Era un caluroso dia del mes de julio.
Habiamos quedado un grupo de parejas amigas para pasar el día en una pequeña cala de dificil acceso,donde solo se podia llegar a pie y no sin pasar alguna que otra dificultad.
Maite, mi mujer, y yo fuimoslos últimos en llegar,cosa que no era de lo más normal, ya que éramos bastante madrugadores. Cuando llegamos las otras cinco parejas ya habían preparado todo,habían montado una especie de carpa donde resguardarnos del sol y ya estaban tomando el aperitivo.
-Por fín llegais, dijo Lola, que os ha pasado?
-Que se nos pegaron un poco las sabanas, contestó Maite.
-Seguro que habeis pasado la noche haciendo ejercicio, comentó alguien .
Comenzaron las risas y nos unimos al vermut.
-Escuchad, gritó Raul, Sonia y yo estabamos pensando que ya que estamos solos hoy nos toca bañarnos en pelota picada.
-¿Que os parece?
Todos estuvimos e acuerdo, ya que eramos una serie de amigos muy liberales. Así que acto seguido nos quitamos la ropa y todos nos fuimos de cabeza al agua.
Al cabo de un rato de estar en el agua decidimos salir para comer. Lorena y Sonia habían bebido bastante durante toda la mañana y staban un poco subiditas de tono, así que propusieron hechar una pequeña siesta en cuanto acabaramos de comer.

-Bueno,los que quieran que duerman, comentó Dani, y los que no quieran dormir podemos al encadenado borracho.

Así se hizo, mientras unos dormian otros nos pusimos a jugar al encadenado.
El encadenado era un juego en el que cada vez que uno se equivocaba tenia que tomarse un chupito, y como es natural mientras más chupitos tomas más te equivocas.
La siesta la hicieron Maite, Sonia, Lorena, Raul y Sergio. Y los demás nos quedamos jugando al encadenado. A las dos horas ye estabamos todos bastante contentillos y comenzaron los comentarios sobre los cuerpos de los durmientes.
Los comentarios cada vez eran mas calientes y la cosa comenzaba a caldearse.
Yo decidí ir a darme un chapuzón y al momento me siguieron Lola, Emi y Sandra, mientras Dani, José y Alberto sguian con sus chupitos y el cachondeo.

De pronto dentro del agua senti algo que me tocaba mis testiculos, me volví y no via a nadie, pero al mirar para abajo me encontré con Sandra sumergida.
De pronto emergió y me sonrió, acto seguido mi mano se sumergió y con mucha delicadeza acaricio su pubis. Ella de nuevo sonrió.
De pronto se acercaron Emi y Lola y propusieron jugar al tunel submarino y así lo hicimos. Los primeros en abrirnos de piernas y por este orden fuimos Sandra, yo y Lola.
Emi al pasar por entre nuestras piernas nos pasó la lengua por nuestros genitales a los tres, luego Sandra hizo lo propio y así repetimos yo y Lola y el juego continuó.
Despues de varias pasadas sentí que me acariciaban los testiculos ymi verga se me había puesto enorme; entonces mientras la mano de Emi acariciaba mis testiculos, Lola se sumergió y comenzo a chupar mi poya y mi mano se deslizo entre las piernas de Sandra y comencé a acariciar suavemente su clitoris.
Mientras tanto en la arena se habían tumbado todos a la sombra y sus cuerpos ardientes de calor y alcohol descansaban sin percatarse de nuestro juego.
Al cabo de un rato ya me habian comido la verga Sandra, Emi y Lola y yo tambien les habia introducido ésta en todos los orificios posibles; entre ellas tambien se acariciaban y masturbaban produciendonos entre los cuatro un placer indescriptible.
Pasado un tiempo salimos del agua y seguimos bebiendo chupitos para que aquello no se desanimara.
Se nos hizo la noche y decidimos quedarnos en la cala aquella.
Hacía mucho calor y no dejamos de beber y contar chistes verdes y cuentos eróticos por loque al cabo de uns horas estábamos todos más calientes que un hornllo.
Emi le dijo a su marido que le apetecia muchisimo follar, y Alberto accedió.
-Vamos trás aquellas rocas, dijo Alberto.
-No, aquí delante entre todos, contestó Emi.
-¿Nos podemos apuntar?, preguntáron Dani y Lola.
-¿Por qué no lo hacemos todos? dijeron Sandra y José. Hagamoslo todos con todos.
Lorena y Sergio tamben asintieron. y Maite y yo tambien decidimos apuntarnos a la nueva experiencia.
Fué una larga y sabrosa noche, cada uno empezó con su pareja pero, poco despues todos nos fuimos intercambiando.
Aquello se había convertido en una bacanal entre amigos. Todos follamos con todos y los gemidos de placer rompian la serenidad de la noche.
Había momentos que una mujer se encontraba con una polla en su chocho, otra en su culo y comiendosela a otro; y un hombre se encontraba que mientras una mujer se lo follaba otra le ponía su chocho en la boca y en cada mano sentia otro chocho.
Fué una jornada irrepetible, al día siguiente tenia un dolor de polla y huevos descomunal pero con una sensacion de placer inexplicable.

ESTO ES AMSTAD Y BUEN ROLLO