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Quedándose calmadas pegadas a la pared de la habitación donde se metieron para estar solas y juntas en la privacidad explorando su bisexualidad considera que quiere pasar el resto de su vida sin separarse por un breve instante del corazón como del alma que corona actualmente su realidad de mujer amada en compañía nada menos de la mismísima asistente de la vicerrectoría administrativa agarradas fielmente de las manos mientras se contemplan una con la otra y sucesivamente en silencio reafirmando su realidad fehaciente que no podían detener ni siquiera callar por más tiempo saliendo inminentemente a la luz pública entre las dos y solamente las dos.