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COMO PERVERTI A MARIA FERNANDA RANGEL

Hola queridos amigos, estoy de nuevo aquí, sentado al frente de mi computador, relatando las experiencias con mi gorda, la verdad es que no he podio avanzar mucho, en mi objetivo de volverla una ninfómana del sexo, que le guste más que cualquier otra cosa, pero en fin, allí marcho, con espontáneos momentos de lujuria de ella y luego igual. Pero poco a poco hasta que consienta o nuestra relación se acabe; porque de verdad, a veces me molesta, esa vacilación.

Les cuento que me escribieron, una buena cantidad, de gente, de todas partes del mundo, queriendo ayudarme, he hecho, casi todo lo que me han dicho, pero nada, sigue actuando de igual manera, con una que otra cosa por allí, eso me tiene a punto de reventar, leo los relatos que escriben, chicas en esta página, en la que cuentan como la pasan de bien, con sus esposos, como comparten, experimentan muchas cosas juntos y la gozan, “que envidia”.

Bueno después de contarles un poco mis desesperaciones cotidianas, les contaré lo de la otra tarde, unas de las pocas que la gorda se portó como nunca, le dije que se arreglara que daríamos una vuelta, como a eso de las 4 de la tarde , quería salir de su establecimiento (estética), ella me respondió: que fastidio otra vez a dar vueltas sin rumbo, en seguida le conteste: ¿de qué cambio hablas, cada vez que me prometes cambiar, que serás una puta, que concebirás todo lo que yo te pida? Así seguimos discutiendo, hasta que se hizo mas tarde en domingo; yo estaba energúmeno y dije: que saldría solo, ella de inmediato cambió de actitud y me expresó: bueno, espera, me cambio y salimos, le indiqué: de ninguna manera, yo no voy a salir, con alguien que me quiera echar a perder la tarde, ella, me respondió: por favor, haré lo que me pidas, te demostraré que soy tu puta.

Me hice del rogar un rato y luego le dije: bueno, te llevaré, pero me tienes que demostrar que eres una puta de verdad: ¡Bueno! se dio un baño, se pintó los labios, con un rojo fuerte, sus ojos, todo su rostro, quedó divina, cual puta callejera, se colocó un poco de aceite en su entrepierna, loción; me dijo: ¡Listo! de verdad parecía la más vulgar puta, estaba hermosa y provocativa, nos subimos al auto y salimos rumbo al centro de la ciudad, donde se encuentran el único cine porno.

 

Por ser domingo las calles estaban solas, dejé el auto en un estacionamiento, cercano, al cine y nos dirigimos a la sala. El chico, del estacionamiento no le despegaba el ojo, la miraba por todas partes, cuando salimos caminando, salió él, detrás hasta la puerta, a reparar esa gorda, lo pude ver por el vidrio del frente; el vestido a medida de que la gorda camina se sube y deja ver, los vértices de sus posaderas, eso me comenzó a deleitar.

Entramos a la sala y esperamos entre tanto se nos acostumbraba la vista a la oscuridad del sitio, estaba bastante oscuro y tardó algunos minutos poder empezar a ver las butacas del lugar, nos quedamos en las escaleras, a la entrada de la sala, sostenidos de unas barandillas, que hay al bajar, yo podía ver algunas sombras que nos asediaban, la gorda me abrazaba y se mostraba algo nerviosa, en un momento pude sentir una mano, que tocaba mi entrepierna.

Al instante la gorda me dijo al oído: -que le estaban metiendo mano, que le querían hundir los dedos adentro de su cuquita, que digo cucota y culito, que por mucho, que apretaba, ellos hacían fuerza y no podía impedirlo, por el aceite que se había colocado, eso me puso a mil, tuve una erección casi a reventar, no pensé que tan rápido se dieran las cosas, le contesté: ¿y a qué viniste? Me precisaste que tú ibas hacer mi puta ¿no? Ella dijo: ¡si! pero tengo temor porque no puedo ver, le respondí: -deja, relájate, aquí me puedes expresar todo lo que me dices y prometes en tu casa.

Yo la abracé, ella pegó su cabeza en mi hombro y dejó que la manosearan, mientras tanto la mano que me apretaba mi verga empezó a bajar el cierre del pantalón, buscaba como sacar mi verga, lo consiguió al poco rato, comenzó a masajeármela y se sentía delicioso, sentí también como a la gorda le subían el vestido hasta más arriba de la cintura y pude ver como le besaban sus nalgas. Ella sólo me daba besos en el cuello, gemía muy suavemente, entretanto yo estaba a reventar de la excitación que me producía la situación. Sentí de un momento a otro como me daban una mamada de otro mundo, la engullía toda y la succionaba con una destreza exquisita. En ese momento un tipo se me arrimó y me dijo: podemos ir al cuarto oscuro, allí podremos estar más cómodos, él suplicó, hay una sillon donde podemos pasarla bien rico.

En seguida Le comenté a la gorda, que si quería ir al cuarto que nos invitaba el señor, ella de una dijo: ¡vamos! El señor cogió a la gorda de la mano y la guió hasta la parte del frente a un lado de la pantalla. Nosotros, lo seguimos, quité mi verga al que mamaba y seguí con ella, en mi mano, mientras que la gordis a su vez cruzaba la sala, con el vestido a medio bajar de la cintura, enseñando a todos su vagina y culo. Era un cuarto pequeño que a la entrada tenía una cortina, ingresamos, apenas se alcanzaba a ver las sombras de la gente, el señor que llevaba de la mano a la gorda, en seguida le quitó todo el vestido, yo lo cogí y lo puse envuelto en mi brazo, él le lamía con desenfreno las tetas, le cogía la concha gorda, ella me apretaba fuerte la mano, se recostaba contra mí, su espalda en mi pecho, yo con mi espalda sobre la pared.

Empecé a notar que ingresaban uno a uno una cantidad de hombres, el cuarto era verdaderamente pequeño, todos metían mano, la manoseaban a ella a mí, alguien se arrimó a nosotros y comenzó a hurgarme el pecho, desabrocharme la camisa, yo estaba demasiado excitado, me gustaba lo que sentía, dejé que lo hiciera, al mismo tiempo, como 5 tipos trataban de tumbarla en el mueble a la gorda y manoseaban por todas partes, la gorda podía sentir los dedos como se metían en su empapado coño, como le apretaban los pezones y como metían también uno o dos dedos en su culo.

Uno de ellos se subió al mueble, quitándose la ropa le metió su gorda verga en la boca, podía ver como los otros se iban desnudando y la verdad era que ya no me importaba, al contrario, quería que se la consumieran y cuanto más mejor, el de la verga en la boca de la gorda se la metía hasta los huevos mientras la agarraba del pelo entrando y saliendo de su boca, la hicieron poner de rodillas sobre la verga de un tipo acostado en el mueble, sin soltarle la verga al que se la mamaba, entonces pude ver, como separaban las nalgas y como una gran verga se abría paso en su ano, pude apreciar como se calentaba más al ritmo que la iban penetrado y cómo el hombre la introducía sin compasión, hasta que pude distinguir sus huevos chocar contra su culo, entonces empezó un mete saca.

De pronto vi que por los gestos que hacía, que el tipo al que se la estaba mamando, se iba a correr, intenté decirle a la gorda lo que sobrevenía, pero el hombre la sujetó fuertemente por los pelos mientras le decía: ¡Chúpamela, puta, quiero que te bebas toda mi leche! Aprecié la descarga de aquel tío en el rostro de la gorda que por poco es dentro de la boca, no le quedó más remedio que restregarla en su rostro, su corrida era tan abundante que le escurría hasta las tetas cayendo al mueble, la verga, poco a poco fue perdiendo endurecimiento, así que se retiró quedándose sólo el del culo y la vagina que insistían en el mete saca hasta que también aprecié que se corrían dentro de su concha y ano, la sacaron, y los preservativos estaban con abundante leche, de igual manera se retiraron, siguieron otros.

Dos de ellos separaron sus piernas lo más que pudieron, vi a uno de ellos como se acercaba con un pote de aceite, empezó a ponerle por todo la cosota de la gorda, metiendo primero un dedo, luego dos. Los tipos que la sostenían por los hombros la soltaron y se pusieron al lado, la gorda como pudo les cogió las vergas y empezó a pajearlos delirantemente, al mismo ritmo que el otro tipo meneaba su mano dentro de su concha y le daba lengua y mamaba su gallito, cuando estuvieron a punto de descargar se subieron al mueble regándole la leche en las tetas y rostro, entonces el tipo desalojó la mano de la gran concha que quedó totalmente dilatada, estaba extenuada, tumbada despatarrada encima de aquel mueble del cuartito, llena de semen y aceite por todas partes.

Los tipos al igual que los otros le dieron besitos de agradecimientos y salieron. Llegaron tres tipos que observaba la escena y se desnudaban rápidamente, cuando hubo acabado de quitarse la ropa uno se unió al grupo y dirigió su verga que ya estaba bastante dura a la boca de la gorda mientras que el otro tipo, le puso la verga a la gorda para que se la cogiera, entre tanto la gorda primero se metió los huevos en la boca uno a uno como si fueran bombones mientras le acariciaba el palo con suavidad al otro tipo, luego le fue pasando la lengua desde la base hasta la punta y un pequeño mordisco haciendo resbalar sus dientes cosa que hizo que el tipo diera pequeños suspiros, estaba tumbada en el mueble y otro tipo aprovechó para cuando la tuvo allí desnuda, alzarle las piernas y colocándose en medio pasarle la lengua y los labios por los muslos acercándose a su vagina, pero sin llegar a ella.

Notaba lo excitada que estaba la gorda, llegó a la concha y la abrió con los dedos y cogiendo con la boca el clítoris que en esos momentos ya estaba bastante abultado lo apretaba con sus labios haciéndolo rodar entre ellos, mientras que el otro tipo acariciaba las tetas y chupaba con delicadeza. La pusieron en cuatro patas y le lamían el culo abriéndole las dos nalgas con las manos y con los propios jugos de la concha le untaban el ano y se lo acariciaban abriéndose paso con un dedo dentro de el culito dilatado y girando su dedo dentro.

Cuando vio que entraba sin dificultad entonces cogió y le introdujo otro dedo, la gorda entre tanto cuando podía emitía grandes jadeos, en un momento noté que la gorda ya tenía suficientemente dilatado de nuevo su culito y él tipo también lo apreció se paró y le puso la verga en la entrada, apretando la fue introduciendo hasta el fondo, cuando estaba así emprendió a bombearla por el culo con suavidad, al mismo tiempo, el otro tipo levantaba una pierna de la gorda y apoyándola se metía debajo de ella para darle una estocada en la concha, comenzando a enfundársela con fuerza lo que hizo que la gorda soltase la verga del otro que aprovechó para metérsela en la boca agarrándola del pelo.

El otro entre tanto la cogía por los pechos dándole pellizcos en los pezones y tumbándola encima de el que estaba bajo ella que la tenía ensartada. El tipo le daba duro por el culo la acercaba para que se lo comiera todo solo dejara sus huevos fuera. Mientras que el otro tipo seguía cogiéndola fuerte del pelo y se la metía en la boca a la gorda.

La gorda se la cogió y primero le dio unos cuantos lametones como si comiese un helado para posteriormente metérsela como si fuera un bombón de fresa, primero muy lentamente como probándolo y luego cada vez más vertiginoso. La gorda estaba a punto de tener otro orgasmo cosa que hizo que acelerase el ritmo de la mamada. El tipo le sacó la verga de la boca y masturbándose ligeramente se corrió sobre los pechos de ella en el momento que tenía un gran orgasmo que hizo que medio desfalleciese y constriñera sus orificios haciendo que los dos tipos que la perforaban por su culo y cuquita eyacularan en su culo y concha. Sacaron sus vergas ya flácidas con los profilácticos también llenos de leche, extraída por esa puta gordinflona, caliente. Los tres chicos le dieron gracias y salieron, la gorda se cayó de bruces en el mueble con su mano en el interior de su vagina, mientras gritaba: Me corroooooooo, a lo que un tipo que se pajeaba viendo las escenas, respondió sacándosela y corriéndose sobre la espalda de la gorda. Se fue también ese tipo si decir nada.

Sentí su mano sobre mi verga que para ese momento estaba parada a todo lo que daba, me acarició de los huevos a la punta repetidas veces, se puso en cuclillas, su cara era de deseo, de morbosidad, de excitación, cogió mi verga, la acarició y se la metió a la boca, me la mamó de una manera que sentí una venida inminente, sin embargo logré controlarme y me relajé, decidí tomar una actitud más controlada, ella con una mano se masturbaba, mientras que un tipo nos miraba desde cierta distancia. La gorda soltó mi verga sin dejar de acariciarse y la noté venirse de inmediato junto a mí. La incorporé y la besé en la boca, mientras le decía lo mucho que me gustaba, que fuera precisamente una puta de las mas putas de la ciudad, él tipo que nos espiaba, se acercó, se puso detrás de la gorda y también le acariciaba los pechos desde atrás, yo la besaba, ahí estaba desnuda, salvo por sus zapatos.

Se veía encantadora con esa cara de lujuria y taxicando más, con su cuquita rasurada y con sus sabrosas nalgas que resplandecían de su blancura. Le metí los dedos en su húmeda concha, en verdad, nunca había notado a la gorda tan mojada era toda una piscina, nunca pensé que se excitara de esa manera, le bajaba sus fluidos por los muslos de sus piernas, yo le metía dos dedos en su abertura que chorreaba y la gorda me decía al oído –que rico la estoy pasando, así, házmelo. Y terminó por gozar de una manera sorprendente, se vino como un río, dejando mi mano prácticamente empapada. A mí todo eso me excitaba más, si es que más era posible.

La recostamos en el mueble de nuevo, la besamos por todas partes, el tipo le hizo sexo oral, que es lo que más le gusta que le hagan, a mí me pone largo tiempo que le mame su vagina, el tipo siguió, hasta que la hizo venirse nuevamente, yo seguí su ejemplo y logré una nueva venida de la caliente e infatigable gorda, era irreconocible todo lo que yo tenía que hacer para ponerla así y ese día era un sueño lo que vivía, mi gorda hecha toda una ninfómana del sexo. Ella nos abrazaba a los dos, nos acariciaba las vergas y nos dijo –quiero que me cojan mucho. El tipo sacó unos condones, se levantó y me invitó con un gesto a ser el primero. Le dije: -que ella era toda suya, la gorda abrió las piernas y él se puso sobre ella, levantó las piernas con ayuda de sus manos y le ofreció la famosa “vagina  gorda”, la jugosa concha.

Puso la punta de su verga a la entrada de su húmeda cuevita y poco a poco se la fue metiendo sin ninguna dificultad, puesto que ella se mete la mano o dos vergas por la concha cuando está así, él me decía que eran como un guante de seda sus húmedas paredes, ella jalaba con más fuerza sus piernas hacia arriba y levantaba la cabeza tratando de mirar como se la metía, empezó a gemir con más fuerza y él a darle con energía, con una lujuria motivada por esa habilidad total, así, así, -le decía, la gorda mientras llegaba a un orgasmo más, mientras el tipo la besaba con ternura, ella me apretaba mi miembro, lo que me daba un placer agradable y estimulante. A continuación yo me senté recargado en la pared en el descansa brazos del mueble y la gorda se puso en cuatro invitando a darle desde atrás, mientras la gorda me la mamaba a mí. Así es como te gusta verme –me preguntaba. Así es como me encanta a mí, -seguía diciendo, dame duro, dame duro, dame duro –agregó, mientras se quejaba de gusto al sentir que nuevamente la clavaba.

Que gusto ver sus nalgas a disposición, de otro tipo, que gusto darle gusto a la putona de la gorda, no pude aguantar más y me vine, de una manera formidable, mientras ella me apretaba con su boca, y tragaba mi leche exprimiendo mi verga, que sentía nuevos espasmos cada vez que ella la apretaba, una experiencia realmente deliciosa. Cosa que me encantaba, que me ponía calentísimo, que quería cogérmela mucho a la muy puta, la gorda ese día era una ricura de mujer, excitante, dispuesta y que me encantaba. A pesar de que me había venido, el tipo seguía dándole hasta que logró hacerla venir, me sentía un poco fatigado, pero el esfuerzo valió la pena ya que verla gozar era todo un placer. En un momento el tipo se quejó, la cogió duro de su cintura y le dijo: -toma perra cométela toda, a lo cual la gorda respondió con un quejido de placer, el tipo fue sacándola y con su condón lleno de leche le dijo: -gracias y salió. Me retiré un poco para verla como se la mamaba a otro tipo que se arrimó por la pared, como se deleitaba, demostrando lo mucho que le gusta mamar. El al segundo también se retorció y cogiéndola del pelo fuerte le echó un gran chorro de leche en su rostro, le dijo, eres una perra muy genial.

Me senté a su lado ella se recostó boca abajo cansada, pero esperando que seguía, me masajeaba mi verga suave y me daba besos en las piernas. Entraron otra cantidad de tipos y empezaron a aproximarse a nosotros. La gorda, no me soltaba de la mano por nada, los tipos metían mano por todas partes, aprovechando esa oportunidad, de un momento a otro, advertí como casi todos quedaban desnudos; el tipo que me había abierto toda la camisa, me quitó el resto de la ropa, me dijo: que la pusiera en los cajones de arriba, me desnudé por completo, saqué más profilácticos, que llevo para estos casos y se los pasé a la gorda, entre tanto me rozaban, vergas de todos los tamaños, por todas partes, en el afán de ambicionar pasar, para poder enganchar a la gorda, que quedaba desnuda, tirada en el mueble el tipo, qué nos llevó a ese cuarto, se acostó, en el mueble y ubicó a la gordis, para que se empalmara, arriba de él.

En un momento, ya habían, como 5 tipos más riñéndose, por el culito, de la gordinflona, yo me interpuse, les dije: -tranquilos, por turno, que ella permitirá a todos, que se deleiten con lo que se les antoje, un tipo moreno, le tocó, sacó una verga bastante grande con una curva en la mitad, se la metió, suave y en un momento empezó a bombearla, yo me coloqué en el descansa brazo, del mueble, nuevamente cogí del pelo a la gorda, enseguida la puse a mamar, a la vez tres tipos me tocaban la verga, los huevos, me los chupaban, junto con la gordis, era genial, nunca había sentido esto, les cuento que me considero hetero cien por ciento, pero la arrechera del momento rompía cualquier regla, era nuevo para mí, los tipos que enganchaban a la gorda, empujaban con fuerza queriendo partirla en dos, empezaron a acabar, a ir desfilando tomando sus ropas y colocándoselas, dándole las gracias a esa puta, que les había sacado la leche, entre tanto otros seguían haciendo la fila y metiéndosela por su culito y otras veces por su concha.

En la posición que estaba de perrita todos le caían atrás y la gozaban fuerte, suave, de todas formas le daban mucho placer, saliendo contentos, porque consiguieron engancharse una puta gratis, después de horas, de hacerlo, ella se subió arriba del último señor que quería, que por cierto era de edad, pero también quería probar esa gorda, no había nadie más, casi todos los de la sala del cine, habían enganchado su concha y culito, no existía, quien le llenara su culito pues los dos tipos que quedaban dentro del cuarto, estaban era por tocarme a mí, entonces, me paré, le abrí sus nalgotas y se la enterré de una, ella gritó y me pidió que despacio, que ya estaba bien adolorida, de tanta verga que había entrado. Empecé a bombear, igual lo hacía el tipo de abajo tratando de seguir el ritmo, uno de los tipos empezó, a recorrerme la espalda, con su lengua, se sentía increíble; él estaba desnudo al igual que el otro chico, el otro a su vez lo abrazaba por la espalda y le besaba la nuca, él se agachó y me mordisqueaba las nalgas, mientras que el otro se la metía, por el culo.

Me daba lengua en mi culo, era una sensación increíble, que en seguida me dio por llenarle el culo de abundante leche a la gorda, ella se quejó y contrajo sus orificios y terminamos casi al tiempo los tres en un orgasmo largo y exquisito, nos paramos fuimos al baño con nuestra ropa en la mano con unos pañuelos y algo de agua, la gorda se limpió lo más que pudo el semen que tenía por todo el cuerpo, se colocó el vestido yo también me vestí y salimos del lugar, ya eran como las 7:30 de la noche, recogimos el auto, el chico seguía viéndola, como con ganas de comérsela a la primera oportunidad que le diera. Al momento, él la paró, la volteó, ella le dijo: que con preservativo, lo dejaba, él sacó de su billetera rápidamente uno, se lo colocó, la puso en cuatro patas, sobre la taza del baño, le abrió con sus manos las nalgas e introdujo de un solo empujón, la verga en su concha, que en ese momento estaba muy dilatada y palpitante de tanto uso y en un par de bombazos no pudo aguantar más y estalló.

Ella se despidió, salió y me dijo: ¡listo! Vamos. Llegamos a su estetica, pedimos comida a domicilio, estuvimos hablando y después de una buena comida, dijo: que eso si la había puesto, súper caliente, el ver hombres entre si, el ver como me tocaban, eso la había puesto, a hervir, hicimos el amor como locos, la pasamos genial, ahora intento hacer otra cosa más, que desde luego se las contaré cuando suceda.

 

Datos del Relato
  • Categoría: Dominación
  • Media: 10
  • Votos: 1
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