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Categoría: Maduras

Adriana

Mi nombre es Gustavo y les relatare mi segunda experiencia sexual luego de debutar con Cristina. Con ella tuve "un noviazgo" que se prolongó durante 4 meses durante los cuales asimilé toda su enseñanza, cuando ella corto la relación me sentí destrozado. A partir de ahí siguieron tiempos de sequía en materia sexual, dado que las chicas con las con las que salí no se entregaban al sexo. Las chicas de mi edad se mostraban renuentes a tener sexo y las maduras me consideraban demasiado chico para ello.



Ya habían pasado 4 ó 5 meses, corría el mes de septiembre cuando vi. por primera vez a Adriana, yo había cambiado mi recorrido hacia el colegio porque la línea que pasaba por casa y me llevaba hasta allí había dejado de circular, por lo tanto debía tomar dos colectivos para llegar, a ella la vi. ese día por primera vez, yo iba hacia la parada del colectivo y ella transitaba en sentido contrario, y al pasar delante mío la piropee, pasaron un par de días hasta volver a verla, pero no fue de la manera que yo suponía, ella fue hasta la parada donde yo estaba acompañada por un chico (su hijo), ella lo acompañaba hasta la parada y se quedaba allí hasta que su hijo tomase el colectivo que era el mismo que tomaba yo. Él iba a un colegio privado que quedaba frente al mío con lo cual ambos viajábamos juntos lo cual con el correr de los días hizo que ambos estableciésemos cierta amistad, lo cual estableció un acercamiento con su madre, ella era bonita con un buen físico en la cual resaltaba sus buenas caderas y cola, sus senos eran de tamaño algo pequeño para mi gusto, siempre andaba en pantalones, trataba a su hijo muy cariñosamente y lo mimaba bastante. Pasaron un par de meses así, yo mirándola deseando e imaginándome como serian sus mimos hacia mi, mucho más cuando ese encuentro diario y esa especie de amistad con Pablo (su hijo) hizo que ella entablase un diálogo conmigo y que al encontrarnos en la parada ella me saludase con un beso en la mejilla, eso me permitía tener un mayor acercamiento.



Mi relación con Pablo hizo que supiese que sus padres estaban separados desde hacia un año y medio; Adriana en apariencia no tenia otra pareja, yo por momentos la miraba deseándola y en realidad eso no pasó desapercibido por ella y llegué a pensar por ciertas actitudes disimuladas que Adriana alentaba mis miradas. Pero la presencia de Pablo hacia que mis intenciones disminuyesen, por lo cual estaba pensando la posibilidad de esperarla y encontrarla en el camino a solas, vale decir llegar tarde al colegio pero estar unos minutos a solas con ella, y eso sucedió unos días después de forma involuntaria.



Corría el mes de Noviembre y esa mañana amaneció lluvioso tomé mi primer colectivo y comenzó a llover en forma torrencial, lluvia que se extendió durante unos 15 minutos, cuando bajé del colectivo la lluvia era muy tenue, pero la intensidad con la que había llovido hizo que las calles estuviesen anegadas lo cual dificultaba cruzarlas. Estaba a punto de cruzar la calle que me llevaría a la parada cuando al levantar mi vista vi a Adriana del otro lado intentando cruzar, lo cual indicaba que Pablo ya había tomado el colectivo, yo tenia mi vista concentrada en ella lo que hizo que no viese acercarse a un camión a toda velocidad con lo cual al llegar frente a mi levanto una oleada de agua lo que significó que quedase total y absolutamente empapado. Adriana cruzó presurosa y dijo:



A- Mira como te dejaron, estas empapado



G- Creo que si,



A- Te vas a pescar una pulmonía, así no podes ir al colegio.



Ella sabía que yo no vivía muy cerca y dijo:



A- tu casa queda lejos, vamos a la mía así te cambias y ponemos a secar esa ropa



Por supuesto acepté su propuesta de buen agrado, iba a estar a solas con ella y en su casa.



Adriana como siempre estaba hermosa llevaba su cabello suelto por debajo de los hombros algo enrulado de un tono entre castaño y rojizo, era de baja estatura entre 1,55 y 1,60 mts, muy bonita de cara, algunas pecas cerca de su nariz, sus ojos y sus labios estaban sin maquillar y por primera vez la veía en pollera, tenia unas piernas bastante bonitas, llevaba una especia de buzo color crema holgado y una pollera negra levemente ajustada que hacia notar las bondades de su cola.



Empezó a hacer algo de frío y así mojado se sentía aun más, ella también estaba algo mojada pero dijo "al lado de cómo estas vos yo estoy totalmente seca".



Entré a su casa ella encendió la estufa para entrar un poco en calor, mientras entro en la habitación, trajo un toallón y dijo "sacate la ropa en el baño así la pongo a secar y date un ducha para entrar en calor" Me quité la ropa se la alcance y ella la llevó a secar cerca de la estufa. Yo sentía frío así que rapidamente ingresé en la ducha, a medida que el agua recorría mi cuerpo comencé a entrar en calor, unos segundos después, sentí una leve corriente de aire, corrí la cortina y no podía creer lo que estaba viendo Adriana estaba dentro del baño, se había quitado la pollera y estaba haciendo lo propio con su buzo, cuando lo retiró de su cuerpo pasó los dedos de su mano para acomodar el cabello, ahí notó que yo la estaba mirando, entonces dijo "estoy helada, vamos a compartir la ducha", ella se fue acercando a la bañera solo cubierto por un pequeño conjunto de bombacha y corpiño color rosa, con puntillas y cierta transparencia, entró en la ducha y ahí dentro retiró de su cuerpo el corpiño, sus senos eran algo pequeños, redondos de pezones y aureola rosada, se acercó a mi, sus manos tomaron mi cintura y su voz suave y dulce dijo "tengo frío, abrazame bebé", llevé mis manos casi con timidez a su cintura, en ese momento ella se pegó a mi cuerpo y mi piel sintió la suavidad de sus senos y sus pezones levemente erguidos, unos segundos después su boca comenzaba a besar mi cuello, mi rostro, y mi boca y ahí mi pene comenzó a erguirse, entonces ella con suavidad y pasión me besó en la boca, el beso se prolongo por unos cinco minutos mientras la lluvia de la calida ducha rodaba por nuestros cuerpos, nuestras bocas se separaron, sus labios comenzaron a besar con mucha suavidad mi tórax y su lengua se deslizaba por él, entonces se arrodillo delante mío besó mi vientre varias veces, sentía que mi pene estaba erguido y por demás excitado, entonces ella lo tomó con una de sus manos y comenzó a tomar la punta de mi pene con sus labios, yo estaba enloquecido mis manos jugueteaban con sus cabellos y mi boca gemía de placer, luego lo beso, y enseguida su lengua comenzó a lamerlo, poco a poco comenzó a introducirlo en su boca, cada vez más dentro de ella hasta introducirlo por completo en su boca, durante varios minutos mi pene entraba y salía de su boca, luego de varios minutos, estando su boca en la mitad de mi pene, este explotó con violencia lanzado dentro de su boca la calidez de mi semen, ella rodeo con firmeza mi cuerpo y su boca introdujo mi pene en ella, absorbiendo hasta la última gota lanzada por él, cuando sintió que mi pene empezaba a perder su dureza retiro su boca de él, ella se incorporó abrió su boca para ingerir en ella agua como para enjuagarse entonces yo bajé por su cuerpo, besé su vientre, fui bajando su bombacha mientras mi boca comenzaba a besar los labios de su concha depilada, a partir de allí ella emitió continuos e interminables gemidos, luego emplee lo aprendido con Cristina y mi lengua se introdujo en su vulva lamiendo y saboreando el dulzor de ella hasta que su cuerpo comenzó a agitarse convulsionadamente con su interminable orgasmo.



Luego de secarnos fuimos a su habitación, nos acostamos en la cama y entonces dijo:



A- Mi amor no sabes lo feliz que estoy, me enamoré de vos el primer día que nos vimos, me estremecí con tu piropo y empecé a enloquecerme con vos, y mucho más cuando noté que en tu mirada me saboreabas a escondidas, se que lo nuestro es complicado por tu edad pero eso dejó de importarme porque jamás amé a nadie como te amo a vos.



G- Yo también te amo y me parece mentira que alguien tan hermosa se halla fijado en mi.



Un beso ardiente dulce y apasionado calló esa confesión, luego de varios minutos así mi boca comenzó a besar su cuello, ella comenzó a gemir, luego mi boca fue en busca de sus senos los besé luego mi lengua ardiente comenzó a lamer sus pezones los que tomaron un tamaño impresionante ella gemía y emitía ahogados gritos de placer, sus manos acariciaban mi la suavidad de su piel me enloquecía, durante varios minutos lamí y besé sus senos luego fue ella con sus besos la que se apoderó de mi cuerpo, luego se acostó sobre la cama y dijo:



A- Cojeme mi amor no puedo más, deseo sentirte dentro de mi cuerpo, los dos estamos deseando eso me coloque en posición, ella entreabrió sus piernas yo me coloque en posición ella tomo mi pene con su mano e hizo que mi glande al deslizarse por los labios de su concha la desease más aun si esto era posible, su boca gemía, gritaba y su cuerpo se revolcaba sobre la cama, me incline sobre ella mi boca busco la suya y antes de unirnos en un beso apasionadamente enloquecedor dije que la amaba. Luego de besarnos algunos segundos, mi cuerpo se incorporó demostrándole que mi pene estaba dispuesto a apoderarse de su cuerpo, entonces mi pene entró en su cuerpo un profundo gritó de placer invadió su boca, y mi pene comenzó a avanzar en su cuerpo lentamente haciendo que ella vibrase y gozase ante cada avance dentro de su cuerpo, así luego de un par de minutos su vulva absorbió por completo mi pene y comencé a retroceder y a avanzar dentro de ella primero en forme lenta y luego fui acelerando mis movimientos dentro de ella hasta deseoso por acabarla fui imprimiendo a mis movimientos más aceleración, los dos gemíamos y emitíamos gritos de placer entonces ella dejó de acariciar mi espalde, me tomó de la cintura haciendo evidente que estaba por tener un orgasmo y yo dejé que mi semen recorriese el interior de su cuerpo casi al mismo tiempo que explotaba en inmensas convulsiones que se prolongaron durante largo tiempo, mientras nuestras bocas se habían unido en un beso lleno de pasión. Pasamos así varios minutos, pero no disminuyó el deseo, calmados nuestros cuerpos comenzamos a besarnos a acariciarnos a lamernos hasta que el deseo volvió a apoderarse de nosotros entonces volvimos a tener otra relación los papeles se invirtieron ella fue ahora la que se colocó arriba. Luego de la culminación de ese encuentro sexual donde los dos recorrimos y disfrutamos cada centímetro de nuestros cuerpos, debimos dejar nuestro deseo para otro momento Pablo volvería del colegio en algunos minutos más y yo no podía quedarme.



Volvimos a tener un par de encuentros más, hasta que ella decidió al mes terminar con lo nuestro. Fue poco el tiempo que estuvimos cerca pero realmente valió la pena


Datos del Relato
  • Categoría: Maduras
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