Como lo relaté en esta página con el título de “Me sentí nena desde chico” todo en mi vida desde muy chiquito me indicaba que mi sexo estaba equivocado…sin dar detalles de mis escritos anteriores en la página gemidos elijo contar otras experiencias de mi vida sexual con hombres maduros…ya iniciada desde los 12 por un chofer de micro en mi viaje de egresada de la escuela primaria mi deseo por los hombres bastante mayores fué creciendo y tuve muchísimos encuentros en busca de saciarlo.
Uno de ellos fué cuando tenía 18 años…había un señor que vivía muy cerca de mi casa y por las tardes salía a pasear a su perro (un gran danés)y lo llevaba a una plaza a 3 cuadras de nuestra calle…Don Enrique tenía alrededor de 60 años, era retirado de una fuerza militar y sus características físicas me resultaban terriblemente atractivas….1,85, 100 kg, barba candado matizada por las canas,semi-calvo, ojos oscuros, y un cuerpo bastante velludo…usaba pantalones de lino, en general camisas escocesas con los botones superiores desprendidos, lugar por donde asomaba su intensa mata de pelos canosos…que invitaban a imaginar sus zonas mas bajas…
Cuando lo ví me enamoré…por las noches era el protagonista de mis fantasías y lo deseaba cada día mas…una tarde me animé y salí hacia el parque unos minutos antes que él…me senté en un banco solitario y comencé a hojear un libro…al rato de estar esperando lo vi venir y cuando pasó a mi lado lo saludé con una sonrisa bastante afeminada a la cual el respondió amablemente…hizo unos pasos y se volvió…(casi muero de exitación), diciéndome “Hola, que haces por acá?…vives cerca de casa no?”…lo miré con los ojos endulzados por el deseo y le dije…si, vine a estudiar aquí…me favorece el atardecer y la tranquilidad…¿me puedo sentar a tu lado? (preguntó)…si, por supuesto, contesté….soltó de la correa a su perro que era bastante obediente y empezóa corretear libre por las cercanías mientras nuestra conversación parecía ser un sondéo…tendiente a conocer detalles clave para avanzar a otros campos…en un momento le pregunté si era casado y me respondió que había enviudado 3 años atrás…que vivía una gran soledad, estaba retirado y su única compañía era su perro…me dijo que le gustaba conversar conmigo, ya que pasaba días enteros sin hablar con nadie…y que yo le resultaba muy agradable…”tal vez podamos ser amigos” concluyó…decidí darle pié y contesté:porqué no?…tengo pocos amigos…me relaciono mejor con las personas mayores que con las de mi edad…tengo una familia muy ortodoxa y casi no puedo expresarme en casa…usted me resulta muy agradable…en fin nos pasamos los teléfonos y comenzó a despedirse diciendo, “bueno, no te distraigo más…espero volver a verte pronto”…a lo que contesté: No es ninguna molestia…me hace bien estar con usted…mi mirada me dejaba en evidencia…sonrió y dijo: si es así puedo quedarme un rato mas…jack(su perro) está muy entretenido y lo agradecerá…tomé su mano, lo miré a los ojos con dulzura y le dije…me gusta mucho estar con usted…comenzó a acariciar mi mano y respondió…ya sabes, estoy solo en casa…si gustas podés venirte a tomar algo y la seguimos allá…le dije: vamos…llamó a jack, le colocó la correa y caminamos esas cuadras casi en silencio…cruzando miradas cómplices…al llegar fue todo tan claro que apenas cerramos la puerta comenzamos a besarnos apasionadamente y me condujo sin hablar hasta su dormitorio…donde tuvimos una noche increíblemente fogoza y me cogió en todas las posiciones habidas y por haber…a partir de ese día su hermosa poronga se transformó en mi vicio diario…
deliciosamente excitante