LA SIRVIENTA PERVERSA III
Agwa empujo encima de la cama a Nora, que la miro perversamente mientras le quitaba las bragas, se sentó encima de ella y le masajeo las tetas y las apretaba con fuerza con las manos, le arañaba le pecho, Nora suspiraba y emitía pequeños gritos.
- ¡Te voy a dar la mejor comida de coño que te han dado en tu vida! - le anuncio Agwa mientras la besaba - ¡Vas a ser mi putita!
Agwa se puso detrás de Nora le subió la pierna y le abrió los labios del coño con los dedos y le paso la lengua por la raja, Nora soltó un gemido ronco mientras echaba la cabeza hacia atrás, cerraba los ojos y apretaba las sabanas con las manos.
- ¡Tienes un coñito muy sabroso! - le murmullo Agwa - ¡Te huele a putita!
La lengua de Agwa recorría la raja de Nora expertamente, sabía dónde tenía que lamer lentamente y cuando rápidamente, sus dedos le abría anchamente el coño y su lengua lo penetraba profundamente, Nora empezó a gemir fuertemente mientras se sujetaba la pierna con la mano, nunca pensó que la lengua de una mujer le podía producir aquel profundo placer.
- ¡Me vas a volver loca!- susurraba con palabras entrecortadas Nora - ¡mi coño va a estallar!
- ¡Necesitas que te coma bien el coñito! - susurró Agwa - ¡Estas muy mal follada!
- Mi marido no me atendía bien - confesó Nora - ¡He pasado mucha hambre!
Agwa cambio de posición a Nora y la puso al borde de la cama y ella se agacho le abrió las piernas y volvió a comerle el coño, los pies de Nora quedaron sobre los hombros de su sirvienta.
- ¡Mírame como te como el coñito! - le ordeno Agwa y lo acompaño con dos golpes en las tetas y pellizcándole los pezones - ¡Enséñame lo guarra que eres!
Nora miro la miro morbosamente en tanto ella dejo de lamerle el coño y lo estimulaba frotándole los dedos, Nora le hizo un gesto afirmativo y le acaricio la cabeza, mientras se miraban las dos fijamente.
- ¿Cuánto hace que no eres mala y guarra? - le pregunto la filipina.
- ¡Hace mucho tiempo!
- Si quieres que te coma el coñito - le susurro Agwa - ¡pídemelo!
Nora la miraba desafiante y se masajeaba ella misma las tetas y Agwa esperaba que lo pidiese, le paso la lengua muy lentamente por la raja y Nora soltó un bufido enorme.
Agwa volvió a estimularle el coño con los dedos y le chupo los dedos de los pies, Nora estaba muy excitada, pero continuó callada.
- ¡Éstas muy caliente! - le susurró Agwa - ¡Pídeme que te coma el coñito!
- ¡Eres muy mala! - murmullo Nora - ¿por qué quieres que te lo pida?
- ¡Porque te quiero hacer mi putita!
- ¡No voy a ser tu putita! - contestó Nora que se negaba a seguirle el juego.
- ¡Te dejo así guarra! - le advirtió Agwa - ¡y te metes tu los deditos!
- ¡No me dejes así! - suplico Nora - ¡estoy muy salida!
- ¡Pídemelo y haré que te corras enseguida!
-¡Cómeme el coño! - balbuceo Nora.
Agwa le dedico una sonrisa triunfadora, empezaba a someter a Nora a su voluntad y le abrió las piernas con los antebrazos sujetándole los muslos y le abrió el coño con los dedos y empezó a lamerle la raja de manera experta la penetraba con la lengua y luego la dejaba quieta y volvía a moverla con rapidez, Nora se agitaba y se revolcaba en la cama, Agwa la tenía que sujetar con sus manos en las caderas.
-¡Voy a hacer que te corras putita!
La lengua de la filipina le martirizo el clítoris lamiéndolo con fuerza y rapidez, sus dedos hacían una v en su clítoris y lo mordía y hacía como si lo estirase, eso hizo chillar placenteramente a Nora que mezclaba gemidos con sollozos roncos.
- ¡Voy a reventar! - chillaba Nora que no podía asimilar tanto placer - ¡Me voy a correr!
La filipina intuyó que Nora se iba a correr y le mordió el clítoris con fuerza, Nora pego un grito y se corrió profundamente soltando un chorro de fluidos de sus coño, sus pies temblaron durante un par de minutos y se quedo estirada en la cama temblando mientras Agwa la observaba sonriente.
- ¡Cómo te corres! - le susurró - En el fondo eres una cochina ¡lo supe en cuanto te vi!
Nora aparto la mirada avergonzada, pero no podía negar el orgasmo tan profundo y placentero que acababa de sufrir.
Agwa le volvió a abrir las piernas y le paso los dedos otra vez por la raja, Nora se estremeció sabía que era un juguete en manos de su sirvienta, pero estaba muy caliente y quería volver a correrse. Agwa le metió dos dedos y empezó a meterlos y sacarlos lentamente.
- ¡Ahora te voy a follar con mis dedos! - le susurro - ¡te vas a volver loca otra vez!
Agwa empezó con movimientos lentos y poco a poco aumento la penetración y cuando sacaba los dedos los giraba a la vez que los abría ensanchándole el coño, Nora empezó a gemir y revolcarse en la cama.
- ¡Te gusta que te folle! - le vociferaba - ¡Dime que te haga mi puta!
- ¡Fóllame! - susurraba con voz ronca Nora - ¡No te pares!
- ¡Mira cómo te hago chillar! - le dijo Agwa - tú marido no sabía follarte como lo hago yo.
- ¡me vas reventar el coño!
Agwa saco los dedos y le lamió el coño con la lengua y le volvió a morder el clítoris y luego lamerlo con intensidad, Nora se revolcaba de placer.
- ¡Cómo se te moja el coñito! - le reprocho - ¡Eres una mama muy mala!
Agwa la beso en los labios mientras le apretaba las tetas y sus manos le arañaron los muslos, Nora volvía a estar en un grado muy alto de excitación y calentura.
- ¡Voy a hacer que te corras toda la noche!
Agwa le arañaba las nalgas, mientras se miraban fijamente las dos, podía ver en los ojos de Nora el placer que estaba recibiendo, su mano fue un paso más allá y le acaricio el ano, Nora la miro con miedo, Agwa lo notó y la penetro con su dedo.
- ¡Por ahí no! - grito Nora enfurecida y levantando las nalgas.
La filipina le soltó una bofetada en la cara y la miro desafiante mientras su mano volvió a sus nalgas y su dedo la volvió a penetrar por el culo.
- ¡Te follare por donde quiera! -le grito la filipina - ¡Eres mi putita!
Nora la miro triste y su cara dejo una expresión de dolor y de sus ojos cayeron unas lágrimas por sus mejillas, en todos sus años de matrimonio se conservo virgen por detrás y eso la había llevado a muchas discusiones con su marido.
- ¿Es la primera vez?
Nora le hizo un gesto afirmativo con la cabeza, se sentía triste y dolorida y lo que era peor es que estaba disfrutando que la dominasen y la sodomizasen.
- ¡Te va a gustar cochina! - le susurro Agwa - ¡lo tienes muy apretadito!
Agwa le saco el dedo del culo y la beso en la boca, Nora le aparto la cara y Agwa la cogió por la barbilla con la mano.
- ¡Dame la lengua guarra! - le dijo con voz potente Agwa - ¡O te arranco los labios de un mordisco!
La filipina le empezó a morder los labios con fuerza y Nora soltó un grito y le hizo un gesto con la mano, le dio la lengua y empezaron a besarse y entrelazar las lenguas. La mano de Agwa busco el coño y le metió otra vez los dedos.
- ¡Voy a follarte toda la noche! - le advirtió Agwa - ¡Voy a hacer que te corras tan fuerte que vas a perder el sentido!
Nora empezó a gemir fuertemente y enseguida le sobrevino otro orgasmo, que cada vez era más largo y placentero y su coño era un torrente de flujos en cada corrida.
Agwa la llevo al centro de la cama y entrelazaron las piernas y sus coños se frotaron, Agwa empezó a moverse y la fricción hizo que las dos empezaran a notar placer y Nora se agarró a ella y empezó a moverse también, tardaron un poco en coordinarse pero cuando lo consiguieron empezaron a suspirar y jadear, se agarraron del cuello y de los brazos y las fricciones eran cada vez más placenteras, Nora podía notar la rajita del coño de Agwa, se miraron fija y morbosamente las dos buscaban lo mismo.
- ¡Voy a correrme! - le anuncio la filipina que se echo hacia atrás soltando un grito y quedándose quieta temblando.
Nora notó como el coño de Agwa se humedecía al correrse y siguió moviéndose hasta que a ella también le sobrevino otro orgasmo, este fue más presa de la excitación que le produjo ver la expresión de la cara de Agwa al correrse.
Se besaron apasionadamente y Agwa se giro en contra de Nora levanto la pierna, la paso por encima de su cara y dejo que su coñito cayera en su cara, notó como los dedos de ella le abrían el coño y empezaba a chupárselo, ella sintió una atracción y le abrió los labios de el coño a Agwa, empezó dándole unos besos, era la primera vez que se metía un coño en su boca, sintió su adorable fragancia y empezó a darle lametazos, enseguida notó donde tenía el clítoris, lo lamio y noto como se inflamaba y como el cuerpo de Agwa se estremecía cuando le pasaba la lengua y como recibía ella su propia oleada de placer en su coño, se corrió primero Nora y seguidamente Agwa.
Se quedaron abrazadas besándose no tardando en quedarse dormidas.
buena putita