Esta vez acabamos de llegar de un viaje largo. Deje a los amigos de Cristian en sus casa y me dispuse a llevarlo a la suya. Eran las 4 de la madrugada y había llovido casi toda la noche pero no hacía mucho frio. Cuando iba por la carretera empece a acariciar mi verga con pasión y vi que Cristian tenía la suya erecta. Le mandé la mano para tocar su bulto, y el se dedo acariciar suavemente. Despues el hizo lo mismo con la mia, abrio mi bragueta y empezo a cogerla, viva, desnuda y humeando deseo. Páré el coche en un camino oscuro y solitario abrí la puerta trasera y lo empeje hacia atras con ese impetu de las ganas. Nos besamos locamente, mi lengua acarició sus oidos y sus tetillas. Le chupe y mame su verga con ahinco. Nos haciamos reciprocamente todo lo que un hombre desea que otro le haga. Despues me hizo poner en cuatro patas y sentí como su miembro se hundia en mi culito deseoso. Me penetraba sin piedad y mis gemidos parecian gustarle mas. Me repetía una y otra vez que le encantaba mi culito redondo y sin pelos. Me decía que ninguna mujer tenía un culo tan redondo como el mio y que le gustaba como me comia su pene hambriento. Me masturbaba con pasión pero no sentía que la leche estuviera lista a ser expulsada, asi que le dije que era su turno. Lo eche bocarriba en el asiento trasero, le quite sus enormes boxers y lo seje totalmente desnudo a merced de mis deseos mas intimos. Le subi sus piernas muy alto en el aire y emepece a ver ese ojalete rosadito que me decía penetra que aqui hay espacio suficiente, pero como lo había penetrado solo un par de veces, fue dificil abrir camino por ese fabuloso laberinto. Cuando entro finalmente vi brotar de su pene la leche que el había deseado hacer brotar dentro de mi culo, pero que ahora salia con fuerza de su verga. Lo penetré fuerte por mucho rato, abatía y el gemia aun mas y mas. Su verga se erecto de nuevo despues de tata verga que le daba y empece a masturbarlo mientras lo penetraba fuertemente. De repente estallé con tal fuerza que mi pene parecia salirse de su culito.Le llené su recto con mi leche y el a su vez eyaculo una vez mas y con mas fuerza aun. Fue una noche perfecta. Cuando nos vestimos y montamos el coche de nuevo ya empezaba a salir el sol indicandonos que empezaba un nuevo día para nuestro deseo.