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Diosas y bichitos

Sí: aquel grupo donde en cantidades se repartían idéntico número de mujeres como de varones, diez y diez, había adoptado aquel insólito carácter de ser un grupo donde ellas, habían logrado transformarlos en resignados seres sometidos a ellas de manera hasta risible, ridícula, humillante para todos ellos varones así resignados ante la avasallante superioridad de sus compañeras.

Ellas, además, eran todas, las diez, exuberantísimas muchachas dueñas de los más esculturales cuerpos mientras ellos, aunque hermosos sí, y dueños de una masculina virilidad indiscutible, ante aquellas inmensas moles femeninas... nada podían y hasta en el contacto físico que a veces tenían en esos ocasionales juegos de manos, ellas siempre los avasallaban de las más humillantes maneras, haciendo que ellos se entregasen resignadamente a aceptar tal superioridad, para no quedar aún más en ridículo ante ellas.

Así pues, en esa asumida relación, mujeres y varones convivían muy amistosamente, pero en la aceptada relación, donde ellas...eran las dueñas absolutas de todos ellos.

Continuamente durante todo el año, aquellas muchachas solían gastarles bromas gruesamente humillantes que ellos aceptaban hasta con resignación y risas, amoldándose a aquéllas sus implacables compañeras que los bardeaban sin lástimas ni escrúpulos.

No pocas veces las docentes -mujeres todas en aquella estudiantil institución-, debían observarlas como forma de contener al menos algo, aquella tan inmensa superioridad que harto evidente resultaba. Las muchachas... reían.

Al terminar el año, aquellos resultados mostraban unas diferencias abismalmente grotescas entre lo logrado por aquellas inteligentísimas y avasallantes muchachas, y las magras actuaciones de aquellos chicos que a duras penas, si habían podido salvar el ciclo.

Ellas, no podían ser entonces en aquella bulla de la alegría final, más crueles y sornásticas con sus pobres compañeritos. Jugando ya en esa acostumbrada cosa de bardearlos y hacerlos constantemente sufrir sus mofas, ahora... exacerbaban las mismas, mientras ellos, resignados y hasta excitadamente enamorados de ellas... reían con esa risa que evidenciaba la calenturienta eroticidad de sentirse cautivados por aquellas hermosísimas amigotas tan avasallantemente a ellos superiores. Ellas, obviamente notándolo, dulcificaban con femeninas ternuras sus mofas, acariciándolos y besándolos. Ellos... más todavía, cautivos en aquel amor, hacia ellas quedaban.

Entonces, es cuando surge en la imaginación de aquellas muchachas, aquella idea de hacer "aquello", que coronaría como frutita sobre el pastel, aquella grotesca dominación que sobre ellos ellas tenían.

Irían a hacer un paseo de campamento al bosque, y allí... irían ellos a ser… a ser: ¡Sí!: ¡ESCLAVOS DE TODAS ELLAS!!!

Ahí, delante mismo de todos ellos ellas lo propusieron hablándolo entre ellas entre risas y carcajadas, mientras ellos, escuchándolas, reían y se mordían los labios mirándose excitados. Ellas, más aún reían.

Con la aprobación inmediata de todas ellas y sin preguntarles a ellos opinión, las diez muchachas aplaudían la idea aprobada por todas, festejándolo con sus brazos en alto moviéndose graciosamente danzando con morisquetas en sus rostros. Ellos...reían.

Y aquel paseo... ¡se realiza!

Allá fueron chicas y varones a un inmenso bosque alejado que ellas eligieron, y allí, pasaron semanas donde todas, hicieron cuanto se les antojó hacerles a los pobres muchachitos aquéllos.

Orgías despampanantemente calientes se vivían allí con ellas dominando por completo todas las acciones, y aquellos diez chicos hervían en aquella continua cochambre en la cual aquellas muchachas los hacían hervir en aquel caldo como infernal de femeninas dominaciones donde arrancaban de ellos las más bestiales calenturas y orgasmos haciéndolos hasta gritar y bramar como animales calientes ante las cosas que les hacían.

Cualquiera agarraba a cualquiera -cualquiera de ellas a cualquiera de ellos se entiende-, y era aquello una continua cosa grotesca donde las mujeres, hacían allí lo que querían y eran ellos, los objetos sexuales absolutos y resignados, del hacer y hacer continuo de todas ellas.

Folladas y más folladas, mamadas y más mamadas, pajas y más pajas, sesentaynueves a troche y moche, sesiones colectivas de torturas por cosquillas a todos juntos, hacerles lamer los pies de todas a todos ellos, montarlos desnudos y hacerlos con ellas andar así llevándolas sobre sus hombros y completamente desnudos por el bosque paseándolas, y así, día y noche, aquella cosa era.

La sumisión de ellos a sus amigas, era incondicional y como increíble. Era cada vez más y más gorda la dominación de ellas sobre ellos, y parecían quedar ellos en tal cosa... cada vez más de ellas enamorados. Ellas, viéndolo, reían como cochinas.

Así a cada rato aquello era una continua caravana loca de cosas hechas por aquellas muchachas a aquellos pobres chicos calientes, y ya toda vergüenza se había perdido, y aquello había pasado a ser la cosa más insólitamente grotesca.

Entonces, comenzaron a aparecer los primeros síntomas como de locura en varios de aquellos muchachos. Sí... ellas, los estaban volviendo locos. Varios de ellos se reían do contínuo y hasta sin motivo ninguno, y comenzaban a babearse y emitir guturalismos como de insania evidente. Ellas, reían y reían...

Pero aquello comenzó a crecer, y pronto las muchachas comenzaron a hablarlo más seriamente.

-"Chicas... los estamos volviendo locos... paremos un poco la cosa!" -Dijeron-. Los que aún estaban "bien", escucharon serios; los que ya estaban manifestando ese estado, escuchaban riéndose babeantes...mirándolas embobados de amor, y las muchachas no podían evitar reírse, y se tapaban por momentos la boca para no ser tan grotescas.

-"¡No importa, chicas... continúen!" -Exclamó uno de aquellos chicos que mantenía todavía la lucidez y podía hablar. Ellas, mirándolo, se miraron enseguida todas, y... rieron.

Entonces otro de los que también estaban todavía lúcidos, exclamó entusiasmado que ellos aceptaban lo que fuere, y lo exclamó así diciendo:

-"¡Sí, sí, sí por favor chicas síííí!!! ¡sigan haciéndonos y no importa si nos vuelven locos! ¡Por favor, por favor, por favor... síííííí…!"

Estaban todos allí, los veinte... las diez Mujeres y los diez varones. Ellos completamente desnudos y ellas vestidas; ellos unos riéndose y emitiendo guturalismos mientras se babeaban, y otros, mordiéndose los labios y sonriendo con cierta sonrisa de loco amor por ellas. Ellas, mirándose entre todas, mirándolos y volviéndose a mirar... soltaban risitas y hasta algunas, esbozaban alguna carcajada.

Ellos -los que estaban lúcidos y habían hablado-, volvieron a insistir suplicándoles lo que ya les habían suplicado... sonriéndoles cómplices. Ellas, mirándolos...sonreían con las más cochinas risitas.

-"Chicas... ¿qué hacemos…?" Fue la pregunta que surgió entre todas. Hubo, un silencio... un silencio poblado de silenciosas risas de las diez... cinco de ellos se reían babeantes... los otros cinco volvían con sus súplicas a todas...

El silencio entre ellas seguía, y mirando a aquellos cinco primeros y luego a los otros, reían todas...

Las carcajadas brotaban incontenibles aunque trataban al principio de no largarlas, pero las carcajadas brotaban. Ninguna, decía todavía nada.

Entonces, en las inmensas vergas de aquellos cinco chicos babeantes comenzaron a mostrarse nuevamente las erecciones imponentes esta vez aún más grotescamente inmensas por la demencia que exacerbaba la excitación sexual varonil, y por las puntas de aquellas enormes pijas brotaban los hilos viscosos de aquellas emisiones transparentes y espesas que comenzaban a caerles largas y temblándoles en largos segmentos que les colgaban hacia abajo.

Ahora, las diez muchachas ya no tenían reparos en largar sin escrúpulos sus más estridentes carcajadas.

A los otros cinco, también les empezó a pasar lo mismo...Y entonces, brotó potente la pregunta de una de ellas;

-"Chicas... ¿continuamos la cosa???" Las risas y carcajadas, sucedieron a la pregunta. Pero, enseguida, entre las más puercas risitas, las respuestas se sucedieron en todas:

-"¡Continuamos!!!" (Continuará).

Datos del Relato
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