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Categoría: Incestos

Noche de sexo como mi cuñado en su apartamento

Luego de lo fuerte del sexo en el auto (“Muy intenso con Matías, el novio de mi hermana”) donde pude comprobar que Matías, era una buena carne para el sexo, llegamos a su apartamento.



Yo ya había estado un par de veces, en su cumpleaños y un día que nos invitaron a mi madre y a mi a cenar, pero nunca había entrado al dormitorio, que tenía un enorme ventanal desde el que veía la ciudad toda iluminada.



Me invitó a que tomará una ducha, mientras el preparaba unos tragos, lo cual acepte pidiéndole una toalla.



Me alcanzó una bata, diciéndome:



- "Cuídala, que es la que usa tu hermana, cuando se queda aquí"-



Ya en la ducha me enjaboné toda y comencé a acariciar mis senos, que son dos hermosos meloncitos bien paraditos, con unos pezones duritos, que mantuve en excitación al frotarlos suavemente con la esponjita. 



Moje mi pelo largo morocho, que llega hasta mí espalda, para dejar correr el agua de la ducha sobre mis curvas, comencé a sentir como el agua se colaba por mi raja, custodiada por un gran par de nalgas, las que no pasan desapercibidas por la calle, atrayendo miradas y robando piropos cuando voy al gimnasio con mis calzas ajustadas. 



Terminé mi ducha luego secarme toda incluida de mí conchita totalmente depiladita, porque a mi tío esa suavidad lo excita mucho y a mí me encanta complacerlo, además me hace ver más purita y eso he comprobado que a cualquier hombre le encanta.



Salí en vuelta en la bata, para mi sorpresa el cuarto estaba con luces apagadas, sólo iluminando las luces de la ciudad y Matías sobre el ventanal en completamente desnudo parecía tallado, hermosa espalda, miraba hacia afuera con trago de su mano.



Lentamente me acerco abrazándolo por detrás pegando mi cuerpo al suyo, y con mis manos acaricio su tórax y lentamente con mis dedos rozándolo, bajo a mimar su pene cabezón y testículos.



Mis labios comenzaron a besar su espalda, sin que mi mano soltara mi por un segundo ese miembro que se alzaba cada vez más, se lo jalaba desde su punta a su base sintiéndolo todo.



Era un piso alto pero aquellos mirones, que buscan en las ventanas sombras o gente teniendo sexo, seguro podrían ver nuestras sobras y sentir las caricias nos dábamos.



A ese nivel ya estaba muy excitada y caliente su erección era brutal y alta como un perchero donde poder colgar mi argolla... lo giro para ponerlos frente a mí, lo miro a los ojos dejando caer la bata al suelo:



- "Por hoy todo esté cuerpo es tuyo, quiero que hagas tuyo cada rincón"



Tome su pene y lo coloque en mi boca, de rodillas yo colgada de sus nalgas me lo devoré con mis labios y lengua lo disfrutaba todo hasta el fondo. Su nivel de dureza era excitante mi conchita se empapada cada vez más y pedía tener carne dentro.



Mis manos comenzaron a acariciar sus pectorales y sin soltarlo me atoraba poniéndome su pija hasta lo más profundo de mi garganta mientras el movía su pelvis con movimientos suaves y constante... tomándome mi cabeza.



Estuve rato mamándosela con intensidad la escupía, la tragaba y jalaba hermosa de dura estaba con su glande cabezón, lo necesitaba dentro.



-Como la comes pendeja!! Cuando estalle no vas a tener lugar en tu cuerpo para toda la leche que te voy a dar- me decía mientras que mi boca era una bomba de succión en su poronga.



Llegó el momento de que esa máquina de músculos pusiera su cuerpo sobre mí y llenará toda mi concha de carne, y así fue me tomó y tiró sobre la cama abrió mis piernas y comenzó un misionero intensos, su pene lo sentía todo dentro.



Abrazaba su espalda y casi arañándolo sentí llegar mi primer orgasmo, no quería que se detuviera que quería más de mi cuñado, ay!! Que buenas nalgas por dios, adentro, afuera, adentro, afuera que hermoso serrucho parecía que no terminaría jamás y mi segundo orgasmo en misionero llegó haciéndome temblar pese a no ser una posición muy común en mí... porque me gusta tener el control, pero no valía la pena detenerlo estaba haciéndome un trabajo hermoso en mi conchita empapada.



"Como te gusta cuñadita, me vas a tener que dar esa colita, para llenarla de leche"



Se la merecía toda y yo también quería esa dura acabara dentro. Me puse en cuatro sobre la cama, apoye mis ante brazos en el colchón, levante mí cola frente a él y supo que hacer... colocó dos de sus dedos en mi vagina ultra lubricante y llena de fluido para llevar esos dedos a dilatar un poco mi culito.



Cuando lo entendió pronto, apoyó su cabezón y se hizo camino haciéndome ver las estrellas puso todo dentro mío, sin ayuda alguna en un sólo movimiento.



Tomado mi cola me dio fuerte, muy fuerte, cacheteándome y diciéndome todo tipo de chanchadas me hacía sentir una puta sucia. Que hiciera y dijera lo que quisiera yo lo estaba disfrutando cada embestida, hasta que sentí una explosión de leche dentro, nos quedamos abotonados hasta que todo quedó dentro.



Primer polvo dentro, se retiró al baño y yo antes de acompañarlo me quede un instante riéndome disfrutando del sexo y los cuernos que divinamente le estaba poniendo a la perra de mi hermana.


Datos del Relato
  • Categoría: Incestos
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