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Categoría: Incestos

La borrachera inolvidable

Hace como 7 meses fuimos invitados a una fiesta entre familiares, fuimos mis padres, mi hermana y yo, todos los adultos tomaban y bailaban. Mi mama siempre ha sido ingenua y muy decente, ella no viste provocativamente, solo que en sus pantalones no puede ocultar su culo que se ve rico, además de que la mayor parte de las blusas tiene escote.

Ya eran como las 2 de la mañana y casi todos dormían, unos en la sala otros en los cuartos, todos amontonados, mi padre ya dormía en la mesa y mi hermana en un cuarto, solo quedaron mi mama y mi tía (su hermana). Ellas seguían tomando, pero ya se veían bien tomadas; salían a bailar al centro del patio y ya no se podían sostener.

Yo me acerqué a mi mama y le dije que ya dejara de tomar, ella me hablaba, pero no se le entendía al igual que a mi tía, yo desde mi lugar las admiraba a las dos; cuando mama empezó a querer vomitar, la tomé de la cintura y la llevé al fondo del patio para que vomitara.

Al estar ella vomitando, me paré detrás de ella y mi verga sintió sus nalgas, un poco nervioso la abracé por detrás pegándole mi verga, que, a pesar de traer yo puesto mi pantalón, se notaba mi erección; sentía como en cada empujón que le daba a mi mama por detrás, mi verga se metía en sus nalgas, yo estaba súper excitado.

En eso mi tía llamaba a mi mama y como pude, dejé a mi mama sentada en una bardita y fui por mi tía; que déjenme les digo, que ella al igual que mama, tiene un gran culo y traía puesto un pantalón estilo vaquero muy ajustado y su culo se veía súper bien. La llevé con mama como pude y ella también vomitó. Era la gloria también pegarle mi verga a su culo, al igual que mama, mi tía ya no podía estar de pie, así que la senté a un lado de mama.

Ahí estaban las dos sentadas, una recargada de la otra, mi verga estaba que derramaba flujos, entonces decidí atreverme a acariciarle el culo a las dos. Me puse detrás de ellas y agachado les acariciaba sus culos, ninguna de las dos hacia nada, mi madre se reía solo y mi tía seguía meciéndose por la música. Me levanté y fui por una mesa, la coloqué cerca de ellas y levanté a mi mama como pude y la recosté boca abajo en la mesa.

Su culo se veía increíble, me aseguré de que nadie interrumpiera, comencé a sobar aquel delicioso trasero, le desabroche su pantalón y se lo baje hasta sus rodillas uff, traía puesto un calzón grande blanco que dejaba ver una figura de su vagina, también se lo bajé y sin miramientos le empecé a restregar mi dura verga y poco a poco fui metiéndola y empecé a dar lentas pero salvajes embestidas. Mama pujaba y pujaba, así estuve unos 30 minutos cogiéndola, sus nalgas aun firmes y grandes eran golpeadas por mis huevos.

Paré antes de que me viniera y fui por mi tía, al igual que mama, la llevé a la mesa, la recosté boca abajo, le bajé su vaquero y miré su tanguita que traía puesta, era de color rojo y estaba muy ajustada, se la hice a un lado y empecé a cogerla; wooooow tenía dos culos ahí cogiéndolos, ni en sueños me pasaría algo así. Yo estaba un rato con mama y otro rato con mi tía; pero llegó a mi cabeza hacer algo que sabía era mi única oportunidad.

Dejé de cogerlas y fue a mi mama la primera en meterle la verga por su ano; se la fui metiendo hasta que entro toda, mama ya pujaba más y más, sentía como apretaba el ano como queriendo expulsar mi verga, movía su culo hacia mí. Volví a parar y ahora fue a mi tía a quien le metí mi verga y también me la cogí por su ano; mi tía daba fuertes gemidos, mientras cogía por el culo a una, a la otra le metía dos dedos en su culo. Después de aguantar tanto para no venirme, luego finalmente le saqué la verga al culo de mama y como las dos estaban una al lado de la otra, vacié mi leche en las nalgas de las dos.

Ya que terminé, me subí mi pantalón y en las nalgas de las dos le batí la leche que les aventé quedando sus nalgas ligosas de mi leche. Vestí a las dos y casi cargándolas, las llevé a la sala una por una. Me fui a lavar, cargué como pude a mama hasta el cuarto donde estaba mi hermana y la dejé en la cama; luego bajé a por mi tía, como ya no había más habitaciones, junté dos sillones y puse una sábana encima, recosté a mi tía y me recosté a su lado, la besé y me dormí.

Cuando me desperté, noté que mi tía y los demás ya se habían levantado, todo seguía normal, ninguna de las dos parecía haber notado lo que había hecho. A partir de entonces en cuanto hay fiestas trato de que se emborrachen las dos y terminar en un rico polvo los tres.

Datos del Relato
  • Categoría: Incestos
  • Media: 7
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