Tranquilamente doy mí paseo para distraerme igualmente disfrutarme para mí solita luego de una ardua cómo cansona hasta imparable semana de trabajo qué me ha dejado agotada y fastidiada qué yo misma no me aguanto en el ánimo y la cabreación a la vista. Me detengo frente a una vidriera de un comercio distraída y entretenida por la vista qué tengo al respeto, qué no escucho ni me doy cuenta ni tampoco siento qué se em aproxima por detrás un vagabundo zarraspastros con malas intenciones, extendiendome la mano al pedirme tiene unos centavos para llevarme un plato de comida a la boca qué tengo días con mucha hambre hasta sed.

Virandome con una cara de apenada y avergonzada le habla normalmente al pobre vagabundo al sacarme las manos del bolsillo de mí falda se lo debo mí buen hombre no tengo ni un real y la última quincena se me fueron pagando mis deudas le entro unos centavos, entonces me mira al reaccionar con suma furia hasta malcarado y por supuesto, ofendido conmigo al tomarme fuertemente de mis brazos al empujarme y jalarme lejos de la cera donde nos topamos y cruzamos al empujarme contra una paredilla humeda y sucia al tomar y arrebatarme mi cartera qué la abre al revisarla qué no encontro dinero más de lo qué le di y me saque del bolsillo de mi falda.

La tira al suelo, hablandome fuerte y ruda hasta cruelmente no se cómo saldras de está, pero me levanta la falda al arrancarme de un solo tirón las medias y el hilo dental cachetero, entrandome brutalmente a follarme dura, profunda y penetrantemente llorando de la desesperación y asustada igualmente nerviosa sin poder defenderme ni siquiera apartarlo ni escaparme de él en ese momento para mí, al tener el blackberry activo con el messenger y la cámara de red prendida viendo todo lo qué sucede por parte nada menos de mi esposo en persona cómo en vivo y a todo color quésoy violada por un pobre vagabundo hambriento qué por las casualidades se topo conmigo andando muy pobrecita con unos cuántos centavos en el bolsillo y en la misma cartera esa tarde de fin de semana en pleno centro comercial.

Termina dejandome tirada en el suelo sucio del callejón, llorosa le hablo mirá lo que me paso por tu culpa aquí en el centro comercial por no cumplirle con el deseo de llevarse un plato a la boca a está vagabundo pobre qué em violo ante tus ojos me despido al desconectarme corriendo al primer cuarto de urgencia para qué me examinen suerte qué no tuve mayor consecuencia qué lamentar al no quedar embarazada de la violación sino con unas cuántas laceraciones de sangramientos internos en mis partes femeninas qué no me dejaron secuelas ni traumas sicologicos en absoluto.