AÑOS PERDIDOS


Para mi relato debo remontarme a 20 años atrás, brevemente les diré que me case a los 20 años con uno de mis profesores el cual me llevaba 25 años, antes de cumplir el tercer aniversario ya nos estábamos separando, no puedo dejar de decir que era virgen y que mi única experiencia sexual fue con el por lo que hasta hace poco no he sabido realmente lo que era estar con un hombre ya que durante mi matrimonio nuestras sesiones de sexo eran mas bien monótonas para ser franca nunca tuve un orgasmo; supongo que esa sera la razón por la cual no me hizo falta el sexo durante 20 años era algo que no le encontraba chiste y mas bien me no queria pasar otra vez por una experiencia que siempre me dejaba como a la mitad y en la cual mi marido solo me decía que no me concentraba y que era una lerda el acababa y se dormia…..y yo me quedaba mirando el techo como diciendo y ¿ahora que?.
El punto es que siempre tuve un gran amigo quien estudio conmigo en la universidad fue quien me acompaño durante mi divorcio y el padrino de mi hijo, pero nunca le había comentado mi mala experiencia sexual hasta no hace mucho. (le llamaré Ángel). Aunque de el hablare despues.
En mi trabajo, ingresó un arquitecto ,( le diré Julio para identificarlo), de 34 años, yo era su jefe y llegamos a conocernos mucho pues trabajábamos en el mismo proyecto. Cuando terminamos el proyecto fuimos a celebrar a su casa todos, poco a poco se fueron retirando y yo me quede para ayudarle a recoger cuando dejamos todo arreglado nos sentamos a tomarnos un trago antes de que me fuera, me invito a bailar pues habíamos bailado, acepte gustosa empezamos a bailar una canción suave y yo sentí un escalofríos al notar como sus manos acariciaban mi espalda, el noto que me agradaba y continuo pero esta vez comenzó a besarme el cuello y a acariciarme mas íntimamente en un instante estábamos besándonos y el estaba bajándome el cierre del vestido, este cayo al suelo y las caricias se hicieron mas intimas de repente me vino a la mente lo que me había dicho mi marido, pensé que ya no era esa chica de 20 de senos firmes y piel estirada y me entró pánico hacer el ridículo, aparte era mi subalterno, en menos de un segundo lo empuje me levante del piso me vestí y como pude salí corriendo de su casa.
Deambulé por las calles como hasta las 2 a.m. y , sin darme cuenta llegue a la casa de Angel toque con desesperación hasta que me abrió, me eche en sus brazos presa de la angustia y el llanto mientras de mi garganta brotaban todos esos temores y dudas que había padecido por años diciéndole que después de 20 años había corroborado que era frígida un desastre en la cama. Angel me llevo hacia adentro me sirvió un trago y me pidió que le contara todo con calma, para que juntos analizáramos la situación, me recostó es sus piernas y comenzó a acariciar mi cabello mientras yo hablaba como una loca de pronto sentí que sus manos se metían dentro de mi ropa y seguían acariciando suavemente, mis pezones se endurecieron, poco a poco de hablar porque lo único que deseaba era sentir esas manos en mi cuerpo, mi garganta se seco mi mano comenzó a acariciar su pierna, fue entonces que me di cuenta de que Angel estaba en interiores, nuestra respiración había cambiado, y notaba un bulto que ahora era duro y mas grande cerca de mi cara, todavía no se porque empecé a besarle por encima del interior, el se saco su polla inmensa y me dijo: si lo deseas, así la besaras y la disfrutarás mejor, ¡ y como lo deseaba!, era la primera vez en vida que mis labios besaban una polla y como lo estaba disfrutando, era suave estaba caliente y sentía como palpitaba escuche cuando me decía lamela, chupala te va a gustar, mientras su mano había levantado mi vestido y hurgaba dentro de mi ropa interior. Me metió un dedo y después se lo chupo y me dijo: sabes a gloria, eso me excito muchísimo, nos tendimos en el piso y se subió encima de mi ofreciéndome su polla mientras enterraba su cabeza en mi coño que estaba empapado después se levanto y me pidió que me sentara encima de el, mordia mis pezones con fuerza agarro mis caderas y con fuerza me clavaba y me levantaba de repente sentí que algo iba a explotar en mi lancé un grito y me aferre a el mientras el hacia movimientos mas rápidos luego me volteo y agarró mis piernas me la volvió a introducir en mi coño por detrás yo me movía mas rápido, quería mas era algo exquisito, sentí que todo mi cuerpo se contraía y se contorsionaba, cuando se dio cuenta de que habia tenido mi orgasmo su cuerpo se recostó sobre mi espalda y al oído me dijo ahora me toca a mi me puso en cuatro patas y con su dedo empezó a acariciarme el ano de pronto sentí que no era su dedo y que estaba intentando meterme su enorme polla por el culo, sus manos en mis tetas eran como sus bridas llevando la rienda de la que estaba pasando solo me dijo: tranquila, relájate y confía en mi, me relaje note como iba entrando sentí un dolor muy extraño porque también me daba placer me gustaba ,sentí un empujón fortísimo y empezó a meterla y sacarla de mi culo con fuerza una mano bajo y acariciaba mi clítoris empecé a dar gritos de placer mientras el seguía dando esos empujones cada vez mas fuertes hasta que de pronto creí desfallecer y sentí como su leche caliente estaba dentro de mi. Fue algo indescriptible nada de lo que yo pueda plasmar puede expresar lo que senti al llegar al clímax junto a el. Nos dejamos caer, el aun encima de mi, su polla dentro , su pecho pegado a mi espalda con la cara pegada a la mía diciéndome: cariño te das cuenta? No eres frígida solo que no tuviste el hombre adecuado a tu lado, y cuando pasen unos minutos y me recupere te demostrare que puedes ser la mujer mas ardiente y que puedes comportarte y hacer y disfrutar de una manera que jamás soñaste.
Y lo cumplió
Espero no haberles aburrido demasiado con mi historia, en realidad va dirigida a aquellas mujeres que han tenido fracaso sexual que no se dejen llevar que intenten buscar a ese hombre que les despierte esa putita que llevan por dentro, y que no les pase como a mi que perdí mi juventud pensando que el sexo era puro bla bla.
Gracias. Y disculpen por el tiempo que les robé