Jazmín es una de mis mejores alumnas. Tiene 20 años y espera graduarse de Abogada. Siempre es la primera en llegar a la clase y, a diferencia de las demás, busca sentarse en la primera fila para escuchar con mayor detenimiento mi exposición.
Ella es muy bella por cierto. Sus larga cabellera rizada, a veces rubia, a veces castaña, me vislumbra tanto como sus impactantes ojos azules.
Pero cada vez que me hace una pregunta, sus carnosos labios se mueven en un ritmo que eleva mi emoción y los latidos de mi corazón. Me gusta dictar el Curso de Ciencia Política, pues logró la máxima atención de mis alumnos, ya que espero que alguno de ellos se interese por el destino de mi país. Pero, quien permanece más atenta a mis intervenciones es Jazmín. No se pierde ninguna clase.
Ultimamente Jazmín está más hermosa. Tal vez sea la llegada del verano. O,derrepente, ya está experimentando una etapa donde ya se le ve más mujer. Sus senos están grades y radiantes. Sus piernas lucen más torneadas. Una minifalda roja es su nueva engreída. No la deja por nada. Y de ello, me doy cuenta. Cruza sus piernas y me deja sin palabras. Me hace perder el sentido de la concentración. Y es que sus muslos derraman una pasión que antes no sentía. Creo que me he enamorado de ella. En una de mis últimas clases, se cayó el lapicero de mis manos. Fue inevitable agacharme para recogerlo del suelo. Sin embargo, cuando elevé mi mirada me estrellé con aquel paisaje que sólo imaginaba en mis sueños. Jazmín estaba sin ninguna prenda intima. No llevaba calzón. Pero, además, tenía dos dedos acariciando su pimpollo ardiente. allí me di cuenta que se masturbaba cuando me miraba a los ojos. Y también me dí cuenta que sentía una pasión por mi. Me levanté, inmediatamente, y sus ojos azules se agrandaron tanto que parecía que había tenido un orgasmo. Desde aquel día sentí que mis palabras exitaban a Jazmín. Sentí que mi sabiduría era extremdamente sensual para ella. Yo no lo entendía así. Cómo hacía ella para conciliar mis explicaiones sobre La teoría del estado de Los grupos marxistas y sus masturbadas constantes.
Realmente no entendí. El curso terminó. Jazmín tuvo la mayor aprobación en el curso. Siempre me pregunté si realmente excitaba a Jazmin con mi estilo de dictar el curso. Pero, creo, ella descubrió una nueva técnica de concentración, que despues comenzaré a explicar. (contiuará)