Por fin.por fin.por fin.por fin.
Al fin dejo de llover y sali corriendo a la farmacia a comprar algo para cenar. Tome lo que llevaria e hice fila en la caja para pagar. Estando ahi parada senti que alguien mas se paro detras de mi y voltee a mirar, era una mujer como de unos 45-47 años que me sonrio; "cuanta lluvia", me dijo sonriendo.
Sali de la farmacia y ella venia detras de mi; "¿eres de por aqui, verdad?, ya te habia visto antes", me dijo.
Antes que le contestara saco un cigarro y lo encendio ofreciendome uno; "¿fumas?", me pregunto.
Le conteste que no y me dijo que la acompañara a fumarselo. Nos sentamos en el borde de una jardinera y empezamos a hablar de cualquier cosa.
Al soltar el humo levantaba la cara y su cuello se estiraba un poco, que lindo cuello tenia. Llevaba puesta una falda suelta y larga casi hasta el tobillo, una blusa un poco escotada y una chamarra con sandalias de piso. Tenia los ojos color miel un poco verdes y una boca grande de labios gruesos. Me dijo que tenia tres hijos pero que solo su hija vivia con ella, que era divorciada y que tenia 47 años. Es delgada y como de mi estatura.
Le dije que yo tenia poco viviendo en esa colonia y que vivia sola. "¿No tienes amigas por aqui?", me pregunto.
No, casi no salgo por aqui.
El dia que quieras te invito un cafecito a la casa, me dijo.
"A veces nos juntamos una amiga y yo a platicar de todo y de nada, ya sabes", concluyo.
Le digo que me gustaria ir un dia a platicar con ellas y nos dimos los telefonos.
"Me parece bien", dijo, "me llamo Lucila", termino.
Yo me llamo Marcela, le dije.
Bueno, entonces nos hablamos, y nos levantamos para irnos.
Me fui caminando pensando en ella: 47 años, divorciada, delgada, guapa, sexy.
¡Claro que iria al cafecito!
Timbra el telefono y alcontestar oigo la voz de mi nueva amiga.
Hola, me dice, te acuerdas de mi, soy Lucila, platicamos el otro dia afuera de la farmacia.
- si, si, hola ¿como estas?
Bien, oye te llamo para decirte que mañana vamos a visitarte, ¿te parece bien?
- Si claro, le conteste.
Entonces ahi estamos despuecito de las seis, nos vemos.
Basto eso para sentir como mi pantaleta se mojaba.
¿Seria mi imaginacion?
¿Como sera la amiga?
¿Como me visto?
¿Como vendran ellas vestidas?
El Viernes por la mañana me fui a comprar un pequeño atuendo por si se daba algo interesante, ¡interesante y caliente!
Me compre un micro-bikini blanco en una likra blanca transparente diminuto. El bra apenas me pasaba por la orillita de mis pezones y la tanguita era en forma oval con una argolla arriba de donde salia el hilo para sostenerse en mi cintura. La forma de la telita era la misma de mi panochita, es un tejido tipo red. Me rasure y me depile para estar lisita.
Me perfume y me puse unos zapatos de tacon no muy alto, como de seis cms de un color rosa nacarado, me puse mi mini-tanguita y el micro-bra, me mire en el espejo y me encanto lo que vi. Me puse una falda muy parecida a la que llevaba puesta Lucila el dia que nos encontramos en la noche. Blanca a media pantorrilla, es de esas faldas que se bajan si no tienes buena nalga, con resorte en la cintura y ya sabia yo que se me estaria bajando por mis nalguitas de adolescente, la idea me gusto; enseñar mi vientre plano y el resorte de mi tanguita. Una blusita del color de los zapatos y de tirantitos completo mi atuendo, sombra en los ojos y labial ultra-rojo. Pense en ponerme mi dijecito, mi mini-penecito en mi tobillo o en la muñeca pero no me anime, lo dejaria para otro dia, lo vi y me lo meti en mi boca para darle una mini-mamada y despues lo guarde.
Llegaron poco antes de las siete.
Me presento a su amiga, una trigueña clara de unos treinta años, un poco mas bajita que nosotras, muy bonita de cara.
"¡Hola, me llamo Beatriz! pero me dicen Betina."
¿Como estas Beatriz?, le dije.
Tenia puesto unos zapatos verdes perico con una correa en los dedos y una cogiendole el tobillo con una talonera detras. Un pantalon muy ajustado a la rodilla de mezclilla, una chamarrita de mezclilla muy cortita y una blusa blanca.
Sus pantorrillas eran gruesas y muy bien torneadas, y asi se veia toda ella, de muslo grueso cadera ancha y cintura delgada y tetas grandes y redondas, de cabello alborotado degrafilado, de ojos grandes marrones y boca chica pero de labios gruesos.
Lucila tenia un vestido largo ceñido al cuerpo que sin ser ajustado le delineaba su esbelta figura de una forma que la hacia verse muy rica. Era a media pantorrilla de tela con likra en color salmon bajito con zapatos negron de tacon mediano y un como rebozo que la envolvia hasta la cintura.
Las invite a entrar y Lucila se quito el rebozo y pude ver sus brazos delgados pero marcados y vi que no tenia brasier y sus pezones se le notaban, eran obscuros y grandes. Tenia una tanga en rojo o violeta.
¡Venian bien dispuestas!
Y yo las estaba esperando.
Les pregunte si querian tomar algo y Beatriz me pregunto lo que tenia.
Vino tinto, cerveza, tequila.
"Yo un tequilita", dijo Lucila.
"Yo mejor vino tinto", dijo Beatriz
Traje las copas y las botellas y yo destape una cerveza.
Me preguntaron que si la casa era mia o la rentaba y de si tenia hijos o si era divorciada, que a que me dedicaba. Al servirnos la tercera ronda las invite a ver mi rinconcito en el patio de atras y al verlo se les abrieron los ojos.
Habia bajado las cortinas de un lado y con la velas encendidas se veia muy lindo y seductor. ¡Uy que lindo y coqueto esta esto!, dijo Lucila.
¿Asi estaba cuando te cambiaste o tu lo arreglaste?, me pregunto ella misma.
Yo lo arregle, era un asador con barra.
Oye, ¿y no se asoman a fisgonear los vecinos?, me pregunto Beatriz.
No creo, las bardas son muy altas y por la tela de invernadero no se ve nada para aca abajo, ademas esta doble.
Lucila me dice que porque no nos traemos las bebidas para aca y nos sentamos en el borde o dentro de la tina.
"Si bajamos las cortinas con las velas prendidas esta muy rico".
Traemos las botellas y las cervezas y nos metemos a la tina quedando sentadas en el borde con los pies metidos en la tina vacia.
Esta un poco nublado y la noche esta oscura y ahi dentro con las velas encendidas se respira un aire de complicidad excitante.
Lucila me dice que si no tengo algo para taparnos los ojos; ¿taparnos los ojos?, le pregunto.
"¿Si, tienes algo para taparnos los ojos?", insiste.
Voy a la casa y traigo unas mascadas y paños y dos corbatas.
Se las doy al tiempo que le pregunto que cual es su idea.
Las toma y me dice que nos fijemos donde estan las bebidas, Beatriz se ha quitado la chamarrita y su blusa es escotada y le deja ver buena parte de su brasier verde perico igual que sus zapatos, son de esas blusas que se usan para dejar ver el brasier. Tiene tetas grandes, se le ven pesadas y duras con los pezones notorios.
Estan las cortinas de bambu bajadas y las velas iluminan el espacio reflejandose en los espejos haciendo que nosotras nos veamos en los espejos como en un juego erotico.
Lucila tiene una pierna doblada y el vestido se le ha subido un poco y por la posicion tiene las piernas un poco separadas lo que deja ver un hueco oscuro entre sus piernas delgadas y blancas.
Beatriz de ha sentado dentro de la tina y se ha quitado sus zapatos. Lucila se acerca a ella y le hace el pelo para atras para poder ponerle la corbata, lo hace como en un rito y Beatriz lo permite docilmente.
Tiene su copa en la mano y le dice a Lucila que me tape los ojos a mi. Me hace un ademan con la mano y yo me acerco a ella como hipnotizada. Me siento delante de ella sintiendo su rodilla en mi cabeza, me amarra la mascada y me da en la mano mi cerveza fria. Al darmela me pasa sus manos por las mias mas de lo necesario.
Me siento frente a Beatriz y me quito mis zapatos.
Nos dice Lucila que ya se esta poniendo la otra mascada y se baja tambien ella dentro de la tina diciendo que se va a aquitar sus zapatos para poder estar mas comoda. La tina no es muy grande, es una tina normal de jacuzzi.
Ya estamos ahi las tres, con los ojos vendados dentro de la tina.
Junto mis rodillas hacia mi pecho y siento como la falda se queda en el piso, recuerdo la tanguita que traigo puesta y deseo que Lucila no se haya puesto la mascada, asi podria verme mi cosita tapada por esa telita transparente.
"¿No se les hace rico estar asi?", nos pregunta Lucila.
"¡Uy si!", le contesta Beatriz.
Beatriz dice que ya se le termino su vino y que se va a servir otro, al moverse siento como su pantorrilla queda sobre mi pie, la siento tibia, pesada, dura.
"¿Es tu pie Marce?", me pregunta
al decirle que si me dice que los tengo bonitos, delgados y largos.
Se sirve y al volverse a acomodar su pantorrilla roza la mia.
Al terminarme mi cerveza me pongo de rodillas para servirme otra y quedo sintiendo un hombro de Lucila un poco abajo de mi cintura, en la ingle. Al sentarme quedo muy cerca de Beatriz, oprimiendonos un poco las caderas.
Lucila nos dice que se servira el ultimo y se pone de rodillas para alcanzar la botella y al quedar asi con su pie me toca la parte externa de mi nalga.
me gusto mucho pero es muy inconcluso y muy caliente