Nos conectamos por messenger, ella estaba allí lejos y yo, más cerca de mí mismo. La seducción habiase iniciado, el juego sensual de ambos bandos. La premier del deleite virtual. Ella, más que hermosa esa noche, lucía espléndida su humanidad, vestida como para una noche inolvidable. Que lo fue.
Comenzó la danza del deseo, desnudándose de a poco, con estilo, haciendo que este hombre de este lado empezara a calentarse. Mi miembro se erguía con el baile sensual de la dama. Me cosquilleaba el glande, ¡qué glande!, diría un chino impactado (por "¡Qué grande!"). A propósito, una pareja de recién casados salía del Registro Civil, y un tipo que pasa por allí les dice, por el arroz en sus ropas (de la celebración): ¿Recién casada la parejita?... A lo que el flamante marido le responde: ¡No boludo, si me vomitó un chino! (jajajaja). Prosigo...
La danza del deleite se iniciaba, ella fulgurante, quitaba sus ropas poco a poco, haciéndose desear. Yo mientras me manoseaba el pellejo, lo estiraba como caracol haciéndose un lifting. Tenía la pija dura, como rulo de estatua, y colorada como planta del pie de un cartero. Ella seguía con su danza silenciosa, porque yo desde mi lugar (por la PC) no escuchaba un carajo. Por lo tanto era silenciosa, silenciosa como una sirena con flatulencias debajo del mar... Y yo seguía erectado, tieso como paquete de pastillas; caliente como cacerola sin agua en el fuego. Y ella seguia con su danza, y yo erectado. Y ella seguía, y yo erectado. Y...
¡Basta carajo de repeticiones! ¡Cállate, cállate que eyacuuuuulo!
Viéndonos desnudos estabamos, y nuestra calentura aumentaba. hasta que el éxtasis irrumpió. Acabamos, cada cual por su lado. Ella ahí, yo acá.. acá... aca-bé!!!
Y colorín colorado, ambos hemos acabado.
Por favor, por decencia, cambie de actividad, lo suyo no es escribir. Los circos siempre están empleando payasos...