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Categoría: Confesiones

La inquilina de mi padre

La conocí en uno de los peores días de mi vida, el funeral de mi madre; debo confesar que a pesar de la tristeza que tuve esa noche, no quite mi mirada de ella, delgada, cuerpo armonioso, piel canela, pelo rizado, ojos delineados, se llama Jessica, vivia hace unos meses en casa de mi padre junto a su marido y dos niños, ella tiene 24 años yo 31. 



Luego de los actos funebres, en la tarde después del sepelio; fui a casa de mi padre para acompañarnos en la perdida, al revisar mi teléfono ví una solicitud de amistad y vaya sorpresa, era ella; de inmediato la acepte y empezamos a chatear, Las conversaciones inicialmente eran de cómo estaba de ánimo y no dejaba de darme consuelo.



Días despues empezamos a cambiar de temas un poco más amables. Fuimos a cine un sábado, yo salía de la oficina y ella me esperaba en el Cine, vestida con una minifalda de jean, blusa corta de tiras, sandalias bajas estilo gladiador, cabello recogido, bella, despampanante.



Nos hicimos en la última silla y no paramos de besarnos de una manera orgásmica, en el ambiente se sentían las féromonas y ese deseo incontrolable por devorarnos el uno al otro. Tocaba sus tetas son duras, medianas pero duras, besaba su cuello delgado y delicioso con la intención de no dejar marcas ni moretones, ella me controlaba pero a la vez me soltaba las riendas y me descontrolaba, puse su mano sobre mi verga por encima de mi jean y la apretaba duro de extremo a extremo, meti mi mano por debajo de su falda abriendo camino entre sus piernas cerradas pero con un beso de lengua ella empezó a abrirlas de par en par, con la maniobra de mis dedos pude hacer a un lado su tanga y meter dos dedos en su vagina, estaba mojada, húmeda; deseaba penetrarla pero no era el lugar.



Decidimos salir durante la función, rumbo a mi apartamento, aprovechando que mi esposa estaba donde una tía y quedé en ir a recogerla, osea que teníamos tiempo de sobra; ella me seduce aun mas al mirarme y morder sus labios con esa sonrisa picara, de cómplice.



No demoramos en cerrar la puerta para que el descontrol y el deseo de comernos vivos empezó, la apreté contra la pared y sujeté sus brazos a la altura de sus hombros mientras con mi pelvis le hacía sentir lo duro de mi verga y ella igual me hace sentir su caliente concha, al agarrarla de sus nalgas con mis dos manos, elevó sus pies del suelo y se sujetó a mi, bajó la cremallera de mi jean y le dió libertad a mi instrumento, mientras ella hizo eso yo quité su blusa y su brasier, wow, que tetas tan ricas se ven y mucho mejor saben sus pezones y senos erizados, mordí sus pezones y sentí que a ella le gustaba.



Aun yo de píe, Jessica se arrodilló y empezó a chupar mi verga, le tocó abrir mucho la boca, su pequeña y sensual boca es deliciosa, al sacar su lengua y hace como una serpiente en toda la cabeza de mi verga, eso es demasiado ardiente pero mas aun porque mientras me chupaba la verga no dejaba de mirarme con sus ojos delineados, con ella estaba cumpliendo la fantasía de estar con una flaca, y vaya flaca!



Agarré su cabello y penetré su boca una y otra vez, embestí de una manera salvaje su cavidad bucal, la saliva y mi leche rebosaban, ella se ahoga y me golpea la pelvis, debe ser que se siente ahogada, yo no me detengo fueron mas o menos 4 o 5 minutos, simplemente me gusta; en un acto de compasión le doy descanso; !ella se ríe!, pensé que se iba a enojar, pero me responde con una sonrisa mientras con sus dedos se limpia los labios y regresa la saliva y mi fluido a su boca.



Apenas empezamos y el sudor es el principal acompañante, me desnudo del todo y ella solo queda con su pequeña falda y sus sandalias, en el apartamento tengo una colchoneta o un lecho de espuma que utilizo para hacer ejercicio, lo extiendo en la sala y la invito a ella para que sigamos con nuestro rico acto.



La acuesto boca a arriba y abro sus piernas, quiero probar ese rico chocho, depilado y húmedo; mi lengua hace su labor y me ayudo con dos dedos, ella se retuerce y sus pies me envuelven tras mi espalda, ella quiere someterme y apretarme hacia adentro de su coño, agarra mi cabello con sus dos manos y me mueve como si fuera una extremidad más de ella, aun mi nariz hace la tarea de estimular su clítoris; el sudor se mezcla con su fluido y mi saliva; es hora de penetrarla.



me pongo de rodillas y ella aun con sus piernas abiertas y apoyada en sus codos, me indica que es hora de sentirlo; mi verga esta muy dura, demasiado; al meter mi verga en su coño empiezo a embestirla de una manera incontrolable, lo hago fuerte, muy fuerte, apoyo mi pie en un mueble para lograr mejor presión y lo logro; ella gime y me sujeta fuerte; recuerdo haberle dicho que tuviera cuidado de no marcarme con sus uñas.



Fue una penetración perfecta, agarré sus nalgas con una mano y la otra la uso de apoyo, la sacudo muy fuerte y constante; ella es delgada y es muy fácil sujetarla, luego la pongo en cuatro, pongo mis manos alrededor de su delgada cintura y empiezo a meterlo muy fuerte, muevo mi verga en movimiento circular como atornillando su concha. Seguidamente con mi mano derecha tomo su cabello y lo envuelvo en mi brazo, hago que me mire a los ojos mientras la sujeto, ella saca su lengua pidiendo la mia, no dudo en hacerlo, se siente rico su lengua mientras la penetro y agarro su cabello.



Luego ella, dice que se quiere hacer encima de mi, me acuesto hacia atrás, mi verga esta muy dura y la sangre bombea con fuerza en la punta; ella sube un poco màs su minifalda y la pone bajo sus tetas; se sienta sobre mí y empieza a moverse suave, en forma circular; despacio, despacio mientras me mira y se toca las tetas y se chupa la mano izquierda y envía su cabello a su boca. Ella empieza a moverse rápido en forma gradual, rápido, más rápido; lo hace muy rico, se acelera aun más mientras hace cara de placer y dolor, gime bastante.



Fueron varios minutos, de repente su vagina se contrae y ella apreta, tiene un orgasmo largo, aun así quiere seguir y seguir; yo estoy que me vengo ella quiere recibirlo en su culo; seguidamente se lo acomoda y sentada sobre mi se mete mi verga mojada en su ano, vaya, entró sin problemas, se siente ajustado, bastante; ella cambia de postura y sentada sobre mi pero de espalda; puedo ver su columna encorvada y mi verga entrando y saliendo de su culito; agarro su cintura y la muevo fuerte porque quiero que sienta todo el calibre de mi verga; además quiero terminar; aprovecho para pegarle en sus nalgas sudadas; y eso hace que ella aun se excite más.



Mi verga empieza a bombear semen en cantidad, wow; ella a pesar que lo siente sigue y sigue moviéndose sin control; yo apreto la base de mi verga para que permanezca dura, puedo ver de nuevo su risa picara y su mirada alegre.



Terminamos bañados en sudor, rendidos pero satisfechos.



De esa manera estuve con Jessica, la flaca que tanto desee; volvimos a estar varias veces, en ocasiones nos escribimos y agendamos encuentros como este.


Datos del Relato
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