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El doctor

Después de algún tiempo de mi primera vez con otro hombre, un día sin pensar en nada sucedió algo interesante, resulta yo venía de hacer algunas compras en el centro de la ciudad y había estado muy cargada de actividades entre mi casa, la escuela de los niños, mi trabajo, y el apoyo que le brindaba a mi mama en su negocio, así que ese día en particular cuando fui a recoger a los niños a la escuela, a eso del mediodía, me sentí mareada y casi me desmayo, no sentía fuerza y entre varias señoras que iban por sus hijos me llevaron al consultorio médico de esos que hay en los pueblos. Para fortuna no había gente por lo que el doctor me recibió de inmediato, le explicaron lo que me pasó y me dejaron con él, después del clásico interrogatorio me dijo que era exceso de trabajo y con el sol aunado a que no había tomado ningún alimento me había descompensado y de ahí mi debilidad, me puso una inyección (supongo que vitaminas) cuando saco la aguja y me puso el algodón me dio un leve masaje en mis nalgas, yo expire y sin pensarlo dije “ah se siente muy bien”, el pregunto si me gustaba y yo le dije que sí. Supongo que eso le dio valor pues quería algo más a lo que yo le dije que no pues en verdad me sentía muy mal, me dijo no hay problema, me puso un suero y ahí me tuvo como dos o tres horas, en ese inter la charla derivo en muchos temas, pero para no hacer esto muy largo pues quedamos de vernos un día que el descansara, y ese día paso lo siguiente.



Resulta que cuando llegue él ya estaba ahí me vio y le dio mucho gusto nos fuimos a un bar y tomamos un par de bebidas, de ahí nos fuimos al hotel, una vez dentro comenzaron las hostilidades nos besamos y nos manoseamos todo él no era guapo pero en ese momento me pareció atractivo así que decidí que si lo haría con él y por ello paso todo lo que paso él tenía un pene más bien pequeño diría yo el más chico que había visto en mi vida hasta ese momento en fin eso si se ponía durísimo y se ve que el doctor no tenía mucha experiencia sexual a pesar de ser casado, pero pues yo puse en práctica lo poco que se inicie con un sexo oral el cual parecía que no le gustaba porque se enderezaba mucho como si le echara chile a una herida, suspendí por un momento y le pregunte si lo estaba lastimando a lo que me respondió que no, que le gustaba mucho pero la sensación era muy fuerte casi no lo aguantaba pero le gustaba mucho por lo que seguí y seguí luego me pregunto si podíamos hacer algunas poses, yo le dije que sí, y comenzamos con la pose de perrito, luego cambiamos me acomode y subí las piernas a sus hombros se sentía muy bien pese a lo chico de su pene, el quedo maravillado, decía que era una experta que conmigo sentía muchas cosas que jamás con nadie había sentido, que su esposa solo aceptaba la pose de misionero y pues no disfrutaba del sexo como tal tampoco se lo hacía oral y no permitía que él se lo hiciera, conmigo disfrutaba mucho la pose de perrito y aprendió a hacer el sexo oral a una mujer, al final estábamos de lado pero con una pierna arriba y la otra abajo y así termino dentro de mi dentro del condón. Nos bañamos y de ahí cada quien para su casa.



Espero les haya gustado



Luna


Datos del Relato
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