El gozo de ver por primera vez a mi esposa cogiendo con su jefe en nuestro departamento

En la primera historia les comenté de como mi caliente esposa dio el primer paso para coger con su jefe en nuestro departamento durante un viaje que hice a Guadalajara.

Ahora les platico de la primera vez que pude disfrutar ver como mi sancho cogió con mi fogosa esposa en mi propia casa. El tenía cierta reserva para visitar la casa pues temía que yo me enojara al saber que era el novio de mi sacrosanta esposa, el no entendía como yo promovia que fornicaran. Las cosas se facilitaron pues en ese tiempo ella aun no se titulaba de la Universidad debido al embarazo y nacimiento de nuestro primer hijo por lo que tenía pendiente elaborar su tesis. El se ofreció a ser su asesor de tesis así que era el pretexto que necesitabamos para que el nos visitara. Aun así ella batalló un poco para que el diera el primer paso, por un lado era un poco mojigato y se sentía culpable de ponerme la cornamenta pero por otro no podía resistir el fuego y la pasión de mi esposita y aprovechar y coger a una calientísima joven esposa. El era casado también pero la vida sexual con su esposa era muy aburrida pues su esposa era muy moralina y recatada por lo que el había vivido con mi esposa era lo opuesto, la líbido de mi esposa era intensa y el quería mas de la panocha de mi esposa una vez que la hubo probado.

El departamento era amplio con tres recámaras, una la nuestra, otra la de nuestro pequeño hijo y una tercera que estaba vacía sin muebles ni cama, solo estaba alfombrada. Teniamos una sala de TV a la entrada del departamento con un sofá en el extremo opuesto de las recámaras, así que esa tarde de sábado yo estaba en la sala fingiendo ver TV y ellos estaban en la recámara vacía. Mi esposa me visitó indicándome que ya lo habia calentado con unos fajes preliminares, venia muy emocionada y sonrosada anticipando la faena cornuda. Le comenté que le dijera que me había quedado dormido por lo que no tendría de que preocuparse. Les di unos minutos y luego me acerqué sigilosamente a la recámara para constatar que estaban completamente desnudos. Afortunadamente la puerta tenía averiada la chapa por lo que no cerraba y lentamente la empujé al escuchar primero con nerviosimo los jadeos y sonidos de cuerpos reunidos. Aun recuerdo la impactante imagen al ver que estaban ya en un 69 lateral (a ella le encanta el sexo oral) yo veia la nuca de el que con su boca hurgaba en la pucha peludísima de su hembra (mi esposa) y le recorria su perineo hasta llegar a su ano, a lo cual mi bella amada respondía con gemidos de perra en celo entregada a su macho sin limitarse de que alguien la escuchara. No podía ver todo el cuadro porque no podia abrir demasiado la puerta para no ser descubierto por el, pero se escuchaba como nuestra mujer se llenaba la boca de la vergota de su jefe, novio y amante. Ella susurraba entre jadeos que estaba en la gloria pero en eso tuve que retirarme un poco porque se movieron. El resto fue poesía para mis oidos al escuchar como disfrutaba la putota de mi esposa en nuestra propia morada con su adorado novio, se escuchaba como se montaba ella sobre la verga de el haciendo chocar sus nalgas contra sus huevotes. Era delirante y a mi me producía un gran placer ser corneado. Después de un rato de rica cogida el se retiró con sigilo al pasar por la sala de TV donde yo fingia seguir durmiendo. Mi esposa lo despidió y al retirarse comentamos nuestra primer hazaña en la que ella pudo ser la mujer de el estando yo atestiguando la fornicación.

En próximas historias les contaré de otras sensacionales aventuras