Por las mañanas cuando viajo en el colectivo me gusta ir imaginando cómo serán las personas en su sexualidad...me parece percibirlo, a través de sus movimientos corporales, la ropa que usan, un gesto casual delata una manera de tocar y besar. Claro que no creo siempre acertar, y tampoco puedo comprobarlo siempre. Pero aquella vez quise intentar averiguar si mis intuiciones se correspondían... Ella era alta y delgada, la ropa le quedaba un poco suelta, lo suficiente para que pudiese moverse a trancos grandes. A veces me gustaba mirar a mujeres, solo por curiosidad... ¿Será en la cama cómo soy yo? ¿Gritona, demandante, le gustará el sexo oral? Se encontró con un hombre en la plaza, y me quedé viendo cómo se besaban y él le tocaba la cola en pleno día, ella se dejaba. Se fueron detrás de unos árboles y no pude dejar de mirar, al mismo tiempo me estaba excitando mucho... Ella se subió la pollera y se dio vuelta, cómo una gatita en celo, y el bajo a lamerla. Cada vez más ella subía su cola, que era hermosa... Luego el la tomo del pelo y la giro, para después hacerla arrodillar y que pudiera chupársela. Su boca era una máquina de dar placer que daban ganas de besarla y compartir el néctar... Finalmente el la hizo poner en cuatro y se la metió agarrándola de los hombros. Al terminar los dos se tumbaron en el pasto...giraron y me vieron...les sonreí al mismo tiempo que terminaba de tocarme y gemir como una ratoncita curiosa de ver qué hacen los demás.