haber quedado yo "domado" por ella.



De ahí en más... le pertenecí por completo.



Hoy... soy su esposo, y ella... "mi dueña". Mis padres supieron aceptarla, pues mi felicidad siempre fue para ellos, cosa que para mí quisieron. Además, Norka siempre supo tener esa cosa, de saber imponerse con avasallante manera.



Vaya si supe yo saberlo!!!


Datos del Relato
  • Categoría: Confesiones
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