Hace unos días vino a Guatemala Pierre, un antiguo compañero de colegio, lo conocí a él, su madre nataly, su padre también de nombre Pierre y su hermana Claudette. Vinieron a Guatemala cuando yo tenía 16 años, eran diplomáticos, y estaban en un consulado, El señor canadiense y la esposa Haitiana, ella era de raza negra y tenía un super cuerpo, le fascinaba volar huevo, en unas oportunidades la cogí en su casa, pero esa ya es otra historia. Revisando mi correo me encontre con una sorpresa agradable. El correo dice así:
Pipo, entre los apuntes de mi hermano me encontré con tu dirección electrónica y recordé tantos momentos hermosos, y nunca voy a olvidar la tarde de septiembre, precisamente el día de mi cumpleaños numero 14, Cuando caminando por la playa ese día que te invitó mi madre a acompañarnos, y que tomados de la mano me diste el primer beso de mi vida, era emocionante para mi ese momento, el chico alto, rubio, de ojos azules, ese chico que me quitaba la vida de quién estaba profundamente enamorada esta mulata. Recuerdo que cayendo la tarde estábamos tumbados bajo la palmera, cuando tu labios y tu lengua jugueteaban com mis pechos y pezones, cuando te dije que quería entregarme a tí, cuando te ví ese hermoso e inmenso pene rojo y duro, cuando lo colocaste en la entrada de mi vagina, sentí como se deslizó la punta dentro de mi, y el tronidito de mi himen al rasgarse, sentí que me partías en dos, el dolor era grande y más aún el ardor, cuando te abriste paso en mi interior, `pero era la mujer más felíz del mundo, sentía que me iba a desmayar, pero no se cuando empezó el placer, estaba completaamemte metido en mí, no sentía las piernas, la vista se me nubló, espasmos de placer empezaron a recorrer mi espina dorsal. el roze en mi clítoris era fenmenal, cuando sentí había explotado en el primer orgasmo de mi vida, sentí delicioso cuando sentí tus chorros de semen caliente dentro de mí, sentí tus besos apasionados, y tu pene seguía firme, no recuerdo el tiempo que estuviste dentro sólo cuando volví a sentir nuevamente lo caliente de tu semen. Ahora estoy casada, tengo dos hijos, los adoro pero al estar escribiendo esto, no puedo dejar de pensar en tí, de lo mucho que aún te amo, y sólo me queda agradecerte por lo felíz que me hiciste tantas veces en la cama, esperando verte un día y me vuelvas a meter ese hermoso pene. Claudette.