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Hola amigos, como están, hoy quiero contarles sobre una chica que me encanta.
Tengo una amiga que se llama Ivette, ella es la mujer que más rico coge, de verdad es una diosa sexual, además esta buenísima tiene unos pies hermosos, unas piernas riquísimas un trasero paradito y durito y unas chichis grandes y paradas, con solo describirla tengo erecciones.
Cuando usaba calzas ¡uf!, que tangas usaba, sus minifaldas entalladas resaltaban sus nalgas las cuales siempre quería tocar y su forma arrogante y a veces vulgar, me tenían bien idiota.
Era enero del 2013, en ese año apenas tenía como un año de conocerla, ya habíamos salido muchas veces, y siempre había querido cogérmela, cada vez que podía le tomaba fotos y la abrazaba, me excitaban sus historias que contaba de su vida sexual, que mi meta era darle hasta que ya no pudiera más.
Ella ya se había dado cuenta y creo que yo no le desagradaba tanto, ya que cuando le acariciaba las piernas o me le arrimaba no me decía nada.
Un viernes fuimos a un bar a tomar unas cervezas, yo tenía un celular IPhone me lo acababa de comprar y a ella le gustaba mucho, apenas le habían robado el suyo.
En medio de la plática salió el tema de los celulares y que ella quería el mío ya que le gustaba mucho, entonces me propuso que se lo vendiera.
I: Qué onda cuanto me vas a dejar el celular
T: ¡Pues te lo dejo en 800 pero deja que me entreguen el mío!
I: ¿Y hasta cuando es eso?
T: ¡Hasta julio!
I: No manches falta mucho, ¿y no puedes adelantar el proceso?
T: La verdad creo que no, ¡son muy payasos en eso!
C: Pues por ese celular me cae que le vendo mi alma al diablo.
Solo sonreí y seguimos tomando y bailando, ya en medio de la velada yo meditaba mientras la miraba con ese mallón negro que transparentaba todo su interior y su escote que llamaba mucho, que tal vez era momento de dejarme de tonterías.
Ella solo cogía con ciertos tipos y ninguno de mi estilo, siempre estaba acompañada de mamados, de adinerados y de fantoches, yo no pertenecía a ninguno de eso, de hecho, su ex esposo era como de los tres, así que esta sería una muy buena oportunidad.
T: ¡Sabes! hagamos un trato!
I: ¿A ver, dime?
T: Te regalo el celular, pero con una sola condición.
I: ¿Cuál?
T: ¡Quiero una noche de sexo contigo!
Ella me miro seria y no me dijo nada, le tomo a su cerveza, me miro, miro el celular, miro todo alrededor y me dijo.
I: Eres iguala a todos, ¡uhm!
T: Si otros ganan por lo que hacen, ¡yo también quiero ganar!
I: Vale, acepto, ¡pero tú paga el hotel y será en el que yo quiera y con condón!
T: Ok, ¡vámonos de aquí!
Pague la cuenta y nos subimos a su carro, ella manejo como 15 minutos hasta un hotel que la parecer ya era de su preferencia, pague y subimos al cuarto, sin dudarlo comencé a besarle el cuello ella un poco tímida me lo permitía, aunque no me besaba la boca ni me abrazaba estaba ida, pero yo besaba ese delicioso cuello mientras mis manos recorrían su espalda.
T: ¿Porque tan tímida?
I: ¡Nada!! ¡Todo bien!
Poco a poco la recosté en la cama, le quité sus zapatos y comencé a besarle sus hermosos pies, besaba desde los dedos hasta su tobillo, mis manos ya acariciaban sus piernas, ella apretaba las cobijas con sus manos, estaba claro que se estaba controlando así que seguí excitándola.
T: ¡Uhm!! ¿Qué pasa?
I: ¡Ah!! ¡Nada, continua!
Me despoje de mi playera a ella le quite su blusa, besaba su abdomen y subía mi lengua en medio de sus tetas que estaban duras y erizadas, le quite el brasear, ella traía un piercing en el pezón lo cual me excito demasiado cada que yo pasaba mi lengua sobre él, mientras con una mano comenzaba a dedearla y sentí como su vagina comenzaba a humedecerse más y más.
Me quite el pantalón y le quite sus mallones, un par de piernas hermosas torneadas, siempre había querido comérselas, pase mi lengua desde sus dedos de los pies recorrí por sus muslos y donde más carne había, mordía suavemente mientras la despojaba de su tanga, una conchita depilada y húmeda me esperaba, inmediatamente mi lengua comenzó a beber sus jugos que brotaban de ella mientras ella gemía despacio y me agarraba el cabello.
Yo seguí mamando y comencé a estimularle su clítoris lo lamia y lo llevaba como aspiradora a mi boca, sus gemidos subían de tono, lo que tanto había querido finalmente estaba pasando.
I: Que rico, ¡chupas delicioso!
T: Que concha más sabrosa tienes, ¡me encanta como sabe!
I: Síguele, no pares, ¡uhm!
T: ¡Ok, pero luego te va a ti…!
Se la mame unos minutos más hasta que ella sin yo decírselo me acostó en la cama y quito mi trusa., para comenzar a mamarme la verga.
I: Pero que rica verga tienes, ¡gruesa como me gustan!
T: Es para ti, cómetela
I: Suertudo, ¡uhm!!
Ella comenzó hacerme una mamada fenomenal de esas que solo Martha mi madrastra alguna vez me hizo, pero ella no se quedaba atrás me lamia desde mis bolas hasta mi glande, bajaba mi cuerito con los dientes y succionaba delicioso, en un momento ella comenzó a devorarlo todo como si fuera una anaconda, yo la tomé de la cabeza y comencé a darle con todo.
T: Ivette, ¡uhm!!
I: Uhm, ¡que dureza!!
Le acomodaba el cabello en una cola para ver mejor como mi verga entraba a su boca, ella disfrutaba, de vez en cuando respiraba al sacarle mi verga y ella darle pequeños lengüetazos.
I: Que rica verga tienes y pensar que ha estado a mi lado todo este tiempo…
T: Pues aquí la tienes, ¡siempre firme para ti!
Seguí acostado ella comenzó a acomodarse para ponerse a cabalgar, introducía poco a poco mi verga en su vagina, acompañada de unos movimientos deliciosos de cadera, yo le acariciaba las piernas y jugueteaba con sus pechos ella me mordía chupaba el dedo, su vagina apretaba delicioso mi verga y sus rápidos movimientos la hacían ponerse más dura.
Que rico era tenerla así, me fascinaba como se le veían las piernas, las apretaba, le apretaba las nalgas, le mordía los pezones, me daba gusto con su cuerpo.
T: Que rico te mueves, ¡que vagina más rica!
I: Me encanta tu dureza, para estar chavito coges rico, ¡sabes ocuparlo bien!
Cambiamos de posición, la acosté en la cama y puse sus piernas en mis hombros, comencé a embestirla rápidamente, me encantaba ver sus gestos al sentir mi verga bien adentro, le besaba las tetas y sus piernas, me levantaba un poco para juntar sus piernas y besarle los pies, mientras mi verga dura seguía raspando con todo su clítoris inflado.
I: Tyson, que rico, uhm, dámela, no pares, ¡continua!
T: ¡Mamacita que rico aprietas, que rico te comes mi verga!
La acosté en la cama y empecé a darle de misionero, nos besábamos muy rico, su lengua y la mía se entrelazaban fenomenal, le besaba las tetas y mis movimientos circulares la tenían gimiendo riquísimo.
I: Tyson, ohm, como te mueves, ¡uhm!
T: ¿te gusta?
I: ¡Si!!! ¡No pares!
La puse en cuatro y comencé a metérsela suavemente, me movía despacio y poco a poco subía mi velocidad, me excitaba ver como rebotaban sus nalgas en mí, le daba de nalgadas y aunque al principio no le pareció, la excitación hizo que se dejara llevar, le daba de nalgadas y le jalaba el cabello ella acompañaba mis penetraciones con movimientos de cadera.
Le besaba la espalda, me hincaba para moverme rápido, se la sacaba y luego se la metía hasta el fondo, le apretaba las tetas, ella se movía fenomenal, estaba valiendo la pena el trato, un celular no valía esta rica cogida.
I: Que rico, ¡me vas a hacer venir!
T: ¡Nena eres la mejor, ya quería cocharte!
I: Esa verga tuya la quiero exprimir, dame leche, ¡dámela!
T: Espera, ¡aun te quiero gozar más!
La puse boca abajo y subió su pelvis en una almohada, me empujaba suave y luego rápido, le acariciaba su rica espalda, le daba de nalgadas, ella apretaba magnifico mi verga.
T: Ivette, que rico, uhm, estas buenísima, coges como diosa, ¡uhm!!
I: Tú también coges rico, uhm, ¡ah!!
T: ¡Tómala, uhm, tómala!!
I: Que rico, me voy a venir, ¡ah!!
Subí la velocidad de mis penetradas mientras le jalaba su cabello, ella gemía y yo también sus nalgas se sentían tan duras y ricas, sus gemidos me ponían más loco, ¡sentía que llegaría!
Empujándome como loco sentí como salía liquido caliente de su vagina, se había venido, mientras se convulsionaba yo seguía dándole.
I: Ah, pinche Tyson, de verdad que rico, ¡ah!!!
T: ¡Ahí voy mamacita, ahí voy!!
Le temblaban las piernas y todo le palpitaba, en eso ya no aguante más le saque mi verga y la puse en su cara, mi leche salía con gran fuerza, ¡ella abría la boca para recibirla!
T: ¡Oh!!! Ivette, uhm, toma!!!
I: Uhm, ¡que sabrosa uhm!!!
Mi semen llego hasta sus tetas y ella gustosa lo recibía, ambos quedamos agotados nos acostamos un rato, después de una plática continuamos con nuestra noche de sexo.
Cogimos en el sofá, parados, en la cama, en el suelo en el baño, yo me di gusto con mi amiga, la llené de semen hasta que ya no pude más y amaneció.
I: Esto fue maravilloso, ¡uf!
T: Valió la pena todo.
Esa fue la primera vez que lo hice con ella, le di el teléfono, pero valió la pena, ese fue el inicio de una rica historia sexual que tuve con ella y se las compartiré poco a poco.
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