Pasaba unas largas vacaciones en el pueblo donde vivieron mis abuelos maternos y donde crecieron mi madre y mis tíos, apenas hacía una semana que hubo fiesta en la antañona casona del pueblo por motivo de la celebración de 50 años de vida de las gemelas(mi madre y mi tía). En esa fiesta se reunió mucha gente conocida de ellas, y mucha de esa gente para mi era desconocida, y de otras personas que guardaba recuerdos muy vagos, como es el caso de Rogelio y Monserrat. Rogelio en ese entonces tenía 68 años de edad y Monserrat 54. Ellos se conocieron cuando Rogelio llegó como médico del centro de salud y Monserrat recién había cumplido 18 años, y un año más tarde se casaron y de este matrimonio nació una hija que al casarse se fué a radicar a EEUU. Rogelio en un accidente de tránsito quedó inválido de cintura abajo, por lo que utilizaba una silla de ruedas. Ya jubilado desde hacía algunos años, se entretenía en su consultorio y su farmacia. Monserrat atendía junto a sus dependientes un almacén grande, y también estaba jubilada en el magisterio. Por las noches los encontraba en el parque y me comentaban que salían para darse aire y evitar la monotonía del encierro y la televisión. Generalmente yo cenaba en una cafetería cerca del sector, y al regresar me ponía a charlar con ellos, pero en esos dias el invierno estaba despidiendose y empezó el calor de día y lluvia por las noches, y ellos me dijeron que llegara a cenat con ellos todos los días, y luego nos entreteníamos los tres jugando cartas, damas chinas, etc. Pero había una hora específica que Monserrat se entretenía viendo los capítulos de una telenovela y con Rogelio jugabamos ajedréz.
Así pasaron los días y les comenté que en una semana regresaría a la capital, y fué cuando me abordó en el tema Rogelio, indicandome que tenía problemas con el arreglo de una cerca de la granja que tenía en las afueras del pueblo en la parte alta y que colindaba con la hacienda de mi familia, y que había contactado con unos peones para arreglarla, pero por estar a tiempo conpleto con nosotros por ser colonos, había que pedir permiso para hacer trabajos extras remunerados, y al mismo tiempo me comentó que por el fuerte sismo de hacía dos meses, las rocas de la ladera que habían rodado, obstruyeron el paso del brazo del rio que lo surtía de agua,pero que la hondonada obstruída estaba en nuestroe terrenos, por lo que dicho brazo abrió brecha y un kilometro adelante se volvía a unir al río. y que en el verano el fluífo de agua era cero, y que por no estar mi madre ni mi tía, hablaba conmigo para saber que podía hacer. No había problema, la cerca la iba a mandar a reparar, y que dinamitaran el paso obstruído,pero necesitaba saber el lugar exacto para tomar precauciones. Como el no podía ir quedamos que el otro día temprano iría con Monserrat a su granja. Estábamos sentados bajo un árbol con Monserrat, platicando cuando de repente empezó a reír de buena gana, al preguntarle el motivo, me dijo que cuando pase por ella al almacén esa mañana,las dos chicas que estaban con ella ya se morían de la verguenza pensando que había escuchado lo que le decían, sucede que estas chicas fueron a comprar y le preguntaron si yo era familiar de ella, y le decían que por una noche conmigo estaba dispuestas a perder su virginidad, justamente en el momento que yo llegaba. Se quedó pensativa con la vista fija en la montaña, y agregó: y de verdad cualquier mujer quisiera tenerte en su cama, tienes 21 años, alto, fornido, guapo, tu sonrisa y tu mirada azul derriten a cualquiera, le pregunté: Y tu quisieras tenerme en tu cama?, sin apartar su mirada de la montaña me dijo:
-Sí, ya ves mi situación, Con Rogelio nos amamos, ya hace 6 años de su accidente, no tenemos penetración,él hace lo que puede, me hace sexo oral, me masturba con el aparato de baterías que me compró, tengo orgasmos pero no es la misma satisfacción que te dá un pene, que claro lo puedes encontrar a la vuelta de esquina,pero no es el caso de acostarse con cualquiera y mucho menos donde todo mundo te conoce.
Se puso de pie y dándome la espalda continuó:
-Esta noches tu te vas, me quedo dando vueltas en la cama, cierro los ojos, y quiero dormirme para soñarte y tenerte.
L
a interrumpí tomandola por la cintura, giró y quedamos de frente, por sus mejillas corrían lagrimas, sus ojos verdes mostraban nostalgia, sus labios temblaban, con una sonrisa dulce, me pide que la disculpe por lo que dijo, la acerqué hacia mi y le dí un beso, ella se apretó a mi, y fué un beso largo, mientras nos besabamos, ella abría los botones de mi camisa, sus manos acariciaban mi torso desnudo, y sus labios buscaron mis tetillas, y las chupaba y lamía. Yo apretaba sus senos duros, y mordisqueaba sus orejas, y besaba su cuello, ella ya había zafado el cinturón y empezaba a bajarme el pantalón con todo y ropa interior,los bajó hasta la rodilla, y agachandose se metió mi pene a la boca, su boca húmeda y tibia, y su ágil lengua hicieron efecto en mi pene qu estaba super duro e hichado, lo chupaba suavecito, y me hacía temblar de placer, se recostó sobre la grama y me pidió que la penetrara, abrí su blusa, y chupe sus deliciosas tetas, no eran grandes pero eran divinas, blancas de aureola rosa y pezoncito rojo, erecto por la excitación, abrí sus pierns y saqué su ropa interior, quedó abierta su chocha, cubierta de vellos castaños, brillabn sus labios por la humedad de sus jugos pasé la lengua por su ranura recogiendo sus líquidos y aprisióné su clítoris, succinandole y lamiendolo, ella insistió en que le metiera el pene, que quería llegar a su orgasmo con el pene al fondo y no oral, me pidió despacio porque era demasiado grande y grueso, empezé a penetrarla lentanebte, cerró sus ojos, abrió su boca, y en su rostro se dibujó un placer intenso, sus piernas se aconodaron sobre mis pantorrillas empez{e a salir y entrar despacio, ella se corrío rapídísimo, me mordisqueaba, buscaba mi boca, el sonido del choc, choc, choc, eraa intenso, movía sus caderas en círculos, y subía su cintura despegandola del suelo, buscanado mas penetración de mi pene, conmculsionaba y ganía de ´lacer, wempez{o de nuevo su cuerpo a temblar y su ahh,,ah,,ahh,se apretó a mí, esta ves con sus talones presionado mi cintura, y se volvió a venir, justo cuando empezaba a derramar mi semen, nios quedamos prendidos en un beso, luego de unos minutos, empezé a sacar mi pene, ella se quedó boca arriba, con las piernas dobladas y baiertas, y su chochita roja presiosa empezó a soltar la leche que tenía en su inteior, corría el semen por sus nalgas, viéndome con ojos de satisfacción y a la vez ternura, me dijo que gracias, la había hecho mujer de nuevo, que nunca olvidaría ese día. Por la tarde ese día despupes de regresa con Monserrat, y haciendo tripas corazón al ver a Rogelio, le dije que ese mismno día iba a la hacienda para lo hablado. Una noche antes de mi partida llegué a cenar con ellos, le dije a Rogelio que ya tenía agua, y cerca reparada, y que me marchaba otro día, y que llegaba para invitarlos a desayunar a la casona porque tenía dispuesto viajar a media mañana, Rogelio se disculpó ya que tenía que viajar con los miembros de su club Rotario a El Salvador, y pasaban por El al amanecer, y quedamos que en otra oportunidad. Eran como las 8 de la mañana del día siguiente, estaba colocando mis cosas en el vehículo, cuando tocaron a la puerta,era Monserrat, llegó aún con su cabello húmedo, un vestido color azul que le sentaba muy bién por el color blanco de su piel, el vestido le llegaba abajito de la rodilla, pegado a su fina cintura, con sandalias de taco alto, y sus nalguitas paradas bien dibujadas, era delgada pero de pantorrillas torneadas se veía super sexi, me dijo que llegaba a desearme felíz retorno, estaba preciosa, la tomé de la mano, y la llevé a la recámara, entre besos y caricias, estábamos sobre la cama desnudos, ésta vez se prendió a mi pija hasta correrme en su boca, luego fui yo quién con besos de cabeza a los pies, y de una esupenda mamada la hice correrme en mi boca y degustar sus deliciosos jugos vaginales, abrí sus piernas y empezé a penetrarla suavemente, ahora ya en una cama mullida, su vagina era exuisita, apretaba con sus paredes mi verga produciendose un placer indiscreptible, ne decía que sentía su vagina llena y que mi pene era rico, que le gustaba que fuera largo y grueso, que eso la hacía sentir un cosquilleo rico en el fondo de su vagina y que se le regaba por su espalda y vientre, lo hicimos dos veces, fuerom tres horas de lujuria, su panocha estaba ya roja de tabto frote, y le ardía, yo aún quería eyacularle una vez, su panocha no aguantaba ya el roze por lo que siguó con su boca, luego le pregunté si ya había cogido por el trasero, me dijo que no, pero podíamos probar. Le dilaté su hoyito con is dedos, alprincipio le molestaba pero poco a poco, ya tebnía tres dedos dentro, con suficiente gel, unté mi penw y llené su culito hasta donde llegaba unio de mis dedos, se puso en cuatro, quedando a mi bvusta sus nalgas blancas redonditas y duras, vaya si tenía parado su culo, su hoyito ya un poco abierto por mis desos de color cafecito claro, coloqúe el glande que se fué de un golpe, ella se arqueó un poco, le pregunt si dolía, me dijo un poquito, pero sigué, empezé a entrar, el culo se ensancho y hasta lo oí crujir, deslizé otro poquito, ella gimió, salí y vilví a meterlo, unas dos o tres veces, la cuarta entró con facilidad, volví a empujar y esta ves se fué mas de la mitas, ella se empujo a mi, y me fuí toso, opí, el uh, la sentí sudar frío y sus piernas empezaron a temblar, con is dedos llegué a su clítoris, y se lo masajeaba, ella entía ya placer, y empujaba sus caderas hacia mi, mi pija ya entraba y salía con facilidad de su ano, el dolor inicial se volvió placer, segupia mi ritmo y mis dedos seguían jugando con su gallito, la sentí venirse y momentos después llené su rico culo de lechita caliente. Un mes después recibí una llamada telefónica de Rogelio, con voz seca me dijo: Quería hablar contigo de algo importante, ne puso en ascuas, y luego tratando de no ponerme nerviso, le pregunté en que podía servirle, me agradeció lo del agua, y prosiguió diciendome, que Monserrat viajaba a la capital cuatro veces al año, por el asunto de las compras del almacén, y que la fábrica de telas que ella vendía habían cambiado su sede, y me ´pedía el favor de acompañarla si me era posible, cada vez que ella llegara ya que era ahora un poco lejano de la capital, y si podía hablar con mi madre para que el día que no pudiera regresar por algún atrazo se quedara en casa. Monserrat y yo felices del favor pedido, y siempre tuvo retrazos en sus viajes, Aunque despues supe por la propia Monserrat, que Rogelio la animaba a viajar para ver lo de sus compras personalmente, si y solo si, era yo quienla acompañara y a sí tuviera cuatro veces al año una pija que la hiciera felíz. Y todo por hablar dormida.