Son las 10 de la noche y te espero con ansias, ya quiero que suene mi teléfono y que me digas que has llegado. Estoy terminando de arreglarme para tu llegada cuando suena el teléfono. Eres tú pidiéndome la llave para entrar. Me asomo por la ventana y recibes la llave, ingresas y te espero al terminar la escalera. Por el frío traigo una chamarra puesta. Te recibo con un beso y al ingresar te abrazo y mis manos recorren tu espalda mientras te sigo besando. Me quito, abro un poco la chamarra para que veas que no traigo nada debajo, me pides que pasemos a la recámara. Me siento en la cama y te pones detrás de mí, comienzas a bajar mi chamarra de los hombros mientras me acaricias y me muerdes sutilmente el cuello. El sentir de tu respiración comienza a elevar mi temperatura, mi cuerpo se estremece al sentirte. Sigues bajando la chamarra y me acaricias los senos, y con besos y mordiditas vas bajando por mi espalda. Ya quiero voltear para desvestirte, pero te levantas de la cama y me pongo delante de ti para quitarte la playera y te beso cada parte de tu pecho, abdomen, mientras mis manos desabrochan tu cinturón y… “wow”, al quitarte el pantalón me encuentro con tu verga que ya está super dura y ya está lubricándose. Me la deslizó en la cara y con la lengua rodeo la cabecita, poco a poco me la voy metiendo a la boca hasta que llega a mi garganta. Comienzo a presionar con la garganta y a succionarla, que rico sabor tienes, un sabor que no olvidaré y que me estremece tanto que ya estoy húmeda. Hace tanto tiempo que no nos vemos y que deseamos estar juntos que ya estás a punto de terminar y me pides terminar en mi boca. Solo muevo la cabeza en señal de aprobación y coloco mi mano para acariciarte más rico y me ayudas con tu mano sobre la mía a llevar el ritmo de lo que te gusta. Me chorreras un poco de semen en la cara y la otra parte en mi boca, que delicia me encanta el sabor de tu lechita. Me quitó el semen de la cara con mis dedos y me los chupo para no dejar rastro. Me acuestas en la cama y me acomodo de tal manera que terminas de quitarme la chamarra y solo traigo una pequeña tanga, que no me quitas, solo la haces aun lado y comienzas a besar, lamer y saborear mi pucha, la cual ya está bastante mojadita. Que rico mueves tu lengua y esos dedos que introduces me hacen sentir el cuerpo a punto de explotar. Te pido que no te detengas, con mis manos empujo tu cara más a mí y haces que termine mojándote por completo la cara, tu barba está llena de mis fluidos. Te acercas y nos besamos, la combinación de tu sabor y el mío es algo tan excitante que solo nos tomamos un pequeño descanso cuando ya queremos continuar, pero ahora con una deliciosa penetración…