Hombre en Medias y Tacones
El siguiente amante lo consegui en un teatro.
Yo tenia unos 16 anos y una vez fui a un teatro en las horas de la tarde. Estaba bastante vacio asi que me sente en las sillas de adelante.
Como a la media hora se sento a mi lado un hombre como de 43 anos. Primero me empezo a empujar la rodilla con sus piernas y al ver que no lo dejaba, puso su mano en mis muslos y mas tarde me abrio la camisa y empezo a acariciarme los pezones.
Luego agarro una de mis manos y la puso encima de sus pantalones y pude sentir un enorme garrote grueso y duro.
Luego me chupaba los pezones y los mordisqueaba.
Asi se estuvo bastante tiempo en silencio mientras yo me dedicaba unicamente a sentir. Al cabo de un rato me pregunto si queria ir con el a un lugar. Le dije que si en voz z baja entrecortada.
Me llevo a su lugar de trabajo. Era vigilante de un taler cercano al teatro y dormia ahi, de manera que tenia improvisada una cama en un cuartucho con una bombilla brillante. No habia nada mas.
Me desnudo y el tambien lo hizo y me puso a mamar inmediatamente. Yo no lo habia hecho antes, asi que a la luz de la bombilla brillante, el me guiaba la cabeza. sentado al borde de la cama, mientras yo estaba arrodillado en el piso.
Me tenia agarrado de la cabeza por la parte de atras y me la empujaba de manera que ese enorme tronco entraba y salia llenado completamente mi boca. Me encanto tener ese pedazo de carne dura y caliente en mi boca. Me entusiasmaba la dureza, asi que empece a jugar con el. Como a las dos horas eyaculo y me lleno la boca de semen abundante, caliente y muy grueso. Fue mi primera experiencia con el semen. El me miraba complacido mientras yo lo tragaba.
Y asi fue que todos los sabados en la trade o al anochecer yo lo visitaba a su cuartucho y a la luz de una lampara brillante me dedicaba a mamar con mucho entusiasmo. Me volvi un experto en el tallo musculoso, en meterme las bolas completamente en la boca y en dar mis lenguetazos a su ano cerrado, lo cual le encantaba. Luego de hacerlo, me acostaba en sus rodillas y empezaba a darme con la palma de su mano, no muy fuerte pero si lo suficiente para que mis nalgas se pusieran rojas y calientes. A las 9 o diez de la noche yo regresaba a mi casa, con mis nalgas muy rojas e hirvientes de las palmadas amorosas que mi amante secreto me habia propinado. Me encantaba la sensacion quemante cunado me ponia mis interiores y me hacian pensar en el continuamente.
Lo que aprendi de esta relacion que duro solo algunos meses, fue que aprendi a disfrutar maravillosamente de una buena mamada y de que me gusta ver el organo masculino eyacular frente a mis ojos, cuando revienta y el semen sale a borbotones, caliente, grueso y crudo. Es un plato sensacional.