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Categoría: Incestos

Una familia incestuosa. Parte 4

Mayo paso como una exhalación por culpa de los exámenes y de la falta de tiempo para hacer otra cosa que no sea estudiar. Durante este tiempo mis hermanas y yo no hemos podido follar; ni siquiera una mamada o una paja.



Por fin llegaron las vacaciones y con ellas, tres meses libres para poder hacer todo lo que queramos. Estaba tan emocionado de poder por fin volver a sentir el coño de mi hermana melliza rodeando mi polla, sus tetas presionando mi cuerpo mientras mis manos recorren toda su figura. Y no puedo olvidarme de mi hermana mayor y de sus enormes pechos y de las ganas que tengo de chupárselos. Volvía a casa pensando en todo esto y mi polla estaba a punto de reventar. Al abrir la puerta no me dio tiempo ni a soltar las llaves cuando Mery se abalanzó sobre mí y me dio un fuerte beso en los labios. Mi boca se abrió para recibir este inesperado, aunque placentero regalo y, cogiéndola por la cintura la lleve a mi cama.



La tumbé boca arriba sin separar nuestras bocas y le fui metiendo la mano por debajo de la camiseta hasta llegar a su pecho y comprobé que no llevaba sujetador. Le arranque la camiseta en un segundo y sus preciosos pechos se quedaron al descubierto, con sus pezones rosados incitándome a chuparlos. Lo hice. Parecía un bebe muerto de hambre. Mientras ella me iba desabrochando la cremallera de los pantalones y palpo mi polla tiesa. Me incorpore, me quite también la camiseta y los pantalones, y le ofrecí mi miembro para que me lo chupara. Se quitó los pantalones y me lanzo las bragas húmedas de sus fluidos a la cara. Las tiré al suelo y cogí su cabeza con ambas manos para dirigirla a mi polla.



De pronto oímos como la puerta principal se abría. Nos quedamos paralizados y en un segundo empezamos a coger nuestra ropa. Las pisadas de alguien empezaron a subir por las escaleras y nosotros, medio desnudos nos escondimos rápidamente en mi armario. Los pasos se iban parando cada poco hasta que llegaron a la puerta de mi habitación. Mire por la abertura que había dejado entre las puertas. Nico se encontraba de pie mirando mi habitación. Llevaba puesto una camiseta azul de manga corta y unos pantalones de chándal. No nos parecíamos mucho. Es el más bajito de la familia y tiene los mismos ojos marrones de mi padre y mi hermana Roció. Tenemos una buena relación y siempre he estado cuidando de él, ya que es más retraído y tímido. Veo que entra y recoge algo del suelo que no logro ver hasta que lo alza y veo que es unas bragas rojas. Me giro hacia Mery:



- Se te ha olvidado coger tus bragas- le digo en voz baja.



Su cara adopta una expresión de sorpresa, me empujó para mirar por el hueco y volvió a ocultarse. Cuando oímos la puerta cerrarse salimos despacio y sin hacer ruido por si volvía:



- Por un pelo -dije sentándome en la cama mientras me ponía la ropa.



- Pensé que íbamos a estar solos. Cuando hable con él dijo que se iba a la piscina de una compañera de clase… por cierto -dijo dando una vuelta sobre si misma- ¿Dónde ha dejado mis bragas?



Miramos por la habitación, pero no las vimos en ningún sitio. Decidimos salir y hacer como si acabásemos de llegar. Abrí despacio la puerta y de puntillas empezamos a recorrer el pasillo. Mi habitación está al final del pasillo. Fuimos lo más sigilosamente que podíamos y empezamos a escuchar unos ruidos que salían del cuarto de mi hermano pequeño. Cuanto más nos acercábamos a la escalera más fuertes eran los ruidos. Nos fijamos en que la puerta estaba entreabierta y decidí mirar llevándome una enorme sorpresa, y le hice gestos a mi hermana para que lo viera.



Tumbado en la cama estaba Nico, totalmente desnudo haciéndose una paja. No era la primera vez que le veía masturbarse, hace poco más de un año le pillé en el baño haciéndose una paja, pero no le di mayor importancia. Lo que me sorprendía de esta escena era que, mientras con la mano derecha se masturbaba con la izquierda sostenía las bragas de Mery. Las olisqueaba y chupaba. Estaban mojadas por los fluidos de mi hermana.



Recordé que Roció me dijo que le había visto masturbándose con sus bragas o espiándolas en la ducha. En ese momento no me lo creí, pero viéndole ahora no tenía más remedio. Sigilosamente cogí la mano de Mery y me la llevé al baño:



- ¿Qué hacemos? -le pregunté.



- Se está masturbando oliendo mis bragas. No sé qué hacer.



- Ya me lo dijo Rocío. También menciono que en alguna ocasión os a espiado mientras os duchabais.



- Pobrecillo. Necesita urgentemente follar. - de pronto se queda callada y me mira fijamente- le decimos si quiere follar con nosotros.



- Esta loca -le dije aumentando un poco el tono- como vamos a meter a nuestro hermano pequeño en esto.



- Por eso mismo, quien mejor que nosotros para enseñarle todo lo que debe saber sobre el sexo.



- ¿Y si se lo cuenta a mamá y a papá? Igual no es tan comprensivo como Roció y se chiva.



- Confiemos en él. Así los cuatro hermanos estaremos más unidos aún.



Al final logro convencerme. A decir verdad, tenía ganas de incluir a Nico en nuestro secreto familiar. Dejé a Mery en el baño y me acerqué de nuevo al cuarto de Nico que seguía con su actividad con la cara roja y la polla mojada de líquido preseminal:



- Parece que te está costando correrte -le dije en tono de burla.



Nico se giró rápidamente tirando las bragas del susto y tapándose la erección con la almohada.



- Tranquilo hombre que todos nos hemos masturbado alguna vez. Me senté en el borde de la cama- yo me sigo masturbando es normal.



Estaba muy incómodo y no paraba de mirar al lugar donde habían caído las bragas de Mery. Las cogí y las sostuve en la mano para que las mirase.



- ¿Te estabas pajeando con las bragas de Mery?



- No era mi intención. Las vi en tu habitación y… por favor no se lo digas a nadie.



- No te preocupes, es normal que te guste tu hermana está muy buena y tiene un cuerpo para el pecado.



- ¿Tú también te masturbas pensando en ella? -me pregunto mirándome a los ojos.



- Al principio alguna vez que me he hecho una paja pensando en ella, pero ya no.



- ¿Pero tenías estas bragas en tu habitación y estaban mojadas? -arrugo la nariz- por favor dime que no estaban empapadas de tu semen.



- Jajaja no tranquilo esos fluidos son de Mery. Lo sé porque ella me las lanzo a la cara hace un momento cuando…



- …cuando íbamos a follar -dijo Mery apoyada en la puerta.



Nico se volvió a dar otro susto que casi se cae de la cama. Mery se puso a mi lado y ambos mirábamos a nuestro hermano:



- V-vosotros follais j-juntos.



- Si. A veces también se une Rocío, pero normalmente lo hacemos nosotros solos.



- No me lo creo. Me estáis vacilando.



Ambos nos miramos y, ante la mirada atónita de nuestro hermano nos empezamos a besar. No sé si era porque Nico nos estaba mirando o porque no me había corrido antes, pero mi pene estaba en un estado de erección casi doloroso. Fui bajando mi mano por su cuerpo mientras ella me tocaba la entrepierna. Estaba muy juguetona y lo notaba en sus movimientos. Se apartó y me dio un empujón para que me sentara en la cama junto a mi hermano que dé la impresión se había dejado de tapar la erección. Empezó a quitarse la camiseta y los pantalones quedándose totalmente desnuda. Con un gesto de la mano me indicó que hiciera lo mismo y accedí liberando de nuevo mi polla ansiosa de participar. No lo soporte más, así que me levanté la agarré gentil pero firmemente de los hombros y la arrodille frente a mi polla:



- Termina con lo que empezaste.



Sin decir nada más se metió mi polla entera en la boca y note como su saliva lubricaba mi miembro y su lengua jugueteaba con mi capullo. Empezó suavemente agarrándome de los muslos para un mayor empuje y a continuación, lo hizo más rápido. Estaba tan concentrado en disfrutar de la boca de Mery que no me di cuenta de que Nico se había situado a mi lado con la polla palpitante a punto de explotar. Nunca había reparado en su cuerpo. Era esbelto, sin músculos, pero se notaba que los empezaba a trabajar. Su polla tiesa le media 16 cm, con las venas hinchadas y coronada por unos pocos pelos marrones:



- Mery -dijo cuando se puso a mi lado- ¿me la chuparías a mí también?



- Claro cariño. Siempre he querido disfrutar de dos grandes pollas.



Sin soltar mi polla se metió la de mi hermano. Primero le dio unos lengüetazos en la punta; lo que hizo que se estremeciera y, poco a poco, se la fue metiendo en la boca hasta quedar totalmente dentro de su boca. Nos la chupaba a los dos a la vez y era tal el éxtasis que sentíamos que no tarde en correrme en su boca y, a continuación, Nico hizo lo mismo.



Mery estaba llena de semen que se le escurría por la comisura de los labios. Se sentó en la cama y con una sonrisa dijo:



- Bueno vamos a ver como satisfaces a una dama hermanito.



Nico se puso de rodillas frente a la vagina de mi hermana y empezó a chuparla. Su lengua jugueteaba con todo lo que encontraba y, aun con su inexperiencia hacia gemir a Mery que le agarraba del pelo para que continuase hasta que se corrió.



Mientras Mery recuperaba el aliento nosotros ya estábamos de nuevo empalmados:



- ¿has follado alguna vez? -le pregunte a mi hermano que se había quedado mirando el cuerpo sudado de nuestra hermana.



- N-no, soy virgen.



- Bueno, pues eso tendremos que arreglarlo no Mery.



- Claro. Es curioso pero los cuatro vamos a perder la virginidad a los 18 años.



Se acercó lentamente a mi hermana con la polla en la mano y se subió a la cama.



- Relájate y ve metiéndola lentamente.



Asintió, y poco a poco introdujo su pene. Cuando de una embestida lo metió entero grito del orgasmo y se corrió.



- Lo siento Mery -dijo casi empezando a llorar.



- Tranquilo hombre que es tu primera vez. Todavía la tienes dura; ¿puedes seguir un poco más?



- Si.



Los movimientos de cadera empezaron de nuevo con un ritmo más lento. Esta escena me estaba poniendo muy cachondo así que me acerque a la boca de mi hermana y le pedí que me la chupara.



- Dios ahh sii, puedo sentir como tu pene tiembla dentro de mi coño ahh. Y tu polla está aún más sabrosa que antes ahhhh



- Me v-voy a correr otra vez hermana- dijo Nico mientras le chupaba los pezones- esta ahhh tan apretado.



- Si córrete de nuevo ahh inunda mi coño ahhh.



Un segundo más tarde Nico soltaba una segunda carga de semen dentro del coño de Mery. La saco cuando empezaba a bajarse la erección y antes de que se dieran cuenta agarre a Mery por las piernas, la gire en mi dirección y la empale con mi polla, que entro fácilmente gracias al semen de mi hermano. Mis embestidas eran más salvajes que de costumbre por todo el tiempo que había esperado para volver a sentir ese coñito prieto. Mi mano derecha apretaba los pezones mientras con la izquierda le estimulaba el clítoris. Los ojos de mi hermana daban vueltas. No podía creer que me hubiese excitado tanto ver como mis hermanos follaban enfrente de mí:



- Mery crees que podrías aguantar nuestras pollas en tu coño. O en tu culo y tu coño.



- Aun no ahhhh estoy preparada ahhhh para eso Álvaro. Quiero tu leche ahhhh.



No necesito suplicármelo más. En un instante me corrí dentro mientras caía exhausto.



Los tres estábamos cansados y sudorosos. Nico y yo sentados en el suelo y mi hermana en la cama tumbada recuperando el aliento:



- Bueno Nico -dije- bienvenido a nuestro pequeño secreto familiar. Esto no se lo puedes contar a nadie, ni siquiera a papá y mamá.



- Tranquilos, mis labios están sellados -se ruborizo- m-muchas gracias por dejarme entrar y ayudarme a perder mi virginidad.



- Nada hombre. Que te parece si cerramos el trato.



- ¿Como? -preguntaron los dos.



- Con una triple corrida.



Ambos asintieron. Nos volvimos a subir en la cama y nos pusimos uno a cada lado de Mery que ya había empezado a masturbarse y nos pajeamos. Yo agarre una de sus tetas con la mano libre mientras con la otra aumentaba el ritmo. Mi hermano me empezó a imitar y Mery también. Unos minutos más tarde la casa entera se estremecía con nuestros gemidos:



- No aguanto más -dijo Nico- me voy a correr.



- Si ahh yo también me vengooo -dijo aumentando más las sacudidas de mi polla.



- Vengaa ahh los tres a la vez.



Como si fuese de película mi hermana soltó un gemido cuando se corrió que nos ayudó a mi hermano y a mí a seguirla. Nuestros chorros de semen se cruzaron y cayeron en el cuerpo de Mery que acabo más pringada.



Nos estábamos riendo por el final apoteósico que le habíamos dado cuando me giré y vi a Rocío, con los ojos que parecían que se iban a convertir en fuego, mirándonos.



- NO ME PUEDO CREER QUE HAYÁIS DESVIRGADO A NICO Y NO ME HAYÁIS INCLUIDO.



- L-lo siento -dije inclinando la cabeza- ha surgido de repente.



- Tranquila Rocío -dijo Nico con las palmas levantadas pidiendo calma- la próxima vez lo haremos…



No le dejo tiempo de responder. Le agarro de la muñeca y se lo llevo fuera de la habitación. Unos segundos más tarde oímos como una puerta se cerraba y unos gritos de auxilio salían de la habitación de Roció.



- Le va a matar, el pobre no creo que aguante tanto.



- Ya sabes cómo es, una fiera. Si no acaba con el tenemos un miembro más en nuestro club incestuoso.



Y tumbados en la cama abrazados nos besamos con los gemidos de fondo, contentos por tener a nuestro hermano con nosotros.



CONTINUARÁ…


Datos del Relato
  • Categoría: Incestos
  • Media: 9
  • Votos: 1
  • Envios: 0
  • Lecturas: 1966
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