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Categoría: Confesiones

PRIMER CIRCULO CERRADO

Después de haber pasado una estupenda noche con Dora María, y conocer por sus propios labios, mis relaciones sexuales con las primas de mi mujer, Ligia y Lorena, Y saber que conocía el secreto del embarazo de mi prima Gladys, salí del apartamrento, pensando en lo último que me dijo; "ten cuidado, no se te vaya a cerrar el círculo". Llegué a casa a cambiarme de ropa, Josefina ya iba de salida, pues se iría por una semana a ver a su familia, solo me dijo que dejaba comida en el refrigerador. Cuando me estaba duchando sonó el teléfono, era Ligia para avisarme que había salido una hora antes de lo acordado y que ya estaba en la terminal de autobuses. Cuando llegué a recogerla, estaba parada junto a un ventanal, estaba de perfil, la ví preciosa, y la verdad que es muy hermosa, la ví si un poco cambiada, estaba sencillamente espectacular, su cabello rubio recogido en una cola de macho, su naríz delgada respingada, sus labios hermosas, las chiches, que les cuento si antes eran grandes, ahora se las vi enormes, su blusa tipo polo, color celeste, parecía que iba a explotar, llevaba un pantalón vaquero, ajustadisimo, el culo precioso bien paradito, sus piernas largas, llevaba unos zapatos descubiertos de tacón largo, que le paraban aún más el trasero, me acerqué a ella la tomé por la cintura, ella puso sus brazos al rededor de mi cuello y nos dimos un beso largo, candente, luego le digo vamos a casa que vamos a estar completamente solos. Al llegar se metió a la ducha, llegó a la cama completamente desnuda, y me dice ayer cumplí los 19 años y vengo por mi regalo, me tomó el pene y suavemente empezó a chupar la cabeza, recorrió todo el tronco hasta llegar a mis testículo, pasandoles la lengua, y se metía a la boca chupandolos suvecito, se dió vuelta opara quedar en el 69, empezé a lamer su almeja, preciosa, sus labios rosaditos, al igual que su clitoris, durito y erguido, sus vellos rubios, la mordisquié las nalgas duras redondas, suavecitas, dimos vuelta y empezé a besarle los senos enormes, duros, le dije que los sentía más grandes, y me dijo que había subido de talla a 36B y que las caderas ahora le tenian talla 91, y que era por la perdida de la virginad, y me dijo de eso ya pasaron seis meses, y ahora te quiero toda esta semana, después de haber besado y lamido su cuerpo completo, coloqué gel lubricante, pues era la segunda vez que la penetraría, coloqué la cabeza del pene en la entrada, y suavemente se fué deslizando en su cavidad humeda, caliente y estrecha, ella se quitó un poco y me pide que eche mas lubricante porque le dolió, saqué el pene, para lubricarlo y estaba manchado un poquito con sangre, poco a poco fué entrando, hasta el tope, torpemente fúe agarrando el ritmo de mis movimientos, suave y despacio, me mordía el mentón, yo acariciaba sus senos, y besaba con pasión su boca, apretó su muslos a mi cintura, y con sus talones me empujaba hacia adentro, para venirse despúes en un tremendo orgasmo, sentía correr sus jugos vaginales, ella notó aún más mi excitación y me pide que no le eyacule en la vagina que quiere mi leche en su ano, pero que no la meta toda, que ella me dice hasta donde aguante, y me dice como aquella vez en el arroyo, lubrico mi pene, y con dos dedos dilaté su culito, rico, hermoso, cuando ya entran y salen con facilidad, introduzco como tres pulgadas de mi pene, y así empiezo con el mete y saca, poco a poco mi pene va entrando, su clitoris lo estoy masajeando con una de mis manos y con la otra juego con sus pesones, cuando me doy cuenta ya estoy hasta el fondo de su culito, me lo aprieta con sus paredes, y nos venimos los dos, saco el pene y a ella le corre semen de su culito hasta sus piernas.

Ella me acompañaba a la fábrica, salíamos a comer, y alas cuatro de la tarde todos los días ya estábamos en la cama, haciendo el amor como locos, todavía por la mañana, a las ocho, ocho y media aún nos echabamos un polvo. Pero aquí viene lo delicado, Cuando yo estuve cogiendo con Lorena, más o menos en las mismas circunstancias que con su prima, a veces ella llegaba más temprano a la casa, y yo le había dado una copia de la llave, pero en esa ocación era sábado, y eran como las diez de la mañana, y aún estámos durmiendo con Ligia, porque habíamos cogido una hora antes, y no sentimos el ruido de la puerta cuando Lorena entró, y era lógico que había ido a buscarme, cuando yo abrí los ojos la ví parada enfrente de nosotros, sorprendido le pregunto que haces aquí, ella me contesta te vine a buscar, porque quiero hacer el amor contigo, y vaya sorpresa, te estás cogiendo también a mi prima, Ligia le dice, yo no sabía que ustedes también cogian, pero si viniste a buscar verga, pués gózala, solo que ya también la quiero, acuestate con nosotros, que al fin y al cabo ya tuvimos orgía en el arroyo. Nos fuimos a duchar los tres, y regresamos a la cama, lorena prendida de mi verga y Ligia sentada en mi boca, se alternaban de posición, pero era obvio que Lorena necesitaba desde hacía tiempo que la cogiera y se sentó sobre mi y se la fué metiendo poco a poco, cabalgó como loca, hasta irse en un tremendo orgasmo, luego fué ligia, y ya satisfechas las dos se prendieron a mamarme el pene hasta que me sacaron la última gota de leche. Los siguientes tres días, dormiamos los tres juntos, hubieron confesiones entre ellas de la desflorada, y los días junto a mi. Llegó el día de la despedida, yo opté por irlas a dejar pues quería ver a mi madre, a mi mujer y a mis hijos, y de una vez traer a Gladys para su inicio de control prenatal. Todo el camino en parajes solitarios, mientras yo iba conduciendo el auto, me sacaban el pene y se turnaban mamando. cuando llegamos al pueblo, fuimos antes de llegar a casa al arroyo, ahí las volví a coger. Hicimos el convenio de seguir cogiendo pero tratando siempre de no despertar ningún tipo de sospecha, pues Myriam, nunca tendría que enterarse de nada. Fuí al hospital con los gemelos a recoger a su madre, cuando ví a Myriam la ví hermosísima, esa noche dormí en la casa de los abuelos de ella, no quería dormir con mi mujer en el mismo techo de Gladys, es más en la casa de mi tía ni se enteraron que había llegado un día antes. Esa noche, dormimos a los bebés con dificultad pues querían estar retozando conmigo. Nos duchamos con Myriam, fuimos a la cama, y desde el principio se dedique a su almeja, sus líquidos tenían para mi un sabor especial, ella me chupó el pene que sentí que me llevaba al septimo cielo, se la metí toditita, mientra le besaba el cuello, le mordisqueaba los pesones, jugaba con sus piernas y sus nalgas, ella gemía de placer, la sentí arquearse, sus hermosos ojos verde oscuro, me miraban con pasíón y lujuria, aceleré mi ritmo, y ella me siguió el ritmo me abrazó fuerte, y me dice me estoy viniendo, momento que yo le solté en el fondo de su vagina mi carga de leche, ella no dijo nada me cubrió el rostro de besos, luego me dijo, lo soltaste adentro, ahora van a ser trillizos, luego me dijo que bromeaba y que hacía dos días le había pasado la regla. Cuando descansabamos, le comenté, que habíamos caminado por un extravío y que habíamos pasado cerca, del arroyo, y que deberíamos ir a comer ahí con sus primas, se sienta en la cama, me mira fijamente y me dice, como se te ocurre tremenda idea, imaginate querés cogerte a mis primas, si se llegara a pasar, sería capáz de quitarme la vida.
Datos del Relato
  • Categoría: Confesiones
  • Media: 5.68
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1 comentarios. Página 1 de 1
Jose
invitado-Jose 04-06-2023 22:48:01

Muy excitante y con morbo.

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